sábado, 4 de abril de 2020

La Hora Musa - La cultura pierde la paciencia: “Hace falta un verdadero plan de choque” . ,.Martes -7- Abril ,. / Cachitos de hierro y cromo - Manu Chao: crónica de la estrella que dio el gran portazo al sistema ,. Martes-7- Abril ,. / Saber y Ganar,.

TITULO: La Hora Musa - La cultura pierde la paciencia: “Hace falta un verdadero plan de choque ,. . Martes -7- Abril   .
 


 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,
a las 22:55 horas, en La 2 martes  -7- Abril,.   , foto.

 La cultura pierde la paciencia: “Hace falta un verdadero plan de choque,.

El sector de la cultura al completo demanda medidas para paliar los efectos de la crisis. 

Un centenar de premios nacionales, además de otros miembros destacados del sector de la cultura, han remitido una misiva al ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, exigiendo la adopción de medidas urgentes para atenuar la crisis que se cierne sobre una industria de por si precaria. A ellos se unen las voces de muchos de los 700.000 profesionales que trabajan en la industria en España.

Teatro

Entre los que se adhieren a la carta de los premios nacionales está el director teatral Mario Gas, que subraya que las instituciones deberían pensar a largo plazo. “Hace falta un verdadero plan de choque, no medidas sueltas. Hay que tener en cuenta muchas cosas: que los teatros municipales van a tener las arcas vacías, que seguramente a la gente le va a costar volver a reunirse en un patio de butacas, que la mayoría de los contratos de artistas son intermitentes… Y sobre todo que este es un sector que vive al día, que incluso en condiciones normales subsiste en la precariedad”, subraya Gas.
Iñaki Guevara, secretario de la Unión de Actores y Actrices, que la semana pasada emitió un informe que calculaba unos siete millones de euros de pérdidas y un 23% de despidos en el gremio, advierte de que las medidas aprobadas hasta ahora son insuficientes porque no tienen en cuenta las especificidades del sector. “Son genéricas para todos los trabajadores del país y tienen en cuenta unas condiciones que no se suelen dar en los contratos de los intérpretes. No hay ni una sola referencia a la intermitencia, que es lo más característico nuestro y algo distinto a la temporalidad a la que hace referencia el decreto del Gobierno”, recuerda. “Además, todo esto se ha aprobado sin consensuarlo con los sindicatos del sector”, añade Guevara, que aún tiene pendiente su primera reunión con el ministro de Cultura, prevista para la semana próxima.
La directora teatral Carme Portaceli destaca el desconcierto de la profesión. “Hay que recolocar todos los proyectos, como dijo el ministro, dando prioridad a lo que se ha tenido que anular ahora. El problema es que no sabemos para cuándo. No sabemos nada”, apunta.

Cine

En el cine, el sector espera el plan prometido por el ICAA para soportar el parón de rodajes, el cierre de las salas y la cancelación de festivales. Todos priorizan la salud de los españoles, “y eso es capital en este momento”, pero “puede que estemos pagando que el ministro fuera nuevo en su cargo”, confiesa una productora. Adolfo Blanco, productor y distribuidor de A Contracorriente y exhibidor con la cadena Verdi, incide: “Aunque parezca paradójico, me da confianza la velocidad con la que el Gobierno estadounidense rápidamente anunció una inyección financiara generosa e incondicional. Porque si ni ellos lo hubieran hecho, estaría aterrado. Lo envidio, porque allí, como en Francia, el cine es cuestión de Estado. Aquí empezamos a ver contactos y movimientos”. Por su parte, Borja Cobeaga, director, guionista y presidente de DAMA, entidad de gestión especializada en contenidos audiovisuales, explica: “Charlé con el ministro cuando el estado de alarma, y me dijo que la cultura sería un sector prioritario en la reactivación. Me hablaba más a futuro, y espero ver cómo nos encajan las ayudas a los autónomos, ya que los guionistas entramos casi todos en esta categoría. En realidad, somos una parte más de una sociedad española muy tocada”.

Libros

“Muchos no vamos a poder vivir de este oficio durante tiempo”, resume la escritora Marta Sanz la angustia del mundo del libro. La autora de pequeñas mujeres rojas, que lanzó 10 días antes de la crisis, cree que “la clase media, seamos autores, libreros, pequeñas editoriales, traductores y correctores, se va a venir abajo”. Las cifras que aporta Miguel Barrero, presidente de los editores y de la Federación Española de Cámaras del Libro, son dramáticas: “La paralización es de un 90%; la afectación en la facturación será de medio año”; también ha detectado una “falta de liquidez tremenda”. La situación puede empeorar: “En mayo viene la campaña del libro de texto, ¿estarán ya abiertos colegios y librerías?”. Por ello pide a la Administración que ejecute ya algunas medidas. “Nos inquieta que aún no anuncien cosas más concretas”. Bel Olid, presidenta de los escritores catalanes, lamenta que en estos años se hayan perdido “colchones” para el sector como el del canon digital. Por ahí viene la última amenaza: en las últimas semanas, la piratería digital habría crecido… a través de las redes sociales.

Arte

“Honda preocupación”. “Gravísima repercusión”. “Parálisis”. Con esa vehemencia trasladaron los miembros de la Mesa Sectorial del Arte Contemporáneo la necesidad de adoptar medidas urgentes a José Manuel Rodríguez Uribes. Fue este 26 de marzo. Tras varios días de silencio, el ministerio ya ha establecido los primeros contactos y desde el sector confían en obtener soluciones a corto plazo, cada cual con sus necesidades específicas. Para la Asociación de Directores de Arte Contemporáneo (ADACE, que preside Juan Antonio Álvarez Reyes), habría que empezar por “no reducir aún más los exiguos presupuestos de los museos, mermados brutalmente por la crisis”. Eso sin olvidar el trabajo de los creadores, “el epicentro del sector”. Como recuerda desde el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) Marta Pérez Ibáñez, “otros países, como Francia, Alemania, Italia y Chile, han desarrollado ya planes de choque. Incluso algunas comunidades autónomas y ayuntamientos ya están actuando”. Falta el empujón del Estado, para el que tienen preparada todo una batería de propuestas: desde “aprobar una subvención para la producción de exposiciones y proyectos cancelados y una ayuda inmediata de 2.000 euros por galería”, como apunta Idoia Fernández, presidenta del Consorcio de Galerías; hasta “no reducir ni eliminar ayudas a artistas visuales tras el fin del Estado de Alarma” (petición de la Unión de Artistas Contemporáneos, presidida por Consuelo Vallina); y “constituir un fondo extraordinario para la Cultura”, teniendo siempre presente la Ley de Igualdad para garantizar la igualdad efectiva (Mujeres en las Artes Visuales, entidad que encabeza Lola Díaz). “Ahora que desde el ministerio ya se han empezado a tomar las primeras medidas y se está escuchando a los profesionales, confiamos en que los próximos pasos vayan en la buena dirección”, concluye Pérez Ibáñez, del IAC.

Música

La cantante y compositora Amparo Sánchez, Amparanoia, tiene clara su petición a la administración: “Que de una vez seamos reconocidos como gremio. Somos una profesión intermitente, con meses de parón. Y no estamos protegidos. Pido lo que tienen en Francia, una Ley de Intermitencia, con subsidio, facilidades para acceder a la sanidad, seguridad social…”. Tanto la Federación de Música de España (donde se integran todos los sectores) como los Festivales de Música (la voz de 50 festivales) ven necesario que el gobierno aplique el concepto “por causa de fuerza mayor”. Así podrán gestionar con más flexibilidad la devolución de entradas en caso aplazamiento o suspensión. “Establecer en el caso de aplazamiento, como ha sucedido en otros países como Italia, Bélgica y Alemania, que los organizadores no estén obligados a devolver el importe de las entradas si no es por una causa debidamente justificada o de primera necesidad. Las entradas adquiridas serán válidas para la nueva fecha. Para cancelaciones, establecer una moratoria en la devolución del importe de las entradas hasta el 31 de diciembre de 2020”, dice Iñaki Gaztelumendi, director de la secretaría técnica de la Federación de Música.


