jueves, 18 de julio de 2024

Metrópolis - Manuel López Segura: «La arquitectura es un trascendente material, pues a través de ella creamos el mundo que habitamos» ,. / DIAS DE TOROS - Urtasun da la puntilla al premio Nacional de Tauromaquia , . / Retratos con alma - Aprende a escribir con… Alma Guillermoprieto ,.

 

 TITULO: Metrópolis - Manuel López Segura: «La arquitectura es un trascendente material, pues a través de ella creamos el mundo que habitamos»  ,. 

  El lunes - 5 - Agosto , los lunes a partir de las 00:30, en La2, fotos,.

 Manuel López Segura: «La arquitectura es un trascendente material, pues a través de ella creamos el mundo que habitamos»,.

 Manuel López Segura: «La arquitectura es un trascendente material, pues a través de ella creamos el mundo que habitamos»

Si consideramos la Arquitectura como una de las Bellas Artes —un tema a veces polémico—, es evidente que las obras «artísticas» que genera son las más expuestas a la mirada del público, así como las más resistentes al paso del tiempo. Debido a los elevados ingresos que requieren cuando se trata de proyectos públicos de envergadura, también es el arte más ligado al poder. Desde las pirámides a las torres babélicas, pasando por las catedrales, la política configura el diseño y el skyline de las metrópolis. Desde ostentosos y vacuos contenedores planteados como reclamo turístico a espacios pensados para la vida y disfrute de los ciudadanos sin distinciones. Espacios de talante democrático.

La Comunidad Valenciana puede vanagloriarse de contar en su patrimonio arquitectónico con un conjunto paradigmático de este tipo de espacios gracias a un modelo de arquitectura impulsado por las instituciones durante la década de los ochenta que favoreció la construcción del Estado democrático y del bienestar, así como la recuperación de la identidad propia del territorio. Es el tema que analiza en profundidad el libro Architecture for Spain’s Recovered Democracy: Public Patronage, Regional Identity and Civic Significance in 1980s Valencia (New York: Routledge, 2023) de Manuel López Segura, doctor por la Universidad de Harvard y graduado en la Universidad Politécnica de Valencia, presentado recientemente en la Capital del Turia.
"El arquitecto valenciano analiza en su obra cómo las administraciones públicas movilizaron a arquitectos, urbanistas y artistas plásticos para crear proyectos que contribuyeron a consolidar la democracia recién instaurada tras la Transición"

López Segura inició este estudio entre 2011 y 2013 en la escuela de arquitectura Graduate School of Design de la Universidad de Harvard, con el apoyo de una beca Fulbright, una investigación que se plasmó en una exposición en dicho centro, en 2015, bajo el título «Books That Built Democracy» («Libros que construyeron la democracia»). La obra definitiva fue publicada, en 2023, por la editorial angloamericana Routledge y difundida en más de un centenar de bibliotecas universitarias en Europa, Kuwait, Estados Unidos, Canadá, México, Brasil y Australia. En los próximos años aparecerá una versión ampliada bilingüe, en castellano y valenciano.

Manuel López durante la presentación de su nuevo libro, Architecture

 for Spain’s Recovered Democracy,.

El arquitecto valenciano analiza en su obra cómo las administraciones públicas movilizaron a arquitectos, urbanistas y artistas plásticos para crear proyectos que contribuyeron a consolidar la democracia recién instaurada tras la Transición. Proyectos urbanos como el Jardín del Turia, equipamientos culturales como el IVAM y el Teatro Romano de Sagunto, y la renovación de organismos profesionales y gubernamentales, como el Colegio Territorial de Arquitectos, la Diputación de Valencia y la Generalitat Valenciana.

"El nexo entre arquitectura y política se basa, según López Segura, en que esta es un trascendente material y a través de ella creamos el mundo artificial que habitamos"

«Hasta ahora, los historiadores interesados por la dimensión política de la arquitectura del siglo XX no han prestado ninguna atención a la contribución de edificios y espacios públicos a la construcción de la democracia española», dice López Segura. Su libro tiene por objetivo cubrir esa laguna. A través de un estudio minucioso del caso valenciano, Architecture for Spain’s Recovered Democracy aborda cuestiones de largo alcance: contribuye a debates contemporáneos sobre nacionalismo y artes, reivindica el patrimonio construido del socialismo democrático, y complejiza la relación entre postmodernidad y neoliberalismo.

El nexo entre arquitectura y política se basa, según López Segura, en que esta es «un trascendente material y a través de ella creamos el mundo artificial que habitamos». Edificios y espacios urbanos constituyen un ámbito compartido y por tanto de naturaleza política. «Los edificios propician o dificultan comportamientos, disciplinan nuestras relaciones intersubjetivas y nos invitan a experimentar con nuevas prácticas. Bajo condiciones democráticas, como las del País Valenciano durante los ochenta, la arquitectura se erige en ejercicio de esa racionalidad comunicativa habermasiana que hace posible la superación, siempre provisional, de las divisiones inherentes a una sociedad plural».

Teatro Romano de Sagunto.

López Segura entra de lleno en el debate que surgió sobre la rehabilitación del Teatro Romano de Sagunto. «Sobre las piedras de Sagunto se desató una batalla por la identidad valenciana», apunta. «Los conservadurismos nacionalista español y regionalista valenciano reivindicaban tradicionalmente a los pueblos prerromanos de la Península como el origen de la unidad cultural e incluso racial de España. El País Valenciano proveía ese relato imaginario de dos artefactos con una alta utilidad justificadora: la Dama de Elche y las ruinas de Sagunto: teatro y castillo. Los socialdemócratas estaban decididos a sustituir este mito con un conocimiento riguroso del pasado valenciano y a reivindicar la condición romana de Sagunto y por ende la dimensión cívica y cosmopolita de la cultura valenciana. Esta era la convicción que movía al impulsor del proyecto, el filósofo y entonces Director General de Patrimonio de la Generalitat Valenciana Tomàs Llorens».

"López Segura trabaja en equipo con Alejandro Valdivieso, de la Escuela de Arquitectura de Madrid, en una antología crítica de los escritos que Tomàs Llorens dedicó a la arquitectura"

Los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli aportaron ese conocimiento riguroso mediante su propuesta de recuperación de la integridad tipológica del teatro (1984-1993), argumenta López Segura. Basándose en la información científica que la excavación arqueológica les proporcionaba, los arquitectos restituyeron los elementos esenciales del edificio original sin caer en reproducción mimética alguna. Como alternativa a la veneración de las ruinas habitual en los regímenes autoritarios, Grassi, Portaceli y Llorens formularon un ejercicio de elucidación didáctica. Se trataba de que los valencianos no sólo admirasen, sino que entendiesen el espacio de la dramaturgia clásica. Frente a la claridad analítica y expositiva de la restauración, las elucubraciones del iberismo romántico no podían más que evaporarse. La derecha política y mediática no podía tolerar tal subversión ideológica. De ahí la campaña furibunda contra el proyecto de restauración del teatro, que no era más que una metonimia de su oposición al amplio programa de democratización y recuperación de la identidad valenciana que los socialdemócratas estaban desarrollando.

Turia, tramo Bofill.

En la actualidad López Segura, que reside en París con su esposa a la que conoció en Harvard, trabaja en equipo con Alejandro Valdivieso, de la Escuela de Arquitectura de Madrid, en una antología crítica de los escritos que Tomàs Llorens dedicó a la arquitectura. Se trata del aspecto menos conocido del pensador valenciano que, entre los años sesenta y primeros noventa, contribuyó decisivamente a la cultura arquitectónica como promotor, activista por la protección del patrimonio, historiador, teórico, profesor en escuelas de arquitectura e impulsor de algunos de los edificios públicos más emblemáticos de los ochenta, como el IVAM o el Teatro Romano de Sagunto. El libro no se limitará a recoger los artículos que Llorens publicó a lo largo de su carrera, sino que incluirá un buen número de textos y documentos inéditos provenientes de numerosos archivos que el autor ha visitado, en España, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos.

«Llorens estuvo inmerso en las redes internacionales de la arquitectura; son numerosos los colegas extranjeros que lo conocieron y que guardan un recuerdo entrañable de él. Uno de ellos ha escrito el prólogo del libro, Kenneth Frampton, profesor emérito de la Universidad de Columbia de Nueva York, uno de los más célebres críticos e historiadores de la arquitectura del siglo XX. La edición será trilingüe, en inglés, castellano y valenciano, con prólogo de Frampton, y publicada por ACTAR, con sedes en Barcelona y Nueva York».

"Aunque el actual gobierno de España apuesta por esta vía, al estar transferidas las competencias sobre vivienda, la capacidad de acción de la administración central se encuentra limitada"

Como historiador de la arquitectura y el urbanismo, López Segura se permite una reflexión sobre la dificultad que existe hoy en España para acceder a una vivienda digna. «Cuando se leen las historias de la arquitectura del siglo XX, llama la atención el protagonismo de los programas de vivienda pública desarrollados en Europa occidental. Resulta descorazonador constatar cuán comprometidas estaban las administraciones públicas durante el período de entreguerras en Viena, los Países Bajos o Alemania, y después de la Segunda Guerra Mundial en el conjunto de la Europa democrática, en comparación con la producción actual de vivienda pública en España. Con muchísimos menos recursos, esos países lograron alojar, con unos estándares de confort elevados para su época, a altos porcentajes de las clases trabajadora y media. Tal sigue siendo el caso en numerosos países de Europa central y del norte».

Aunque el actual gobierno de España apuesta por esta vía, al estar transferidas las competencias sobre vivienda, la capacidad de acción de la administración central se encuentra limitada. «Corresponde en gran medida a los gobiernos autonómicos asumir esta responsabilidad. Se ha hecho antes, con menos medios materiales y técnicos, y por tanto se puede volver a hacer si hay voluntad política». Como observador del problema, López Segura sugiere que, además de la construcción de vivienda pública, «hay que limitar los alquileres vacacionales, regular los alquileres en zonas particularmente afectadas por el alza de precios e incrementar las ayudas directas a familias y jóvenes».

 

TITULO:  DIAS DE TOROS  - Urtasun da la puntilla al premio Nacional de Tauromaquia,.


Urtasun da la puntilla al premio Nacional de Tauromaquia,.


El galardón no se concederá en 2024 debido a que "los Premios Nacionales deben ser fiel reflejo de las valoraciones y sentimientos de la sociedad",.

AMP.- Urtasun ante críticas por suprimir el Premio de Tauromaquia: 'Creo que representan una minoría'

foto /  Ernest Urtasun,.

Era un secreto a voces y un deseo expreso de Ernest Urtasun: eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, que no se concederá en 2024, según ha adelantado eldiario.es. Y era un secreto a voces porque en la única oportunidad que el cargo público ha tenido para hacerlo decidió no otorgarlo. Prescindió de que ninguno de los premios recayera en la tauromaquia en la convocatoria de las Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2023 .

Hace pocos meses que el presidente de la Fundación de Toro de Lidia, que además es un prestigioso y reconocido ganadero, Victorino Martín, ya le tuvo que recordar a Urtasun las limitaciones de su cargo: “Usted es el ministro de Cultura del Gobierno de España, no un activista antitaurino”, aunque de poco sirviera.

El ministerio, aun así, ya ha comenzado su campaña antitaurina y ha eliminado el Premio Nacional de Tauromaquia, un galardón dotado con 30.000 euros, y que premia diversas áreas culturales.

El dato más curioso es que este premio se creó en 2011. Un año que en el Gobierno estaba la Izquierda y era José Luis Rodríguez Zapatero el Presidente. La primera vez que se entregó fue a un torero de dilatada trayectoria y ya en el retiro, que marcó una forma de torear: Paco Ojeda. Se entregó en 2013. Y diez años después, en 2023, Julián López "El Juli", que el año pasado se ha retirado de los ruedos después de un cuarto de siglo al frente, recogió el último. Al menos hasta que Urtasun ejerza su cargo. ¡Qué cosas!

Todo esto confirma que la Tauromaquia está lejos de la derecha o la izquierda, pero sí se acerca a los gustos personales del dirigente de turno. Claro que en este caso es más curioso todavía, porque Pedro Sánchez encarga la cartera de Cultura a un conocido antitaurino, cuando la Tauromaquia está (debería) amparada y protegida por Cultura. De locos. Pero si tenemos en cuenta los pactos que el presidente lleva a cabo para mantenerse en el poder, igual no lo es tanto. En este juego de intereses, lo taurino vuelve a ser la cruzada y resulta ultrajado.

