TITULO: Domingo -20- Junio - LIARLA PARDO - Javier Clemente ,.
El domingo -20- Junio a las 18:00 por La Sexta, foto,.
Javier Clemente ,.
La opinión de Javier Clemente sobre la mayoría de los políticos: "Son muy malos, unos mentirosos y unos chorizos",.
Javier Clemente analiza con Cristina Pardo en Liarla Pardo la situación de la política actual. El entrenador define a Pedro Sánchez como "un tío coherente" y afirma que "nunca votaría al PP".
Cristina Pardo pregunta a Javier Clemente en Liarla Pardo sobre cómo la situación actual de la política en España. El seleccionador de Euskadi se muestra muy crítico con la mayoría de políticos, a los que califica de "muy malos, mentirosos y chorizos": "No me gusta la deslealtad, si yo te apoyo, te apoyo para todo".
Además, el exseleccionador nacional de fútbol afirma Sánchez no le cae mal: "En general me parece un tío coherente aunque hará cosas que no entiendo muy bien. Me pongo un poco del lado de todo al que ponen a parir". Preguntado sobre el PP, el entrenador confiesa que "nunca le votaría".
Por otro lado, Javier Clemente recuerda con Cristina Pardo cómo era vivir en el País Vasco en los peores años de ETA: "Había que tener mucho cuidado". Además, señala que "decidir la vida o la muerte no corresponde a nadie".
TITULO: ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Malta, Gozo y Comino ,.
Españoles en el mundo - Malta, Gozo y Comino,.
TITULO : Escala
humana - ¿Por qué comemos cordero en Pascua? ,. , Miercoles -16- Junio ,.
El Miercoles -16- Junio a las 21:00 por La 2, foto,.
¿Por qué comemos cordero en Pascua?
En España esta carne está asociada al Domingo de Resurrección desde hace 700 años por dos razones: una fue dictada por la naturaleza y otra por la religión,.
¿Van a comer ustedes cordero este domingo? Yo sí, y apuesto a que muchas de sus neveras guardan a buen recaudo, si no una paletilla o medio lechal, sí unas chuletitas de tierna cría de oveja. Este domingo se celebra la Pascua Florida o de Resurrección e igual que durante las semanas que le preceden lo clásico es comer potaje de vigilia, torrijas y bacalao (recuerdo de los muchos siglos que se respetaron los preceptos de abstinencia en carnes), las reglas gastronómicas dictan que lo típico del día de Pascua sea jamar cordero. Asado, guisado en caldereta, frito… El cordero pascual suele ser la estrella de un menú, que seamos religiosos o no, tiene fuertes raíces espirituales.
Según el Viejo Testamento cordero fue lo que mandó Dios sacrificar a los judíos antes de liberarlos de Egipto, y sangre de cordero lo que usaron esos mismos esclavos para pintar sus puertas, distinguirlas y que las plagas no entraran en ellas. El Pésaj hebreo (del que procede la palabra «Pascua») fue a partir de entonces la fiesta más solemne del calendario judío, en conmemoración precisamente del fin de su antigua esclavitud y en la que nunca faltaba el cordero. Sacrificado en el mismo templo de Jerusalén, a ser posible, cuestión que incitaba a muchos hebreos a festejar la Pascua en aquella ciudad y a celebrar una comida ritual con cordero, pan ácimo, hierbas amargas y vino. El Nuevo testamento cuenta que así lo hicieron también Jesús y sus discípulos: el relato de la Última Cena y la posterior pasión de Cristo son elementos clave en la liturgia de Jueves y Viernes Santo. La tradición cristiana estableció bien pronto un paralelismo entre el cordero que los judíos sacrificaban a Dios por Pascua (el Korban Pésaj) y el sacrificio que Jesús vivió en la cruz. En el evangelio de San Juan aparecen las palabras «he aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» referidas al profeta de Belén, y aquí y allá están desperdigadas por la Biblia metáforas que vinculan a Jesús con la imagen de un cordero inocente, puro y obediente a su pastor.
El Agnus Dei se convirtió en una de las representaciones simbólicas de Cristo y ya en el siglo XIV existe constancia documental de que el consumo de cordero era en España una pieza fundamental de la Semana Santa cristiana. Se comía el Domingo de Resurrección y servía para apaciguar en parte el ansia de carne que los fieles sentían después de una larga Cuaresma sin rastro de alimento carnívoro. En el año 325 el Concilio de Nicea había establecido que la Pascua se celebrara el primer domingo tras la luna llena del equinoccio primaveral, razón por la que no tiene fecha fija y cada año puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Estos saltos en el calendario nos pueden parecer algo arbitrarios, pero en realidad coinciden siempre con un calendario lunar al que la Naturaleza sí que es fiel: la Pascua coincide con el comienzo de la primavera y con la mejor época para comer carne de cordero. Es cuando las ovejas que amamantan pueden pacer en pastos frescos, mejorando la calidad de su leche, y también la época en la que los corderos nacidos en invierno alcanzan la edad óptima para su consumo. A pesar de que «cordero pascual» es una expresión usada para denominar una de las categorías comerciales de la carne de cordero (la de un animal mayor de 4 meses y menor de un año), lo curioso es que ahora en Pascua solemos comer cordero lechal (de 30 a 45 días de edad) o recental (hasta 4 meses de edad), que está en su mejor momento. El pascual tiene un sabor más fuerte que actualmente no es demasiado apreciado, pero que sí era el preferido de nuestros antepasados. Coman cordero este domingo y acuérdense de ellos.
