TITULO:
La Hora Musa - La cultura pierde la paciencia: “Hace falta un verdadero plan de choque ,. . Martes
-7- Abril .
'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,
a las 22:55 horas, en La 2 martes -7- Abril,. , foto.
La cultura pierde la paciencia: “Hace falta un verdadero plan de choque,.
Un centenar de premios nacionales, además de otros miembros destacados del sector de la cultura, han remitido una misiva al ministro de Cultura,
José Manuel Rodríguez Uribes, exigiendo la adopción de medidas urgentes
para atenuar la crisis que se cierne sobre una industria de por si
precaria. A ellos se unen las voces de muchos de los 700.000
profesionales que trabajan en la industria en España.
Teatro
Entre los que se adhieren a la carta de los premios nacionales está el director teatral Mario Gas,
que subraya que las instituciones deberían pensar a largo plazo. “Hace
falta un verdadero plan de choque, no medidas sueltas. Hay que tener en
cuenta muchas cosas: que los teatros municipales van a tener las arcas
vacías, que seguramente a la gente le va a costar volver a reunirse en
un patio de butacas, que la mayoría de los contratos de artistas son
intermitentes… Y sobre todo que este es un sector que vive al día, que
incluso en condiciones normales subsiste en la precariedad”, subraya
Gas.
Iñaki Guevara, secretario de la Unión de Actores y Actrices,
que la semana pasada emitió un informe que calculaba unos siete
millones de euros de pérdidas y un 23% de despidos en el gremio,
advierte de que las medidas aprobadas hasta ahora son insuficientes
porque no tienen en cuenta las especificidades del sector. “Son
genéricas para todos los trabajadores del país y tienen en cuenta unas
condiciones que no se suelen dar en los contratos de los intérpretes. No
hay ni una sola referencia a la intermitencia, que es lo más
característico nuestro y algo distinto a la temporalidad a la que hace
referencia el decreto del Gobierno”, recuerda. “Además, todo esto se ha
aprobado sin consensuarlo con los sindicatos del sector”, añade Guevara,
que aún tiene pendiente su primera reunión con el ministro de Cultura,
prevista para la semana próxima.
La directora teatral Carme Portaceli
destaca el desconcierto de la profesión. “Hay que recolocar todos los
proyectos, como dijo el ministro, dando prioridad a lo que se ha tenido
que anular ahora. El problema es que no sabemos para cuándo. No sabemos
nada”, apunta.
Cine
En el cine, el sector espera el plan prometido por el ICAA para
soportar el parón de rodajes, el cierre de las salas y la cancelación
de festivales. Todos priorizan la salud de los españoles, “y eso es
capital en este momento”, pero “puede que estemos pagando que el
ministro fuera nuevo en su cargo”, confiesa una productora. Adolfo
Blanco, productor y distribuidor de A Contracorriente y exhibidor con la
cadena Verdi, incide: “Aunque parezca paradójico, me da confianza la
velocidad con la que el Gobierno estadounidense rápidamente anunció una
inyección financiara generosa e incondicional. Porque si ni ellos lo
hubieran hecho, estaría aterrado. Lo envidio, porque allí, como en
Francia, el cine es cuestión de Estado. Aquí empezamos a ver contactos y
movimientos”. Por su parte, Borja Cobeaga, director, guionista y
presidente de DAMA,
entidad de gestión especializada en contenidos audiovisuales, explica:
“Charlé con el ministro cuando el estado de alarma, y me dijo que la
cultura sería un sector prioritario en la reactivación. Me hablaba más a
futuro, y espero ver cómo nos encajan las ayudas a los autónomos, ya
que los guionistas entramos casi todos en esta categoría. En realidad,
somos una parte más de una sociedad española muy tocada”.
Libros
“Muchos no vamos a poder vivir de este oficio durante tiempo”, resume la escritora Marta Sanz la angustia del mundo del libro. La autora de pequeñas mujeres rojas,
que lanzó 10 días antes de la crisis, cree que “la clase media, seamos
autores, libreros, pequeñas editoriales, traductores y correctores, se
va a venir abajo”. Las cifras que aporta Miguel Barrero, presidente de
los editores y de la Federación Española de Cámaras del Libro,
son dramáticas: “La paralización es de un 90%; la afectación en la
facturación será de medio año”; también ha detectado una “falta de
liquidez tremenda”. La situación puede empeorar: “En mayo viene la
campaña del libro de texto, ¿estarán ya abiertos colegios y librerías?”.
Por ello pide a la Administración que ejecute ya algunas medidas. “Nos
inquieta que aún no anuncien cosas más concretas”. Bel Olid, presidenta
de los escritores catalanes, lamenta que en estos años se hayan perdido
“colchones” para el sector como el del canon digital. Por ahí viene la
última amenaza: en las últimas semanas, la piratería digital habría
crecido… a través de las redes sociales.
Arte
“Honda preocupación”. “Gravísima repercusión”. “Parálisis”. Con esa vehemencia trasladaron los miembros de la Mesa Sectorial del Arte Contemporáneo
la necesidad de adoptar medidas urgentes a José Manuel Rodríguez
Uribes. Fue este 26 de marzo. Tras varios días de silencio, el
ministerio ya ha establecido los primeros contactos y desde el sector
confían en obtener soluciones a corto plazo, cada cual con sus
necesidades específicas. Para la Asociación de Directores de Arte Contemporáneo
(ADACE, que preside Juan Antonio Álvarez Reyes), habría que empezar por
“no reducir aún más los exiguos presupuestos de los museos, mermados
brutalmente por la crisis”. Eso sin olvidar el trabajo de los creadores,
“el epicentro del sector”. Como recuerda desde el Instituto de Arte Contemporáneo
(IAC) Marta Pérez Ibáñez, “otros países, como Francia, Alemania, Italia
y Chile, han desarrollado ya planes de choque. Incluso algunas
comunidades autónomas y ayuntamientos ya están actuando”. Falta el
empujón del Estado, para el que tienen preparada todo una batería de
propuestas: desde “aprobar una subvención para la producción de
exposiciones y proyectos cancelados y una ayuda inmediata de 2.000 euros
por galería”, como apunta Idoia Fernández, presidenta del Consorcio de Galerías; hasta “no reducir ni eliminar ayudas a artistas visuales tras el fin del Estado de Alarma” (petición de la Unión de Artistas Contemporáneos,
presidida por Consuelo Vallina); y “constituir un fondo extraordinario
para la Cultura”, teniendo siempre presente la Ley de Igualdad para
garantizar la igualdad efectiva (Mujeres en las Artes Visuales, entidad que encabeza Lola Díaz). “Ahora que desde el ministerio ya se han empezado a tomar las primeras medidas y
se está escuchando a los profesionales, confiamos en que los próximos
pasos vayan en la buena dirección”, concluye Pérez Ibáñez, del IAC.
Música
La cantante y compositora Amparo Sánchez, Amparanoia,
tiene clara su petición a la administración: “Que de una vez seamos
reconocidos como gremio. Somos una profesión intermitente, con meses de
parón. Y no estamos protegidos. Pido lo que tienen en Francia, una Ley
de Intermitencia, con subsidio, facilidades para acceder a la sanidad,
seguridad social…”. Tanto la Federación de Música de España (donde
se integran todos los sectores) como los Festivales de Música (la voz
de 50 festivales) ven necesario que el gobierno aplique el concepto “por
causa de fuerza mayor”. Así podrán gestionar con más flexibilidad la
devolución de entradas en caso aplazamiento o suspensión. “Establecer en
el caso de aplazamiento, como ha sucedido en otros países como Italia,
Bélgica y Alemania, que los organizadores no estén obligados a devolver
el importe de las entradas si no es por una causa debidamente
justificada o de primera necesidad. Las entradas adquiridas serán
válidas para la nueva fecha. Para cancelaciones, establecer una
moratoria en la devolución del importe de las entradas hasta el 31 de
diciembre de 2020”, dice Iñaki Gaztelumendi, director de la secretaría
técnica de la Federación de Música.
TITULO:
Cachitos de hierro y cromo - Manu Chao: crónica de la estrella que dio el gran portazo al sistema. .
Martes-7- Abril ,.
Martes-7- Abril a las 22:00 horas en La 2, foto.
Manu Chao: crónica de la estrella que dio el gran portazo al sistema,.
El cantante, que desapareció renegando de la fama, prefiere actuar en bares, apoya causas minoritarias y regala canciones. Estos días el coronavirus le devuelve a la actualidad,.
Ocurrió en uno de los momentos más altos de su carrera,
después de cerrar la etapa de Mano Negra y justo antes de publicar su
primer disco en solitario, Clandestino. Era julio de 1998 y Manu Chao (París, 58 años) se había embarcado en un proyecto llamado La Feria de Las Mentiras, un festival que reunía a malabaristas, djs,
conciertos, teatro … Un proyecto ambicioso que le llevó meses de
preparación y una celosa tarea de contabilidad para que no fuese
deficitario. Se eligió para desarrollarlo Santiago de Compostela, el
Mercado de Ganados de Salgueiriños. Miles de personas habían comprado la
entrada por 5.000 pesetas. El recinto estaba vallado y se había
contratado a una empresa de seguridad para controlar los accesos. Pero
algunos encontraron un lugar poco vigilado. A unos minutos de empezar,
Manu Chao se encontraba allí, ayudando a un grupo de gente a colarse. El
jefe boicoteándose a sí mismo. Empujaba una de las vallas y animaba a
entrar a los que no habían pasado por taquilla. “Venga, venga, rápido,
pasad”. Los espectadores furtivos no reconocieron al cantante, con la
cabeza encapuchada. Han pasado más de dos décadas de aquello y Manu Chao
no ha hecho más que acentuar este espíritu indómito, temerario y
contradictorio.
Estos días, Manu Chao ha hecho algo que ha estado evitando las últimas dos décadas: equipararse a estrellas como Alejandro Sanz
o Bon Jovi. Cómo: publicando un vídeo con canciones para aliviar el
confinamiento de la gente. Con esta acción generosa, el cantante ha
recordado al público masivo que sigue ahí, que no está desaparecido.
Aunque, en realidad, él siempre ha estado activo, pero esquivando al
sistema.
Manu
Chao no tiene compañía de discos; no hace giras como las de los
artistas de su categoría; tiene ofertas para tocar en los mejores
festivales del mundo, pero no quiere; no le interesan las entrevistas;
no edita discos; no va a recoger premios; no utiliza teléfono móvil…
No tiene compañía de discos; no hace giras como las de los artistas de su categoría; tiene ofertas para tocar en los mejores festivales del mundo, pero no quiere; no le interesan las entrevistas; no edita discos; no va a recoger premios; no utiliza teléfono móvil
Todo
esto no le impide estar haciendo cosas todo el rato. Se le puede
encontrar actuando en un bar de barrio, sin avisar, o camuflado con otro
nombre. O escuchar sus nuevas canciones en su página web. Al artista le
atrapó la mano negra del coronavirus realizando un tour
en India, Bangladesh, Sri Lanka, Filipinas… Salas pequeñas y en formato
acústico de trío. Cuando la cosa se puso fea consiguió llegar a su piso
de Barcelona, desde donde está grabando canciones que publica en sus
redes sociales con el nombre de “Coronarictus Smily Killer Sessions”. Algunas son versiones de temas suyos (Otro mundo), de otros como Kiko Veneno (Echo de menos) o temas que todo indica que son nuevos (Mi libertad).
Seguramente
no existe un músico en los últimos años como él, capaz de dar la
espalda al sistema cuando podría sacar tantas cosas de él. Chao fue uno
de los músicos más vendedores a nivel mundial de finales de los noventa,
con discos como Clandestino (1998) o Próxima estación, Esperanza
(2001), dos álbumes que despacharon cuatro millones de ejemplares. Chao
pulió aquella música bastarda de su ex grupo Mano Negra, acelerada y
bullanguera, y propuso algo más pausado, melancólico. Reggae, rumba,
ritmos latinos… para un disco, Clandestino, canónico en lo que se
llamó mestizaje. Crucial la parte del mensaje, resumido en dos ideas
que repitió en aquellos años: “todo es mentira” y “vivimos la dictadura
de la economía”.
“Son canciones simples, pero hay mucha
verdad y sinceridad. Manu utiliza las palabras adecuadas. Todo parece
fácil, pero tiene una gran complejidad”, apunta Amparo Sánchez, cuyo
proyecto musical más conocido es Amparanoia. Sánchez lleva colaborando
con Chao los últimos 25 años. “Es un artista crucial para entender el
devenir del rock en Latinoamérica durante los 80 y los 90. También es un
nudo entre la música europea y africana. Su huella es clave e
indiscutible”, afirma el periodista Bruno Galindo, que compartió con
Chao un largo viaje por Brasil.
Manu Chao, ayer, tocando desde su casa una de sus 'Coronarictus Smily Killer Sessions'.
Pero
Manu Chao vio las largas garras de la fama muy cerca y huyó. Se la
encontró, la miró de frente y le dijo: “No me quiero sentir como un
muñeco en una tormenta”. A cambio de qué. “En un sentido más amplio, a
cambio de la libertad”, afirma Kike Babas, autor junto a Kike Turrón del
reciente Manu Chao. Ilegal. Persiguiendo al clandestino (Bao Bilbao Ediciones).
“La misión de Manu es vivir la vida, viajar, no caer en la rutina. Uno
de sus ejemplos es Bob Marley. Creo que Manu vive y siente la vida como
Marley”, señala el coautor del libro, Kike Turrón.
Amparo
Sánchez recuerda cómo empezó su relación con Chao. “Era 1995 y yo
acababa de llegar a Madrid. Tenía 25 años. Solía ir por la calle Madera
[centro de la ciudad] a ensayar cargada con mi guitarra y el pie de
micro. Y siempre me cruzaba con un tipo pequeño que me saludaba. Yo era
fan de Mano Negra, pero no reconocía a Manu cuando me decía ‘hola’. Un
día decidimos tomar una cerveza en un bar de la Plaza del Dos de Mayo.
Hablamos tres horas. Me contó sus viajes por Latinoamérica, las causas
sociales que le parecían interesantes… Pero yo seguía sin ubicarle y él
no dijo nada. Al irse me comentó que tenía un grupo y que ensayaban en
un sótano cercano, que me pasara un día. Y me pasé. Abrió él mismo la
puerta y me di cuenta de que eran Mano Negra”.
Nacido en
París, de padre gallego (Ramón) y madre vasca (Felisa), a Manu Chao no
le interesaron mucho los libros que colmaban el salón de su casa de
clase media. Prefería la calle. Ramón Chao (Lugo, 1935- Barcelona,
2018), su padre, era un periodista y escritor que trabajaba para medios
como Le Monde y recibía premios literarios. Los dos hijos de la
pareja, Antonie (nacido en 1964) y Manu (en 1961), comienzan de
adolescentes a tocar rock. Manu forma bandas como Hot Pants o Los
Carayos… y Mano Negra, junto a su hermano, que empezó en 1987 con su
mezcla de punk, ska y ritmos latinos y fue en camino ascendente en
popularidad hasta su separación en 1997.
“Durante mucho tiempo a Manu Chao le pesó mucho ser Manu Chao. Después del éxito de 'Clandestino¡ todo el mundo le pedía opinión sobre todo y eso creo que le generó mucha frustración” (Sagrario Luna, que conoce al artista desde los ochenta y ha trabajado con él)
La
ruptura de Mano Negra, que acabó en juicio, destrozó a Chao. “Fue una
etapa de gran zozobra. Incluso se plantea dejar la música. El final del
grupo le produjo mucho desgaste y a esto se unió una separación
sentimental. Se deprime. Baraja hacerse trabajador social en África o
seguir los pasos de su padre y hacerse periodista”, afirma el escritor
Kike Babas.
Chao opta por un viaje terapéutico por
Latinoamérica que le salvará tanto emocional como creativamente.
Encuentra a su pareja en Brasil y se nutre de los ritmos latinos. Toda
esta melancolía latina será el armazón de Clandestino, que graba a la vuelta. “El éxito de Clandestino
nos pilló por sorpresa. No lo esperábamos en la compañía y creo que
Manu tampoco. Él siempre ha sido muy honesto, un músico que se nutre del
barrio, que prefiere tocar con los músicos desconocidos que conoce en
un bar que con grandes nombres”, cuenta Javier Liñán, la persona de
confianza del francés en su etapa en la multinacional Virgin. El disco
vende millones de ejemplares. Música en español codeándose con los que
triunfaban en aquella época: Britney Spears, NSYNC, Eminem, Limp Bizkit…
Sagrario
Luna conoce a Manu Chao desde que formó Hot Pants, a finales de los
ochenta. “Recuerdo que en aquella época solo hablaba de Chuck Berry y
Camarón y llevaba un pequeño tupé”, comenta. Luego trabajó con él en
giras y en Virgin. “Era trabajar con un colega”, señala. “Durante mucho
tiempo a Manu Chao le pesó mucho ser Manu Chao. Después del éxito de Clandestino
todo el mundo le pedía opinión sobre todo y eso creo que le generó
mucha frustración”, señala Luna. Y añade: “Siempre me ha parecido un
tipo de verdad. Tiene claroscuros, como todos, pero nunca ha sido falso.
Por otra parte, lo veía bastante solitario, con pocos amigos, a los
que, eso sí, cuidaba mucho”. El discurso de Chao por esta época tiene
tintes de visionario. Alerta sobre el populismo xenófobo, el integrismo
religioso, la muerte del formato físico en la música. Y crea un
movimiento alrededor de él. Así lo definió Fermín Muguruza, músico que
también colaboró con el francés: “Se formó una red internacional del
rock en la que estaban todos remando para conseguir un mundo mejor”.
Los que han compartido vivencias con él subrayan su carácter austero: “Cuando te sientas a comer con él no hay dos platos y postre. Solo picoteas”. “El sitio más incómodo en el que he dormido en mi vida fue con Manu: en un pueblo de Brasil, en una especie de armario”. “Se compra la ropa en tiendas de segunda mano”
Para
entender la posición fuera de foco actual del músico hay que revisar
dos episodios de su vida, decepciones que le quitaron la poca fe que
tenía en el establishment. Una de ellas es con Iggy Pop, un
músico al que Chao admiraba… hasta que Mano Negra ejerció de telonero
del líder de los Stooges. Así lo contó a El País de las Tentaciones: “Con Iggy Pop aprendimos la dura ley de showbusiness. Nos boicotearon el sonido, prohibieron a los del catering
darnos de comer, a veces hasta nos prohibieron tocar. Y, al final, el
numerito. Cuando alguien de la seguridad –a veces el propio hijo de
Iggy, que trabajaba en la gira-, empujaba a algún tío que intentaba
subirse al escenario, Iggy decía: ‘¡Eh, tú, hijo de puta, no toques a mi
público!’. Y toda la sala pensando: ‘Qué tipo más enrollado es Iggy”.
Y
el segundo tiene que ver con su compromiso social. En julio de 2001 el
cantante acude a Genova (Italia) para protestar, con muchos miles más,
ante la reunión de los países más poderosos, el G-8. El anfitrión es
Silvio Berlusconi, por entonces primer ministro italiano. Chao actúa y
al día siguiente participa, aporreando un tambor, en una gran
manifestación en contra de la política del G-8. Y se marcha a Francia.
Al día siguiente, el caos. Un grupo de manifestantes violentos entra en
acción y la policía italiana se emplea a fondo. Las imágenes se
distribuyen por todo el mundo, con manifestantes pacifistas arrollados
por un huracán de violencia. Chao lo ve todo en su casa de París, por la
televisión, y le horroriza.
Muchos le reclaman como el
líder antiglobalización que necesita la calle. Él, primero habla. “Ese
movimiento no necesita líderes, si hay líderes es nefasto para el
movimiento. Esa etiqueta del líder del movimiento la rechazo”, dice en
una rueda de prensa en Valencia, antes de un concierto, en septiembre de
2001. Y, luego, esquiva a toda costa aparecer en un informativo durante
los siguientes años. Busca batallas antimediáticas, luchas de pequeñas
comunidades. Como las reivindicaciones salariales de las trabajadoras
del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) en Barcelona; en Mendoza
(Argentina), para apoyar que no se permita el fracking y la megaminería; alentando a las llamadas kellys
(las trabajadoras de la limpieza en los hoteles); en defensa del pueblo
mapuche; al lado de los migrantes; en contra de la multinacional Monsanto…
Acude siempre con su pequeña guitarra, vestido con sus eternos
pantalones pirata y con su perenne sonrisa dibujada en el rostro. Chao
escucha, canta y apoya económicamente. No sale en prensa, pocos se
enteran.
“A
Manu le duele el mundo. Y se calma yendo a los sitios y apoyando causas
pequeñas que cree justas. En sus conciertos masivos siempre deja un
sitio para que estos colectivos se expresen. En un momento dado del
concierto se para y suben al escenario a expresarse, como ocurrió en
2016 en la Plaza Mayor de Madrid”, apunta Kike Babas, que fue el
contacto entre el artista y el Ayuntamiento de la entonces alcaldesa
Manuel Carmena para celebrar el recital. “Quiso estar en Madrid porque
después de muchos años en la capital se respiraban otros aires. Pero
dejó muy claro que no quería que le vinculasen ni con ningún partido
político ni con el 15-M”, dice Babas.
Los que han
compartido vivencias con él subrayan su carácter austero: “Cuando te
sientas a comer con él no hay dos platos y postre. Solo picoteas”; “el
sitio más incómodo en el que he dormido en mi vida fue con Manu: en un
pueblo de Brasil, en una especie de armario; “se compra la ropa en
tiendas de segunda mano”… Amparo Sánchez cuenta una anécdota al
respecto: “Manu ya era una estrella, pero recuerdo que cuando quedábamos
nos sentábamos en un portal, con tabaco y una cerveza y allí pasábamos
las horas hablando”. El artista se puede permitir esta vida errante y
libre de cadenas (familiares, laborales…) porque su cuenta corriente es
ancha. “Las ventas de sus dos primeros discos en solitario y los
derechos de autor le sirven para vivir él y su descendencia de forma
bastante holgada”, señala una fuente. A juzgar por las canciones que
cuelga en su web no se vislumbra una evolución musical. “No creo que lo
necesite ni que la busque. Le interesa la cultura popular, el barrio, el
músico que trabaja la calle”, apunta Liñán.
Su casa de
Barcelona tiene unos 80 metros cuadrados y es un especie de taller de
trabajo, con un ordenador, recuerdos de los lugares por donde viaja y,
en un rincón, un camastro “que no parece muy cómodo”. Pasa al menos una
vez al año por Brasil, donde vive su único hijo, el veinteañero Kira.
El
año que viene Manu Chao cumplirá 60 años. Se ha mantenido siempre
alejado de las drogas duras: ha preferido fumar hierba y beber licores
de sobremesa, pero de forma comedida. Se conserva juvenil. Es pequeño,
delgado y fibroso. Corre, juega al fútbol y se mueve, siempre se mueve.
Su última canción confinada se llama Mi libertad. Dice así: “Mi libertad, mi compañera, mi libertad, mi soledad”.
TITULO: Saber y Ganar,.
foto / Un programa presentado
por Jordi Hurtado.
(Aplauso)
Bienvenidos, amigos espectadores.
Hoy tenemos
un programa apasionante,
lleno de grandes pruebas;
también con la clase de inglés.
Así es que vamos a saludar ya
a nuestros concursantes.
¡Ladies and gentlemen,
Mari Jose, Albert y David!
¡Bienvenidos!
Mari Jose Sánchez, tercer programa.
Bienvenida, Mari Jose.
Gracias, Jordi.
¿Qué tal? ¿Cómo va, Mari Jose?
Después de lo de ayer, vamos a ver.
¿Por qué? ¿Qué pasó ayer?
Pero si apareció Spiderman,
bien, ¿no?
Sí, la Calculadora Inhumana.
Bueno, tiene que acudir
a la Academia Díaz, ya lo sabe
a su colega.
Sí.
A su colega de Barcelona.
Bueno.
De Villava, Navarra.
Mucha suerte, que vaya muy bien.
Gracias.
Albert, Alberto Millán, de Madrid.
Bienvenido.
Muchas gracias.
Gran Reto, en el último instante.
¡Huy, qué emoción!
In extremis.
In extremis, sí.
Se pasa fatal.
Octavo programa.
Alberto, filólogo, muy bien.
Demostrando que es filólogo
y superando el Reto. Suerte.
Que vaya muy bien este programa.
Gracias.
David Díaz, ya pasó el 90,
está en el 91.
Bienvenido, David. Suerte.
Gracias. Bien hallado.
Ya la recta final:
uno, dos, tres...
Hasta el 100.
91, poquito a poco.
Tiene que llegar al "one hundred".
Ojalá.
Ánimo, a llegar a la meta. Suerte.
Espero, gracias.
De Madrid, reside en Barcelona
y es técnico de Hacienda.
Y casi 79 000 euros.
No está mal.
Suerte, a disfrutar del programa.
Gracias.
Y marcadores a cero.
Sí, un programa muy intenso,
Juanjo, con muchas pruebas
y con tres pistas solo
en la Parte por el Todo.
¿No hay más pistas hoy?
No hay más pistas.
No hay más pistas.
Ya lo dije el último día.
Bueno.
No hay más pistas, tres pistas.
Solo hay esas tres pistas.
A ver qué dirán hoy
nuestros concursantes.
Tenemos hoy 700 euros
que están muy pero que muy bien
y tenemos mucho juego.
Y para empezar
una batería de preguntas.
Así es, no deseo otra cosa,
mas que se termine el programa
con tres marcadores espectaculares.
Ojalá que lo consigan.
Vamos allá. Empieza el juego,
tres minutos.
Mari Jose, a responder. Suerte.
Tiempo.
Fray Luis de León fue profesor
de la Universidad de...
Salamanca.
Correcto.
¿Cómo se llamaba el programa
de reformas económicas de la URSS
impulsado por Gorbachov?
Perestroika.
Correcto.
¿Qué tipo de establecimiento
comercial regenta el protagonista
de la comedia romántica
"Notting Hill"?
Una librería.
Correcto.
¿Qué significa tao,
el concepto fundamental
del taoísmo chino?
¿La luz que ilumina?
No es correcto. Alberto.
¿Qué título mundial conquistó
el motociclista Álex Márquez
en noviembre de 2019?
Moto3.
No es correcto. David.
¿Cuál es la primera
y más valorada novela
del polémico escritor francés
Louis-Ferdinand Céline?
¿"Viaje al fin de la noche"?
Correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario