lunes, 20 de enero de 2020

REVISTA FARMACIA - Extremadura atiende cada año a 80.000 pacientes de otras regiones,. / CAFE, COPA Y «Debemos reforzar algún punto concreto durante el verano, pero no hay saturación» . / Víctimas del misterio - Más de 30 años sin saber quién mató a Grégory,.

TITULO: REVISTA FARMACIA -Extremadura atiende cada año a 80.000 pacientes de otras regiones,.

 

Extremadura atiende cada año a 80.000 pacientes de otras regiones,.

Dos sanitarios atienden a una paciente en el servicio de hematología. :: hoy/
fotos / Dos sanitarios atienden a una paciente en el servicio de hematología.

Madrid, País Vasco y Cataluña son las comunidades que más desplazados tienen en la región,.


Resultat d'imatges de revista farmaciaA Extremadura le sale a cobrar. El número de residentes de otras comunidades que son atendidos por la Sanidad extremeña es superior al de los empadronados en la región que reciben asistencia en otros puntos de España.
Madrileños, vascos y catalanes, pese a que las declaraciones de los políticos de esta última región quieran apuntar lo contrario, son los más representados en las cerca de 80.000 personas que están registradas como desplazadas para recibir atención sanitaria en Extremadura.
Por lo tanto, para compensar esta situación, el Fondo de Garantía Asistencial (FOGA) debería pagar a la región un total de 2,12 millones de euros correspondientes al año 2018.
Es algo que no sucede. «No hay un traspaso monetario efectivo en estos momentos», explica Vicente Alonso, director general de Asistencia Sanitaria extremeño, que explica que esta situación se debe a que la regulación de este fondo está en trámite desde hace casi dos años.
El FOGA se creó para compensar económicamente a las comunidades que prestaban asistencia sanitaria a personas de otras regiones. Este fondo se hace cargo de la atención a pacientes que no han sido derivados por los sistemas de salud, si no que acuden a centros de fuera de su región de residencia por voluntad propia.
En este caso, durante 2018, en Extremadura se realizaron 225.990 asistencias sanitarias a residentes de fuera de la comunidad. Lo que significó un coste de 5,78 millones de euros. Del otro lado, las asistencias a extremeños en otras autonomías fueron 130.543, que costaron 3,66 millones de euros.

EN CIFRAS

2,12
millones de euros es la diferencia a favor de Extremadura entre las asistencias sanitarias que en 2018 se hicieron en la región a residentes de otras comunidades, frente a las que necesitaron los extremeños en otros puntos de España.
6.678
extranjeros se atendieron en la región durante 2019, un crecimiento del 11% respecto al año anterior.
El saldo de 2,12 millones de euros va en aumento. En 2017, la diferencia, también a favor de Extremadura, fue de 1,7 millones.
Ninguna de las tres regiones limítrofes con Extremadura ocupan los primeros puestos. Más del 40% de las personas que están registradas como desplazadas para recibir atención sanitaria en Extremadura proceden de la comunidad de Madrid. En torno a un 15% están empadronadas en el País Vasco y algo más de un 14% son catalanas, en términos residenciales.

Emigración

La explicación es sencilla y solo hay que pensar en la emigración en busca de trabajo. La mayoría de los extremeños que abandonaron la región lo hicieron para encontrar mejores oportunidades laborales y estas tres regiones fueron, y son, focos de atracción desde el punto de vista del empleo.
Esos emigrantes mantienen fuertes vínculos con Extremadura y, al pasar temporadas importantes en sus localidades de origen, están registrados como desplazados en el sistema sanitario ante cualquier necesidad de atención que puedan tener.
Además, con la crisis económica y la contracción del mercado laboral en la región, muchos extremeños volvieron a desplazarse a otros puntos de España buscando un empleo.
También pueden engordar esta cifra las personas que tienen su residencia fijada en otras localidades pero trabajan en Extremadura de manera temporal. La mano de obra que todos los años llega a la región con las campañas agrarias y los grandes proyectos fotovoltaicos de los últimos años son dos ejemplos de estas situaciones.
En cualquier caso, como recuerdan desde el Servicio Extremeño de Salud (SES), no todas las 79.617 personas que poseen el estatus de desplazado sanitario terminan recibiendo asistencia, ya que es posible que no la necesiten.
Ese número se redujo en 2019 respecto al ejercicio anterior. Esto supone un cambio de tendencia, porque los datos de la Sanidad extremeña confirman que en los últimos cinco años había ido al alza.
En 2014 había 56.865 desplazados registrados, que pasaron a ser 75.646 un año después y alcanzaron su máximo en 2018, con 84.349.
En cuanto a la procedencia de los potenciales pacientes de 2019, tras Madrid (34.635), País Vasco (12.318) y Cataluña (11.974) sí se sitúan las comunidades que limitan con Extremadura. Andalucía aporta 6.705 personas, un 8,4% del total; Castilla y León, 3.494, un 4,4%, y Castilla-La Mancha, 2.807, 3,5%.
Las siguientes regiones en la lista son la Comunidad Valenciana (2.099), Baleares (1.330), Asturias (1.125), Navarra (693), Aragón (609), Galicia (504), Canarias (438), Cantabria (349), Murcia (305), La Rioja (191), Melilla (23) y Ceuta (18).