Urtasun ha mostrado en numerosas ocasiones su posición antitaurina y en contra del toreo. “Hay una mayoría de españoles que no comparte el maltrato animal”, ha dicho.

El ministerio inicia desde este viernes la apertura de una consulta pública, que no es vinculante, y que es el primer paso necesario para modificar la orden ministerial que regula el conjunto de premios nacionales del Ministerio de Cultura. Este departamento considera que los Premios Nacionales deben ser "fiel reflejo" de las valoraciones y sentimientos de la sociedad, señalan fuentes de Cultura.

Es por ello, que la Fundación, respondía con una misiva en la que alegaba: “El ministro Urtasun desconoce casi todo sobre la cultura, especialmente uno de sus aspectos más importantes, que es que la cultura no depende de lo que opine un ministro, sino de lo que expresa un pueblo en libertad”.

Y recordaba la situación actual: “La tauromaquia vive un extraordinario momento de gran vitalidad. Cada año se reabren plazas de toros que el afán inquisitorial de algunas opciones políticas cerraron en su día. Cada día miles de jóvenes se acercan en libertad a los toros, desafiando los tristes intentos que ha habido por acabar con la cultura taurina”.

Un cambio generacional que se aprecia en las plazas de toros, que no pisa el señor Urtasun. Sin ir más lejos, Sevilla, con sus precios, que distan mucho de ser asequible, ha dejado una Feria de Abril 2024 histórica en cuanto a asistencia de público.

Datos reales

En datos reales, de gente que pasa por taquilla, que paga, y se fiscaliza con el torno de entrada, y en el año en el que Las Ventas apostó por la liberalización de precios, una dura prueba para el bolsillo del aficionado, se vendieron 868.784 entradas, de las que 608.433 eran de corridas de toros, con una media del 76% de aforo cubierto por festejo.

En las novilladas el número total es de 203.696 espectadores -con 10.185 de espectadores de media; mientras que los rejones tienen una media del 62%, con 56.655 asistentes. La Feria de Otoño llegó a contar con 17.034 abonados. Además, 12 tardes se colgó el «No ha billetes».

En San Isidro el aforo fue del 91% de media. ¿Qué espectáculo Urtasun, en Madrid, cita a 20.000 espectadores de media y de pago, durante casi un mes?

Los datos que se filtran desde el ministerio. "Hay una mayoría de españoles que no comparte el maltrato animal", mantuvo. Con el verbo envenenado de definir la Fiesta, tan desconocida para él, como maltrato, claro. Y afirmar que la asistencia a los espectáculos taurinos se sitúa en el 1,9% de la población (datos del 2021-2022), por eso "es oportuna una nueva revisión" de los premios, señalan fuentes ministeriales. ¿Qué hacemos con el cine, entre otras artes, entonces?,.

 

TITULO:  Retratos con alma - Aprende a escribir con… Alma Guillermoprieto  ,.

 

La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.  

 

 Lunes - 5 - Agosto -  a las 22:40 horas en La 1 / fotos,.

 Aprende a escribir con… Alma Guillermoprieto ,.  

 Aprende a escribir con… Alma Guillermoprieto

Cuando Alma Guillermoprieto daba sus primeros pasos en esto del periodismo narrativo, los directores de los periódicos en los que colaboraba echaban espumarajos por la boca. Aquella joven mexicana tenía la fea costumbre de iniciar sus textos con una descripción del paisaje, una evocación del ambiente o incluso una reflexión sobre la vida, relegando la información noticiosa a los párrafos intermedios. Nadie ponía en duda que sus introducciones fueran tan hermosas como poéticas, pero, ¡hombre!, los responsables de The Guardian y del Washington Post se consideraban a sí mismos periodistas serios y, en consecuencia, no podían permitir que sus reporteros se fueran por las ramas. Así pues, cuando llegaba un artículo de aquella novata, los directores arrancaban la hoja del teletipo, descapuchaban el rotulador negro y, tras una lectura en diagonal, tachaban los primeros párrafos. Al resto de colaboradores, y como siempre ha ocurrido, les cortaban los últimos párrafos cuando entregaban originales demasiado largos para el espacio asignado. Pero a ella… a ella le robaban los principios.

