TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada -
Construcción - Más suelo nuevo industrial en los polígonos con energía verde ,.
LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - Construcción - Más suelo nuevo industrial en los polígonos con energía verde , fotos,.
Más suelo nuevo industrial en los polígonos con energía verde ,.
La Junta pondrá a disposición 15 millones de metros cuadrados en estos espacios de la comunidad con una inversión de 180 millones de euros en cinco años,.
Sserán más de 15 millones de metros cuadrados de suelo industrial, situados en doce políginos de toda Castilla y León, que se nutrirán de energía verde. Y para ello, desde la Junta se invertirá un total de 180 millones de euros, con algunas de las obras que ya están siendo ejecutadas mientras otras se encuentran el licitación.
Por ello, la necesidad, según señala el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, destaca la necesidad de incluir estos proyectos en en la planificación de Red Eléctrica Española (REE) para el periodo 2025-2030, dado que de nada serviría estas ampliaciones o nuevas instalaciones si no tienen acceso a la red, informa Ical.
De momento, ya se está trabajando en un proyecto piloto en uno de estos polígonos, concretamente el situado en Ciudad Rodrigo (Salamanca), que cuenta con una inversión de 12,4 millones y que va convertirse en el primero de España en ser «completamente verde». Un proyecto donde se busca impulsar el uso de energía limpila mediante la instalación de una planta foltovoltaica de unos 40 megavatios.
El resto de polígonos o parques tecnológicos que aumentarán su superficie industrial e incluso de nueva creación, son los de Vicolozano, en Ávila; Melgar de Fernamental, en Burgos, que contará con 11,3 millones; la ampliación-duplicación de Villadangos del Páramo (León), el parque tecnológico de León y El Bayo, en el Bierzo, que dispondrá, este último, de 20 millones; el de Villamuriel de Cerrato (Palencia); el de los Hitales, en Bermuy de Porreros, con 15 millones; y Abades, con 8,5, ambos en Segovia; el PEMA, en Soria; la ampliación del Polígono Escaparate, en Medina del Campo (Valladolid), con 31,7 millones; y Monfarracinos (Zamora), con 14.
«Este suelo industrial tiene que estar bien comunicado, bien equipado, con todos los servicios y donde la energía limpia es fundamental», insistió el consejero, para recordar que en la región casi el 95 por ciento del parque de generación eléctrica es renovable.
El objetivo final de la Junta es que en un plazo de cinco años, el 80 por ciento de estos polígonos industriales se nutran de sistemas de comunidades energéticas renovables y de autoconsumo, pero que, en todo caso, requiere una flexibilización por parte del Gobierno central y su inclusión en la nueva planificación, algo que el Ejecutivo autonómico ya ha trasladado tanto al operador del sistema como a la Administración General del Estado.
Castilla y León es la primera productora nacional de energía eléctrica renovable, con 23 gigavatios hora (GWh) producidos en 2023 y cerca de 14.000 megavatios de potencia limpia instalada. «Sin embargo, en ocasiones nuestros desarrollos industriales no tienen acceso a esa energía, y la inversión que está desarrollando la Junta para dotar de suelo industrial de calidad está comprometida por falta de infraestructura eléctrica de suficiente capacidad».
TITULO: Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Así se gestionó la DANA: ocho correos y una llamada ante el alto riesgo de rotura de la presa ,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Así se gestionó la DANA: ocho correos y una llamada ante el alto riesgo de rotura de la presa ,. fotos,.
Así se gestionó la DANA: ocho correos y una llamada ante el alto riesgo de rotura de la presa,.
Varios responsables del Miteco supieron que Forata podía romperse, dieron por «recibida» la información y no se descolgó un teléfono hasta las 19:30 horas,.
El municipio de Utiel es la primera localidad de donde llegan las imágenes de una gran riada que arrastra incluso un coche de policía local. Es el río Magro que baja completamente desbocado y aún hay peligro de que ocurra algo más grave. El embalse de Forata, que lo regula puede no tener suficiente capacidad para recoger todo el agua de una DANA que ha devastado 69 localidades de la provincia de Valencia y que suma más de 200 fallecidos.
Todo esto ocurre antes de las dos de la tarde. Las alarmas, por tanto, ya han saltado, las lluvias van a ser torrenciales y hay que buscar la manera de que generen los menores daños posibles.
A lo largo de los últimos días, cuando todavía sigue el barro, se buscan desaparecidos y ni siquiera ha habido tiempo dar consuelo a los familias, se ha producido ya un primer análisis para determinar quién tuvo en sus manos minimizar los daños de esta catástrofe.
Hasta ahora, la cronología de los hechos y los gravísimos efectos provocados por el desbordamiento en el barranco del Poyo, han hecho que todas las miradas se dirijan a este punto. Sin embargo, hasta que el barranco llegue a acumular a las 18:55 un total de 2.282 metros cúbicos por segundo, ocurren una serie de acontecimientos que deben tenerse en cuenta en la cronología de los hechos.
El barranco del Poyo desemboca en L' Albufera. El río Magro en el Júcar, y en su trayecto, varios barrancos, como el del Poyo, pueden recibir agua de sus aportaciones, ya sea directamente o a través de flujos de escorrentía que conectan con este sistema fluvial.
Entre las 15:54 y las 19:33 la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) envían ocho correos electrónicos en relación a la presa de Forata. Desde las 17:00 horas se ha constituido el Cecopi (Centro de Coordinación Operativo Integrado), en el que, tal y como han remarcado estos días desde la Generalitat valenciana, también hay una persona de la CHJ.
A las 15:54 se comunica que en la próxima hora se prevén caudales superiores a 1.000 metros cúbicos por segundo en el río Magro porque es necesario «aliviar» la presa. Advierte además de las poblaciones que pueden verse afectadas por el crecimiento del río Magro. Son Montroi, Real, Alfarp, L’ Alcúdia y Algemesí. Avisa de que «estos caudales se incorporan al río Júcar en Algemesí. Se continua el seguimiento».
Emergencias envía una alerta hidrológica a las 17.35 y la notifica a todos los municipios que están en la ribera del Magro y también del Júcar, para advertir de que existe riesgo de desbordamiento generalizado, por lo que se pide a la población que se aleje de las zonas próximas al río.
La situación sigue empeorando y a las 18.04, la CHJ comunica al Cecopi que se ha declarado «el escenario 2 del plan de emergencias en la presa de Forata».
Según los correos a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, este mismo aviso se envía la división de seguridad de Infraestructuras y desde el Ministerio de Transición Ecológica se confirma que se ha recibido. Esta es la única respuesta. Entre los receptores figura el subdirector general del Departamento Subdirección General de Dominio Público Hidráulico e Infraestructuras.
La pregunta
¿Tiene la Confederación Hidrográfica del Júcar que actuar al conocer que una infraestructura que es de su titularidad tiene riesgo de rotura? LA RAZÓN intentó ayer, sin éxito, conocer la versión del organismo de cuenca, pues además del director general anteriormente mencionado y la técnico que envía los correos electrónicos hay otras cinco responsables que reciben esta información.
El escenario 2, que no se detalla en la comunicación al Cecopi, se declara cuando existe riesgo de rotura o avería grave de la presa y no puede asegurarse con certeza que la situación pueda ser controlada «mediante la aplicación de las medidas y medios disponibles».
Los datos que refleja el sistema de control de aforos de la Confederación Hidrográfica del Júcar es verdaderamente alarmante. La tragedia todavía podría haber sido mayor si la presa hubiese resultado dañada. En una gráfica se muestra un pico de 37,7 hectómetros cúbicos embalsados cuando la capacidad total del mismo es de 37,34 hectómetros cúbicos.
A partir de ese momento no hay más correos electrónicos. Sobre las 19:30 se produce la primera comunicación verbal con el Cecopi para advertir de que el escenario 2 no es suficiente para describir la situación, hay que pasar al 3. Esto es, «la probabilidad de rotura es elevada, o ya ha comenzado, resultando prácticamente inevitable que se produzca la onda de avenida generada por la avería o la rotura». El río Magro puede elevar su caudal hasta los 1.500 metros cúbicos por segundo.
Poco antes de esta llamada, concretamente a las 18:46 se reanuda la comunicación vía correo electrónico entre la CHJ con el Cecopi. Se transmite que el barranco del Poyo ya lleva un caudal de 1.686 metros cúbicos y no se ha evacuado a la población ni tampoco se le ha indicado que se ponga a salvo.
Cientos de personas quedan atrapadas con sus coches, pues la riada se lleva todo lo que encuentra a su paso.
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha puesto de manifiesto en varias entrevistas su sorpresa pues, pese a la gravedad de la situación la comunicación se realiza a través de correo electrónico. Incide además en que durante dos horas y media no se les informa de que el caudal del barranco del Poyo sigue creciendo, pese a que las últimas comunicaciones han informado precisamente de lo contrario. El caudal del barranco del Poyo empieza a bajar hasta que se les avisa a las 18:46 de una espectacular subida.
A día de hoy, CHJ ha asegurado que su actuación fue la que engloban sus competencias y que su misión es informar sobre el caudal que circula en los ríos de la cuenca, así como del estado de los embalses. Las alertas, ha remarcado, no están dentro de su cometido.
TITULO: HOY LE TOCA -Viejo café ,.
Viejo café ,.
foto / Hay ciudades que sosiegan y otras que estimulan. El efecto, supongo, varía según cada cual. En lo que a mí se refiere, Sevilla, Lisboa o Tánger, por ejemplo, son de las primeras. De las que inspiran paz y ganas de pasear tranquilo, sin complicarte la vida: comer, leer, tomar una copa, mirar los lugares hermosos y ver pasar a la gente. Aquéllas donde no sientes la necesidad de hacer nada diferente a lo que haces. Otras ciudades, sin embargo, me causan un efecto distinto. En ellas es como si te tomaras una taza de café solo, bien cargado, o te fumaras un cigarrillo de los tiempos en que fumabas. O tuvieras quince años y te enamorases de alguien. Ciudades que abren puertas, que sugieren cosas quizá interesantes que todavía no has hecho. Puestos a seguir con los ejemplos, eso me ocurre en Londres, o en Nueva York, o en la ciudad de México. Son ciudades que incitan a hacer, a vivir, a imaginar. Que, como digo, estimulan. Que te vuelven lúcido y creativo.
De ese segundo grupo, mi favorita es París. Hay ciudades que me gustan más —en ninguna soy tan feliz como en Nápoles—; pero la capital francesa es el amor intelectual de mi vida. Quizá porque fue la primera y fueron muchos los libros que me llevaron allí. Nunca fui fetichista en el sentido de buscar la huella de los autores; por el contrario, siempre procuré evitarlas. Me da igual que Scott Fitzgerald se emborrachara en el Ritz o Hemingway fanfarroneara en el Harry’s Bar de Venecia. Lo que me interesa es el rastro de sus personajes, el eco de la ficción. Por aquel París anduve de jovencito, buscando lugares descubiertos en Los tres mosqueteros, en El conde de Montecristo, en La comedia humana, en Los misterios de París o en El fantasma de la Ópera, y frecuenté innumerables librerías a la caza de tesoros tempranos que conservo en mi biblioteca. Allí, en cafés hoy desaparecidos, como el de Cluny —que era mi favorito—, y en librerías de viejo como las de la rue Odéon o en las ya inexistentes de Saint-André des Arts, me sentí lector contumaz, buen cazador de libros, mucho antes de soñar siquiera con un día escribir novelas. Cuando, sin haber cumplido los veinte años, a lo único que aspiraba era a vivirlas.
He vuelto a París, como hago de vez en cuando. Hace un par de semanas recorrí otra vez los lugares habituales: un trayecto que, a estas alturas de mi vida, podría hacer con los ojos cerrados. Ni el café de Cluny, ni la gran librería de la esquina de Saint-Michel, ni la tienda de cómics de esa misma calle, ni la anticuaria de Fabrice Teissèdre, ni la náutica de Michéle Polak existen ya —el inconveniente de vivir demasiado tiempo es que ves desaparecer demasiadas cosas—, y los buquinistas del Sena tienen más recuerdos baratos para turistas que libros, grabados y revistas antiguas —¿qué habrá sido de aquella librera pelirroja de la que me enamoré hace medio siglo?—. Sin embargo, aún quedan lugares como L’Écume des Pages, próxima a mi hotel, la magnífica Gibert-Joseph, casi frente a La Sorbona, muchas de la rue Odéon y viejos cafés —Départ Saint-Michel, Les Deux Magots, Le Bonaparte— para sentarte a revisar el botín del paseo diario. Lugares donde, con esos libros recién comprados sobre la mesa, y ahí está la magia última del asunto, seguir imaginando.
Porque a eso me refiero con lo de ciudades que estimulan. Cada vez que regreso a París creo recuperar aquella inocencia original, la del joven lector para quien los libros eran un formidable camino que conducía directamente al futuro; cuando todo era posible porque aún estaba por leer y descubrir con una intensidad que proyectaría los libros leídos en la existencia vivida o por vivir. Y también en esta ocasión, como cada vez que vuelvo allí, sentí la inocencia del autor de mis primeras novelas, escritas hace más de treinta años: cuando narrar no era todavía una actividad profesional, sino una nueva forma de aventura, un modo de mezclar lo vivido con lo leído y lo imaginado. Y mientras caminaba con mi bolsa de libros en una mano y el paraguas en la otra —nada es del todo perfecto, y en esa ciudad llueve siempre—, en busca de un café donde hojear tranquilo el fruto de la jornada, me sentía otra vez, de nuevo y como de costumbre, capaz de urdir más historias que me hagan feliz mientras trabajo en ellas. Era, o es, como si cuanto tengo en la cabeza se airease y pusiera al día, llenándose de ideas y tramas inéditas, de nuevos personajes y puntos de vista, de relatos hermosos todavía por escribir, para los que no bastará —y no hay dramatismo alguno en esta certeza tranquila—, mucho o poco, lo que aún me pueda quedar de vida.
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