Derivaciones

El FOGA sirve para compensar la asistencias a este tipo de pacientes desplazados, pero no es el único fondo que existe. En España hay hospitales de referencia para algunas enfermedades y las regiones no suelen disponer de los medios necesarios para prestar asistencia a todas las complicaciones sanitarias, ya sean consultas especializadas o intervenciones quirúrgicas. «En este contexto, Extremadura sí envía a centros de otras comunidades más pacientes de los que acoge», apunta el director general de Asistencia Sanitaria.
Para estas situaciones está el Fondo de Cohesión Social, que a día de hoy cuenta con una dotación económica de cuatro millones de euros tras la reducción que aprobó el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Sin embargo, se prevé que la cuantía aumente, ya que uno de los puntos del acuerdo de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos es el de elevar su presupuesto. «En este caso, aunque desde los sistemas regionales de sanidad contabilizamos las atenciones y las derivaciones, no se pasan facturas, ya que es algo que siempre ha estado centralizado», comenta Alonso, que considera necesario que se aumente la dotación de este fondo para que el país avance en cohesión social.
Por último, la Sanidad extremeña también contabiliza el número de extranjeros que atiende. El volumen total mantiene una tendencia ascendente en los últimos ejercicios. El año pasado fueron 6.678 las personas en esa situación, 600 más en 2018. «Estos datos de extranjeros no incluyen aquellas personas que conservan la nacionalidad de sus países de origen pero tienen tarjeta sanitaria de la región», explican los responsables del SES.
Para el director general de Asistencia Sanitaria, la cifra de extranjeros va en aumento porque se están mejorando paulatinamente los trámites de regulación de personas que llegan de otros países.

 TITULO:  CAFE, COPA Y  «Debemos reforzar algún punto concreto durante el verano, pero no hay saturación» .
 
 

«Debemos reforzar algún punto concreto durante el verano, pero no hay saturación»,.

Vicente Alonso. :: hoy/
foto / Vicente Alonso.

Vicente Alonso, director general de Asistencia Sanitaria, expone que aumentan las atenciones entre marzo y octubre,.


Atender a pacientes que residen en otras regiones no supone un problema para la Sanidad extremeña. Así lo confirma Vicente Alonso, director general de Asistencia Sanitaria de la Junta de Extremadura. «No hay saturación en ninguna época del año», explica Alonso.
Aunque sí es cierto que durante el buen tiempo, entre marzo y octubre, se nota que aumentan las atenciones a residentes de otros puntos de España. «Hay gente que emigró a otras regiones en los años 70 y 80; ahora, ya jubilados, pasan más tiempo en sus localidades de origen», según el responsable de Asistencia Sanitaria.
Que en primavera y verano haya campañas agrarias que demandan mucha mano de obra y que atraen a trabajadores de otras comunidades a la región también incide en ese mayor número de atenciones en los centros sanitarios extremeños.
Por supuesto, hay que tener en cuenta las vacaciones estivales. «Debemos reforzar algún punto concreto en verano», reconoce Alonso.
Principalmente es algo que sucede en los municipios extremeños que multiplican su población en esos meses en los que es más habitual que los trabajadores se cojan sus vacaciones.

  TITULO:  Víctimas del misterio -  Más de 30 años sin saber quién mató a Grégory,.
 
 

Más de 30 años sin saber quién mató a Grégory,.

Un vuelco judicial y la aparición de un documental reavivan el caso sin resolver de la muerte de un menor francés en 1984,.

Resultat d'imatges de Más de 30 años sin saber quién mató a Grégory,.
Los padres de Grégory Villemin, junto al féretro del niño el 20 de octubre de 1984 en Lepanges-sur-Vologne. 
Antes de quitarse la vida, en julio de 2017, Jean-Michel Lambert advirtió en su carta de despedida: “No se conocerá jamás la verdad”. El que fuera el primer juez de instrucción del asesinato de Grégory Villemin, el niño de cuatro años hallado muerto, atado de pies y manos, a la orilla de un río en Los Vosgos, en el noreste de Francia, el 16 de octubre de 1984, no había podido soportar que, tres décadas más tarde, se reabriera una vez más el caso jamás resuelto que destruyó su carrera y la de otros juristas, que ha marcado la vida de los diferentes sospechosos, todos familiares del niño, y que ha horrorizado y fascinado por igual a varias generaciones de franceses. Casi tres años después del suicidio del magistrado, tras el enésimo giro que ha dado este caso, sus palabras suenan a premonición o incluso maldición. La decisión del Tribunal de Apelación de París, que ha anulado parte de un testimonio clave, vuelve a arrojar dudas acerca de que algún día se logre saber la verdad sobre un caso que, 35 años más tarde, sigue abierto y continúa provocando especulaciones —tras el estreno en noviembre del documental Grégory, uno de los más vistos en Francia, se han multiplicado en las redes sociales los grupos que buscan la verdad— que siguen sin responder a la pregunta más repetida en Francia: ¿quién mató al pequeño Grégory?
Resolver ese misterio se ha convertido en una misión de vida para los padres de Grégory, Jean-Marie y Christine Villemin, a quienes la tragedia persiguió largo tiempo: él pasó varios años en la cárcel tras matar con una escopeta de caza a su primo y hasta entonces mejor amigo, Bernard Laroche, que había sido liberado a comienzos de 1985, cuando se retiró el testimonio principal que lo señalaba como el autor del crimen. Poco después, el juez Lambert, que acabó retirado del caso por su instrucción chapucera, acusó a Christine Villemin del asesinato de su hijo, una sospecha que apoyó incluso la escritora Marguerite Duras en un famoso artículo en Libération y de la que no fue completamente exonerada hasta casi una década más tarde. Todavía hay quienes defienden esa tesis, al igual que hay un bando convencido hasta hoy de la culpabilidad de Laroche.
Más de 30 años sin saber quién mató a Grégory
Un día después de que se encontrara el cuerpo de Grégory, Jean-Marie recibió una carta anónima con el siguiente texto: “Espero que mueras de dolor, jefe. Tu dinero no podrá devolverte a tu hijo. Aquí está mi venganza, estúpido bastardo”. Los Villemin, que llevaban años recibiendo amenazas anónimas por la envidia que al parecer suscitaba en su entorno su posición acomodada gracias a que Jean-Marie era capataz de fábrica pese a su juventud, 26 años, acabaron abandonando el pueblo donde perdieron a su primer hijo —cuya tumba también trasladaron a un lugar desconocido—, y residen hoy en las afueras de París, lejos de las cámaras que años atrás inundaron sus vidas. En el valle de Vologne donde se desarrollaron las tragedias de esta familia grande y compleja y donde nadie quiere oír ni hablar del pequeño Grégory siguen viviendo, a escasa distancia, casi todos los parientes sospechosos de estar implicados de algún modo en el caso. Como los tíos-abuelos paternos de Grégory, Marcel y Jacqueline Jacob, que en el penúltimo giro de esta historia, en 2017, fueron imputados como presuntos autores de las cartas anónimas y por participación en el secuestro del pequeño. O Murielle Bolle, la cuñada de Bernard Laroche cuyo testimonio en 1984 fue la principal prueba que llevó a la detención del primo de Villemin, y que también fue sorpresivamente imputada hace tres años. Pero debido a errores de procedimiento, al igual que tres décadas antes, esa pista se fue, otra vez, al traste.
“Los esposos Villemin sufren las consecuencias de los errores de procedimiento cometidos, pero siguen combativos y confiados. No capitularán jamás. Quieren la verdad”, asegura por correo electrónico su abogado desde hace 30 años, Thierry Moser.
Encontrar esa verdad podría ser un poco más difícil tras la anulación el pasado jueves de parte del testimonio de quien muchos consideran la llave del caso, Murielle Bolle, aunque para alivio de los Villemin y de la fiscalía se han preservado parte de sus declaraciones. En 1984, Bolle era una adolescente de 15 años que vivía con su hermana Marie Ange, la esposa de Bernard Laroche. Primero afirmó que había presenciado cómo Laroche se llevó a Grégory. Pero tras volver a casa de su hermana, al término de su detención preventiva, se retractó y acusó a los gendarmes de haberla presionado para que señalara a su cuñado. Desde entonces, no se ha vuelto a desviar de esa versión, ni cuando en 2017 apareció un primo que asegura que vio cómo la maltrató su familia para que retirara su acusación, extremo que ella niega y que las nuevas pesquisas no han logrado confirmar.
Para su abogado, Jean-Paul Teissonnière, Bolle, a sus 51 años, es también un “víctima” de un caso calificado de “maldito”.
Hace 35 años que se la persigue sin interrupción. Está harta, desea que la dejen tranquila. No tiene ganas de pasarse la vida justificándose por un caso del que no sabe nada”. Desde el estreno del documental, denuncia Teissonnière, Bolle “ha vuelto a recibir cartas anónimas”, como hace 30 años.
Lo que consternó a los Villemin del documental fue escuchar a uno de los policías que llevaron el caso, el excomisario Jacques Corazzi, reconocer que las sospechas contra la madre de Grégory tenían una base sexista: esperaba encontrarse con una madre “doliente, sin peinar, vestida con descuido”, pero se topó con una mujer atractiva, maquillada y “excitante”. “Es vergonzoso. Actuó de manera parcial”, condena el abogado de los Villemin. La familia del fallecido juez de instrucción Lambert critica por su parte que el documental “da una visión parcial” del caso y “atiza un odio peligroso”.
¿Se conocerá algún día la verdad? Pese al último revés judicial, el fiscal de Dijon, Jean-Jacques Bosc, ya ha anunciado que la investigación continúa. El abogado Moser se declara “moderadamente optimista” de ver nuevos avances “en los próximos meses”. Teissonnière no lo tiene tan claro. “La manera en que se ha llevado este caso durante 30 años me hace temer que va a ser difícil resolverlo”. Mientras, la pregunta de quién mató al petit Grégory sigue sin respuesta.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario