sábado, 27 de julio de 2024

VIVA LA VIDA - Cenar con David Cornwell ,. SABADO - 17 - Agosto ,. / VIVA LA VIDA - De amanecer hasta amanecer (sobre el porvenir de la literatura georgiana) ,. DOMINGO - 18 - Agosto ,. / No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna - La necesaria búsqueda de la soledad ,. / Los Toros - Vida o Muerte - Así va a ser la reaparición de Morante (y una gran despedida), hoy martes 23 de julio en Santander, y dónde se puede ver online ,.

 

 TITULO:  VIVA LA VIDA -  Cenar con David Cornwell ,. SABADO - 17 - Agosto ,.

 El sabado  - 17 - Agosto   a las 16:00 por Telecinco , fotos,.

 Cenar con David Cornwell ,.

 Cenar con David Cornwell

Posiblemente, Volar en círculos sea lo más cerca que la mayoría de los lectores llegaremos a estar de cenar con John Le Carré (o David Cornwell, su nombre real). Estas «no memorias» —recopilación de artículos pasados y de profuso material original— son como esa sobremesa a una cena amplia y concurrida en la que alguien cuenta una buena anécdota y, tras las risas, emerge una voz que dice: «Pues a mí una vez…»

Así podrían empezar cada uno de los treinta y ocho capítulos del libro, con el aliciente para sus lectores de que por allí se pasean Smiley y Leamas y, para el común de los mortales, de que no faltan escenas con secundarios como Margaret Thatcher, como Yasir Arafat, como Fritz Lang (!). Igual que ya hicieron en su día Patricia Highsmith en Suspense o Graham Greene en Vías de escape, Le Carré huye de la escritura de unas memorias al uso o de un ensayo para escritores noveles (solo da un consejo y es una cita, precisamente, de Greene). Entonces, habrá que leer Volar en círculos justo como lo que es: un anecdotario muy bien contado que aguantará el paso de los años, con la retranca gris y nublada de un perfecto caballero; también como un testimonio providencial para entender ese patrimonio nacional británico que es la comunidad de inteligencia. O, mejor dicho, para conocer a los mortales que la componen.

"Le Carré, forjado en aquel tiempo en que los escritores aprendían a dialogar con el lector ante todo, desnuda su memoria como si el tiempo se le fuese agotando"

Por decirlo de otro modo, y en sus propias palabras: «Imagino que si estuviese usted investigando las interioridades de las carreras de alto nivel, no escogería como fuente a un mecánico principiante con una imaginación hiperactiva y ninguna experiencia en la pista. Pues exactamente así me sentí yo cuando, de la noche a la mañana y gracias únicamente a la potencia de mis ficciones, fui elevado a la categoría de gurú en cualquier cosa relacionada con los servicios de inteligencia.»

Así que si se viene en busca de emocionantes historias de la Guerra Fría, la desilusión es máxima: solo (y ya es mucho) nos brinda sus impresiones de la Unión Soviética en diversos estados de descomposición y una semblanza de segunda mano de Kim Philby, uno de los Cinco de Cambridge, célebres agentes dobles (y triples a ratos). El retrato que Le Carré compone de sí mismo, y quizás el más relevante, no es el de un espía devenido escritor, sino el de un escritor que por diversas circunstancias fue espía durante un breve periodo de tiempo.

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Se nos explica con pelos y señales el germen del creador, su genealogía —que es, como en tantos otros casos, la conflictiva relación con su padre—, pero sin incurrir en hipótesis de baratillo sobre cómo una cosa llevó a la otra. Solo flema, recuerdos (vagos a propósito: «La verdad auténtica, si es que existe, no reside en los hechos, sino en los matices») y una galería de génesis de personajes e historias, de vivencias, en fin.

Casi por obligación, en el capítulo 33 Le Carré ofrece un retrato de familia quebrado pero fascinante, y que sitúa al final del libro por motivos que se explican a la vista del título: «El hijo del padre del autor», en clara referencia a cómo su progenitor, un gángster compulsivo y célebre, iba desplumando a incautos con el nombre y los libros de su hijo por delante.

Es su única concesión. Le Carré, forjado en aquel tiempo en que los escritores aprendían a dialogar con el lector ante todo, desnuda su memoria como si el tiempo se le fuese agotando, pero también con la humildad de aquel al que han convencido con muchísimo esfuerzo de que su testimonio es valioso. No salda cuentas; tampoco asfalta o condiciona el recuerdo que deberemos guardar de él: como ese borrachín al que encarna, de fondo, en la escena de la fiesta de El topo, adaptación de su novela dirigida por Tomas Alfredson en 2011, él solo pasaba por allí. Quizás valga la pena invitarle a una copa: esta es.

 

TITULO:   VIVA LA VIDA - De amanecer hasta amanecer (sobre el porvenir de la literatura georgiana) ,. Domingo - 18 - Agosto ,.

El domingo - 18 - Agosto  -  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

 De amanecer hasta amanecer (sobre el porvenir de la literatura georgiana),.

 De amanecer hasta amanecer (sobre el porvenir de la literatura georgiana)

Buenas tardes a todos los participantes del festival. Este encuentro es crucial para tender puentes y acercar culturas. Les saludo como amigos, porque aquellos que aman los libros y la literatura los considero amigos en todos los rincones del mundo, especialmente los escritores que han sido víctimas de represalias, cuya representación simbólica en este festival es Sergio Ramírez.

Como dijo Franz Kafka, «Yo no tengo intereses literarios, porque yo mismo estoy hecho de literatura». Esto significa que amo la literatura y no a mí mismo en ella.

