viernes, 7 de abril de 2023

El Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA - La noche encendida - Oficina - Economia - El dominio de China en Iberoamérica desplaza a Europa y desata las alarmas ,. / La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques - Vuelve el Festival de las Flores al Rincón del Obispo,. / RADIO - TELEVISION - EL TRANVÍA DEL TIEMPO - EL BOTIJO - Cine Bigote - La novela negra española rompe fronteras y renueva el género,.

 TITULO: El Objetivo La Sexta - SALVADOS LA SEXTA -  La noche encendida  -  Oficina - Economia -  El dominio de China en Iberoamérica desplaza a Europa y desata las alarmas ,.

 
Resultat d'imatges de la noche encendida con pedro ruiz 
  La noche encendida,.
 
 
 'La noche encendida' no será solo un programa de charlas, espectáculo, música, comedia, sorpresas e invitados, presentado por Pedro Ruiz, por La 2,foto,. etc,.

 El dominio de China en Iberoamérica desplaza a Europa y desata las alarmas,.

 

La pandemia hizo palpable la subordinación global de varios países frente al gigante asiático, y el doble rasero con su principal rival, y aliado occidental, EEUU

El dominio de los suministros chino genera alabanzas y luchas en Occidente

foto / «La guerra comercial con China no solo está afectando a China y EE. UU., está afectando a todos… este tipo de decisiones están afectando a todo el mundo«. Esta cita de Rodrigo Malmierca Díaz, Ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba, pone de manifiesto un conflicto mercantil entre dos titanes tan gigantescos, que obliga a las naciones a impulsar políticas de autonomía. La crisis sanitaria hizo público un debate conocido pero poco popular: la resiliencia de las cadenas de suministro y la dependencia excesiva de un solo proveedor, que ha internalizado riesgos geopolíticos como con su archienemigo estadounidense.

Un estudio del European Think-Tank Network on China (ETNC), 'Dependence in Europe's Relations with China. Weighing Perceptions and Reality', refleja que dicho sometimiento se considera principalmente a nivel de la UE, y España está siguiendo un enfoque europeísta para abordar el problema. Naturalmente hace años el objetivo era otro, ya que el énfasis estaba en la relación económica bilateral y en cómo impulsar los intercambios económicos con China para alcanzar los niveles alcanzados por otras grandes economías de la UE, como Francia o Alemania; según revela el informe.

Sectores de la salud y la automoción

Las relaciones económicas chinas son un elemento reciente del debate público español, desencadenado por las compras chinas de deuda pública española durante la crisis de la eurozona y reavivada por la pandemia de Covid 19. De hecho, en el año 2012 hubo un rechazo informal de las autoridades españolas a las propuestas tentativas chinas, que impidió una serie de adquisiciones, entre ellas la de Red Eléctrica de España, la de CESCE, la de Repsol y el Canal de Isabel II de China Investment Corporation. El documento del Think-Tank expone que la dependencia española del comercio exterior desde Pekín se refleja en dos ámbitos desde la epidemia iniciada en 2020: Primero en productos médicos y luego con la escasez experimentada durante la recuperación económica, incluidos los semiconductores cruciales para la industria automotriz, un sector clave de la economía española. Las cadenas de suministro nacionales buscan mantener sus vínculos buscan mantener sus relaciones con los principales socios estratégicos chinos.

El informe asegura que las dependencias estratégicas dan a China la capacidad de impactar significativamente en la disponibilidad global en España de una veintena de bienes, es decir, bienes con aplicaciones críticas en infraestructuras críticas, industrias y tecnologías centrales de la cuarta revolución industrial (productos farmacéuticos, materias primas y componentes electrónico). La posición ventajista del mercado chino no se aplica en todas las importaciones para España.«Con la notable excepción de los productos agrícolas, China sigue siendo un mercado de exportación secundario en comparación con los socios tradicionales de España en la UE, EE. UU. y el Reino Unido», aseguran desde ETNC.

Una presión desde Washington

Existen dos particularidades en torno a los acuerdos mercantiles: En primer lugar, que la condición de aliado indispensable de la Casa Blanca, y la enemistad de estos con los orientales, obliga a las naciones alineadas a oponerse a Beijing. «De 1999 a 2011, el crecimiento de las importaciones de China le costaron a Estados Unidos alrededor de 2.4 millones de puestos de trabajo», dice un documento del MIT en 2016. La cruzada contra el país asiático estaba capitaneada por el expresidente Donald Trump, «China es nuestro enemigo, ellos nos quieren destruir» decía un tweet del empresario en 2011. El cambio de presidente y partido, junto con el papel protagónico de Rusia en el conflicto ucraniano, han rebajado las críticas desde el gobierno estadounidense.

En segundo lugar está el hecho de que China es percibida como un socio menos fiable y digno de confianza que los socios tradicionales de España. La narrativa de dependencia se debe principalmente a las percepciones cambiantes y la desconfianza emergente hacia China. Eso sí, el gobierno de Xi Jinping no es visto como una amenza en todos los contextos. De hecho, la última Estrategia de Acción Exterior de España y las declaraciones de José Manuel Albares Bueno y Arancha González Laya, su antecesora, reconocen que la actuación de China es «crucial» para el cambio climático dada su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero.

La postura de la UE marca la de España

Aunque tras la pandemia el debate cobró relevancia, la noción de dependencia de China sigue siendo marginal en el debate público español, a excepción de Vox que se ha manifestado enérgicamente en contra de estas relaciones comerciales. La posición de España en este conflicto va de la mano con la de Bruselas. Desde el ETNC, consideran que la dependencia de España de China se enmarca principalmente a nivel de la UE, con preocupaciones sobre la «vulnerabilidad» y la «enorme dependencia de la UE de fuentes de suministro muy limitadas» y llama a la autonomía estratégica europea frente a las grandes potencias de suministro como Rusia y EEUU. A corto plazo, es probable que esto no suponga cambios radicales para las cadenas de suministro españolas, ya sea una relocalización significativa o una diversificación rápida. El apoyo español a iniciativas a nivel de la UE a favor de la autonomía estratégica puede ser una respuesta más inmediata y tangible, especialmente en sectores estratégicos como la salud o la economía digital, y en áreas donde la industria europea puede lograr una ventaja competitiva global.

 

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  La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA - El señor de los bosques  - Vuelve el Festival de las Flores al Rincón del Obispo,fotos.

 

Vuelve el Festival de las Flores al Rincón del Obispo,.

Los vecinos de la pedanía ya están preparando esta séptima edición que se celebrará del 21 al 25 de abril,.

Vuelve el Festival de las Flores al Rincón del Obispo

Los vecinos de Rincón del Obispo ya se encuentran inmersos en los preparativos de la VII edición del Festival de las Flores que se celebrará del 21 al 23 de abril. Esta fiesta, organizada por el Ayuntamiento de Coria en colaboración con los vecinos de la pedanía, que consiste en decorar el pueblo con flores de papel se ha vuelto una tradición en los últimos años. 

 

Las actividades comenzarán el jueves 21 a las 18.00 horas con la Marcha a pie «Subida a la Ermita». Esta actividad se enmarca además en el programa deportivo de la concejalía de deportes del Ayuntamiento de Coria.

Al día siguiente, el viernes 22 de abril será inaugurado el Festival a las 12.30 por el Alcalde de Coria, José Manuel García Ballestero y la Alcaldesa de la pedanía, María Teresa Rodríguez Pacheco. Las autoridades, realizarán posteriormente un recorrido por las calles para apreciar el trabajo realizado.

Ese mismo día a las 17.00 horas habrá un taller de elaboración de jabones y a las 22.00 horas el grupo «Taconazo y Olé» ofrecerá un espectáculo.

El sábado 23 de abril las actividades comenzarán a las 10.00 de las mañana con un torneo de petanca, que continuará con un café organizado por la asociación del Rincón. A las 14.00 horas habrá una comida para los asistentes. Por la tarde, a las ocho habrá una actuación del grupo de baile.

La Misa y Ofrenda Florar tendrá lugar el 24 de abril a las doce de la mañana. Por la tarde, antes de la entrega de premios del Concurso de los Portales Floridos, habrá una actuación de los acordeonistas de Coria y comarca.

Finalmente el lunes, para finalizar el programa de actividades, habrá cuentacuentos y marionetas para los más pequeños que comenzarán a las 17.30.

 

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La novela negra española rompe fronteras y renueva el género,.

El Quais du Polar de Lyon, el principal festival de Europa de ficción criminal, se centra en la creación en español y el buen momento que vive. Escritores, expertos y editores analizan para EL PAÍS esta explosión y algunos de los peligros inherentes al éxito,.

 En la fila de arriba, de izquierda a derecha: Rosa Montero, Víctor del Árbol y María Dueñas. En la fila de abajo, de izquierda a derecha: Javier Cercas, Juan Gómez-Jurado y Carlos Zanón. Todos ellos son participantes del Quai du polar de Lyon.

 En la fila de arriba, de izquierda a derecha: Rosa Montero, Víctor del Árbol y María Dueñas. En la fila de abajo, de izquierda a derecha: Javier Cercas, Juan Gómez-Jurado y Carlos Zanón. Todos ellos son participantes del Quai du polar de Lyon.

Cada año por estas fechas desde 2005 la muy burguesa ciudad de Lyon se llena de conspiradores criminales. Autores, editores, agentes, periodistas y, sobre todo, lectores, se dan cita en el Quais du Polar, el principal festival de novela negra de Europa. En las calles, en las presentaciones y entre el público que se apelotona ante las mesas de los libreros se oye siempre esa música especial del francés, unida al omnipresente inglés,.

 

Estaba sentado bebiendo té caliente y arrebujado en una de las mantas de salvamento grises de la bolsa de emergencia. El mar oscuro chapaleaba a su alrededor. El barco de los guardacostas que se había detenido a un centenar de metros se bamboleaba a merced de las olas, las luces de navegación encendidas, y a lo lejos, unas diez millas al norte, se veían faros de camiones en la carretera elevada procedentes de Nueva Orleans en sentido este por la ruta 90 camino de Pass Christian, Biloxi, Mobile. En el reproductor de casetes sonaba el segundo concierto para violín de Mozart. La temperatura del aire era de siete grados y eran las tres y diecisiete de la 

 

 

mañana.El ténder estaba tumbado sobre los codos y tenía los auriculares puestos y observaba las oscuras aguas. De vez en cuando el mar parecía estallar con una suave luz sulfurosa allí donde doce metros más abajo Oiler estaba trabajando con el soplete. Western observó al ténder y sopló para enfriar el té y tomó un sorbo y contempló los faros en la carretera elevada, como un lento reptar de gotas de agua por un cable de tendido eléctrico. Un suave efecto 

 

 

estroboscópico a su paso por detrás de los balaústres de hormigón. Un viento que soplaba desde la punta occidental de Cat Island hizo que el mar se picara ligeramente. Olor a petróleo y el pestazo a manglares y salicornias de las islas. El ténder se incorporó y se quitó los auriculares y empezó a hurgar en la caja de las herramientas.

¿Qué tal le va?

Bien.

¿Y ahora qué quiere?

Los alicates grandes.

Enganchó unas cizallas en un mosquetón y amarró este a la cuerda elástica y observó cómo las cizallas se deslizaban hasta el agua. Miró a Western.

¿Hasta qué profundidad se puede usar acetileno?

Unos nueve o diez metros.

Y a partir de ahí, corte oxieléctrico.

Sí.

El ténder asintió con la cabeza y volvió a ponerse los auriculares.

Western se terminó el té y tiró los posos y devolvió la taza a su bolsa y luego cogió sus aletas y se las calzó. Dejó caer la manta en que estaba envuelto y se puso de pie y se subió la cremallera del traje de neopreno. Se inclinó para coger sus tanques y los levantó por las correas y se los cargó a la espalda. Ajustó las correas y se puso las gafas de buceo.

El ténder se echó los cascos hacia atrás. ¿Te importa si cambio de emisora?

Western se levantó las gafas. Es un casete.

¿Te importa que ponga otro?

No.

El ténder meneó la cabeza. Traernos aquí en helicóptero con un frío de cojones a la una de la noche. No sé a qué venía tanta prisa.

O sea que están todos muertos.

Sí.

¿Y tú cómo lo sabes?

Es de pura lógica.

Western miró hacia el guardacostas. La forma de las luces encabritada en el mar picado. Miró al ténder. ¿Pura lógica?, dijo. Vale.

Se puso los guantes. El haz blanco del reflector corrió por el agua y volvió por donde había venido y luego oscuridad. Se puso el cinto y una vez abrochado se metió el regulador en la boca y se ajustó las gafas y bajó al agua.

Penetrando poco a poco en la oscuridad rumbo al fulgor intermitente del soplete. Alcanzó el estabilizador y descendió hasta el fuselaje y giró y empezó a nadar despacio, resiguiendo con una mano enguantada la lisa superficie de aluminio. El relieve de los remaches. El soplete volvió a llamear. La forma del fuselaje como un túnel hacia la oscuridad. Dejó atrás las protuberantes góndolas donde se alojaban los motores a reacción y descendió por el costado del fuselaje hacia el charco de luz.

Oiler había cortado ya el mecanismo de cierre y la puerta estaba abierta. Tenía medio cuerpo dentro del avión y estaba en cuclillas contra el mamparo. Hizo un gesto con la cabeza y Western se detuvo en la puerta. Oiler dirigió la luz hacia el pasillo de la nave. Los pasajeros en sus asientos respectivos, los cabellos flotando. La boca abierta, todos ellos, y en los ojos ni rastro de especulación. La cesta estaba en el suelo, junto a la puerta, y Western cogió la otra linterna de buceo y se propulsó hacia el interior del avión.

Avanzó despacio por encima de los asientos, los tanques rozando el techo. Con la cara de los muertos a solo unos centímetros. Todo lo que podía flotar estaba pegado al techo. Lápices, cojines, vasos y tazas de plástico. Hojas de papel cuya tinta corrida dibujaba garabatos jeroglíficos. Claustrofobia en aumento. Giró doblándose sobre sí mismo y volvió por donde había venido.

Oiler estaba buceando con su linterna por el exterior del fuselaje. La luz formaba una corola en la cámara de aire del vidrio doble. Western siguió adelante y penetró en la cabina.

El copiloto seguía en su asiento con la correa ceñida pero el piloto se movía pegado al techo con los brazos y las piernas hacia abajo cual enorme marioneta. Iluminó el tablero de instrumentos. Las palancas gemelas de control totalmente en posición de off. Los cuantificadores eran analógicos y al producirse un cortocircuito por efecto del agua habían vuelto a posiciones neutrales. Alguien había retirado uno de los tableros de la aviónica y se veía un cuadrado vacío en la consola. A juzgar por los orificios, eran seis los tornillos que lo sujetaban y había tres clavijas colgando allí donde alguien había desconectado los cables. Western apoyó las rodillas contra el respaldo de los asientos, una en cada uno. Buen Heuer de acero inoxidable en la muñeca del copiloto. Examinó los paneles. ¿Qué faltaba? Altímetros e indicadores de velocidad vertical Kollsman. Combustible en libras. Velocidad del aire a cero. Por lo demás, aviónica Collins. Era el rack de navegación. Retrocedió para salir de la cabina. Las burbujas del regulador se ordenaron solas a lo largo del techo abovedado. Había buscado en todos los sitios posibles el sistema de visualización del piloto y casi pudo jurar que allí no estaba. Salió al exterior y buscó a Oiler. Estaba flotando encima del ala. Hizo un movimiento circular con la mano y señaló hacia arriba y aleteó hacia la superficie.

Sentados en la pequeña cubierta de la zodiac se quitaron las casetas y escupieron cada uno su regulador y se recostaron sobre los tanques respectivos para aflojar las correas. En el reproductor de casetes sonaba Creedence Clearwater. Western sacó su termo.

¿Qué hora es?, preguntó Oiler.

Las cuatro y doce.

Escupió y se limpió la nariz con el dorso de la muñeca. Alargó un brazo y giró las válvulas de las bombonas para cerrarlas. Odio este tipo de rollo, dijo.

¿El qué, los cadáveres?

Bueno, eso también. Pero no. Hablo de cosas que no tienen sentido. O a las que uno no les ve el sentido.

Ya.

Aquí no vendrá nadie más durante un par de horas. Puede que tres. ¿Qué quieres que hagamos?

¿Qué quiero que hagamos o qué creo que deberíamos hacer?

No sé. ¿Tú entiendes algo de esto?

Pues no.

Oiler se quitó los guantes y descorrió la cremallera de su bolsa de buceo y sacó el termo que llevaba dentro. Retiró la taza de plástico del recipiente, desenroscó la tapa y se sirvió café en la taza y sopló. El ténder estaba cobrando el cabo y la cesta.

Ni siquiera se ve el maldito avión. ¿Y se supone que un pescador lo descubrió? Y una mierda.

¿No crees que las luces pudieron estar un rato encendidas?

No.

Ya. Supongo que no.

Oiler se secó las manos con una toalla de su bolsa y luego sacó su tabaco y el encendedor y extrajo un cigarrillo del paquete y lo encendió y se quedó mirando el vaivén de las negras aguas. ¿Todos sentados, así sin más? ¿Qué coño es esto? Yo diría que ya estaban muertos cuando el avión se hundió.

Oiler dio una calada. Meneó la cabeza. Supongo que sí. Y no hay manchas de combustible.

Falta un panel en el tablero de instrumentos. Tampoco está

el sistema de visualización del piloto.

¿En serio?

Sabes lo que significa eso, ¿no?

Ni idea. ¿Y tú?

Extraterrestres.

Vete a tomar por saco.

Western sonrió.

¿Tú qué autonomía dirías que tiene uno de esos?

¿El JetStar?

Sí.

Rondará las dos mil millas. ¿Por qué? Porque habría que saber de dónde venía. Ya. ¿Y qué más?

Yo creo que llevan ahí abajo varios días.

Joder.

No es que estén muy bien conservados. ¿Cuánto tarda un

cadáver en subir?

No sé. Dos o tres días. Depende de la temperatura del agua.

¿Cuántos hay ahí dentro?

Siete. Más el piloto y el copiloto. En total nueve.

¿Qué quieres hacer?

Yo irme a casa y derecho al catre.

Oiler sopló en el café y tomó otro sorbo. Sí, dijo.

El ténder se apellidaba Campbell. Observó detenidamente a Western y luego miró a Oiler. Lo de ahí abajo tiene que ser un espectáculo muy desagradable, dijo. ¿Eso no os perturba?

¿Quieres bajar y así echas un vistazo?

No.

Yo te superviso. Western bajará contigo si lo necesitas.

No me tomes el pelo. No te lo tomo.

Vale. Pero que no bajo.

Ya lo sé. Pero como no has visto lo que hemos visto nosotros quizá deberías pensártelo antes de decir lo que se supone que tenemos que sentir al respecto.

Campbell miró a Western. Western inclinó las hojas de su té. Coño, Oiler. Gary no pretendía tocar las narices.

Lo siento. Lo que pasa es que no veo cómo pudo llegar ahí abajo ese avión. Y cuanto más pienso en las cosas que no encajan, más larga se hace la lista.

Estoy de acuerdo.

A lo mejor nuestro apreciado doctor Western podría aportar algo parecido a una explicación.

