lunes, 26 de octubre de 2020

Metrópolis - Proyector ,. / Retratos con alma - Pedir número en el cementerio ,. / DIAS DE TOROS - Soberbia corrida de Fuente Ymbro,.

 

 TITULO: Metrópolis - Proyector ,.
 

  El lunes -26- Octubre los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.

 Metrópolis - Proyector

Metrópolis - Proyector,.


Metrópolis recorre esta semana la última edición del festival de videoarte PROYECTOR que el pasado mes de septiembre afrontaba su edición más compleja hasta la fecha, en un contexto que supone grandes retos para la industria cultural.
Este año han presentado un amplio programa con casi un centenar de piezas de video, instalación o performance que reflexionan en torno a cuestiones políticas y sociales, y que, junto a talleres y encuentros profesionales, han ayudado a definir el escenario videoartístico actual.
Repartido en trece espacios de Madrid, PROYECTOR, bajo la dirección de Mario Gutiérrez Cru, apostó un año más por acercar el videoarte a diferentes públicos, tanto presencial como virtualmente, evidenciando la importancia del espacio físico y la interacción social en la actualidad.

 

TITULO:  Retratos con alma  - Pedir número en el cementerio ,.

  La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.  

Lunes -26- Octubre  a las 22:40 horas en La 1 / foto,.

 

Pedir número en el cementerio,.

Semana de difuntos. En algunos camposantos hay que hacer cola y arreglar los nichos deprisa,.

Pedir número en el cementerio

Este año, para ir a algunos cementerios, hay que pedir número. Lo da un funcionario y tienes que ir a tu hora y estar un tiempo tasado. La medida es muy dura porque atenta contra una costumbre sagrada: ir al camposanto y pasarte la mañana arreglando los nichos de los antepasados, comentando el año con las amigas y las conocidas del pueblo y dándote una vuelta por las tumbas para averiguar quién falta.

Ir al cementerio por Difuntos y arreglar los nichos es algo incuestionable. Hay que ir y punto. Y no se va de cualquier manera porque es preciso quitar las flores marchitas, fregar el entorno de cada sepultura con agua, jabón, cepillo y bayeta, colocar flores nuevas y discutir un poco con alguna vecina de nicho que ocupa más sitio del que le corresponde o utiliza el de tu familia como almacén.

Hasta ahora, se podía ir libremente al cementerio y esta semana de Santos y Difuntos, los camposantos se convertían en una romería con puestos de flores, de bebidas y de pipas, caramelos y garrapiñadas en la puerta. Pero eso era hasta ahora. La novedad en este maldito 2020 del demonio es que, bien el sepulturero, bien otro funcionario municipal, el caso es que habrá que coger número como en la pescadería y no se podrá pasar toda la tarde de cháchara entre las tumbas. La experiencia puede ser dura. «Deme número para el cementerio», pedirás al sepulturero y te sentirás raro, como si estuvieras en la cola del más allá.

Otra novedad son las flores artificiales. En esta semana, llegaba, y supongo que sigue llegando, la oferta de flores frescas del Lidl, que provocaba tumultos, aglomeraciones y fuertes discusiones porque los ramos eran baratos y bonitos, pero había los que había y si estabas muy atrás en la cola, te quedabas sin ellos. Este año, lo de las flores frescas está un poco flojo porque la gente huye de las aglomeraciones como de la peste, nunca mejor dicho. Así que las ofertas de crisantemos, gladiolos y claveles están a la baja, pero sube la de flores de pega, ramos artificiales que están siempre ahí y no provocan colas.

La ventaja de las flores de mentira no es tanto el precio ni la facilidad para conseguirlas, sin turnos ni esperas, cuanto que es posible ponerlas cualquier día de la semana. Compro esta mañana un ramo barato en los chinos, me acerco esta tarde en un momento al pueblo, lo coloco en la tumba de los ancestros y tranquilito para casa. Con las flores frescas es diferente porque hay que ponerlas el día antes de Difuntos o un par de días antes. Si no, se empieza a poner mustio el ramo y la tumba no luce.

Semana de Difuntos y de hijas desesperadas acercándose con la madre al cementerio con un único objetivo en mente la madre, que la tumba luzca, con otro objetivo en mente la hija, a ver si acaba pronto y volvemos a casa para la merienda. ¡Lo tiene claro la hija! Hay que dejar el nicho como una patena y después, aunque el enterrador meta prisa, hay que ir de lápida en lápida saludando a las amigas de toda la vida, comentando los avatares de este año, que han sido muchos, lamentando las pérdidas, que también han sido muchas, y mirando de reojo la limpieza de cada nicho, la calidad de las flores y si hay velas de la Virgen del Carmen, para llegar a una conclusión tan silenciosa como llena de orgullo: «Mi nicho luce más que el suyo».