  TITULO:   Cachitos de hierro y cromo -  Manu Chao: crónica de la estrella que dio el gran portazo al sistema.     . Martes-7- Abril ,.



 Martes-7- Abril a las 22:00 horas en La 2, foto.

Manu Chao: crónica de la estrella que dio el gran portazo al sistema,.

El cantante, que desapareció renegando de la fama, prefiere actuar en bares, apoya causas minoritarias y regala canciones. Estos días el coronavirus le devuelve a la actualidad,.

Manu Chao en un concierto para el Movimiento 15-M, acampado en la Plaça de Catalunya de Barcelona - © Carles Ribas 

Ocurrió en uno de los momentos más altos de su carrera, después de cerrar la etapa de Mano Negra y justo antes de publicar su primer disco en solitario, Clandestino. Era julio de 1998 y Manu Chao (París, 58 años) se había embarcado en un proyecto llamado La Feria de Las Mentiras, un festival que reunía a malabaristas, djs, conciertos, teatro … Un proyecto ambicioso que le llevó meses de preparación y una celosa tarea de contabilidad para que no fuese deficitario. Se eligió para desarrollarlo Santiago de Compostela, el Mercado de Ganados de Salgueiriños. Miles de personas habían comprado la entrada por 5.000 pesetas. El recinto estaba vallado y se había contratado a una empresa de seguridad para controlar los accesos. Pero algunos encontraron un lugar poco vigilado. A unos minutos de empezar, Manu Chao se encontraba allí, ayudando a un grupo de gente a colarse. El jefe boicoteándose a sí mismo. Empujaba una de las vallas y animaba a entrar a los que no habían pasado por taquilla. “Venga, venga, rápido, pasad”. Los espectadores furtivos no reconocieron al cantante, con la cabeza encapuchada. Han pasado más de dos décadas de aquello y Manu Chao no ha hecho más que acentuar este espíritu indómito, temerario y contradictorio.
Estos días, Manu Chao ha hecho algo que ha estado evitando las últimas dos décadas: equipararse a estrellas como Alejandro Sanz o Bon Jovi. Cómo: publicando un vídeo con canciones para aliviar el confinamiento de la gente. Con esta acción generosa, el cantante ha recordado al público masivo que sigue ahí, que no está desaparecido. Aunque, en realidad, él siempre ha estado activo, pero esquivando al sistema.
Manu Chao no tiene compañía de discos; no hace giras como las de los artistas de su categoría; tiene ofertas para tocar en los mejores festivales del mundo, pero no quiere; no le interesan las entrevistas; no edita discos; no va a recoger premios; no utiliza teléfono móvil…
No tiene compañía de discos; no hace giras como las de los artistas de su categoría; tiene ofertas para tocar en los mejores festivales del mundo, pero no quiere; no le interesan las entrevistas; no edita discos; no va a recoger premios; no utiliza teléfono móvil
Todo esto no le impide estar haciendo cosas todo el rato. Se le puede encontrar actuando en un bar de barrio, sin avisar, o camuflado con otro nombre. O escuchar sus nuevas canciones en su página web. Al artista le atrapó la mano negra del coronavirus realizando un tour en India, Bangladesh, Sri Lanka, Filipinas… Salas pequeñas y en formato acústico de trío. Cuando la cosa se puso fea consiguió llegar a su piso de Barcelona, desde donde está grabando canciones que publica en sus redes sociales con el nombre de “Coronarictus Smily Killer Sessions”. Algunas son versiones de temas suyos (Otro mundo), de otros como Kiko Veneno (Echo de menos) o temas que todo indica que son nuevos (Mi libertad).