Western meneó la cabeza. Vuestro apreciado doctor Western está a dos velas.

Ni siquiera sé qué mierda hacemos aquí. Ya. Todo esto huele a chamusquina.

¿Y qué nos queda, dos horas para que amanezca?

Sí. Puede que hora y media.

Yo no pienso subirlos.

Yo tampoco.

Supervivientes. ¿Qué coño significa eso?

Permanecieron sentados con los rostros en la sombra del fanal. La balsa se bamboleaba a merced de las olas. Oiler alargó un brazo con el termo. ¿Quieres un poco, Gary?

No. Estoy bien.

Vamos, hombre. Está caliente.

Vale.

Yo no he visto ningún desperfecto.

Es verdad. Parecía recién salido de fábrica.

¿Quién fabrica el...? ¿Cómo habéis dicho que se llamaba, JetStar?

JetStar, sí. Lockheed.

Pues es un aparato cojonudo. ¿Cuatro reactores? ¿Qué velocidad alcanzará eso, Bobby?

Western tiró las hojas del té con una sacudida y volvió a enroscar la tapa del termo. Yo creo que seiscientas millas por hora.

No veas.

Oiler dio una última calada al cigarrillo y lo lanzó a la oscuridad de un capirotazo. Tú nunca has subido cadáveres, ¿verdad?

No. Y me figuro que probablemente, si hay algo que a ti no te gusta hacer, a mí tampoco me va a gustar.

Se suben con una cuerda y un arnés, pero antes hay que sacarlos del avión. Y los muertos parece que quieren abrazarte. Una vez sacamos cincuenta y tres fiambres de un Douglas frente a la costa de Florida y ahí dije que nunca más. Eso fue antes de ponerme a trabajar para Taylor. Llevaban allá abajo varios días y te aseguro que no apetecía que te entrara en la boca ni una gota de ese agua. Estaban hinchados y hubo que tirar de cuchillo para sacarlos de sus asientos. Y tan pronto quedaban libres empezaban a subir con los brazos para aquí y para allá. Como globos de circo.

Los de aquí no tienen pinta de ejecutivos.

Pues van de traje y corbata.

Ya lo sé. Pero no es ese tipo de traje. Los zapatos parecen europeos.

¿Sí? Ni idea. Hace diez años que no me pongo unos zapatos como Dios manda.

¿Tú qué quieres hacer?

Largarme de aquí cuanto antes. Nos conviene una buena ducha.

De acuerdo.

¿Qué hora es?

Las cuatro veintiséis.

El tiempo vuela cuando uno lo pasa bien.

Podemos darnos un manguerazo en el muelle cuando volvamos. Para limpiamos los trajes.

No va a ser fácil encontrarme, Bobby. No pienso volver por aquí.

Muy bien.

Tú crees que alguien ya ha estado ahí abajo, ¿no?

No lo sé.

Vale. Pero eso no es una respuesta. ¿Cómo entraron en el avión? Tendrían que haber usado sopletes como hemos hecho nosotros.

Quizá los dejó entrar alguien.

Oiler meneó la cabeza. Joder, Western. No sé ni por qué te digo nada. Siempre haces igual, meterme el miedo en el cuerpo. Gary, ¿quieres encender esto?

Y que lo digas.

Western devolvió el termo a su bolsa de buceo. ¿Qué más?, preguntó.

Te lo voy a decir. Yo creo que mi deseo de pasar olímpicamente de rollos que solo me pueden causar problemas es tan hondo como duradero. Fíjate que hasta diría que es casi una religión.

Gary había ido al otro extremo de la lancha. Western y Oiler levaron las dos anclas. Con un pie en el espejo de popa, tiró de la cuerda del estárter. El gran motor Johnson fueraborda arrancó al instante. Zarparon dejando una estela de burbujas y tan pronto se hubieron alejado de la boya naranja Gary dio gas a tope y surcaron las oscuras aguas rumbo a Pass Christian.


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