viernes, 5 de julio de 2024

Metrópolis - La aventura de traducir a Kadaré ,. / DIAS DE TOROS - Vuelta a la normalidad en la Maestranza: crónica de una tarde para la inteligencia artificial , . / Retratos con alma - La abdicación de Don Juan Carlos: diecisiete días para el último gran acuerdo,.

 

 TITULO: Metrópolis -  La  aventura de traducir a Kadaré   ,. 

 

  El lunes - 22 - Julio , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.

 La  aventura de traducir a Kadaré,.

 El poeta y el tirano

La anécdota se cuenta rápido: el 23 de junio de 1934, Stalin llama por teléfono desde el Kremlin a la casa del escritor Borís Pasternak, le pregunta por un tercero (el poeta Ósip Mandelstam, recientemente detenido) y, viéndose insatisfecho con la respuesta, el dictador cuelga el teléfono. La conversación, como dice el título de este libro, apenas dura tres minutos. Las divagaciones a las que ha dado lugar, de todos los colores, cumplirán en unos meses ya 90 años.

El escritor albanés Ismaíl Kadaré establece aquí como punto de fuga la famosa llamada y teje en torno a ella una red de huellas cruzadas, de testimonios de fantasmas sobre otros fantasmas. Varios paralelismos sobrevuelan el texto: la relación ambigua de Pushkin con Nicolás I, la asimilación popular de Tolstói con el zar o la torpe y breve conversación telefónica que sostuvo el propio Kadaré con Enver Hoxha, dictador de Albania, cuando éste le llamó para felicitarle por un poema. Imágenes concretas que sirven para avalar una idea platónica: la de la lucha entre el poeta y el tirano, en la que el primero se sirve de su pluma y de la autoridad que le confiere el pueblo y el segundo se sirve del miedo y del poder que le otorga el Estado.

"Kadaré reflexiona sobre el drama del tránsito de los grandes escritores de la época burguesa a la comunista, anota que el terror y las cárceles fueron la parte más tangible del cuadro"

Con este telón de fondo, el autor de El Palacio de los Sueños comienza lo que parece una autoficción, hablándonos de su pasado en Moscú, de las conversaciones incómodas con su editor acerca de un fragmento problemático en una novela suya, de la sobrina de Pasternak, de la relación de David Samoilov (traductor de un poemario suyo) con la hija de Stalin, para después cortar la narración y zambullirse de lleno en el tema al que apuntan los pasajes anteriores: las distintas versiones que circulan sobre la llamada del tirano al poeta. Trece, para ser exactos, enumeradas y analizadas una a una a lo largo de las fascinantes casi cien páginas que siguen.

En algún punto del texto, Kadaré reflexiona sobre el drama del tránsito de los grandes escritores de la época burguesa a la comunista, anota que el terror y las cárceles fueron la parte más tangible del cuadro y continúa: “La otra, la de los dramas interiores, la de las rupturas y concesiones, que continúa sin ser analizada hasta el presente, ha acabado por ser la más incomprensible”. Éste es precisamente el meollo de Tres minutos. No la detención de Mandelstam, no el temor a expresar públicamente una discrepancia, sino el enrarecimiento y el deterioro de las relaciones humanas, convertidas en un teatro de mutismo, de palabras torpes y mal medidas, de angustia ante los pasos en falso y sus consecuencias.

"¿Qué llevó al futuro autor de El doctor Zhivago a intentar aclararse con el dictador? ¿El verdadero deseo de ayudar a Mandelstam o simplemente el miedo?"

El recorrido por las trece versiones que recopila el autor nos conduce a través de las voces muertas de la viuda de Mandelstam, de la mujer y de la amante de Pasternak o de la poeta Anna Ajmátova, entre otros, en busca de la respuesta a muchas preguntas. ¿Cuál fue el propósito real de aquella llamada? ¿Averiguar si Pasternak conocía un poema censurable de Mandelstam, comprobar si podría dar una oportunidad al segundo, jugar con Pasternak o simplemente darle información? ¿Qué hizo que el escritor fuese poco claro? ¿Su desinterés, su nerviosismo, sus dudas sobre lo que el dictador sabía? ¿Por qué se mostró Stalin insatisfecho? ¿Porque no obtuvo lo que buscaba, porque Pasternak le pareció cobarde o porque sintió el deseo de humillarle? Y ¿qué llevó al futuro autor de El doctor Zhivago a intentar aclararse con el dictador? ¿El verdadero deseo de ayudar a Mandelstam o simplemente el miedo?

Las respuestas se alejan más y más a medida que avanzamos. Y esto, por supuesto, es lo mejor que podía ocurrir. Lo que nos queda es una reflexión desordenada y lúcida sobre nuestra incapacidad para comprender. El espejismo de los hechos, imposibles de concretar, da lugar, a través de cada una de estas aproximaciones fantasmagóricas, a las exégesis obsesivas y brillantes de Kadaré y, de rebote, a un retrato espectral del entorno del poeta (de sus amigos, de sus enemigos, de los vigilantes) y de la atmósfera opresiva de la Rusia estalinista, llena de rencores, de remordimientos, de impotencia y, sobre todo, de silencios.

 

TITULO:  DIAS DE TOROS  -Vuelta a la normalidad en la Maestranza: crónica de una tarde para la inteligencia artificial ,.

 

 

Vuelta a la normalidad en la Maestranza: crónica de una tarde para la inteligencia artificial,.

 Natural de Emilio de Justo al bravo y enclasado Azafrán de Garcigrande, lidiado en segundo lugar

 foto / Natural de Emilio de Justo al bravo y enclasado Azafrán de Garcigrande, lidiado en segundo lugar,.

Feria de Abril 2024

Emilio de Justo se lleva el lote de Garcigrande y corta una oreja; Cayetano se queda sin créditos que lo justifiquen y Ginés se justifica ante Goliat,.

Si algo nos vino a demostrar el primer toro de la tarde es que la suerte de El Cid en los sorteos sigue vigente (retirada de por medio). Qué barbaridad. El primer toro del festejo, el que abrió plaza, boca, apetito, no es que fuera bueno es que fue extraordinario y premiado con la vuelta al ruedo. De gozarlo. Noble, con ritmo, abriéndose en el viaje y yendo hasta el final en la muleta con ese punto de poder rajarse en cualquier momento (no llegó a hacerlo) y ese punto, también de falta de humillación. Pero era una delicia. Manuel Jesús lo vio claro desde que comenzó la faena, que fue ligada, templada y conectó con el público y hubiera sido la bomba si además se hubiera ajustado con el animal para embarcar las embestidas del de La Quinta, que eran un regalo, y llevarlas atrás. Eso no ocurrió. La espada cayó muy atrás y baja. La gente pidió el doble premio. Uno dio el presidente.

Suavón y al paso fue el cuarto, que no tenía un ápice de maldad por ningún lado. El animal se paraba por falta de ímpetu para seguir el engaño, pero no con la necesidad de coger. El Cid lo consintió y se metió entre los pitones, que era donde dejaba estar el de La Quinta, tan noble como paradote.

Se desmonteró Iván García con el segundo tras poner con brillantez dos pares. Al toro de Daniel Luque le faltaba ese punto de motor y de querer empujar hasta el final. La habilidad del sevillano hizo que lo cuidara y lo ayudara a seguir una cuarta más en una faena muy resuelta y en el constante intento de poner lo que le faltaba.

El quinto tenía el motor justo y pocas ganas de embestir. Iba al paso, desganado, sin aportar demasiado y cuando se resistía lo hacía con el margen suficiente para que Luque pudiera reaccionar. Si bien es verdad que el posible esfuerzo tampoco tenía la capacidad de trascender porque el de La Quinta acudía con la emociones más que justas.

El tercero no se empleó en el caballo, pero llegó a la muleta con nobleza y cierta transmisión. Era toro para hacer faena. Una oreja cortó Emilio de Justo tras una labor de cantidad, pero sin llegar a cuajar y centrarse con las cualidades del toro. La estocada debió hacer el resto para el cómputo orejil.

Se desmonteró Abraham Neiro en el último de la tarde, antes de que Emilio de Justo brindara a Manuel Jesús «El Cid». Y este fue el único toro del encierro que iba y venía con mal estilo, sin entrega, con más fuerza y soltando la cara. Así lo demostró en la primera tanda diestra. El toro requería poder y mando, pero este sí que era de echar la moneda al aire, porque en cualquier muletazo podía salir cruz. En ese ir y venir, de aquí para allá solo había uno que ganara la partida. Por el derecho, muy tapado y siempre puesta llegaron los mejores momentos y ya cuando lo había convencido por ahí lo tragó al natural. No fue fácil, pero quiso Emilio de Justo y acabó por ver la recompensa cuando metió la espada.

A estas alturas al público se le habían bajado los ánimos, pero hubo momentos que Sevilla no era Sevilla sino un pueblo. Uno cualquiera.

Ficha del festejo

SEVILLA. Feria de Abril. Se lidiaron toros de la ganadería de La Quinta. El 1º, extraordinario y premiado con la vuelta al ruedo; 2º, noble pero falto de empuje; 3º, bueno, con brío y repetición; 4º, noblón y paradote; 5º, sin poder y al paso; 6º, complicado. Lleno en los tendidos.

El Cid, de azul marino y oro, estocada baja y trasera (oreja con petición de la segunda ); pinchazo, media, aviso, dos descabellos (saludos).

Daniel Luque, de grana y azabache, estocada (saludos); estocada, descabello (saludos).

Emilio de Justo, de catafalco y azabache, estocada (oreja); estocada (oreja).

 

TITULO:  Retratos con alma -  La abdicación de Don Juan Carlos: diecisiete días para el último gran acuerdo ,.

 

La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.  

 

 Lunes - 22 - Julio -  a las 22:40 horas en La 1 / foto,.

La abdicación de Don Juan Carlos: diecisiete días para el último gran acuerdo,.

El Rey de la Transición empezó a pensar en su renuncia en 2012 y todo se aceleró en 2014. La dimisión de Rubalcaba desencadenó un proceso impecable, discreto y veloz

Juan Carlos I recibe al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Es 26 de mayo de 2014. Audiencia semanal ordinaria en el Palacio de la Zarzuela. La víspera se han celebrado elecciones europeas, en las que el PP y el PSOE han obtenido un mal resultado. El presidente le sugiere al Rey que es el momento de poner en marcha el plan que una decena de personas lleva unas semanas preparando por decisión del Monarca. El Rey lleva un par de años mascullándolo, pero se acerca la hora de la verdad, la hora de abdicar en su hijo, el Príncipe Felipe. Se trata de un asunto de la máxima relevancia política, sin antecedentes ni legislación que lo ampare. Toca actuar sobre la marcha, y es un tema de Estado.

Tres días después, el jueves 29, Don Juan Carlos convoca una reunión al máximo nivel: su hijo y Heredero; Mariano Rajoy, presidente del Gobierno; Alfredo Pérez Rubalcaba, líder de la oposición; el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno; y Soraya Sáenz,.

Las claves de la abdicación de Don Juan Carlos

Las claves de la abdicación de Don Juan Carlos
 
 Don Juan Carlos,.

Con la perspectiva que da el paso del tiempo -un año ya desde que el Rey Juan Carlos anunció su renuncia a la Corona- la primera valoración que surge en la mente de la mayoría de las personas que analicen el gesto del monarca es la de la oportunidad de la decisión del Rey.

Con la perspectiva que da el paso del tiempo -un año ya desde que el Rey Juan Carlos anunció su renuncia a la Corona- la primera valoración que surge en la mente de la mayoría de las personas que analicen el gesto del monarca es la de la oportunidad de la decisión del Rey. El anterior monarca supo hacer algo que aunque parezca muy sencillo, no lo es, y que se trata, ni mas ni menos de saber irse. Hacerlo en el momento justo, cuando tienes la certeza de que seguir puede causar daños irreparables a la institución y a tu propia familia, así como poner en riesgo la continuidad de la monarquía, es algo que don Juan Carlos hizo el 2 de Junio de 2014, como muestra clara de su generosidad y su vocación inequívoca de servicio al país y a los ciudadanos que lo habitan.

Lo dicho anteriormente no quiere decir que fuera una decisión fácil de adoptar para un Jefe de Estado acostumbrado a contar con el favor de la gente de una nación que, a pesar de no ser monárquica, sí se confesó abiertamente juancarlista durante más de treinta y cinco años. Los últimos cuatro, sin embargo, fueron los de la acumulación de una serie de errores encadenados unos con otros en un corto espacio de tiempo, que llevó a una bajada sin precedentes de la valoración del Rey en las encuestas, que resultó imposible remontar.

Hubo varios amagos de don Juan Carlos de irse y hacer el traspaso de poderes en su hijo antes de tomar la decisión definitiva en Enero de 2014, casi un mes después del tropiezo durante la lectura del discurso en el acto de la Pascua Militar. Seis meses antes, habló con el entonces Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, para decirle que preparara todo desde un punto de vista legal porque se iba. Pero al poco tiempo, se arrepentía y volvía a considerar que su obligación era quedarse y no dar los pasos para el relevo en un momento tan complicado y difícil para la economía española y con un sentimiento de indignación tan fuerte entre los ciudadanos por las carencias que estaban sufriendo y también por el desprestigio de la institución debido al caso Noos y a la implicación de los duques de Palma en el sumario. Pero la decisión que tomó a finales de Enero del año pasado fue irreversible. Y así se lo comunicó en primer lugar a su heredero, el Príncipe de Asturias, y a la Reina Sofía.

El siglo en la Operación Relevo

La clave del éxito en la operación fue que se mantuviera en secreto y no trascendiera a la opinión publica hasta el momento que estuviera ya preparada para darla a conocer a todo el mundo. Un mérito que hay que atribuir a los responsables de la Casa del Rey –cinco en total- que supieron guardar silencio y que adoptaron medidas propias de una historia de espías para que nada se filtrara. Reuniones en las que las notas se destruían inmediatamente después para que nadie las viera, los documentos con lo que cada uno escribía sólo se guardaban en un lápiz de memoria y nunca en el disco duro, no se dejaban rastros de algún tipo que pudieran dar pistas de todo lo que se estaba haciendo: desde ver los pasos legales que había que dar, puesto que la abdicación en la Constitución estaba sin desarrollar, hasta el relato de los hechos que había que transmitir a los medios de comunicación en el momento oportuno. Sin dejar de preparar todos y cada uno de los detalles de la abdicación de don Juan Carlos, el momento del traspaso de poderes de padre a hijo, que se decidió hacerlo en el Palacio Real en vísperas de la proclamación, como debía ser el acto de jura y proclamación del nuevo Jefe de Estado, si se iba a invitar a los miembros de otras casas reales o no a la ceremonia de las Cortes o si era oportuno o no –finalmente fue que no- montar alguna celebración más vistosa y con más glamour, como una cena de gala en el Palacio Real con reyes y reinas, príncipes y princesas venidos del extranjero.

La fecha de abdicación

Una de las decisiones más delicadas que se debatieron en los prolegómenos del traspaso de poderes fue la elección de la fecha. Se barajaron por parte del reducido equipo de crisis de la Casa del Rey tres posibles días para anunciar la abdicación: el primero era el 26 de Mayo, justo la semana después de las elecciones europeas, pero que se descartó enseguida por creer que iba a estar demasiado próximo al resultado de los comicios. La segunda fecha que se consideró fue la que finalmente resultó elegida, el día 2 de Junio, y se decidió en una reunión que se celebró en el Palacio de la Zarzuela el jueves anterior, dia 29 de Mayo, en la que estuvieron presentes, además del Rey y el Príncipe de Asturias, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el entonces líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba y el Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. Dado el impacto que había causado el resultado electoral, con la irrupción de Podemos y sus cinco diputados obtenidos en la Eurocámara, el cónclave con la cúpula del Estado sirvió para ver claro que no se podía esperar más ya que posponer la fecha podía provocar que los trámites parlamentarios se retrasaran demasiado y se llegara al tiempo de vacaciones parlamentarias sin tener resuelto el relevo. Así que la maquinaria prevista para una operación de tanta trascendencia se puso en marcha sin que, hasta esos momentos, se hubiera producido una filtración de los planes de la familia real.

El día D

El 2 de Junio por la mañana, todos los miembros de la familia real estaban en Madrid: el Príncipe había regresado de un viaje a El Salvador a primera hora, la Reina Sofía había vuelto el día anterior de una reunión del grupo Bilderberg, celebrada en Copenhague, y la Princesa Letizia estaba en la residencia de los Príncipes en el recinto de Zarzuela. El Presidente del Gobierno, de acuerdo con los planes acordados, se desplazó a la residencia de los Reyes para recibir de manos de don Juan Carlos el escrito en el que le comunicaba su decisión de abdicar la Corona en su hijo. Y lo siguiente fue convocar a los medios de comunicación al Palacio de la Moncloa para asistir a una declaración del Presidente Mariano Rajoy.

El rumor de que lo que iba a comunicar Rajoy a los periodistas era la renuncia del monarca y su voluntad de hacer el relevo en la institución de la monarquía se extendió como un reguero de pólvora poco antes de que el propio Jefe de Gobierno lo confirmara. Todo se había desarrollado según los planes preparados durante la primavera por un escueto equipo que trabajó en perfecta coordinación.

Y así fue como don Juan Carlos llevó a cabo su propósito de ser el primero en efectuar el relevo generacional en una institución considerada arcaica y caduca por muchos pero que ha sido la primera en afrontar un asunto que la sociedad reclama ahora a sus dirigentes.

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