En esta primera reunión, prefiero presentar una imagen general de nuestra literatura, la literatura georgiana, en lugar de hablar directamente sobre mis libros. Que esta también sea nuestra presentación personal. ¿De dónde vengo, cuál es mi entorno histórico y cultural y cuál es el futuro de la literatura georgiana?

"Dos siglos de ocupación rusa nos sacaron del camino natural del desarrollo. Sin embargo, espero que el tuyo y el nuestro se crucen en algún lugar, y este será el comienzo de la armonía que los escritores llevan a la humanidad"

Me alegra que aquí, bajo el cielo canario, se oiga mi idioma. La lengua georgiana es música, una canción que trae melodías lejanas con una gracia y un poder inusual, confirmando la singularidad de todos los idiomas y la fuerza de cada voz. El idioma español es igual: es música, es una canción y nos hace sentir el aliento del universo.

En la inauguración del festival, su fundador Juan Jesús Armas Marcelo dijo medio en broma: «No somos África ni Europa, estamos en algún lugar, perdidos en el océano». Georgia es a la vez Europa y Asia, incluso Europa, pero por ahora aún estamos en algún lugar, perdidos en el mundo. Dos siglos de ocupación rusa nos sacaron del camino natural del desarrollo.

Sin embargo, espero que el tuyo y el nuestro se crucen en algún lugar, y este será el comienzo de la armonía que los escritores llevan a la humanidad.

Ha habido una serie de valoraciones y metáforas elegantes aquí estos días, pero esta vez me gustaría resaltar esta comparación: “Debido a los regímenes dictatoriales, trasladamos el festival que hacíamos en Centroamérica a Madrid como un caracol se lleva su casa”. Tengo la impresión de que podemos generalizar esta metáfora y decir: “Así es como cada uno de nosotros lleva consigo su escritura, cultura para cumplir con el deber que al mismo tiempo nos ha sido asignado: encontrémonos en nuestras casas, nosotros en nuestras literaturas”.

En 1928 en Alemania se publicó la novela de Grigol Robakidze —La piel de serpiente— con la introducción del reconocido escritor e intelectual Stefan Zweig, quien escribió que: «Con esta novela aparece nueva gente: los georgianos, pueblo muy antiguo localizado en un lugar hermoso de la Tierra, conocido por sus canciones y leyendas”.

"En el libro histórico La vida de Kartli, Pavle Ingorokva encontró las huellas de los poemas épicos en el siglo III a.C., que estaban dedicados al rey Farnavaz"

Y Stefan Zweig se atrevió a decir: “No conocerlos es nuestra vergüenza, la de los europeos”. La publicación de La piel de serpiente cautivó a Europa. El elogio que le dedicó el escritor terminó con estas palabras: «Esta novela, en nuestro país tan materialista y conocedor de todas las ciencias, no se puede catalogar en ninguna categoría. El libro expresa toda la fuerza de la viveza creativa de la mitología infinita.”

Stefan Zweig consideraba que la novela georgiana era la luz del amanecer en el mundo europeo. Georgia, como parte del Cáucaso que mantuvo en esta parte del mundo durante mucho tiempo la hegemonía política y cultural, es occidente y oriente a la vez, al contrario de lo que opinaba Rudyard Kipling, que decía que occidente y oriente nunca se encontrarían. Ambos se encuentran precisamente en Georgia.

Nuestra literatura y cultura, en la Edad Media, se revestía del color y el estilo oriental generalmente, pero por su aspiración siempre pertenecía, más bien, al occidente. Se sentía más natural en este ámbito y por eso hoy el pueblo georgiano aspira a volver tanto a Europa como a una parte de su cultura y política. Georgia intenta recuperar las relaciones y los vínculos que fueron arrancados con fuerza en los últimos dos siglos, bajo dominio ruso. Entonces esos vínculos llegaban tan solo como una voz lejana, como un eco. El científico georgiano Pavle Ingorokva, que ha estudiado la civilización georgiana, llegó hasta la época de los hititas y la escritura jeroglífica. Se ha confirmado que la escritura georgiana se creó antes de nuestra era. En el libro histórico La vida de Kartli, Pavle Ingorokva encontró las huellas de los poemas épicos en el siglo III a.C., que estaban dedicados al rey Farnavaz.

Por un lado, la revelación de antiguas leyendas mitológicas y, por otro, la confirmación de doctrinas heréticas en la Georgia del siglo XII, preparó la introducción para la teoría del Renacimiento oriental, que finalmente formuló otro científico georgiano, Shalva Nutsubidze.

"En 1832 Georgia vuelve a formar parte de los acontecimientos históricos mundiales, surge una conspiración contra la ocupación rusa, liderada por figuras como Solomon Dodashvili, Alexander Orbeliani y Elizbar Eristavi"

El renacimiento georgiano, adelantándose al occidental, alcanza su cima en el poema épico «Caballero en la piel de tigre» de Shota Rustaveli. Este no solo resalta por su arte poético, sino también por celebrar la riqueza del idioma georgiano. Las preocupaciones de Umberto Eco sobre la falta de conocimiento en occidente, expresadas en 2010, plantean la pregunta crucial: ¿podemos ajustar la educación al mundo globalizado si muchos cultos occidentales desconocen la magnitud literaria de «El caballero de la piel de tigre» de Shota Rustaveli?

Esta época, el siglo XII es el «siglo de oro» en la historia georgiana, liderada por el rey David, el constructor.