Seguramente no existe un músico en los últimos años como él, capaz de dar la espalda al sistema cuando podría sacar tantas cosas de él. Chao fue uno de los músicos más vendedores a nivel mundial de finales de los noventa, con discos como Clandestino (1998) o Próxima estación, Esperanza (2001), dos álbumes que despacharon cuatro millones de ejemplares. Chao pulió aquella música bastarda de su ex grupo Mano Negra, acelerada y bullanguera, y propuso algo más pausado, melancólico. Reggae, rumba, ritmos latinos… para un disco, Clandestino, canónico en lo que se llamó mestizaje. Crucial la parte del mensaje, resumido en dos ideas que repitió en aquellos años: “todo es mentira” y “vivimos la dictadura de la economía”.
“Son canciones simples, pero hay mucha verdad y sinceridad. Manu utiliza las palabras adecuadas. Todo parece fácil, pero tiene una gran complejidad”, apunta Amparo Sánchez, cuyo proyecto musical más conocido es Amparanoia. Sánchez lleva colaborando con Chao los últimos 25 años. “Es un artista crucial para entender el devenir del rock en Latinoamérica durante los 80 y los 90. También es un nudo entre la música europea y africana. Su huella es clave e indiscutible”, afirma el periodista Bruno Galindo, que compartió con Chao un largo viaje por Brasil.
Manu Chao, ayer, tocando desde su casa una de sus 'Coronarictus Smily Killer Sessions'.
Pero Manu Chao vio las largas garras de la fama muy cerca y huyó. Se la encontró, la miró de frente y le dijo: “No me quiero sentir como un muñeco en una tormenta”. A cambio de qué. “En un sentido más amplio, a cambio de la libertad”, afirma Kike Babas, autor junto a Kike Turrón del reciente Manu Chao. Ilegal. Persiguiendo al clandestino (Bao Bilbao Ediciones). “La misión de Manu es vivir la vida, viajar, no caer en la rutina. Uno de sus ejemplos es Bob Marley. Creo que Manu vive y siente la vida como Marley”, señala el coautor del libro, Kike Turrón.
Amparo Sánchez recuerda cómo empezó su relación con Chao. “Era 1995 y yo acababa de llegar a Madrid. Tenía 25 años. Solía ir por la calle Madera [centro de la ciudad] a ensayar cargada con mi guitarra y el pie de micro. Y siempre me cruzaba con un tipo pequeño que me saludaba. Yo era fan de Mano Negra, pero no reconocía a Manu cuando me decía ‘hola’. Un día decidimos tomar una cerveza en un bar de la Plaza del Dos de Mayo. Hablamos tres horas. Me contó sus viajes por Latinoamérica, las causas sociales que le parecían interesantes… Pero yo seguía sin ubicarle y él no dijo nada. Al irse me comentó que tenía un grupo y que ensayaban en un sótano cercano, que me pasara un día. Y me pasé. Abrió él mismo la puerta y me di cuenta de que eran Mano Negra”.
Nacido en París, de padre gallego (Ramón) y madre vasca (Felisa), a Manu Chao no le interesaron mucho los libros que colmaban el salón de su casa de clase media. Prefería la calle. Ramón Chao (Lugo, 1935- Barcelona, 2018), su padre, era un periodista y escritor que trabajaba para medios como Le Monde y recibía premios literarios. Los dos hijos de la pareja, Antonie (nacido en 1964) y Manu (en 1961), comienzan de adolescentes a tocar rock. Manu forma bandas como Hot Pants o Los Carayos… y Mano Negra, junto a su hermano, que empezó en 1987 con su mezcla de punk, ska y ritmos latinos y fue en camino ascendente en popularidad hasta su separación en 1997.
“Durante mucho tiempo a Manu Chao le pesó mucho ser Manu Chao. Después del éxito de 'Clandestino¡ todo el mundo le pedía opinión sobre todo y eso creo que le generó mucha frustración” (Sagrario Luna, que conoce al artista desde los ochenta y ha trabajado con él)
La ruptura de Mano Negra, que acabó en juicio, destrozó a Chao. “Fue una etapa de gran zozobra. Incluso se plantea dejar la música. El final del grupo le produjo mucho desgaste y a esto se unió una separación sentimental. Se deprime. Baraja hacerse trabajador social en África o seguir los pasos de su padre y hacerse periodista”, afirma el escritor Kike Babas.
Chao opta por un viaje terapéutico por Latinoamérica que le salvará tanto emocional como creativamente. Encuentra a su pareja en Brasil y se nutre de los ritmos latinos. Toda esta melancolía latina será el armazón de Clandestino, que graba a la vuelta. “El éxito de Clandestino nos pilló por sorpresa. No lo esperábamos en la compañía y creo que Manu tampoco. Él siempre ha sido muy honesto, un músico que se nutre del barrio, que prefiere tocar con los músicos desconocidos que conoce en un bar que con grandes nombres”, cuenta Javier Liñán, la persona de confianza del francés en su etapa en la multinacional Virgin. El disco vende millones de ejemplares. Música en español codeándose con los que triunfaban en aquella época: Britney Spears, NSYNC, Eminem, Limp Bizkit…
Sagrario Luna conoce a Manu Chao desde que formó Hot Pants, a finales de los ochenta. “Recuerdo que en aquella época solo hablaba de Chuck Berry y Camarón y llevaba un pequeño tupé”, comenta. Luego trabajó con él en giras y en Virgin. “Era trabajar con un colega”, señala. “Durante mucho tiempo a Manu Chao le pesó mucho ser Manu Chao. Después del éxito de Clandestino todo el mundo le pedía opinión sobre todo y eso creo que le generó mucha frustración”, señala Luna. Y añade: “Siempre me ha parecido un tipo de verdad. Tiene claroscuros, como todos, pero nunca ha sido falso. Por otra parte, lo veía bastante solitario, con pocos amigos, a los que, eso sí, cuidaba mucho”. El discurso de Chao por esta época tiene tintes de visionario. Alerta sobre el populismo xenófobo, el integrismo religioso, la muerte del formato físico en la música. Y crea un movimiento alrededor de él. Así lo definió Fermín Muguruza, músico que también colaboró con el francés: “Se formó una red internacional del rock en la que estaban todos remando para conseguir un mundo mejor”.
Los que han compartido vivencias con él subrayan su carácter austero: “Cuando te sientas a comer con él no hay dos platos y postre. Solo picoteas”. “El sitio más incómodo en el que he dormido en mi vida fue con Manu: en un pueblo de Brasil, en una especie de armario”. “Se compra la ropa en tiendas de segunda mano”

Para entender la posición fuera de foco actual del músico hay que revisar dos episodios de su vida, decepciones que le quitaron la poca fe que tenía en el establishment. Una de ellas es con Iggy Pop, un músico al que Chao admiraba… hasta que Mano Negra ejerció de telonero del líder de los Stooges. Así lo contó a El País de las Tentaciones: “Con Iggy Pop aprendimos la dura ley de showbusiness. Nos boicotearon el sonido, prohibieron a los del catering darnos de comer, a veces hasta nos prohibieron tocar. Y, al final, el numerito. Cuando alguien de la seguridad –a veces el propio hijo de Iggy, que trabajaba en la gira-, empujaba a algún tío que intentaba subirse al escenario, Iggy decía: ‘¡Eh, tú, hijo de puta, no toques a mi público!’. Y toda la sala pensando: ‘Qué tipo más enrollado es Iggy”.
Y el segundo tiene que ver con su compromiso social. En julio de 2001 el cantante acude a Genova (Italia) para protestar, con muchos miles más, ante la reunión de los países más poderosos, el G-8. El anfitrión es Silvio Berlusconi, por entonces primer ministro italiano. Chao actúa y al día siguiente participa, aporreando un tambor, en una gran manifestación en contra de la política del G-8. Y se marcha a Francia. Al día siguiente, el caos. Un grupo de manifestantes violentos entra en acción y la policía italiana se emplea a fondo. Las imágenes se distribuyen por todo el mundo, con manifestantes pacifistas arrollados por un huracán de violencia. Chao lo ve todo en su casa de París, por la televisión, y le horroriza.
Muchos le reclaman como el líder antiglobalización que necesita la calle. Él, primero habla. “Ese movimiento no necesita líderes, si hay líderes es nefasto para el movimiento. Esa etiqueta del líder del movimiento la rechazo”, dice en una rueda de prensa en Valencia, antes de un concierto, en septiembre de 2001. Y, luego, esquiva a toda costa aparecer en un informativo durante los siguientes años. Busca batallas antimediáticas, luchas de pequeñas comunidades. Como las reivindicaciones salariales de las trabajadoras del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) en Barcelona; en Mendoza (Argentina), para apoyar que no se permita el fracking y la megaminería; alentando a las llamadas kellys (las trabajadoras de la limpieza en los hoteles); en defensa del pueblo mapuche; al lado de los migrantes; en contra de la multinacional Monsanto… Acude siempre con su pequeña guitarra, vestido con sus eternos pantalones pirata y con su perenne sonrisa dibujada en el rostro. Chao escucha, canta y apoya económicamente. No sale en prensa, pocos se enteran.
“A Manu le duele el mundo. Y se calma yendo a los sitios y apoyando causas pequeñas que cree justas. En sus conciertos masivos siempre deja un sitio para que estos colectivos se expresen. En un momento dado del concierto se para y suben al escenario a expresarse, como ocurrió en 2016 en la Plaza Mayor de Madrid”, apunta Kike Babas, que fue el contacto entre el artista y el Ayuntamiento de la entonces alcaldesa Manuel Carmena para celebrar el recital. “Quiso estar en Madrid porque después de muchos años en la capital se respiraban otros aires. Pero dejó muy claro que no quería que le vinculasen ni con ningún partido político ni con el 15-M”, dice Babas.
Los que han compartido vivencias con él subrayan su carácter austero: “Cuando te sientas a comer con él no hay dos platos y postre. Solo picoteas”; “el sitio más incómodo en el que he dormido en mi vida fue con Manu: en un pueblo de Brasil, en una especie de armario; “se compra la ropa en tiendas de segunda mano”… Amparo Sánchez cuenta una anécdota al respecto: “Manu ya era una estrella, pero recuerdo que cuando quedábamos nos sentábamos en un portal, con tabaco y una cerveza y allí pasábamos las horas hablando”. El artista se puede permitir esta vida errante y libre de cadenas (familiares, laborales…) porque su cuenta corriente es ancha. “Las ventas de sus dos primeros discos en solitario y los derechos de autor le sirven para vivir él y su descendencia de forma bastante holgada”, señala una fuente. A juzgar por las canciones que cuelga en su web no se vislumbra una evolución musical. “No creo que lo necesite ni que la busque. Le interesa la cultura popular, el barrio, el músico que trabaja la calle”, apunta Liñán.
Su casa de Barcelona tiene unos 80 metros cuadrados y es un especie de taller de trabajo, con un ordenador, recuerdos de los lugares por donde viaja y, en un rincón, un camastro “que no parece muy cómodo”. Pasa al menos una vez al año por Brasil, donde vive su único hijo, el veinteañero Kira.
El año que viene Manu Chao cumplirá 60 años. Se ha mantenido siempre alejado de las drogas duras: ha preferido fumar hierba y beber licores de sobremesa, pero de forma comedida. Se conserva juvenil. Es pequeño, delgado y fibroso. Corre, juega al fútbol y se mueve, siempre se mueve. Su última canción confinada se llama Mi libertad. Dice así: “Mi libertad, mi compañera, mi libertad, mi soledad”.

