martes, 6 de octubre de 2015

CALLEJEROS - Una adolescente finge haber sido vejada y violada por cuatro compañeros ,./ REVISTA CAMPO - LA MEJOR PUBLICIDAD TE LA DA UN CLIENTE SASTISFECHO - JESUS PEDRAZA CARNICERO,.

TÍTULO: CALLEJEROS - Una adolescente finge haber sido vejada y violada por cuatro compañeros ,.

Una adolescente finge haber sido vejada y violada por cuatro compañeros en Málaga,.

La Fiscalía de menores de Málaga.
La Fiscalía de menores de Málaga. / foto
  • Tras seis meses de calvario para las familias, una juez archiva las denuncias contra los chavales y pide ir contra la chica,.

    En el anuario del colegio aparecen los chicos felices. Trajeados ellos, de largo ellas. Caras sonrientes, de ilusión. Es el día de la graduación. Han terminado el Bachillerato. El adiós a un largo ciclo. Muchos han compartido toda su vida juntos. Desde pequeñitos en el mismo centro escolar. Esperan ahora Selectividad y la Universidad. Pero no están todos. En las fotos faltan cuatro chicos y una chica.
    ¿Cómo reaccionaría si un día a su hijo lo detuviera la Policía por una denuncia por haber acosado, agredido y violado a una compañera de colegio? O si el juez le impusiera una orden de alejamiento que le impidiera incluso asistir a clase. Su hijo. ¿Confiaría en él? ¿Lo creería a pies juntillas? Pues eso le ha ocurrido a los chicos que faltan en la foto. Ha sido el drama que durante medio año han tenido que atravesar cuatro familias de Málaga. Sus vástagos, de 17 años, fueron gravemente denunciados por una joven de la misma edad de su centro escolar. Denuncia que después de un largo suplicio la Justicia ha dictaminado como absolutamente falsa. Y que puede acarrear consecuencias penales para su autora. Una juez de Menores acaba de pedir que se deduzca testimonio contra ella tras sobreseer el caso que durante este tiempo se ha seguido contra los chavales. Entre tanto, en las familias afectadas han sido innumerables las noches sin dormir, se ha multiplicado la ingesta de pastillas contra la ansiedad y se han sucedido las visitas y los ingresos en el hospital.
    Todo ha ocurrido en un centro educativo concertado del distrito de Teatinos en la capital malagueña. Días antes de la pasada Semana Santa, una alumna de segundo de Bachillerato acude a la Policía para denunciar a cuatro compañeros de curso por acoso escolar, acoso telefónico, agresiones físicas y abuso sexual. Además de insultos, golpes y empujones, manifiesta haber sido víctima de distintos toqueteos entre las clases. En pleno Domingo de Ramos, los chicos son citados para acudir al día siguiente a Comisaría. No les dicen por qué. Allí se les comunica la denuncia que pesa sobre ellos y se les detiene, pasan varias horas en el calabozo y han de prestar declaración ante un juez de instrucción. No salen de su asombro. Porque no reconocen ninguna de las acusaciones. Antes de ser puestos en libertad a las nueve de la noche se les impone un alejamiento de 200 metros y cualquier tipo de comunicación con la presunta víctima. La consecuencia es clara: no podrán ir al colegio donde de manera necesaria coincidirían con la presunta receptora de sus abusos. Precisamente el año en que tendrán que enfrentarse a la Selectividad.
    Pero quince días después, la niña amplía la denuncia. Esta vez, acusa a tres de sus compañeros de haberla violado brutalmente en los jardines del propio colegio. Bucal, vaginal y analmente. Noqueados y aturdidos, pero convencidos ante el relato sin fisuras de sus hijos, los progenitores de los niños comienzan entonces a trazar la estrategia de defensa, que pasará por desmontar una a una las acusaciones. «Padres y compañeros de clase han sido la mejor red de detectives posible», comenta a ABC una fuente cercana al caso. Ayudados por sus abogados, inician una investigación que, según se duelen, no realizó de inicio la Policía. «Nuestros hijos han pasado una pena de prebanquillo», afirman. Así, uno de ellos, informático, detecta en una página antigua de la Red las mismas fotos de hematomas presentadas como prueba de haber sido agredida. Las ha sacado de internet. «Ése fue el principio de la luz», reconoce a ABC uno de los padres afectados.
    También se comprueba que en algunos de los días en que la chica dice haber sido agredida no había asistido a clase. Están los justificantes firmados por su madre. Un docente asegura en el juzgado «sin ningún género de dudas» que uno de los denunciados estaba en el comedor cuando se produjo la supuesta violación. La geolocalización de los móviles de los otros dos los sitúa a esa hora fuera del colegio.
    El auto de la juez es demoledor desmontando el relato. Tiene también en cuenta un estudio de evaluación de la muchacha —que nunca fue capaz de declarar ante el fiscal—que tilda de «poco creíble» su testimonio. Todo ha sido desmentido. Pero ha tardado. Afortunadamente, los chicos no han acusado, al menos académicamente, el sufrimiento por el que han pasado. Al no poder asistir a clase debido a la orden de alejamiento el colegio, que activó rápidamente el protocolo de acoso escolar al saber de la denuncia, puso a su disposición una academia privada a la que durante este tiempo acudieron a diario. También les tutorizó tres tardes a la semana. Todo son buenas palabras para el centro —que también ha cuidado de seguir la escolarización de la niña en su casa— por parte de los padres. Hoy tres van a la Universidad. Sin mácula.

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    • Su relación con el campo viene de antiguo. Ahora Jesús Pedraza, que regenta una carnicería en Navalmoral, ha incorporado una máquina expendedora,.

    • Pedraza frente a la nueva máquina de su establecimiento. :: m.a.m.

      Jesús Pedraza Carnicero, foto.

      Jesús Pedraza innova en su negocio: se trata de una máquina expendedora ubicada en la fachada de su carnicería, que por un módico precio ofrece la posibilidad de obtener tanto carne fresca como embutidos. De hecho, Pedraza asegura que se trata de una iniciativa única en la región.
      Comenta que en su familia son de tradición ganadera, pero que usted decidió dar el salto al sector servicios...
      Así es. Mi familia es ganadera, por lo que podemos decir que he mamado esta profesión. En el año 1994 empecé a trabajar de carnicero en diferentes tiendas y en 1996 me establecí por mi cuenta. Y hasta el día de hoy. Nuestra actividad se centra en la adquisición y venta de carnes y embutidos procedentes principalmente de nuestra propia ganadería. Esto nos facilita el control en todas las fases del desarrollo de los animales y nos permite ofrecer un producto de máxima calidad al consumidor con todas las garantías.
      Ahora ha incorporado a su establecimiento un dispensador de carne las 24 horas del día. ¿En qué consiste?
      Efectivamente, somos pioneros en Extremadura y Navalmoral en esta actividad que desarrollamos a través de máquinas expendedoras. Este tipo de máquinas ya existen hace mucho tiempo, pero no de carne. El objetivo es facilitar la compra de carnes y embutidos a personas que por su trabajo u obligaciones no disponen de tiempo para hacerlo en el horario comercial normal. Principalmente está dirigido a consumidores de fin de semana que se juntan alrededor de un juego de rol o para ver una película o un partido de fútbol, que no tienen nada para picar, que no les apetece meterse en la cocina o que no disponen de tiempo para comprar en horario comercial. Y todo ello sin que el precio supere los 2 o 3 euros, según el producto, puesto que está pensada, sobre todo, para un público joven, de entre 18 y 30 o 35 años.
      ¿Cuantos puestos de trabajo mantiene su empresa en la actualidad?
      De momento, cuatro.
      Además procura adaptarse a los nuevos tiempos, con presencia en Internet...
      Sí. Tenemos una página en Facebook, donde publicamos a menudo imágenes e información sobre nuestras carnes, novedades y aficiones. No es una página web profesional, pero nos mantiene en contacto con clientes y amigos a través de la red.
      También manifiesta que procura estar presente ante el consumidor a través de la publicidad. ¿Por qué?
      Porque pienso que la publicidad es importante siempre que sea buena, de hecho, a lo largo del año utilizamos prácticamente todos los medios que operan en la zona. La mejor publicidad te la da un cliente satisfecho, pero para llegar a todo el mundo hay que utilizar los medios de comunicación.
      Ya son muchos años dedicado al sector de la ganadería y la carnicería. ¿Recuerda alguna anécdota de su andadura?
      Sí, principalmente una, porque además mi esposa se encarga de recordármela de vez en cuando. Siempre íbamos a comprar al mismo sitio morcilla de Guadalupe para nuestro consumo y un día mi esposa se empeñó en comprar también para venderla en la carnicería. Yo no estaba de acuerdo, convencido de que no tendría salida, pero ella insistió y hoy es uno de nuestros productos estrella.
      Estamos en tiempos de guerra de precios, de abaratar los costes y por ende los precios de venta al máximo, pero usted insiste en la importancia de la calidad...
      Es que considero que es fundamental. A mis clientes y potenciales clientes les diría que si nos distinguimos por algo, y ellos ya lo saben, es por la calidad y selección de nuestros productos. Y que todo esto es el fruto de muchos años de experiencia en el mercado de las carnes.

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