TÍTULO:
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Una ONG en el testamento,.
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Una ONG en el testamento , fotos,.
El Miercoles -16-Junio a las 22:00 por antena 3,.
Una ONG en el testamento,.
Los legados solidarios no acaban de despegar en España: el año pasado se contabilizaron 1.163, que rondaron los 205 millones de euros,.
Lo de dejar dinero en el testamento para buenas causas está muy lejos de ser una ocurrencia novedosa. Nuestros pueblos y ciudades siguen beneficiándose de los frutos de esta costumbre: desde hospitales hasta ermitas, desde barriadas obreras hasta escuelas, incontables edificios e infraestructuras se construyeron en su día gracias a legados que antes llamábamos benéficos y hoy preferimos denominar solidarios. El Código Civil español de 1889 regulaba las disposiciones «para sufragios y obras piadosas en beneficio del alma del testador», cuyo importe se repartía entre la diócesis y el
gobernador, y las «disposiciones hechas a favor de los pobres», para las que se podía nombrar un albacea y que, si no, quedaban a cargo del párroco, el alcalde y el juez municipal. Pero, en el último siglo, estas prácticas han caído en desuso, envueltas en la noción errónea de que solo quedan al alcance de familias privilegiadas, capaces de prescindir de una suculenta porción de sus bienes sin que se note mucho en el reparto general del pastel.
Las ONG mantienen desde hace años una campaña muy activa para difundir la idea del testamento solidario, es decir, la posibilidad de incluir en nuestras últimas voluntades a una o varias de estas entidades, ya sea nombrándolas herederas o, lo más frecuente, asignándoles como legado una cantidad o un bien concreto. Veintitrés de estas organizaciones forman parte de la plataforma Legadosolidario.org, que inició sus actividades en 2007. «La donación a través del testamento es relevante porque contribuye a la sostenibilidad económica de estos proyectos a medio y largo plazo y esto aporta seguridad a las organizaciones. Además, estamos viendo que, cuando una persona va a hacer su testamento, si en ese momento se le informa de esta posibilidad, un tanto por ciento alto decide donar», explica Sonia Gómez, la coordinadora de la campaña.
«Un tanto por ciento alto de las personas que van a hacer testamento, si se les informa de esta opción, deciden donar»
En esta tarea de difusión, han de afrontar tres obstáculos importantes. El primero es que los españoles –o, al menos, esa gran mayoría que no posee grandes fortunas que repartir– no somos muy propensos a hacer testamento: a menudo, preferimos desentendernos de lo que ocurra cuando ya no estemos por aquí, con la convicción de que la legislación vigente ya bastará para hacer una distribución justa de nuestras cuatro cosas. En segundo lugar, la opción de asignar parte de nuestros bienes a entidades solidarias continúa siendo muy poco conocida. Y, finalmente, existe un recelo cultural a introducir a terceros en nuestras disposiciones, como si implicase una traición a la familia o pusiese en peligro el bienestar futuro de nuestros herederos. «En España el tema de la muerte siempre ha sido bastante tabú y ha habido muchos prejuicios para hablar sobre él. No forma parte del discurso social, no hay referentes y la gente prefiere evitarlo. Además, el colectivo de los notarios resulta bastante inaccesible», detalla la coordinadora, empeñada en dejar claro que se trata de un acto «sencillo, económico, reversible y que respeta los derechos de los herederos forzosos», protegidos en cualquier caso por la legítima que establecen los distintos regímenes autonómicos.
Según los datos que recopila el Consejo General del Notariado, el año pasado hubo en España 1.163 herencias que incluían legados de este tipo, con un montante que rondaba los 205 millones de euros. La cifra es muy similar a la del ejercicio anterior, cuando el consejo especificó además que el 60% de los beneficiarios fueron instituciones vinculadas a la Iglesia y el 40% restante, ONG y otras entidades laicas. El Colegio de Notarios de Cataluña, que ofrece datos más pormenorizados sobre lo ocurrido en su comunidad, brinda un detalle curioso: allí las ONG se han llevado el 51% de los legados solidarios de 2019, pero, cuando se traducen a dinero, su parte supone el 70% del total. Es decir, las donaciones póstumas que recibe la Iglesia son más modestas. El decano del colegio catalán, Joan Carles Ollé, no duda en alentar este tipo de disposiciones como «una manera de dar continuidad a acciones solidarias realizadas en el transcurso de la vida» y aclara que estos legados «hay que hacerlos explícitos en el momento de testar». También recuerda que el testamento tiene «un coste aproximado de 50 euros» y no implica ningún procedimiento complicado. La ONG o la entidad correspondiente quedará identificada en el documento con su nombre, domicilio y CIF.
Un viejo poema
La plataforma Legadosolidario.org ha detectado un incremento constante del interés por esta modalidad de donativo, pero a la vez ha apreciado cierto descenso en el montante medio de los legados. Según un estudio realizado en las distintas organizaciones que participan en la campaña, el 62% de los testadores que tienen presentes a las ONG son mujeres, el 53% son solteros y el 69% son socios o donantes de la entidad beneficiaria. Las cifras españolas se encuentran todavía muy lejos de las que se registran en países con más tradición en esta práctica, como el Reino Unido, donde se recaudan por esta vía más de 3.000 millones de euros anuales, de los que el 38% va a parar al ámbito de la salud (con la organización de lucha contra el cáncer en cabeza) y el 15% se destina a entidades que trabajan con animales. En Estados Unidos, la tierra de lo que llaman «donación planificada», los legados solidarios suman unos 35.000 millones de euros anuales y han experimentado un llamativo incremento: hace treinta años, se situaban en torno a los 11.000 millones.
«Son fondos flexibles: nos permiten ayudar sin esperar a que alguien financie un proyecto específico»
Las organizaciones hacen hincapié en que no existe aportación demasiado pequeña y en que, además de dinero, también se pueden dejar bienes. Marie Curie, una ONG británica que trabaja con enfermos terminales, ha confeccionado una lista de algunos legados singulares que ha ido recibiendo a lo largo de los años, como los derechos de un poema de J. Milton Hayes escrito en 1911 (que les han generado 15.000 euros), un cuadro atribuido a Rembrandt (pese a las dudas sobre su autoría, se vendió por 65.000 euros), el piano de la cantante de jazz Adelaide Hall (casi 8.000 euros en subasta) y hasta un 'scooter' para discapacitados que tuvieron que recoger en veinticuatro horas. El dinero recibido por esta vía tiene la ventaja, además, de no estar ligado expresamente a un proyecto, una crisis o una coyuntura determinada: «Gracias a los fondos que obtenemos procedentes de herencias y legados conseguimos llegar donde nadie más llega y en el preciso momento en que surge la necesidad –apunta Israel Quesada, responsable de este tipo de donativos en Unicef España–. ¿Por qué? Porque estos fondos son flexibles. No están afectados por un destino o proyecto concreto. Niños y niñas de lugares recónditos, de los que prácticamente nadie ha oído hablar, pueden recibir nuestro apoyo sin necesidad de esperar a que alguien se interese en financiar un proyecto específico para ellos».
«En vez de perjudicar a mi hijo, creo que le beneficio»
Por supuesto, resulta perfectamente posible que una persona que jamás se ha interesado por cuestiones solidarias sienta esa inquietud en el momento de testar, al meditar sobre ese futuro en el que ya no estará presente, pero los estudios que realizan las ONG demuestran que la mayoría de quienes les dejan un legado ya estaban comprometidos de alguna manera en vida. Es el caso de Conchi Archidona, una madrileña que ya era voluntaria de Unicef antes de enterarse de la opción de incluir a la entidad en su testamento: «La verdad es que yo no sabía ni de qué iba la vaina –admite Conchi, madre de un hijo adoptado– y me pareció muy interesante la posibilidad de dar oportunidades a otros niños. No puedo adoptarlos a todos, y no porque no quiera, que muchos tienen sus familias».
El primero al que se lo comentó fue su hijo, ya veinteañero: «Le dije que él ha tenido la posibilidad de tener un futuro y que podíamos ayudar a otros niños. Yo no tengo ninguna fortuna, solo mi casa y mi sueldo de vendedora», puntualiza. El hijo acogió la idea con entusiasmo y, de hecho, se ha convertido en «un embajador de Unicef que se lo va cascando a todo el mundo, aunque yo le digo que tampoco hay necesidad de pregonarlo». Hacer testamento e incluir el legado fue «muy sencillo» y Conchi se siente «superorgullosa de haberlo hecho», aunque es consciente de que algunos lo interpretan como si arrebatase a su hijo algo que le corresponde: «Para empezar, donas lo que te dé la gana. Y yo no creo que esté perjudicando a mi hijo, sino beneficiándolo, porque gracias a su generosidad habrá otros chavales que van a salir adelante. Si todo el mundo diese algo, cualquier cosa, todo eso se sumaría y se podrían conseguir un montón de cosas».
Conchi tiene 56 años, así que, crucemos los dedos, falta todavía un buen tiempecito para que su legado se haga efectivo. «¡Así lo voy incrementando para que llegue a más, tanto para mi hijo como para el resto!».
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