 

TITULO:  DIAS DE TOROS - Soberbia corrida de Fuente Ymbro,.


Soberbia corrida de Fuente Ymbro,.

Tres orejas, premio muy generoso para un firme y entregado Salvador Cortés, que se llevó el lote mejor. A Ferrera le tocaron los dos toros más difíciles de la corrida.

Soberbio broche de Fuente Ymbro, Finito y Román | Toros
Antonio Ferrera durante la lidia de uno de sus toros en la tarde de ayer en Pamplona.|REUTERS/
Antonio Ferrera durante la lidia de uno de sus toros en la tarde de ayer en Pamplona. / foto,.

Una espléndida corrida de Fuente Ymbro. Completísima. Fue de descomunal tamaño. Probablemente, la más grande que habrá lidiado a su nombre el ganadero. Pese a tan aparatoso volumen, la corrida estaba en tipo. Armada según la regla tácita que rige en Pamplona: cada toro, dos cuernos, y cada cuerno, un mundo. En puntas, astifina, muy ofensiva la corrida. Y, luego, lo más importante: una corrida encastada. Y, encima, rica en matices, variantes, estilos, tipos, y líneas. Entre los matices, los hubo de restar y no sumar. Pero fueron, a la hora del recuento, lunares irrelevantes.

Escarbó, por ejemplo, el primero de los seis, y escarbó bastante, pero fue toro de menos a más, como todos los otros menos uno. El segundo, de brío intermitente, se puso andarín. Pero en ese aire de toro andarín costará encontrar otro de parecida fijeza. Descolgados y largos los viajes por las dos manos cuando vino tomado por delante. Arrastrados los dos primeros toros, ya sumaba puntos la corrida. No dejó de sumar. No fue toro redondo el tercero, pero casi. Menos elástico que los dos primeros, pero de mejor nota en el caballo. Pronto y repetidor. Igual que todos. También, y como todos, de menos a más. Cuando se asentó, sacó en serio ese temple tan particular del toro de encaste Jandilla. Del Conde de la Corte, que eran las hechuras de este tercero. El tranco a compás, el morro por el suelo, el cuello descolgado, la tensión precisa. Docilidad, seriedad, viveza. No calambrazos. Constancia. Ese ritmo por el que suspiran los ganaderos. Y los toreros. Sólo que este sexto de tanto estilo hizo dos cosas impropias: escarbar -con timidez primero, y sin cortarse ni un pelo luego- y, a última hora, rajarse, posarse en tablas. Sin dejar de atender, pero en tablas. Tal vez fuera resabio de toro corrido en encierro.

La entrega de Antonio Ferrera, su colocación, su decisión, sus apuros, el no poder cuanto quiso; los nervios de Matías Tejela, que estuvo viendo como se le iba entre las manos un quinto toro de los de apuntar, pero no se resignaba; la firmeza de Salvador Cortés, que no escatimó ni con uno ni con otro, porque el lote se lo llevó él. Para torear a placer, el sexto de la corrida. Para romperse en templar y poder, el tercero. Generoso, el palco premió a manos llenas a Salvador: tres orejas. Dos del tercero, que murió de estocada caída; una del sexto, que tardó en doblar. De pie se tuvieron las dos faenas desde el primer embroque, pues en los dos turnos abrió Cortés con cites de larguísimo y con aguante seco. Ni una pestaña. Al sexto se lo trajo por delante y por abajo; al tercero, cambiado y por arriba. Espectacularmente.

En las dos faenas se tomó Salvador tiempos de reposo. Paseos interminables, abusivos. Pero cuando volvía de paseo, estaba el toro siempre dispuesto. Sería buena medicina. Con el sexto se sintió de repente y mucho. A gusto. Con el tercero no tanto. Hasta que dio con la fórmula: la muleta por delante. Lo que calentó a la mayoría fue una truculenta tanda de arrucinas de últimas hora: tres. Tres de sofocante ajuste. Volcaron la plaza. Y debieron de poner nerviosos a los del palco.

La batalla de Ferrera

Emotiva la batalla de Ferrera con el cuarto, áspero por poco picado, crecido, implacable. Pero la gente estaba más al bollo que al hoyo y el reconocimiento fue muy justito. El toro más difícil de la corrida: ese cuarto. Y la faena más complicada y laboriosa. Recién salido de cornada grave, Ferrera se alivió con la espada, pero fue certero y rápido. El viento no dejó a Tejela centrarse ni acoplarse con el andarín segundo, que adelantaba por sistema pero tenía recorrido. Como una montaña rusa fue la faena del gran quinto, boyante, turgente, bondadoso, fijo, claro. Tardó en entregarse el torero de Alcalá. Lo hizo. Pero tarde. En Pamplona es imprescindible dar primero y no después.


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