  TITULO: Saber y Ganar,.


foto / Un programa presentado por Jordi Hurtado.
(Aplauso)
Bienvenidos, amigos espectadores.
Saber y ganar - 12/03/20 - ver ahoraAquí está ya su programa, "Saber y Ganar".
Hoy tenemos un programa apasionante,
lleno de grandes pruebas; también con la clase de inglés.
Así es que vamos a saludar ya a nuestros concursantes.
¡Ladies and gentlemen,
Mari Jose, Albert y David!
¡Bienvenidos!
Mari Jose Sánchez, tercer programa.
Bienvenida, Mari Jose. Gracias, Jordi.
¿Qué tal? ¿Cómo va, Mari Jose?
Después de lo de ayer, vamos a ver. ¿Por qué? ¿Qué pasó ayer?
Pero si apareció Spiderman, bien, ¿no?
Sí, la Calculadora Inhumana.
Bueno, tiene que acudir a la Academia Díaz, ya lo sabe
a su colega. Sí.
A su colega de Barcelona. Bueno.
De Villava, Navarra.
Mucha suerte, que vaya muy bien. Gracias.
Albert, Alberto Millán, de Madrid. Bienvenido.
Muchas gracias. Gran Reto, en el último instante.
¡Huy, qué emoción! In extremis.
In extremis, sí. Se pasa fatal.
Octavo programa. Alberto, filólogo, muy bien.
Demostrando que es filólogo y superando el Reto. Suerte.
Que vaya muy bien este programa. Gracias.
David Díaz, ya pasó el 90, está en el 91.
Bienvenido, David. Suerte. Gracias. Bien hallado.
Ya la recta final: uno, dos, tres...
Hasta el 100. 91, poquito a poco.
Tiene que llegar al "one hundred". Ojalá.
Ánimo, a llegar a la meta. Suerte. Espero, gracias.
De Madrid, reside en Barcelona y es técnico de Hacienda.
Y casi 79 000 euros. No está mal.
Suerte, a disfrutar del programa. Gracias.
Y marcadores a cero.
Sí, un programa muy intenso, Juanjo, con muchas pruebas
y con tres pistas solo en la Parte por el Todo.
¿No hay más pistas hoy? No hay más pistas.
No hay más pistas. Ya lo dije el último día.
Bueno. No hay más pistas, tres pistas.
Solo hay esas tres pistas.
A ver qué dirán hoy nuestros concursantes.
Tenemos hoy 700 euros que están muy pero que muy bien
y tenemos mucho juego.
Y para empezar una batería de preguntas.
Así es, no deseo otra cosa, mas que se termine el programa
con tres marcadores espectaculares. Ojalá que lo consigan.
Vamos allá. Empieza el juego, tres minutos.
Mari Jose, a responder. Suerte. Tiempo.
Fray Luis de León fue profesor de la Universidad de...
Salamanca. Correcto.
¿Cómo se llamaba el programa de reformas económicas de la URSS
impulsado por Gorbachov?
Perestroika. Correcto.
¿Qué tipo de establecimiento comercial regenta el protagonista
de la comedia romántica "Notting Hill"?
Una librería. Correcto.
¿Qué significa tao,
el concepto fundamental del taoísmo chino?
¿La luz que ilumina? No es correcto. Alberto.
¿Qué título mundial conquistó el motociclista Álex Márquez
en noviembre de 2019?
Moto3. No es correcto. David.
¿Cuál es la primera y más valorada novela
del polémico escritor francés Louis-Ferdinand Céline?
¿"Viaje al fin de la noche"? Correcto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario