LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - La ciencia de las pequeñas cosas ,. , fotos,.
La ciencia de las pequeñas cosas ,.
Descubrimos las ciencias de las pequeñas cosas en 'Un científico en el supermercado' de José Manuel López Nicolás,.
El libro de José Manuel López Nicolás 'Un científico en el supermercado' es un trabajo divertido y ácido que da luz a los debates científicos de actualidad y nos esclarece las verdades y las mentiras con las que nos topamos a diario.Autor también de los libros 'Nuevos alimentos para el siglo XXI' y 'Vamos a comprar mentiras' Jose Manuel López Nicolás es Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y Director de la Unidad de Cultura Científica y de Innovación de la Universidad de Murcia. Miembro de del grupo de investigación Bioquímica y Biotecnología enzimática.
Además también es el responsable de más de 100 artículos científicos en las principales revistas científicas en el campo de la nutrición, bioquímica y la tecnología de los alimentos. Por otro lado, es también el creador del blog de divulgación científica 'Scientia' que ha logrado numerosos premios.
Ahora José Manuel López Nicolás vuelve con un nuevo y fascinante trabajo con 'Un científico en el supermercado' una obra que para el lector resultará amena y divertida mientras va descubriendo curiosidades del mundo que le rodea como la seguridad de los alimentos que consumimos hoy, la calidad de los cosméticos que usamos, la comodidad de la ropa que vestimos o los fármacos que utilizamos. Pura física y química que se esconde en nuestro día a día, escondidos en un atardecer o una copa de vino.
TITULO: Quién es Quién en Extremadura,.
Quién es Quién en Extremadura,.
El mayor directorio empresarial actualizado, clasificado por sectores e integrado por empresas referentes en sus respectivos sectores en Extremadura
Una iniciativa de San Telmo Business School y el Diario HOY / foto,.
Formado sólo por aquellas empresas que verdaderamente son referentes en sus respectivos sectores. Accesible de manera permanente desde www.hoy.es y una vez al año se editará una guía impresa que será presentada en un acto público. La base de datos será construida a partir de la información que obra en poder de San Telmo Business School y a partir de los propios empresarios que estén interesados en que sus empresas participen en el mismo a través del cuestionario.
Formado sólo por aquellas empresas que verdaderamente son referentes en sus respectivos sectores. Accesible de manera permanente desde www.hoy.es y una vez al año se editará una guía impresa que será presentada en un acto público. La base de datos será construida a partir de la información que obra en poder de San Telmo Business School y a partir de los propios empresarios que estén interesados en que sus empresas participen en el mismo a través del cuestionario.
TITULO:
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Absuelta una madre de maltrato a su hijo tras perder su custodia.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Absuelta una madre de maltrato a su hijo tras perder su custodia ,. , fotos,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Absuelta una madre de maltrato a su hijo tras perder su custodia ,. , fotos,.
Absuelta una madre de maltrato a su hijo tras perder su custodia,.
El juzgado de lo Penal número 8 de Sevilla ha absuelto a una madre de un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar como cooperadora necesaria hacia su hijo, del que perdió su custodia tras ser acusada y al que no pudo ver durante cinco años, así como a su pareja al que también acusaban de un delito de lesiones y de otro de maltrato.
En este trabajo desarrollaré algunas ideas sobre los efectos
psíquicos del maltrato en la infancia, entendiendo que es fundamental
detectar las secuelas que dejan los vínculos violentos.
Hablar de la violencia en relación a los niños nos lleva a pensar en un amplio espectro de violencias: violencia social, violencia familiar, violencia desatada a lo largo de la historia. La explotación de menores, los golpes, el hambre, el abandono, la no asistencia en las enfermedades, la apropiación ilegal, el abuso sexual, etc., son todas formas del maltrato… Golpes que incrementan el estado de desvalimiento infantil y que impiden el procesamiento y la metabolización de lo vivenciado.
Algunas cuestiones específicas demandan nuestro aporte como psicoanalistas: 1) ¿cuáles son los determinantes de la violencia de los adultos contra los niños?; 2) ¿qué efectos sufre la constitución subjetiva frente a los embates de la violencia adulta?; 3) ¿cuál es el lugar del psicoanalista frente al maltrato infantil y cuáles son las vías de elaboración que el psicoanálisis posibilita?
Las familias violentas son generalmente familias muy cerradas, en las que no hay un intercambio fluido con el resto del mundo. Los vínculos intrafamiliares son de pegoteo y desconexión afectiva. Cada uno está aislado, absolutamente solo y a la vez no se puede separar de los otros. No hay espacios individuales y tampoco se comparte. Todo es indiferenciado y el contacto es a través del golpe o a través de funcionamientos muy primarios, como la respiración, la alimentación o el sueño.
Así, generalmente, cuando una familia se puede abrir al mundo y establecer redes con otros, la violencia disminuye.
A veces, se supone que se es propietario de los hijos como si fueran objetos. El hijo, su cuerpo y a veces también su pensamiento son vividos como algo propio que se puede manipular a gusto. También es frecuente que, cuando se tiene un hijo, el deseo sea el de tener un muñeco; no un bebé que llora, usa pañales, se despierta de noche, quiere comer a cada rato. Otras veces, se supone que el hijo viene a salvarlos. Y cuando esto, inevitablemente, se rompe, en algunas familias la ruptura de esa imagen resulta intolerable.
Hay algunas situaciones que suelen funcionar como desencadenantes del maltrato:
TITULO: HOY LE TOCA - Marta Robles: "Todos somos cómplices de la explotación sexual",.
Frente a las frías cifras, de tanto oírlas, Marta Robles considera que la ficción podría ser tan eficaz o más para denunciar ese mundo. Y decidió poner la tilde en los puteros. Sin ellos, claro, no habría ni trata ni prostitución. Por La chica a la que no supiste amar (Espasa) aparece un putero habitual y otro que lo practicó hace años en unas circunstancias oscuras. Este último es el ahora detective Tony Roures y hace años reportero de guerra.
El lector viaja por África y España siguiendo los pasos de Blessing. «No se puede tener peor suerte que la de nacer mujer en Nigeria, acabar de puta en España y pillarse un cáncer de mama», se lee al comienzo del libro.
Marta Robles conoce el paño porque fue cooperante hace años en África y la India donde vio «horrores parecidos. Los escenarios de precariedad es donde el ser humano saca lo peor de sí mismo. A veces también lo mejor, pero seguro que lo peor. La situación de las mujeres en todos esos países me espeluznó. Y todo lo que rodea al sexo y a la compraventa de carne humana con mayor motivo. Cuando luego, por casualidad, conocí a una víctima de trata nigeriana, me puse a ver toda suerte de documentales sobre el país y a leer montones de libros que lo describían», añade a EL MUNDO Marta Robles, autora también de Luisa y los espejos, A menos de cinco centímetros y La mala suerte.
En el laberinto de la noche, real y de esta novela, también aparece el juego. «Su exceso, la ludopatía, es, sencillamente, una enfermedad muy seria que conduce al abismo. Cambia la personalidad y crea una serie de necesidades que pueden convertir a una persona sin problemas en otra capaz casi de cualquier cosa». El libro da fe de ello.
Además del detective Roures -ya en los 60 y un sentimental que cae simpático- otro personaje clave es su amigo Alberto Llorens, un fotógrafo que tuvo éxito y prestigio pero que ahora es víctima del olvido. De ahí pasó a la abulia y al desencanto, incluso a la avaricia. Ese tránsito, como se verá, no todos lo pueden soportar.
Hacia la mitad del libro se lee: «En España hay tres burdeles por cada hospital público y solo el año pasado Interior censó 14.000 mujeres dedicadas a la prostitución, aunque es más que probable que el número real triplique esta cifra. Hay informes que incluso hablan de 100.000. Y según los cálculos de la Policía, el 80% de ellas son víctimas de la trata». Sí, asusta. Estremece. A lo que Marta Robles puntualiza: «Es así. Realmente».
Preguntada por cinco títulos del género negro, la periodista ofrece una lista multicolor: Tarde, mal y nunca y Yo fui Johnny Thunders de Carlos Zanón, Los mares del sur de Vázquez Montalban, Ese dulce mal de Patricia Highsmith, El puñal de Jorge Fernández Díaz y Adiós, muñeca de Raymond Chandler. Sabe de lo que habla. Como del tema del que nos ocupa. ¿Qué puede hacerse ante la prostitución? «Yo soy abolicionista. No es que crea que la abolición erradique el problema por completo, porque creo que eso no es posible; pero si miramos a Suecia vemos que le va mejor que por ejemplo a Holanda, que se ha decantado por la regularización. Además, si hay algo que sé es que a los proxenetas les parece estupenda la regularización precisamente porque les facilita su negocio; así que está claro que me parece un error apostar por ella».
Faltaba el tema de las drogas, tratado desde la primera juventud: los padres no quedan precisamente bien, no se enteran de qué van los hijos. Y un asunto nada baladí como la lealtad y los límites (dudosos según quién hable y en qué momento) de la confianza en una relación. Como la vida misma, como la que trataron Charles Dickens, Stendhal, Virginia Woolf, Graham Greene y el citado Raymond Chandler, el quinteto al que rinde pleitesía la escritora Marta Robles.
Hablar de la violencia en relación a los niños nos lleva a pensar en un amplio espectro de violencias: violencia social, violencia familiar, violencia desatada a lo largo de la historia. La explotación de menores, los golpes, el hambre, el abandono, la no asistencia en las enfermedades, la apropiación ilegal, el abuso sexual, etc., son todas formas del maltrato… Golpes que incrementan el estado de desvalimiento infantil y que impiden el procesamiento y la metabolización de lo vivenciado.
Algunas cuestiones específicas demandan nuestro aporte como psicoanalistas: 1) ¿cuáles son los determinantes de la violencia de los adultos contra los niños?; 2) ¿qué efectos sufre la constitución subjetiva frente a los embates de la violencia adulta?; 3) ¿cuál es el lugar del psicoanalista frente al maltrato infantil y cuáles son las vías de elaboración que el psicoanálisis posibilita?
ADULTOS VIOLENTOS
¿Qué puede llevar a algunos adultos a ejercer tanta violencia sobre un niño?Las familias violentas son generalmente familias muy cerradas, en las que no hay un intercambio fluido con el resto del mundo. Los vínculos intrafamiliares son de pegoteo y desconexión afectiva. Cada uno está aislado, absolutamente solo y a la vez no se puede separar de los otros. No hay espacios individuales y tampoco se comparte. Todo es indiferenciado y el contacto es a través del golpe o a través de funcionamientos muy primarios, como la respiración, la alimentación o el sueño.
Así, generalmente, cuando una familia se puede abrir al mundo y establecer redes con otros, la violencia disminuye.
A veces, se supone que se es propietario de los hijos como si fueran objetos. El hijo, su cuerpo y a veces también su pensamiento son vividos como algo propio que se puede manipular a gusto. También es frecuente que, cuando se tiene un hijo, el deseo sea el de tener un muñeco; no un bebé que llora, usa pañales, se despierta de noche, quiere comer a cada rato. Otras veces, se supone que el hijo viene a salvarlos. Y cuando esto, inevitablemente, se rompe, en algunas familias la ruptura de esa imagen resulta intolerable.
Hay algunas situaciones que suelen funcionar como desencadenantes del maltrato:
- El llanto del bebé. En tanto hace revivir la propia inermidad, el desamparo absoluto, este llanto puede ser insoportable y se puede intentar acallar de cualquier modo. Es decir, un adulto que no tolera su propio desvalimiento puede entrar en estado de desesperación, e intentar expulsar lo intolerable golpeando a un niño, intentando silenciarlo. Del mismo modo, después, intentarán eliminar toda exigencia del niño, todo lo que los perturbe. Y los niños son siempre perturbadores.
- El comienzo de la deambulación. La separación puede ser vivida como catastrófica por el adulto y lo incontrolable del niño que se mueve solo puede desatar respuestas totalmente violentas. Mientras el bebé no puede alejarse voluntariamente, los acercamientos y distancias son marcados desde la madre. Cuando ésta ubica al niño de acuerdo al juicio de atribución (es bueno si es parte de ella misma y malo si es ajeno a sí) al cobrar autonomía el niño pasa a ser un atacante externo, un demonio imparable, incontrolable. Las palabras de la mamá de Ana, (una nena de cinco años de la que hablaremos más adelante) ilustran claramente esta situación: “Nunca puede estar quieta en un lugar. De beba era un ángel. Comía y dormía. Empezó a gatear a los siete meses y a caminar a los diez meses. De ahí no he tenido descanso. Yo la metía en el corralito y ella se escapaba. Mis padres me dijeron que tenía que comprarle una jaula. Yo la encierro en el baño y se escapa, le pego y le pego y vuelve a moverse…”.
- El control de esfínteres. Las dificultades en el control pueden ser vividas como ataques, como desafío a la omnipotencia parental. El clásico “me lo hace a mí”.
TITULO: HOY LE TOCA - Marta Robles: "Todos somos cómplices de la explotación sexual",.
Marta Robles: "Todos somos cómplices de la explotación sexual",.
La periodista novela en 'La chica a la que no supiste amar' el drama de la trata de mujeres y la prostitución en España
«La novela no trata sólo la prostitución y la trata de mujeres con fines de explotación sexual; en el libro aparecen, además, los celos, el juego, la falta de escrúpulos, el tráfico de pastillas adulteradas, la infidelidad.
Y, en efecto, todos sabemos que todo eso está ahí a nuestro lado, pero
no hacemos nada, así que, de alguna manera nos volvemos cómplices. Lo
más curioso es que los malos de esta novela son personas como las que podrían compartir el café con nosotros cada mañana. 'Como dice Simenon: 'Un asesino es cualquiera de nosotros un segundo antes de cometer un asesinato».
Todo arrancó hace 10 años, cuando a la periodista Marta Robles ayudó a Mabel Lozano a editar el libro El proxeneta
(Alrevés), que luego se convirtió en documental, y donde se denuncian
las catacumbas de los clubes de alterne y la trata de mujeres. Más
tarde, Marta Robles conoció a una víctima, gracias a la mediación de
Rocío Mora, cabeza visible de APRAMP (Asistencia Integral de las
Víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual). Frente a las frías cifras, de tanto oírlas, Marta Robles considera que la ficción podría ser tan eficaz o más para denunciar ese mundo. Y decidió poner la tilde en los puteros. Sin ellos, claro, no habría ni trata ni prostitución. Por La chica a la que no supiste amar (Espasa) aparece un putero habitual y otro que lo practicó hace años en unas circunstancias oscuras. Este último es el ahora detective Tony Roures y hace años reportero de guerra.
El lector viaja por África y España siguiendo los pasos de Blessing. «No se puede tener peor suerte que la de nacer mujer en Nigeria, acabar de puta en España y pillarse un cáncer de mama», se lee al comienzo del libro.
Marta Robles conoce el paño porque fue cooperante hace años en África y la India donde vio «horrores parecidos. Los escenarios de precariedad es donde el ser humano saca lo peor de sí mismo. A veces también lo mejor, pero seguro que lo peor. La situación de las mujeres en todos esos países me espeluznó. Y todo lo que rodea al sexo y a la compraventa de carne humana con mayor motivo. Cuando luego, por casualidad, conocí a una víctima de trata nigeriana, me puse a ver toda suerte de documentales sobre el país y a leer montones de libros que lo describían», añade a EL MUNDO Marta Robles, autora también de Luisa y los espejos, A menos de cinco centímetros y La mala suerte.
En el laberinto de la noche, real y de esta novela, también aparece el juego. «Su exceso, la ludopatía, es, sencillamente, una enfermedad muy seria que conduce al abismo. Cambia la personalidad y crea una serie de necesidades que pueden convertir a una persona sin problemas en otra capaz casi de cualquier cosa». El libro da fe de ello.
Además del detective Roures -ya en los 60 y un sentimental que cae simpático- otro personaje clave es su amigo Alberto Llorens, un fotógrafo que tuvo éxito y prestigio pero que ahora es víctima del olvido. De ahí pasó a la abulia y al desencanto, incluso a la avaricia. Ese tránsito, como se verá, no todos lo pueden soportar.
Hacia la mitad del libro se lee: «En España hay tres burdeles por cada hospital público y solo el año pasado Interior censó 14.000 mujeres dedicadas a la prostitución, aunque es más que probable que el número real triplique esta cifra. Hay informes que incluso hablan de 100.000. Y según los cálculos de la Policía, el 80% de ellas son víctimas de la trata». Sí, asusta. Estremece. A lo que Marta Robles puntualiza: «Es así. Realmente».
Preguntada por cinco títulos del género negro, la periodista ofrece una lista multicolor: Tarde, mal y nunca y Yo fui Johnny Thunders de Carlos Zanón, Los mares del sur de Vázquez Montalban, Ese dulce mal de Patricia Highsmith, El puñal de Jorge Fernández Díaz y Adiós, muñeca de Raymond Chandler. Sabe de lo que habla. Como del tema del que nos ocupa. ¿Qué puede hacerse ante la prostitución? «Yo soy abolicionista. No es que crea que la abolición erradique el problema por completo, porque creo que eso no es posible; pero si miramos a Suecia vemos que le va mejor que por ejemplo a Holanda, que se ha decantado por la regularización. Además, si hay algo que sé es que a los proxenetas les parece estupenda la regularización precisamente porque les facilita su negocio; así que está claro que me parece un error apostar por ella».
Faltaba el tema de las drogas, tratado desde la primera juventud: los padres no quedan precisamente bien, no se enteran de qué van los hijos. Y un asunto nada baladí como la lealtad y los límites (dudosos según quién hable y en qué momento) de la confianza en una relación. Como la vida misma, como la que trataron Charles Dickens, Stendhal, Virginia Woolf, Graham Greene y el citado Raymond Chandler, el quinteto al que rinde pleitesía la escritora Marta Robles.
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