TÍTULO: REVISTA GIGANTES, LIGA BALONCESTO,REAL MADRID-94-IBEROSTAR TENERIFE-85-.
Resultado Final,./ foto
REAL MADRID-94-IBEROSTAR TENERIFE-85-.
Mejri, dado de alto para el encuentro contra el Tenerife
El tunecino ha sido inscrito para el próximo encuentro de Liga (domingo, 13:00 Andalucía TV y RMTV) debido a la baja por lesión de Nocioni.TÍTULO: REVISTA GIGANTES, LIGA BALONCESTO, BARCELONA-71- Gipuzkoa Basket-58-,.
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BARCELONA-71- Gipuzkoa Basket-58-,.
Los azulgranas tiran de oficio y de la calidad del balear para imponerse a los guipuzcoanos 71-58.TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO, HOMBRES NUEVOS, ( I V )
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Afirmaba Ortega que lo más característico de la
sociedad de masas es que las almas vulgares se sienten tan orgullosas de
su vulgaridad. Para lograr este birlibirloque genial es preciso
infundirles la creencia ilusoria de que piensan por sí solas, cuando en
realidad están siendo dirigidas por otros. Tal ilusión se
genera consiguiendo que los individuos que conforman la masa
desarraigada 'internalicen' una serie de paradigmas culturales que el
sistema les impone, para convertirlos en seres pasivos, conformistas y
gregarios, sometidos a consignas que confunden con expresiones emanadas
de su sacrosanta voluntad. No es, desde luego, un birlibirloque
sencillo: para conseguir, por ejemplo, que un paria al que pagan un
sueldo misérrimo no repare en que el sistema necesita que tenga pocos
hijos o ninguno, para que no nazca en él un impulso natural de dar la
vida por ellos (lo que lo llevaría a exigir un sueldo digno, por las
buenas o por las malas), hay que borrarle de su cerebro hecho papilla la
noción de los derechos derivados del trabajo (derecho a un
salario digno, derecho a un trabajo estable, derecho a permanecer en su
tierra, derecho a alimentar y educar a sus hijos) e imbuirle la creencia
psicopática de que lo importante son los derechos de bragueta, de la
anticoncepción al aborto; y no sólo esto, sino hacer creer al paria que
tal cretinez no es un chip que han implantado en su cerebro destrozado,
sino que es una conquista de su libertad.
Este birlibirloque genial se logra, como hacía notar Comte, a través de la educación y la propaganda. Y es que, como afirmaba Sartori en Homo videns, «la voluntad informada del pueblo puede ser también su voluntad menos auténtica». En efecto, las masas no piensan de forma autónoma, sino que asimilan cual rumiantes la alfalfa que se les suministra a través de los mass media, presentada siempre como si fuera su propio pensamiento. Para ello, la propaganda actúa con eslóganes y consignas sobre sentimientos, deseos y emociones, de tal modo que el pensamiento quede eludido (y, a la vez, paulatinamente atrofiado) y la voluntad sea más fácilmente doblegada (y, a la vez, exaltada). A medida que tales eslóganes y consignas logran entablar simbiosis con los sentimientos, deseos y emociones de las masas, su conocimiento de la realidad se empobrece y agosta; y llega un momento en que su libertad queda sometida a esa argamasa entre sentimental y doctrinaria, haciéndose dócil a los lugares comunes más apestosos, que los cerebros hechos papilla toman por ideas originalísimas. Tal proceso se percibe muy claramente en los teleadictos que creen pensar exactamente igual que tal o cual tertuliano (un lorito que repite las consignas que le suministra el negociado de derechas o izquierdas); o en esas masas cretinizadas que enarbolan pancartas con los mismos eslóganes diseñados por la fundación Rockefeller, que sin embargo creen salidos de sus caletres, para entonces convertidos en cementerios de neuronas.
Claro que, para conseguir tal sumisión de las masas a los lugares comunes impuestos por el sistema, es preciso alcanzar un nivel de control social que logre que «toda contradicción parezca irracional y toda oposición imposible», tal como establecía Marcuse. Es preciso que la propaganda actúe con tal eficacia que los individuos no puedan reconocer su naturaleza represiva, para lo cual crea «una dimensión única del pensamiento». Naturalmente, pretender escapar de esa dimensión única se percibe por el hombre nuevo democrático como una 'desviación' aberrante que debe ser condenada al ostracismo, como hacían los protagonistas del cuento de Wells El país de los ciegos con el protagonista vidente, al que sólo terminaban aceptando en sociedad después de que se resignara a que le arrancaran los ojos. El hombre nuevo democrático no necesita al poder que ha destrozado su cerebro y su alma para señalar y condenar a los disidentes; puede hacerlo muy orgullosamente él solito, y considerar además que lo hace por altruismo (y, ¡por supuesto!, de forma espontánea y no inducida).
De este modo, dejando que sea la propia masa la que vaya aniquilando o absorbiendo toda forma de oposición, se logra el hombre unidimensional que retrataba Marcuse, caracterizado «por su paranoia interiorizada por medio de los sistemas de comunicación masivos». Este hombre unidimensional, incapaz de exigir y de gozar cualquier progreso de su espíritu, satisfecho en su mundo prefabricado de prejuicios y de opiniones preconcebidas, aún deberá ser programado, sin embargo, para alcanzar el estadio de perfecto hombre nuevo democrático; pues así no sólo será un pelele, sino un pelele feliz. Explicaremos este estadio último en la postrera entrega de nuestra serie.
TÍTULO: LA CARTA DE LA SEMANA, PERIODISTA XAVIER MORET,.
Lo que encontró en su viaje fue "un contraste infinito" entre la Armenia idealizada de los armenios de la diáspora y la realidad del país marcado por la "pobreza", la "corrupción" y la "fuerte herencia soviética" donde el 40% de la población muestra deseos de emigrar. Aunque si hay algo que marca de manera profunda la cultura armenia es el recuerdo del Domingo Sangriento, el 24 de abril de 1915, que data el inicio del genocidio que recuerda Moret en su libro, ‘La memoria del Ararat’ (Península), cuando "los Jóvenes Turcos en el poder en Turquía mataron a muchos intelectuales armenios y forzaron a mujeres y niños a huir a través del desierto en una larga marcha sin agua y sin víveres en la que murieron un millón y medio de armenios". Una herida que permanece enquistada en el tiempo por el "negacionismo" turco. "Dicen que temían una revolución armenia; que eran los cristianos dentro de sus fronteras quienes se alían con los rusos para echar a los musulmanes de Turquía, pero esto está por probar; lo que es cierto es que mataron a mucha gente, pero no lo califican de genocidio y su negacionismo frena a muchos países a reconocerlo, entre ellos a España e Israel, que parece mentira que habiendo sufrido ellos un genocidio no reconozcan éste".
Las cicatrices, relata Moret, se vislumbran cada 24 de abril en el acto conmemorativo del genocidio que se celebra en la capital, Ereván, donde un millón de habitantes desfilan ante el monumento en silencio y con flores en la mano. "Entiendes que más de dos tercios de los armenios están marcados por el genocidio o tienen víctimas en su familia; hasta cuatro generaciones después siguen sintiendo el peso psicológico que eso supone y tienen grandes ansias de que se reconozca para quitarse un gran peso de encima; sería un gran paso para la reconciliación".
La paradoja reside en que ninguna expedición ha sido capaz de encontrar el Arca de Noé. "En la catedral armenia de Echmiadzin conservan un pedazo de madera como reliquia, pero cuando suben al Ararat -incluso subió un astronauta de los primeros en pisar la Luna-, no consiguen encontrarla, parece que es el Arca de la Alianza, algo que está presente en el imaginario de todos pero que no logra concretarse".
TÍTULO: DOMINGO CINE, LA SOMBRA DE LA SOSPECHA,.
Este birlibirloque genial se logra, como hacía notar Comte, a través de la educación y la propaganda. Y es que, como afirmaba Sartori en Homo videns, «la voluntad informada del pueblo puede ser también su voluntad menos auténtica». En efecto, las masas no piensan de forma autónoma, sino que asimilan cual rumiantes la alfalfa que se les suministra a través de los mass media, presentada siempre como si fuera su propio pensamiento. Para ello, la propaganda actúa con eslóganes y consignas sobre sentimientos, deseos y emociones, de tal modo que el pensamiento quede eludido (y, a la vez, paulatinamente atrofiado) y la voluntad sea más fácilmente doblegada (y, a la vez, exaltada). A medida que tales eslóganes y consignas logran entablar simbiosis con los sentimientos, deseos y emociones de las masas, su conocimiento de la realidad se empobrece y agosta; y llega un momento en que su libertad queda sometida a esa argamasa entre sentimental y doctrinaria, haciéndose dócil a los lugares comunes más apestosos, que los cerebros hechos papilla toman por ideas originalísimas. Tal proceso se percibe muy claramente en los teleadictos que creen pensar exactamente igual que tal o cual tertuliano (un lorito que repite las consignas que le suministra el negociado de derechas o izquierdas); o en esas masas cretinizadas que enarbolan pancartas con los mismos eslóganes diseñados por la fundación Rockefeller, que sin embargo creen salidos de sus caletres, para entonces convertidos en cementerios de neuronas.
Claro que, para conseguir tal sumisión de las masas a los lugares comunes impuestos por el sistema, es preciso alcanzar un nivel de control social que logre que «toda contradicción parezca irracional y toda oposición imposible», tal como establecía Marcuse. Es preciso que la propaganda actúe con tal eficacia que los individuos no puedan reconocer su naturaleza represiva, para lo cual crea «una dimensión única del pensamiento». Naturalmente, pretender escapar de esa dimensión única se percibe por el hombre nuevo democrático como una 'desviación' aberrante que debe ser condenada al ostracismo, como hacían los protagonistas del cuento de Wells El país de los ciegos con el protagonista vidente, al que sólo terminaban aceptando en sociedad después de que se resignara a que le arrancaran los ojos. El hombre nuevo democrático no necesita al poder que ha destrozado su cerebro y su alma para señalar y condenar a los disidentes; puede hacerlo muy orgullosamente él solito, y considerar además que lo hace por altruismo (y, ¡por supuesto!, de forma espontánea y no inducida).
De este modo, dejando que sea la propia masa la que vaya aniquilando o absorbiendo toda forma de oposición, se logra el hombre unidimensional que retrataba Marcuse, caracterizado «por su paranoia interiorizada por medio de los sistemas de comunicación masivos». Este hombre unidimensional, incapaz de exigir y de gozar cualquier progreso de su espíritu, satisfecho en su mundo prefabricado de prejuicios y de opiniones preconcebidas, aún deberá ser programado, sin embargo, para alcanzar el estadio de perfecto hombre nuevo democrático; pues así no sólo será un pelele, sino un pelele feliz. Explicaremos este estadio último en la postrera entrega de nuestra serie.
TÍTULO: LA CARTA DE LA SEMANA, PERIODISTA XAVIER MORET,.
-foto.Xavier Moret: «Hay un contraste infinito entre la Armenia idealizada y la realidad del país»
El periodista y escritor especializado en viajes publica 'La memoria del Ararat', un recorrido por el país milenario cuando se cumplen cien años del genocidio en el que murieron millón y medio de armenios,.
La fascinación por Armenia del periodista y escritor especializado en viajes Xavier Moret no comenzó con un viaje al país milenario, inventor del alfabeto en el siglo V, sino con una suma de experiencias previas que fueron macerando con los años. Se remonta hasta las tempranas lecturas de 'El corto maltés' o la obra de William Saroyan, para ir conectando años después con el testimonio de armenios en la diáspora o el hallazgo de su cultura diseminada por el mundo, como el barrio armenio de Jerusalén en Estambul o su rastro en lugares tan dispares como Hong Kong, Singapur, Argentina o Colombia. Una Armenia que, explica Moret, engloba artistas internacionales como Arshile Gorky, Charles Aznavour o Atom Egoyan, símbolos de una cultura que difunden e internacionalizan los armenios de la diáspora, "muchos más que los tres millones que viven en la actualidad en el país", destaca el escritor. "Me intrigaba ver cómo era este país extraño, misterioso, milenario, que era como un gran imperio; que Jerusalén tuviera un barrio armenio pero que al mismo tiempo el país se fuera quedando encogido en el tiempo: antes llegaba del Mar Caspio al Mar Negro y hasta Jerusalén; ahora son 27.000 kilómetros sin salida al mar y con su símbolo, el Ararat, fuera de la frontera".Lo que encontró en su viaje fue "un contraste infinito" entre la Armenia idealizada de los armenios de la diáspora y la realidad del país marcado por la "pobreza", la "corrupción" y la "fuerte herencia soviética" donde el 40% de la población muestra deseos de emigrar. Aunque si hay algo que marca de manera profunda la cultura armenia es el recuerdo del Domingo Sangriento, el 24 de abril de 1915, que data el inicio del genocidio que recuerda Moret en su libro, ‘La memoria del Ararat’ (Península), cuando "los Jóvenes Turcos en el poder en Turquía mataron a muchos intelectuales armenios y forzaron a mujeres y niños a huir a través del desierto en una larga marcha sin agua y sin víveres en la que murieron un millón y medio de armenios". Una herida que permanece enquistada en el tiempo por el "negacionismo" turco. "Dicen que temían una revolución armenia; que eran los cristianos dentro de sus fronteras quienes se alían con los rusos para echar a los musulmanes de Turquía, pero esto está por probar; lo que es cierto es que mataron a mucha gente, pero no lo califican de genocidio y su negacionismo frena a muchos países a reconocerlo, entre ellos a España e Israel, que parece mentira que habiendo sufrido ellos un genocidio no reconozcan éste".
Las cicatrices, relata Moret, se vislumbran cada 24 de abril en el acto conmemorativo del genocidio que se celebra en la capital, Ereván, donde un millón de habitantes desfilan ante el monumento en silencio y con flores en la mano. "Entiendes que más de dos tercios de los armenios están marcados por el genocidio o tienen víctimas en su familia; hasta cuatro generaciones después siguen sintiendo el peso psicológico que eso supone y tienen grandes ansias de que se reconozca para quitarse un gran peso de encima; sería un gran paso para la reconciliación".
El monte Ararat
El recorrido de Moret arranca en Ereván, la capital, desde la cual se
vislumbra el monte Ararat, símbolo por excelencia de Armenia y señalado
por el Génesis como el lugar donde se posó el Arca de Noé tras el
diluvio universal. "Es el símbolo de la grandeza de Armenia y de que el
pueblo permanecerá a pesar de todo; incluso lo tienen en su escudo,
aunque por desgracia queda fuera de sus fronteras. Esto supuso incluso
una protesta de un diplomático turco en la ONU, a lo que su homólogo
armenio les recordó que Turquía tiene la luna en su bandera y tampoco
está en su territorio", cuenta Moret.La paradoja reside en que ninguna expedición ha sido capaz de encontrar el Arca de Noé. "En la catedral armenia de Echmiadzin conservan un pedazo de madera como reliquia, pero cuando suben al Ararat -incluso subió un astronauta de los primeros en pisar la Luna-, no consiguen encontrarla, parece que es el Arca de la Alianza, algo que está presente en el imaginario de todos pero que no logra concretarse".
TÍTULO: DOMINGO CINE, LA SOMBRA DE LA SOSPECHA,.
- Reparto
- Michael Douglas, Kiefer Sutherland, Kim Basinger, Eva Longoria, Martin Donovan, Gloria Reuben, David Rasche, Ritchie Coster,.
- Pete Garrison era el agente especial de la Casa Blanca más condecorado de la historia, la última línea de defensa del presidente. Pero, cuando se empieza a sospechar que forma parte de una conspiración para asesinarlo, no tendrá más remedio que servirse de todo su conocimiento y habilidades para probar su inocencia.
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