Durante el reinado del rey Tamar, Georgia conservaría su poder, pero primero la invasión de los mongoles, luego la lucha incesante con Irán y Turquía y finalmente la ocupación del imperio ruso expulsarían a nuestro país del mundo histórico.

En el siglo XVIII Sulkhan Saba Orbeliani, el autor del diccionario georgiano y del libro de cuentos La sabiduría de las mentiras —una colección de cuentos alegóricos—, viaja en vano a Francia e Italia con una misión diplomática. Aunque recibió una cálida bienvenida en muchos lugares, su misión no tuvo el éxito esperado en términos de conseguir un apoyo militar significativo. Sin embargo, estableció importantes contactos culturales y diplomáticos, y su viaje aumentó la visibilidad de Georgia en Europa.

"Ilia Chavchavadze, poeta y escritor, lideró el movimiento de liberación nacional, personificando el rol del poeta-profeta como un deber directo del escritor georgiano hacia su país"

En 1801 el imperio ruso anula la soberanía georgiana. En 1832 Georgia vuelve a formar parte de los acontecimientos históricos mundiales, surge una conspiración contra la ocupación rusa, liderada por figuras como Solomon Dodashvili, Alexander Orbeliani y Elizbar Eristavi. En la conspiración participaban también Grigol Orbeliani, Dimitri Kipiani, Giorgi Eristavi, Solomon Rasmadze. Georgia tenía que ser una monarquía parlamentaria. Para el puesto de Primer Ministro tenían la candidatura del poeta Alexandre Chavchavadze, que a sus 17 años había participado en la insurrección de 1804 y por ello había sido castigado.

Para la participante de nuestro Festival Hispanoamericano de Escritores  Sarah Kuzmicz, de origen polaco, será significativo saber que en la preparación de este levantamiento participaron los polacos reprimidos que fueron exiliados en Tbilisi, a quienes se confió la artillería.

Esta lucha por escapar de los tiranos rusos se llamaría romanticismo político y se asemeja a otros levantamientos de este espíritu que se extendieron por el mundo: el movimiento de los carbonarios italianos contra los austríacos, la lucha de los polacos por liberarse de la esclavitud rusa, la emancipación de Bélgica de la dominación holandesa, la liberación de Egipto, Grecia, Serbia, Rumanía y las naciones cristianas de la península de los Balcanes (excluyendo a los búlgaros) de Turquía, así como los movimientos nacionales en América Latina, que llevaron primero a la independencia de México y luego de Brasil resultando en la creación de estados independientes al escapar de los colonizadores españoles. Estos hechos históricos marcaron la lucha por la autodeterminación y la emancipación de diversas naciones.

Ilia Chavchavadze, poeta y escritor, lideró el movimiento de liberación nacional, personificando el rol del poeta-profeta como un deber directo del escritor georgiano hacia su país. Su vida concluyó trágicamente al ser asesinado por el Partido Socialdemócrata. Dimitri Kipiani, otro detractor de la rusificación, también enfrentó un destino similar tras exigir su renuncia al exarca ruso, que había anatemizado a la nación georgiana.

Desde la segunda ocupación rusa —cuando la Rusia monárquica fue remplazada por la Rusia bolchevique— la lucha contra los ocupantes, encabezada por Kakutsa Cholokashvili, la lideraban a su vez dos escritores georgianos: Shalva Amirejibi e Mikha Khelashvili.

"A pesar de que, en las últimas décadas del siglo XIX, la literatura georgiana parecía estar cerrada en su propio mundo, Vazha Pshavela desafiaba esta tendencia al crear una epopeya heroica y revivir el pensamiento mítico"

En la Segunda Guerra Mundial, surgieron esperanzas de liberación de la Rusia bolchevique-comunista gracias al liderazgo de Kote Khimshiashvili, quien, a pesar de su juventud, ya había publicado una novela. Fue fusilado junto con dieciséis compañeros durante la conspiración de 1942. El gobierno soviético destruyó los grupos armados en la región montañosa de Tusheti en 1943, y estos eran comandados por el escritor Adam Bobghiashvili, que fue decapitado.

Es relevante subrayar que Zviad Gamsakhurdia, líder de la lucha nacional, desempeñó un papel crucial al restaurar la independencia estatal de Georgia el 9 de abril de 1991, convirtiéndose en su primer presidente. Además de sus logros políticos, Gamsakhurdia era escritor, traductor y erudito. En los tiempos contemporáneos, continuó la tradición de los reyes georgianos, dejando un valioso legado poético.

Los procesos de escritura occidentales se entrelazaron con la vida literaria georgiana, revelando numerosos puntos de convergencia que se definen por una lógica interna compartida. Surgieron corrientes como el romanticismo, el realismo y el simbolismo georgianos, aunque con cierto rezago en comparación con las búsquedas modernistas. En la escritura georgiana también se manifestaron el futurismo y el dadaísmo, así como las tendencias impresionistas y expresionistas.

A pesar de que, en las últimas décadas del siglo XIX, la literatura georgiana parecía estar cerrada en su propio mundo, Vazha Pshavela desafiaba esta tendencia al crear una epopeya heroica y revivir el pensamiento mítico. En este sentido, su obra reflejó paralelos notables con la labor de William Butler Yeats en la literatura en lengua inglesa, donde la poesía y la dramaturgia estaban impregnadas del espíritu de la época pagana.

Más tarde, cuando James Joyce fue reconocido como el abanderado del modernismo gracias a su Ulises, Thomas Stearns Eliot señaló que la alternancia de lo antiguo y contemporáneo, una innovación esencial, se originó en el pensamiento artístico de Yeats.

"A principios del siglo, Mikheil Javakhishvili emergió en la literatura con un exitoso debut, pero los turbulentos eventos sociales y políticos lo llevaron a una tragedia"

Aunque Vazha Pshavela no influyó en la formación del modernismo occidental, su epopeya, compuesta por cinco poemas, comparte similitudes con las obras de Yeats, demostrando las leyes misteriosas de la literatura que llevan a la concurrencia de eventos simultáneos independientes.

La breve restauración de la independencia estatal revitalizó la escritura georgiana, dando paso a una novela tras otra. Aunque la segunda ocupación rusa inicialmente no parecía deprimente, el régimen comunista bolchevique pronto intensificó medidas drásticas, haciendo insoportable la vida de los escritores.

En este contexto, Erekle Tatishvili se negó a comprometerse y, antes de ser encarcelado, intentó compartir valores occidentales con los estudiantes de la Universidad Estatal de Tiflis. Las fronteras cerradas al mundo occidental alejaron a la literatura georgiana de los círculos europeos, impidiendo que escritores como Konstantine Gamsakhurdia, autor de la novela La sonrisa de Dioniso, de características propias del modernismo, fueran reconocidos como modernistas.

A principios del siglo, Mikheil Javakhishvili emergió en la literatura con un exitoso debut, pero los turbulentos eventos sociales y políticos lo llevaron a una tragedia. Tras el establecimiento del régimen soviético, fue arrestado y sometido a once fusilamientos, convirtiéndose en una víctima de la represión brutal que caracterizó esa época. Su exitosa novela Kvachi Kvachantiradze destaca como una joya de humor y sarcasmo, representando un ejemplo destacado de la novela picaresca que se originó en España y se extendió por Europa. Mikheil Javakhishvili sobrevivió a las represiones de la década de 1920, pero no resistió a la Era del Gran Terror, marcada por las crueldades de 1937, que se cobraron la vida de destacados miembros de la orden «Los cuernos azules»: los poetas Tician Tabidze, Nikolo Mitsishvili, Grigol Tsereteli y Vakhtang Kotetishvli. Previo a su arresto, Paolo Yashvili se suicidó en el edificio de la Unión de Escritores, expresando así una protesta pública contra la tiranía que dominaba el país.

"Los absurdistas occidentales, que pintaban con mucha imaginación, podrían encontrar su equivalente en los escritores georgianos, que traducían esas ideas al realismo, incluso al naturalismo"

A los verdaderos escritores no se les permitía trabajar. En cambio, los escritores proletarios que obedecían las órdenes del gobierno y ejecutaban obedientemente sus tareas incluso organizaban tribunales públicos para aquellos que se apartaban de la línea general del Partido Comunista. En esa época, las “desviaciones” incluían la condena de los sentimientos humanos naturales como amor, compasión, perdón y generosidad, considerándolos vestigios burgueses que debían erradicarse por completo. Términos literarios inofensivos se transformaron en etiquetas políticas amenazantes, como lirismo, simbolismo, modernismo, vanguardia e individualismo, sin mencionar el decadentismo.

El estilo artístico fue condenado como un fenómeno de clase, y el gobierno buscó evitar la búsqueda estilística y su peculiaridad. Todos estaban obligados a escribir de la misma manera, utilizando el lenguaje seco, anémico y sin vida de los periódicos. El gusto también se consideraba un signo de clase.

Los absurdistas occidentales, que pintaban con mucha imaginación, podrían encontrar su equivalente en los escritores georgianos, que traducían esas ideas al realismo, incluso al naturalismo. No se podían mencionar los tres años de independencia, la rebelión de 1924 o las personas que se dedicaron a la patria, que fueron declaradas culpables. En cambio, se ensalzaba a escritores falsos, cuyos nombres quedaban grabados en la mente de la sociedad como figuras dignas, convertidos incluso en héroes.

La anarquía no solo afectaría a individuos verdaderamente dignos, sino también a militares y funcionarios gubernamentales, ya que nadie podía esperar que escaparía del terror, ni siquiera aquellos cercanos al gobierno. Los escritores que acusaban a otros de traición y malicia podían ser castigados como enemigos del pueblo al día siguiente. La crítica literaria se convirtió en un complemento y un rama del servicio secreto, desempeñando una función punitiva, como se veía en las reuniones de la Unión de Escritores.

Cuando los revolucionarios franceses enfrentaron la guillotina tuvieron la oportunidad de dirigirse al pueblo heroicamente antes de su muerte, aunque  de ese modo pudieran conseguir que algunos de sus eslóganes perduraran en la memoria pública. La era comunista, en cambio, eliminaba a las personas-objetivo en secreto, sin permitirles despedidas públicas. Las víctimas y sus seguidores a menudo desconocían su destino, y mencionar sus nombres estaba prohibido.

"Debido al tema patriótico e histórico, se canceló la edición del libro de poesía Ancestros, de Lado Asatiani, lo que agravó la enfermedad del poeta, que falleció muy pronto"

La verdadera escritura y la historia se movían clandestinamente, conocidas en secreto y transmitidas por escrito u oralmente, esperando un momento mejor para escapar del dominio ruso. Muchos escritores y eruditos sobrevivieron en el exilio o en prisión, como Levan Gotua, que al cabo de  veintidós años en campos de concentración logró escribir y enviar página por página a Georgia el primer libro de la novela en cuatro volúmenes El calvario de los héroes, desde el campo de Vorkut, arriesgando la vida de once personas en el proceso.

Las novelas históricas también fueron inaceptables para la ideología y el régimen soviéticos, se consideraba que era un intento criminal de preservar los ideales del pasado. En realidad, para los escritores la apariencia y el entorno del pasado se convirtieron en una tapadera para presentar los problemas contemporáneos más agudos. La obra de Konstantine Gamsakhurdia La mano derecha del gran maestro era una novela histórica que aparentemente presentaba el mundo de la Georgia del siglo XI, pero en realidad intentaba describir la tragedia existencial contemporánea: el amargo destino de un artista en un estado totalitario.

Debido al tema patriótico e histórico, se canceló la edición del libro de poesía Ancestros, de Lado Asatiani, lo que agravó la enfermedad del poeta, que falleció muy pronto. La publicación de la primera colección de poesía de Ana Kalandadze se retrasó mucho tiempo, ya que tenía la connotación de los himnos religiosos. Incluso en condiciones tan duras, los escritores encontraban formas de expresarse, a menudo escondiéndose detrás de cuentos y fábulas. Sin embargo, la impresión era aún más impactante cuando los escritores abordaban la realidad contemporánea y denunciaban las barbaridades que el gobierno intentaba encubrir. Otar Chkheidze fue uno de esos autores que se atrevió a hablar sobre la realidad contemporánea. En su novela Dique dejaba claro que la colectivización en la agricultura destruiría la economía del país. Con esta novela él tendió un puente misterioso con la historia Invítame, de Mikheil Javakhishvili, donde el escritor predijo las peores consecuencias que se esperaban de la agricultura colectiva. Por este cuento el escritor soportó los ataques de la crítica chekista, al igual que su sucesor espiritual Otar Chkheidze, por Dique, y especialmente por las novelas satíricas Niebla y Plataforma continental, aunque escapó del arresto. En medio del cambio de gobierno, a mitad de los años 50, ya no pudieron hacerlo. Pero lo intentaron reprimir con severas críticas.

"Y cuando los escritores georgianos también expusieron los horrores de los campos de concentración, Konstantine Gamsakhurdia ni siquiera pudo publicar su cuento, y Levan Gotua lo publicó con muchas dificultades"

En la literatura rusa de los años 50 se reflejaron fenómenos similares a los que la literatura georgiana había abordado en las décadas de 1920 y 1930 a través de las novelas de Mikheil Javakhishvili y Konstantine Gamsakhurdia. Los escritores georgianos se atrevieron a denunciar el sistema marxista, aunque el nombre de Otar Chkheidze fuera silenciado. En contraste, aunque el gobierno ruso no favorecía a los escritores, tampoco impedía que alcanzaran fama.

Cuando Alexander Solzhenitsyn publicó los horrores de los campos de concentración basándose en materiales documentales y memorias, estos libros, como exposición del estalinismo, recibieron luz verde del gobierno, porque Solzhenitsyn se oponía al estalinismo, no a las aspiraciones imperialistas de Rusia, que apoyaba. Y cuando los escritores georgianos también expusieron los horrores de los campos de concentración, Konstantine Gamsakhurdia ni siquiera pudo publicar su cuento, y Levan Gotua lo publicó con muchas dificultades y solo después de la intervención de la censura.

Los rusos trataron de la misma forma a sus escritores emigrantes. Mientras estuvieron vivos y continuaron una acalorada polémica con el régimen comunista, ni siquiera fueron mencionados, pero cuando murieron, sus libros fueron publicados —excepto aquellos que criticaban directamente al régimen soviético—. Incluso se escribieron ensayos y monografías sobre ellos. Pero la mención de los escritores y eruditos georgianos estaba prohibida incluso después de su muerte. Es el caso de Grigol Robakidze, Mikhako Tsereteli y Viktor Nosadze.

No podemos olvidar los diccionarios que se escribieron en esta época. Estos diccionarios contienen no solo las definiciones de las palabras, sino que representan pequeñas miniaturas. Algunos son pequeños cuentos donde se acumulan los estudios lingüísticos, etnográficos, folclóricos, sociales, históricos y de tradiciones.

El diccionario de Tedo Sakhokia Los dichos artísticos georgianos, junto con el diccionario de Giorgi Shatberashvili, representa más bien la vida rural de los georgianos. El de Giorgi Abashidze (El diccionario urbano) está enfocado al lenguaje de Tbilisi y conserva todas sus características del pasado, que hoy estamos perdiendo poco a poco y solo quedan como vestigios de otro tiempo.

La estructura original de estos diccionarios se parece mucho a El diccionario Jazaro, de Milorad Pavić, que es el fruto de la imaginación del autor, pero los diccionarios georgianos se basan en el material documental.

"Por eso, hoy la participación en la fiesta literaria española debe considerarse un paso crucial en este importante proceso: un puente entre culturas, un acto de apertura de corazones entre personas"

La restauración de la independencia estatal en 1991 también abrió el camino hacia occidente para la literatura georgiana. Antes de eso, también en el campo de la traducción estábamos sujetos principalmente a las leyes rusas: no teníamos derecho a traducir nada que no estuviera traducido al ruso. Si los rusos traducían con recortes, nosotros también teníamos que eliminar las partes correspondientes de nuestras traducciones. Ahora nada nos lo impide y por eso se traducen muchas obras de forma intensiva, incluso del mundo hispanohablante. Antes perseguíamos traducir y publicar en georgiano alguna muestra de cada autor, y ahora libro tras libro.

