-foto---Concha Buika Libertad es una palabra trampa,.
Se ríe de quien trata de definirla. Inclasificable,
poética, mística, poliamorosa, exuberante tímida y transparente. Concha
Buika es una mujer que no tiene miedo a decir (o a cantar) lo que
piensa, ni lo que siente.
Es una de las muchas colaboraciones internacionales que acepta una mujer que fue definida en 2010, por la National Public Radio (EE.UU.) como "La voz de la libertad", en una recopilación de las 50 mejores voces de la historia. Buika, con siete álbumes a sus espaldas y un Grammy Latino, ha trazado una biografía no escrita a través de sus discos, desde aquel revelador Mestizo, pasando por los éxito internacionales de 'Mi niña Lola' o 'Niña de fuego', hasta llegar al que va a ser su octavo disco, este que presenta ahora, 'Vivir sin miedo' (Warner Music).
Mujerhoy. ¿Son sus discos una demostración de su credo íntimo?
Concha Buika. No tengo mucha idea de por qué escribo lo que escribo, hago lo que hago y digo lo que digo... pero sí, tengo mucha confianza en lo que escribo, hago y digo. Nunca pienso en los motivos. Este disco no ha nacido de una decisión personal, tipo "voy a romper con todos mis miedos". Simplemente, he soltado amarras. Esa gran palabra, "soltar", que en mi diccionario personal sustituye perfectamente a la palabra "felicidad".
MH. ¿Asimila ese soltar lastre con la auténtica libertad?
CB. "Libertad" es una palabra trampa. La entiendo cuando estás en un país en conflicto, en una dictadura, cuando estás preso. Pero en países democráticos, la palabra libertad no termino de entenderla: has hecho más o menos lo que has querido con tu vida. Volver a exhibir ese concepto es como negar que exista.
MH. Una de sus últimas decisiones ha sido cambiar nuevamente de productor: el sueco Martin Terefe, que ha hecho discos de Coldplay. Hace años se manifestó contraria a esta figura, la del productor musical...
CB. Es cuestión de tiempos internos y comprensión. Es una figura muy importante, pero hay que comprenderla, no vale cualquiera. Y yo sé que los artistas a veces somos muy crueles porque solo entendemos de nuestro propio sufrimiento. Con el paso de los años, he terminado comprendiendo su papel. Sé que al decir esto, muchos me tacharán de hipócrita. Pero no es hipocresía, es que tardé mucho en entender la figura del productor. Y mientras no la entendía, fui muy feroz en el discurso. No voy a renegar de ninguna de las palabras que dije en su momento. Contradicción, se llama esto, y también es patrimonio de los seres humanos.
Llegados a este punto, cabe preguntarse si ese apelativo de "La voz de la libertad" que le dieron en Estados Unidos tiene más que ver con la actitud vital de Concha Buika que con su carrera artística. Pocas celebridades españolas son capaces de hablar con tan descarnada sinceridad sobre su vida, pública y privada.
Ella habla desde la verdad y la libertad, y asume cualquier consecuencia. Nacida en Palma de Mallorca hace ya 43 años, bajo el nombre de María Concepción Balboa, se crió en un barrio obrero de los más humildes de la capital. Sus padres huían del régimen de Teodoro Obiang en Guinea, eran refugiados políticos. Juan Balboa Boneke, su padre, era opositor y escritor. Abandonó a la familia cuando Buika tenía nueve años.
Ella siempre ha establecido que le parece lícito el abandono paterno ("buscaba un mundo más grande", ha llegado a declarar) y que en absoluto supuso una crisis en su vida. Criada en un ambiente donde el flamenco se vivía en la calle, su talento se formó en la mezcla de estilos populares, en la fusión entre África y España. Fue mala estudiante, pero brillaba como gimnasta. Con su madre como referente (una mujer luchadora que recientemente logró volver a estudiar y terminar su graduado escolar), está orgullosa de sus raíces migrantes y la fuerza heredada de su familia. Su hermano Guillem Balboa, sin ir más lejos, acaba de ser elegido alcalde de un pueblo mallorquín.
Buika apenas ha ocultado nada sobre sí misma: desde que le gustaba la marihuana hasta su compleja vida sentimental. Involuntariamente, se convirtió en abanderada del poliamor. Ella y su marido, músico, padres de un hijo, convivían con la novia de ambos. Una relación que ya no continúan (los tres se separaron y Buika vive con su hijo), aunque ella se siga mostrando favorable al trío como modelo familiar.
MH. Cuando le han pedido que se defina, emplea palabras fascinantes: trifásica, poliamorosa, universalista, mutante. ¿Se ríe abiertamente de quien la trata de definir? [Risas].
CB. Nunca sabes, ni tienes ni idea, de lo que eres. Cuando viví mi relación en trío, parecía algo sin vuelta atrás. Pero al final se acabó: mi marido se fue a Holanda y yo, a Miami. No sé lo que soy y no me hace falta saberlo. Porque puedo hacer mucho psicoanálisis, pero mañana tengo que pagar la luz. Vamos, que no tengo tiempo para estar autoexaminándome todo el día. De la mitad ni me acuerdo y lo que me falta me lo invento.
MH. Cuando confesó su relación amorosa a tres bandas, ¿lo hizo para convertirse en abanderada de una causa, del poliamor?
CB. Bueno... El poliamor lleva viviéndose en las casas españolas, americanas, brasileñas o del Kurdistán toda la vida. Lo que pasa es que yo soy valiente y lo cuento, y los demás no se lo cuentan ni a sus mujeres... [Risas]. ¿Qué sería de España sin el poliamor? Media población no estaría aquí. La mitad de mis hermanos son de mujeres distintas a mi madre. No sé dónde está la novedad.
MH. Pero ha de reconocer que sigue llamando la atención.
CB. No le damos tanta atención, es mentira. Es ruido. Y algo de morbo voyeur. Donde sí le darían importancia es en países donde, si te atreves a decirlo, te cortan el cuello. Pero en países donde no pasa nada, es apenas una nota frívola. Esto además son etapas en la vida. Y aplicables a todo: cuando me preguntan que cómo me cuido la voz, respondo que viviendo. "¿Pero no toma algún tipo de tratamiento?", insisten. Pues sí: no esconder lo que hago, ni lo que digo. Eso también lo llevas en la garganta.
MH. ¿Pero no le da un poco de miedo ser tan transparente?
CB. En absoluto. Y si me diera, insisto, no sería mío. Sería un miedo de otro que habría hecho mío. Te voy a poner un ejemplo: de niña, en casa, como no había dinero, mi madre nunca encendía la luz por la noche, si iba al baño, para no gastar. "Para no gastar" era el mantra de mi infancia. "Niña, no te pongas dos cucharadas de azúcar". "Niña, ¿cómo te voy a poner jamón y queso? Será o jamón o queso". Durante años, aún de adulta, tuve miedo a la oscuridad y dormía con una lucecita. Hasta que me di cuenta que el miedo no era mío: era la molestia de ver a mi madre a oscuras. Y se me pasó.
MH. Vive en Miami, pero siempre habla de España con una confianza absoluta en el país.
CB. Los españoles que no confían es que no se han dado una vuelta por el mundo. Llevo tres giras mundiales y me siento muy orgullosa de España. Anteayer estaba con un compañero en Miami y me contó que había saltado de una discográfica a una empresa de videojuegos. Cuando le comenté lo bien que le iba, me dijo: "¿Has conocido a un español que le vaya mal en Estados Unidos?". Y tenía razón. España prepara muy bien a sus ciudadanos.
MH. Entonces, ¿por qué nos quejamos tanto?
CB. Porque España es un país que educa en el hiperrealismo. Y esa es un arma de doble filo. Por un lado, te enseña a luchar, pero por otro, te deja menos capaz para la fantasía. Esa te la matan. Una de las cosas que me molesta de España es que aquí, hayas hecho lo que hayas hecho, al final se te trata como un trabajador sin valor. Aunque seas catedrático de la mejor universidad, director del hospital más avanzado o directora de una cadena de hoteles. España trata a sus eminencias como a peleles. Aquí nadie le va a montar a Valentín Fuster un hospital.
MH. ¿Cómo lleva entonces esa otra emigración, más siendo madre, con un hijo que estudia y vive ya en Miami?
CB. Es muy diferente emigrar a una tierra en la que todos son emigrantes, que a un país monocolor como la España de los 70. Que yo recuerde, la dificultad en mi infancia no la teníamos solo nosotros, sino todo el barrio. Los vecinos pobres, los que tenían un hijo yonqui, las prostitutas... y lo mejor de todo era que en aquella época, que todavía se veía oscura, el racismo no existía.
MH. A parte de creer en soltarse y en la solidaridad, ¿qué convicciones tiene Concha Buika?
CB. Yo creo en Papá Dios: la representación del amor de todos aquellos que queremos que las cosas estén bien. No por otra cosa. Es una representación de todos los seres humanos de la Tierra. Creo mucho en él. Estoy totalmente entregada a su magnificencia, a su luz y a su todo, vaya. Y además soy fan de Fray Escoba.
MH. ¿No es mujer su dios?
CB. Esa es mi madre: para mí, la representación de Dios en esta Tierra.
- Vivir sin miedo
- La otra Buika
TÍTULO: RELOJ, CAFE, FUTBOL - LIGA FUTBOL - SEVILLA -2- BARCELONA -1-,.
Resultado Final / foto
SEVILLA -2- BARCELONA -1-,.
El Sevilla, después de la mala imagen dada en Turín, se impuso al Barcelona por 2-1 recuperando muchas de sus señas de identidad.
El Sevilla se levanta para derrocar al Barça,.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - Adiós hipsters, ¡Hola, muppies! .
Los 'hipsters' han pasado de moda, llegan los 'muppies'
La nueva tendencia entre los jóvenes se aleja de la falsa dejadez para practicar deporte, comer sano y, sobre todo, explicarlo en las redes sociales
Un 'muppie' aderezado con su ropa informal y su 'iPod'. fotos
Adiós 'hipster', hola 'muppie'. Tras los populares 'hipsters', 'lumbersexuales' y demás modas, ahora llega la nueva tendencia urbana para la generación de jóvenes entre 25 y 35 años: llegan los 'muppies'.
¿Qué caracteriza a un buen 'muppie'? Deporte, comida sana, satisfacción laboral y, como fin, explicar todo ello en las redes sociales.
El concepto 'muppie' es el resultado de unir los movimentos 'millenial' y 'yuppie'. La escritora que ha acuñado el término, Michelle Miller,
lo define como: "nueva generación que se pasa una hora al día buceando
en internet, otra media hora comprando 'on-line' y tres cuartos de hora
pensando qué va a comer el día siguiente".
También son habituales de Twitter, donde exprimen su ingenio para compartir mensajes tan graciosos como críticos mientras ven el último capítulo --a poder ser en versión original-- de alguna de las series de moda.
El 'look' de los 'muppies' se aleja de la dejadez de los 'hipster' para llevar una vestimenta informal pero arreglada y cuidada, evitando logos de marcas visibles pero garantizando un buen aspecto.
Finalmente, otro patrón clave para esta nueva tendencia es la pasión por su trabajo, siempre antes que un buen sueldo. El dinero no es lo más importante para un 'muppie', valoran las pequeñas cosas del día a día. Eso sí, no descartan darse un capricho de vez en cuando.
¿Qué caracteriza a un buen 'muppie'? Deporte, comida sana, satisfacción laboral y, como fin, explicar todo ello en las redes sociales.
El 'running' es uno de los deportes preferidos de los 'muppies'.
NATIVOS MUY DIGITALES
Los 'muppies' están bien formados, han estudiado algún máster, hablan dos o tres idiomas y han crecido agarrados a la PlayStation y a los auriculares del 'mp3'. Han nacido con la tecnología en su vida, son de los llamados 'nativos digitales' y lo aprovechan. Utilizan las tecnologías para todo: comunicarse, informarse, hacer vida social y subirse el autoestima gracias a sus seguidores en Instagram.También son habituales de Twitter, donde exprimen su ingenio para compartir mensajes tan graciosos como críticos mientras ven el último capítulo --a poder ser en versión original-- de alguna de las series de moda.
VIDA SANA, MUY SANA
El deporte y la comida sana son otras de sus pasiones. Amantes del 'running' y de sus 'apps' para móviles, les apasiona comer verde y llenar su cuenta de Instagram de platos ecológicos con, mínimo, diez 'hashtags'.El 'look' de los 'muppies' se aleja de la dejadez de los 'hipster' para llevar una vestimenta informal pero arreglada y cuidada, evitando logos de marcas visibles pero garantizando un buen aspecto.
Finalmente, otro patrón clave para esta nueva tendencia es la pasión por su trabajo, siempre antes que un buen sueldo. El dinero no es lo más importante para un 'muppie', valoran las pequeñas cosas del día a día. Eso sí, no descartan darse un capricho de vez en cuando.
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