"Sí, Alma Guillermoprieto trabajó en los lugares más incómodos del planeta y hoy, cuando le preguntan por su método laboral, asegura que prefiere escribir en los hoteles"

Antes de lanzarse al ruedo periodístico, Alma Guillermoprieto había sido bailarina profesional, pero la danza es una profesión que no perdona la edad y, hacia los treinta años, cambió las zapatillas de media punta por los cuadernos franceses, convirtiéndose con el paso del tiempo en una de las periodistas narrativas más importantes de finales del siglo XX y principios del XXI. En sus orígenes como reportera, cubrió la revolución sandinista y la masacre de El Mozote (El Salvador), y todos esos artículos los redactó en el asiento de un coche que brincaba por alguna carretera polvorienta, en la cantina de un bar de contrachapado construido en un pueblo perdido en la selva o en la parada del autobús que habría de llevarle hasta el hotel donde le esperaba el Télex. Sí, Alma Guillermoprieto trabajó en los lugares más incómodos del planeta y hoy, cuando le preguntan por su método laboral, asegura que prefiere escribir en los hoteles. ¿Por qué? Pues porque son ambientes neutros, libres de obligaciones caseras y alejados de elementos disruptivos, y también porque le recuerdan a esos no-lugares donde escribió sus primeras crónicas.

Alma Guillermoprieto nunca ha tenido horarios laborales. Ha intentado establecerlos cientos de veces, pero siempre termina escribiendo cuando ya no puede postergar ni un segundo el envío del texto. La fecha de entrega ha sido su único calendario de trabajo y hay que reconocer que, en este punto, coincide con sus colegas, tanto con los que reciben el Pulitzer como con los que redactan los horóscopos. Guillermoprieto siempre ha respetado la hora de cierre y lo ha hecho de un modo tan estricto que, cuando le encargaron su primer libro, cometió el error de suponer que, en el mundo editorial, las cosas eran igual de inflexibles. Recuerda a sus setenta y tres años lo mucho que sufrió con el timing concedido para escribir Samba (1990) y a continuación confiesa que, con el tiempo, descubrió que los libros no se rigen por las mismas normas que los artículos, es decir, que no se entregan cuando el editor quiere, sino cuando el autor lo considera oportuno.

"Dice que ha perdido la voracidad que antes tenía y, cuando uno le pregunta por el motivo de semejante inapetencia, responde que no se debe a la edad"

Alma Guillermoprieto ya no escribe a diario. Dice que ha perdido la voracidad que antes tenía y, cuando uno le pregunta por el motivo de semejante inapetencia, responde que no se debe a la edad, sino a lo que los ingleses llaman «loose your legs», expresión que sintetiza lo que le pasa los periodistas cuando, de tan acostumbrados como están a cubrir un determinado tipo de noticias —guerras, elecciones o presentaciones de libros, que también—, son capaces de predecir las respuestas que obtendrán en cada una de sus entrevistas. Este conocimiento de las rutinas del mundo, esta capacidad anticipativa respecto al futuro inmediato, esta certidumbre de que la realidad vive estancada en un eterno retorno, es lo que hace que los grandes reporteros pierdan las ganas de seguir ejerciendo el oficio y, al mismo tiempo, es lo que justifica que los jóvenes acaben desbancando a los viejos. Porque ellos, los jóvenes, se fascinan ante lo que los mayores consideran ya aburrido. Y eso, claro, los lectores lo perciben.

Guillermoprieto ha perdido la catarata de palabras que antes se precipitaban desde sus dedos. Sigue siendo una de las grandes en el periodismo narrativo porque la experiencia es un grado y porque, afortunadamente, no ha perdido la mirada. Todavía hoy, cuando viaja en el metro de Nueva York, se sorprende de que la gente lea libros; en su opinión, los personajes que pueblan los vagones, con sus caras cargadas de historias y sus ropas arrugadas de miserias, son más interesantes que la mejor de las novelas. En ese sentido, la mexicana continúa sintiéndose identificada con cierta frase que escribió su compatriota Rosario Castellanos: «Feliz de ser quien soy, sólo una gran mirada: ojos de par en par y manos despojadas». Esta oración contiene la esencia de Alma Guillermoprieto, aun cuando ya no tenga tanto interés por mostrarla en sus escritos. Porque esta mujer ha perdido las ganas. Las ganas de seguir librando una batalla, la de las fake-news, que considera que lleva mucho tiempo perdida.

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