Precisamente, muestras de literatura georgiana aparecen cada vez más en idiomas extranjeros, pero esto es así gracias a esfuerzos particulares, personales. La literatura georgiana debería entrar y establecerse en el espacio cultural occidental como una parte de pleno derecho, de modo que, sin su comparativa, los críticos occidentales no pudieran alcanzar una comprensión de los procesos de escritura europeo-estadounidenses.

El conocimiento de la literatura georgiana enriquecería mucho la perspectiva del lector occidental. Así, no tendríamos que decir mañana, como Stefan Zweig, «Nosotros, los europeos, para nuestra vergüenza, no conocemos la cultura y la literatura georgianas». En cambio, podríamos referirnos, como el propio Zweig, a «El amanecer georgiano que brilla en el espacio europeo».

Por eso, hoy la participación en la fiesta literaria española debe considerarse un paso crucial en este importante proceso: un puente entre culturas, un acto de apertura de corazones entre personas que, aunque ahora desconocidas, mañana pueden descubrir mucho en común y sentirse cercanas.

Al principio, tenía la intención de incluir una breve descripción de las obras traducidas del español al georgiano y de la literatura en español en general, y hablar solo sobre los ejemplos en el idioma georgiano. Sin embargo, esta breve descripción resultó ser tan extensa que ciertamente requeriría un informe separado. ¿Tendremos la oportunidad de hacerlo?

"Por muy diferentes que sean nuestros gustos artísticos e intereses, estar aquí, como siempre sucede cuando se encuentran verdaderos escritores, nos une en el deseo de libertad, bondad y amor"

Seguramente vamos a tener la oportunidad de que los críticos e investigadores españoles conozcan las traducciones de la literatura georgiana, veremos cómo se combinará todo esto con el río de la escritura española, tendremos el tiempo para familiarizarnos detenidamente con la publicación de la antología Poesía Georgiana Contemporánea (Huerga y Fierro editores, 2024,  edición, selección y traducción de Lana Kalandia y Rodolfo Häsler). Espero que este pequeño regalo les despierte el interés de la realidad poética georgiana —en general, de la realidad literaria georgiana— para comprenderla mejor. Es significativo: la artífice de esta antología es Lana Kalandia, no solo una excelente traductora sino también una persona involucrada en tejer hilos espirituales entre el mundo georgiano y el español. Estas relaciones creo que serán coronadas con la luz del amanecer.

Por muy diferentes que sean nuestros gustos artísticos e intereses, estar aquí, como siempre sucede cuando se encuentran verdaderos escritores, nos une en el deseo de libertad, bondad y amor.

Deseemos que esta sed nunca se apague. Sigamos caminando por los senderos espinosos hacia las estrellas.

 

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No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna -  La necesaria búsqueda de la soledad , fotos,.

 La necesaria búsqueda de la soledad,.

 La necesaria búsqueda de la soledad

El escritor necesariamente fue, es y será lector. Tuvo que aprender a leer para entender el lenguaje en su mensaje y grafía. Quien escribe necesita conocer previamente otros mundos, el relato de otras historias junto a las que él como individuo vive y de las que extrae lecciones. Tanto el que disfruta leyendo como el que lo hace escribiendo comparten una misma y poderosa necesidad: estar solos. Unos como otros en realidad no lo estarán, sino que paradójicamente formarán parte de un grupo: la “comunidad de solitarios”.

 La Galleta de la Fortuna, el nuevo RASCA de la ONCE que incorpora una suerte  de "filosofía" y una campaña de lanzamiento a lo grande - AZARplus

Bajo esta idea se constituyen dos conferencias pronunciadas por el escritor y músico Pascal Quignard. Reunidas y dadas a la imprenta, formaron el volumen titulado Sur l’Idee d’une communauté de solitaires (2015). Traducido al español y publicado por la magnífica editorial Pre-Textos en 2017, ha visto su reimpresión este pasado 2023. Sobre la idea de una comunidad de solitarios es, como todos los escritos de Quignard, un portentoso despliegue de ideas felices. Aparentemente distantes, se desarrollan y entretejen conformando un estrato híbrido pero coherente, pleno de sentido. Como sabemos, el autor francés además de literato es indagador musical, violonchelista y fundador del Festival de Ópera y Teatro Barroco de Versalles —del cual fue también director—. Su profundo sentido de la música le hace no solo compenetrarse con ella para inspirarse en los temas literarios planteados, sino ser paisaje sonoro, cadencia armónica con la que iniciar y concluir un texto como quien concibe una sinfonía.

"Quignard leyó sus textos e interpretó las partituras que los inspiraron"

Esta influencia y dependencia del escritor hacia la música queda patente en algunos fragmentos de las conferencias. En la primera, refiere al origen de la escritura de Villa Amalia a partir de O Solitude de Henry Purcell —partitura— y Katherine Philips —letra—, o Todas las mañanas del mundo desde la siguiente inspiración: “El relato fue compuesto de un extremo al otro sobre la línea melódica de los Llantos de Sainte Colombe”. En agradecimiento, el escritor devolverá a la música lo que ésta le dio, ahora como instrumentista, grabando junto a Jordi Savall y su mujer Montserrat Figueras la música que inspiró su libro.

Volvamos a las dos conferencias que forman el libro aquí analizado. Denominadas como Las ruinas de Port-Royal y Complementos a las ruinas, ambas piezas reflexivas fueron leídas por su autor entre el mes de octubre de 2012 y el de julio de 2014, teniendo como escenarios el parisino hotel de Massa y la catedral de Coutances, al noroeste francés. Para su ejecución literaria, se hizo acompañar de otra paralela de tipo musical. Élisabeth Joyé al clavecín y Jean-Françoise Détrée al órgano hicieron sus papeles en estas conferencias o “improvisaciones” —así denomina Quignard en concreto la segunda—. Asistimos por tanto a una performance con todo lo que conlleva de teatralidad o, mejor dicho, a una mise en scène. Una forma de penetrar en los textos a través de una experiencia atmosférica —sonora y visual— única e irrepetible. Al comienzo de la primera conferencia, en su presentación, podemos hacernos una idea: “Aquí, la sombra es espesa. Les agradezco que hayan venido tan tarde esta la noche que comienza. Lo que tengo que decir precisa de la noche. Agradezco al organista de la catedral de Coutances por habernos acogido. Aquí abajo, sobre el pavimento, no estamos sino esta pequeña lámpara y yo. Ella ilumina un papel y lo que queda, en parte, de un rostro. Nuestro amigo, el señor Jean-François Détrée, ya está ante su órgano”. Poco podemos recoger de la experiencia original únicamente a través de su descripción en este libro, pero es de agradecer que se nos conceda dicho privilegio a quienes no pudimos estar presentes para, al menos, imaginarlo y acercarnos así a lo que fueron estas representaciones.

De esta lectura se desprende además otra cuestión: el intercambio de papeles entre el autor/conferenciante y el músico. Conociendo a Quignard no debería resultar extraño, pues ha demostrado el dominio de la escritura y la música. Quignard leyó sus textos e interpretó las partituras que los inspiraron. En el caso del organista, también se encargaba de leer el texto de Quignard cuando éste no podía, al estar interpretando la música. Lo comprobamos en extractos como los siguientes: “Voy a tocarles la composición en do menor de Todas las mañanas del mundo”. O: “Mientras yo interprete mi composición, el señor Detré leerá, cuando sea oportuno… […] Voy a tocar esta composición en el teclado doble”.

El libro que tenemos entre nuestras manos trata de muchas cosas —como decíamos— aparentemente dispares. Nos habla del compositor John Blow y de su discípulo Henri Purcell, de Adonis y Venus y su relación con otras parejas mitológicas y religiosas (“Adonis muerto en los brazos de Venus es Jesús muerto en los brazos de María. Jesús muerto en los brazos de María es Atis muerto en los brazos de Cibeles”), de la venganza como fuerte lazo, del rey Luis XIII y su renovada prohibición de reparar con sangre las heridas del honor, del pintor de luces y sombras George de la Tour, de la filosofía taoísta, de Gilberte Pascal y su retiro de lo mundano buscando lo espiritual, del laudista Blancheroche y su amigo clavecinista Froberger y su negativa a publicar las propias obras —como Sainte Colombe—, del señor de Pontchâteau y su búsqueda del “abandono” o “alto”, de Port-Royal como germen de la comunidad de solitarios y de su destrucción por orden de Luis XIV, de la familia del autor que escribe y que le explica y de su infancia en Le Havre, reducido a ruinas tras la guerra.

"Como bien apunta Quignard, la soledad no es una elección sino un estado natural"

Todas estas referencias vienen a germinar sobre un terreno común y fértil: la necesidad del reposo y soledad, así como del lugar donde retirarse llevando a cabo ese desafío hacia los convencionalismos sociales y, con ello, hacia quien los rige y gobierna. De todas estas imágenes, resulta especialmente simbólica la de Port-Royal des Champs por lo que se ha dejado traslucir previamente en su descripción. Allí fueron a parar por decisión propia ese grupo de “solitarios” según el sentido dado al término por los jansenistas, “tan bello como enigmático”. En palabras de Quignard: “un conjunto de “hombres de la sociedad civil, aristócratas o burgueses ricos, que optaban por las costumbres de los conventos […], pero que se negaban a atarse a ellos a través de los votos”. Será en 1678 cuando a “los últimos solitarios” se les obligue “a abandonar la granja de Granges so pena de encarcelamiento u hoguera”. Finalmente en 1711 Port-Royal será “arrasado por orden de Luis XIV, de suerte que allí no quedará piedra sobre piedra”. El monarca no podía soportar que existiera un número de personas que renunciaba a ser sus súbditos,  a quedar por debajo de él para servirle. Al decidir ser libres, debieron renunciar a todo lo anterior y empezar desde la nada, optando por la soledad.

No obstante y como bien apunta Quignard, la soledad no es una elección sino un estado natural, pues “entre los hombres, el referente no es el grupo. En la noche donde uno se apresta a hundirse, se está solo cuando se sueña”. También nacemos, vivimos y morimos solos (“entramos solos a la casa de los que fueron. Ningún cortejo entra con el que ha muerto al mundo de los muertos. […] Es necesario decir de la muerte: puerto terrible donde embarcamos solos”). A pesar de ese destino humano, a Quignard le resulta “asombroso” que desde siempre haya existido entre los individuos “un deseo de huir que ningún grupo acepta”. El propio Sainte Colombe, tras la muerte de su esposa, abandona su casa para habitar una cabaña que ordena construir en el bosque. Allí compone y toca su instrumento, rechazando las ofertas del rey de unirse a la corte dado su talento musical. No desea dinero ni fama y se niega a dar a conocer su obra dándola a la imprenta.

Así, no resulta difícil asociar esa huida hacia la Naturaleza de estos personajes históricos con la imagen de los jabalíes, que alcanzando cierta edad abandonan también su grupo para morir en el bosque. Una equiparación hombre-animal que puede devolverse a la fórmula “animal-hombre” con la figura de los eremitas o las de Hiu-yeou y Zhao Mengfu. Una historia, la de estos últimos, contada por el autor en el capítulo tercero de su segunda conferencia. El primero renuncia al encargo del emperador Ti Yao de “aceptar el imperio” y huye al pie del monte Tsi-Chan, lavándose las orejas en el río —limpiándose de las palabras oídas del emperador—. El segundo, habitante de una ermita “bien escondida bajo el follaje”, “llevó más lejos que Hiu-yeou el desdén por las cosas políticas y el desprecio por la administración de las comunidades”. Impidió beber del río donde Hiu-yeou “había lavado las orejas que habían oído semejante proposición”.

"Nos encontramos ante un libro breve aunque pleno de contenido condensado, al que el lector puede regresar una y otra vez para recuperar elementos olvidados en lecturas anteriores"

Por otro lado, las ruinas resplandecen en este libro por su capacidad para evocar aquellos lugares simbólicos que fueron y ya no son, recordándonos su antigua presencia. Además, tienen otro significado propuesto en el sexto capítulo de la segunda parte. Aquí, Quignard refiere a “dos perdidos: el “que realmente se extravió en las ruinas” y el “que se encuentra al levantar las piedras, al desarticular las palabras, al descomponer los símbolos y recomponer los fragmentos”. Mediante estas imágenes simbólicas, el autor remite al tiempo pasado —es decir, la Historia— y al análisis en sus diferentes vertientes —“el psicoanálisis, la arqueología de la morfogénesis, la física de lo pasado”—. En el presente, el escritor francés se encuentra en la segunda catalogación, pero tal vez en el futuro pase a formar parte de la primera. En cualquier caso su doble ensayo supone un volver sobre las ruinas de ese tiempo anterior para analizarlo desde el aquí y el ahora, transformándolo bajo nuevas formas en sorprendentes imágenes literarias y musicales. Este es el trabajo del autor, que debe conocer el pasado para escribir tanto bajo la forma del ensayo como de la ficción.

Nos encontramos ante un libro breve aunque pleno de contenido condensado, al que el lector puede regresar una y otra vez para recuperar elementos olvidados en lecturas anteriores. Se trata de un ejemplo de imaginario flamenco, plagado de detalles e imágenes sorprendentes, como sucede en la pintura de Van Eyck, Brueguel o El Bosco. Presencias que contienen ideas poderosas y que abren la veda a la reflexión del público lector. Porque leer a Quignard representa un lujo, tal es su regalo enriquecedor.

  TITULO: Los Toros - Vida o Muerte - Así va a ser la reaparición de Morante (y una gran despedida), hoy martes 23 de julio en Santander, y dónde se puede ver online ,.

Así va a ser la reaparición de Morante (y una gran despedida), hoy martes 23 de julio en Santander, y dónde se puede ver online,.

El festejo comenzará a las seis y media de la tarde en la plaza de Cuatro Caminos,.

Así va a ser la reaparición de Morante (y una gran despedida), hoy martes 23 de julio en Santander, y dónde se puede ver online
 
foto / Así va a ser la reaparición de Morante (y una gran despedida), hoy martes 23 de julio en Santander, y dónde se puede ver online,.

Ya ayer en el festejo que se celebraba en la feria de Santiago, tercera del serial, donde Ginés Marín abrió la Puerta Grande con un toro de Bañuelos, se pudo ver fuera y dentro de la plaza a Morante de la Puebla. Vestido de verde, serio y con su apoderado portugués Pedro.

A él fue a parar el brindis de Ginés Marín del toro que le cortó los dos trofeos y le permitió salir del coso de Cuatro Caminos a hombros.

Hoy ya es el gran día. La fecha en la que el torero de La Puebla ha decidido volver a los ruedos después de un mes y medio largo, que se ha hecho eterno.

La idea del torero siempre fue la temporalidad y de ahí que los empresarios siguieran haciendo la temporada, los carteles y las ferias con su nombre en los carteles, aunque luego hubiera que ir presentando sustituto. Esto ya se había convertido en una costumbre. La feria de El Puerto sin ir más lejos se había presentado con Morante como base de su cartelería con dos tardes.

Hoy ha llegado la fecha en la que Morante ha decidido volver. No sabemos cómo se encuentra en verdad de ese problema de salud mental que acarrea desde hace décadas, pero hoy se vestirá de torero en la plaza de Cuatro Caminos.

Así es el cartel de hoy en Santander

Se lidiará la corrida de Domingo Hernández para la despedida de Enrique Ponce, que este año dice adiós a su carrera, Morante de la Puebla y el joven Fernando Adrián, que abrió la Puerta Grande de Madrid por Beneficencia.

Por qué Morante es único

Lo que sí podemos asegurar es que hay ganas de Morante. El torero de La Puebla es un reclamo allá donde se anuncia. Es la esencia, el ejemplo de torero que lejos de quemarse con el paso de los años ha alimentado la calidad de su toreo. Aglutina rasgos de maestros que hicieron Historia en el pasado y ha conseguido salpicar su tauromaquia actual haciéndola suya, y nada más que suya (por eso sustituirle es tan complejo). Morante es único y eterno. Una joya de esta época.

Dónde se puede ver por televisión

Toda la feria de Santander será retransmitida por primera vez por la plataforma de OnetoroTV. Media hora antes del comienzo del festejo dará inicio la previa.

También se puede acceder a OneToro a través de Vodafone y contratar el canal.

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