domingo, 25 de agosto de 2024

Cuadernos de paso - La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas -«Hemos elegido la felicidad» ,. / DESAYUNO CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ¡ ATENCION Y OBRAS! CINE - Vivan los novios - Telecinco - Los ojos de llanto ,. / REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - VIAJANDO CON CHESTER - Teresa Perales ,./ Viaje al centro de la tele -Tesoro de la tele - El 1 %. Los más listos de la clase ,. / Me voy a comer el mundo - Ensalada 'boeuf' ,. / Cine de barrio - Cine - Dos chicas de revista ,./ Versión europea - Cine - Arthur Rambo , Sabado - 7 - Septiembre,.

 

  TITULO: Cuadernos de paso - La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas -  «Hemos elegido la felicidad»  ,.


  La sonrisa del pelícano ,.
 
 La sonrisa del pelícano fue un programa español de televisión emitido por Antena 3, Presentado y dirigido por Pepe Navarro,.

 Esta noche cruzamos el Mississippi,.
 
 Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa de televisión producido y presentado por el periodista Pepe Navarro y emitido por la cadena española Telecinco entre el 18 de septiembre de 1995 y el 10 de julio de 1997. Se emitía de lunes a jueves en la franja del late night., etc.

  Crónicas marcianas ,.

Crónicas marcianas fue un late show de televisión, producido por Gestmusic Endemol y emitido por la cadena española Telecinco entre 1997 y 2005. Estaba dirigido y presentado por Javier Sardá y contaba con Miquel José y Jordi Roca, con quienes Sardá había creado La Ventana en la Cadena SER, como subdirectores y guionistas.
Es el programa de late night más longevo y más visto de la historia de la televisión en España.1​ A pesar de ser considerado por muchos como uno de los máximos exponentes de la llamada telebasura en España, obtuvo multitud de premios, como un Ondas, dos de la Academia de la Televisión y seis TP de Oro., etc.

 «Hemos elegido la felicidad» ,.

La victoria en la Copa de África diluye las crisis subyacentes en Costa de Marfil


Por Jaume Portell Caño desde Abiyán (Costa de Marfil)



En el inicio del campeonato, pocos esperaban que la anfitriona, Costa de Marfil, se hiciera con el trofeo en la reciente Copa de África de Fútbol. Su triunfo ante Nigeria, con la consiguiente explosión de júbilo por las calles de todo el país, ha servido para dejar en segundo plano los retos políticos, sociales y económicos a los que se enfrenta la nación.



«A los marfileños nos gusta esto, la alegría, el baile, divertirnos», dice Nadège, una vendedora de bebidas y cigarrillos en una parada de Yopougon, uno de los barrios más poblados de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil. El equipo marfileño se acaba de clasificar para los cuartos de final de la Copa de África, después de una victoria en la tanda de penaltis contra Senegal, el vigente campeón. Mientras todo el mundo lo celebra, ella se acuerda del conflicto que desgarró el país en 2011. «No nos gustan la guerra ni los tiros, todo por políticos cuyas familias se van a otro sitio en avión cuando hay problemas. Aquí nos quedamos los inocentes sufriendo las balas y las muertes. Yo estuve aquí cuando todo esto pasó», insiste, con un punto de indignación. 

La noche es ideal para las ventas. Centenares de jóvenes recorren las calles de Yopougon sudados, con el torso desnudo o con camisetas de la selección nacional, oliendo a alcohol o a punto de beberlo, gritando eslóganes, cantando, haciéndose fotos y bailando. Algunos se paran ante Nadège, compran algo y siguen su ruta. Los autobuses tocan el claxon, los coches suben la música, los maquis –locales callejeros con música y comida– están llenos durante horas, la fiesta dura hasta altas horas de la madrugada, pero la frase de Nadège resume un estado de ánimo: Costa de Marfil abraza sus alegrías como nadie, pero el recuerdo de la guerra sigue fresco.

 
fotos / Mercado de Korhogo, el pasado 27 de enero.

En el país hay un gobierno civil, presidido actualmente por Alassane Ouattara, pero el factor que decantó la balanza en 2011 fueron las bombas, las armas y la guerra en la que un bando, apoyado por Francia, resultó vencedor. El otro, en silencio, vive con una mezcla de frustración y resignación el estado actual de una nación llena de contrastes, reflejados en las diferencias sociales de los barrios de Abiyán. En el de Cocody, donde se hospedan muchos de los periodistas que cubren la competición, hay restaurantes con platos que cuestan 30 euros y cócteles a 15 euros; en Yopougon, la electricidad va y viene, y para tener agua, algunos vecinos salen a rellenar garrafas. 

La Copa de África ha servido para mostrar un país que va camino de resolver sus problemas y que, durante unas semanas, ha actuado colectivamente para generar esa impresión. Ronald (nombre ficticio), un periodista local, habla de una especie de tregua entre el Estado y la población. Los precios de la comida y la gasolina no han dejado de subir desde la pandemia, pero millones de marfileños han elegido pasar este mes soñando con una victoria en la Copa de África: «En este país, muchos hemos elegido la felicidad, porque hablar de según qué tema es demasiado doloroso», comenta Ronald. 

La tregua estuvo a punto de romperse cuando el equipo anfitrión perdió por 4-0 contra Guinea Ecuatorial en el tercer partido, una derrota que dejó a los Elefantes –apodo  con el que se conoce a la selección de Costa de Marfil— al borde de la eliminación. Los aficionados salieron indignados del estadio, y la policía tuvo que disolver algunas protestas espontáneas. El entrenador, el francés Jean-Louis Gasset, dimitió. Y una carambola de resultados salvó a los marfileños, que logró el pase a la siguiente ronda como uno de los mejores terceros de su grupo. El milagro empezaba a gestarse, y el sustituto de Gasset, el marfileño Emerse Faé, lideró una serie de resultados sorprendentes que llevaron al equipo local hasta el triunfo final.





Bailando al ritmo del cacao 

No se puede entender la historia de Costa de Marfil sin hablar del cacao. Como en la mayoría del continente, los colonizadores utilizaron las tierras de sus colonias para cultivar aquello que no podían hacer prosperar en su casa. En este caso, los cultivos principales fueron el cacao y el café. Buena parte de los choques previos a la independencia vinieron por asuntos vinculados al cacao: los agricultores marfileños lo cobraban a precios inferiores al que procedía de haciendas de los colonos blancos. La mayoría de los campesinos, de hecho, tenían plantaciones demasiado pequeñas, por lo que sus propietarios no podían formar parte del sindicato reconocido por la administración colonial, copado por blancos. 

Los pocos terratenientes negros que sí cumplían esos parámetros también cobraban precios inferiores a los de los franceses, y por ese motivo decidieron montar su propio sindicato. Uno de ellos, Félix Houphouët-Boigny, fue uno de sus miembros más destacados. A medida que avanzaban las demandas de independencia, Houphouët-Boigny navegó políticamente hasta encontrar una posición clara: siendo el interlocutor más fiable de los franceses, su carrera política sería más longeva que si se enfrentaba a ellos. Deshaciéndose de sus enemigos dentro del partido panafricano del que formaba parte, Houphouët-Boigny llegó a la presidencia de un país africano cuya independencia él no deseaba. Y estuvo allí más de tres décadas. 

 
Recolección de cacao en Godilehiri (sureste de Costa de Marfil).

Su modelo, cercano a Occidente, contrastaba con el de Ghana, su vecino. Esta antigua colonia inglesa, también gran productora de cacao, había proclamado la independencia denunciando las veleidades neocoloniales de las antiguas metrópolis y se había acercado a la Unión Soviética. El presidente marfileño, en una apuesta personal con Kwame Nkrumah, su homólogo ghanés, le propuso mirar quién estaba mejor al cabo de 10 años para ver qué estrategia era más fructífera. 

Houphouët-Boigny siempre recordaba quién ganó la apuesta: Nkrumah fue depuesto por un golpe de Estado en 1966, mientras que Costa de Marfil estaba a las puertas de lo que sería considerado como el milagro económico marfileño. Con los precios del cacao por las nubes, la economía no paraba de crecer y su integración con Occidente le garantizaba un flujo creciente de créditos con los que seguir estimulándola. Cuando México declaró la suspensión de pagos a principios de los 80, el miedo recorrió todos los mercados emergentes. Sin acceso al crédito y con unos tipos de interés altísimos –Estados Unidos los había subido para contener su inflación–, Costa de Marfil se encontró con pagos de deuda crecientes, sin posibilidad de refinanciación y con unos precios del cacao desplomados por la caída de la demanda en Occidente. A finales de los 80, el milagro se había desvanecido. 


 
El presidente marfileño y su esposa a su llegada a la final de la Copa África de Fútbol, el pasado 12 de febrero.



Un milagro desigual

El garba, un plato de attieke –mandioca seca–, atún, tomate, cebolla y picante, se hizo popular durante los años de la crisis. Fue entonces cuando el milagro marfileño empezó a despeñarse. Y hasta cierto punto, el país no se ha recuperado nunca de esa caída. El endeudamiento de la época en la que los precios del cacao eran altos pasó a ser insostenible cuando estos cayeron. Llegaron los recortes, la austeridad y los despidos de funcionarios. El Estado se retiró de la economía, ganó peso la informalidad, cayó el acceso a la sanidad y a la educación, y la precarización de la agricultura aceleró un proceso que ha seguido hasta hoy: la huida de cientos de miles de personas desde las zonas rurales hasta la gran ciudad, Abiyán. «Un marfileño no puede comer pescado y carne cada día. Puede comer un plato de garba por la mañana y quizás unos espaguetis por la noche», dice Jean Touré, taxista de profesión. Descendiente de una familia de productores de cacao en el oeste del país, se desplazó a Abiyán para probar suerte y hoy pasa los días conduciendo un taxi para la plataforma Yango. Los precios de la gasolina, que ahora tiene un precio de 875 francos CFA por litro (1,33 euros), le obligan a conducir rápido para hacer el máximo de carreras cada día, moviéndose entre la esquizofrenia de dos tipos de barrios que parecen de países distintos. Costa de Marfil ha crecido desde el fin de la guerra en 2011, pero los resultados de ese crecimiento se han repartido de forma desigual. 

Si las clases dirigentes se mueven entre hoteles y restaurantes de Cocody y Plateau, las clases populares se amontonan en edificios de Yopougon y Abobo, donde, en ocasiones, no llega el agua corriente. Huyendo de la precariedad rural, algunos la viven replicada en un entorno urbano en el que deben alimentarse como sea, ahora sin tierras, normalmente comiendo poco y mal: una manzana cuesta 200 francos CFA (0,30 ¤) y una chocolatina 150 (0,20 ¤). Las infraestructuras son un resumen: las calles en los barrios ricos son anchas y están recién asfaltadas, los edificios son nuevos, hay poca gente y las aceras están limpias. En Yopougon, salvo en las arterias principales, los caminos son de arena, están llenos de agujeros, los edificios son bajos, con techos de metal oxidados, y las vendedoras de fruta, attieke, pescado o zumos se hallan repartidas estratégicamente en todas las calles. No cabe ni una aguja en los autobuses, los niños juegan a fútbol en la calle y los viandantes se abren paso entre los coches que circulan. 

Yopougon es un ecosistema vivo, una ciudad que no duerme nunca, donde los maquis ponen música todo el día, y la fiesta dura –si ganan los Elefantes– hasta que el cuerpo aguante. En Yopougon bulle la energía de miles y miles de jóvenes con muchas necesidades que satisfacer y pocas oportunidades para saciarlas. Las iglesias evangélicas están llenas, y los predicadores se desgañitan durante horas apelando a un Dios que no acaba de llegar. 

Viven desconectados del Abiyán de las postales, y en las puertas de sus casas no hay caminos decentes para intentar ir hacia la capital, como si las autoridades mandaran un mensaje, tan sutil como efectivo, a los más humildes de la periferia: «No vengáis». El milagro marfileño no es para ellos, y los que lo disfrutan prefieren obviar las frágiles bases económicas de ese crecimiento: endeudamiento en dólares –y euros–, avalado por las exportaciones de cacao y anacardos. Con ese dinero se han construido, por ejemplo, nuevos estadios e infraestructuras, esperando que el país pueda dar por fin su particular gran salto adelante.

 
Varios jóvenes juegan al fútbol cerca de la basílica de Nuestra Señora de la Paz, en Yamusukro, el pasado 25 de enero.


La gran victoria 

La Copa de África de Fútbol es una obra perfecta, un drama con final feliz. Costa de Marfil, casi eliminada en la primera fase, pero resucitada por una carambola de resultados, se queda sin entrenador al acabar la primera fase. El sustituto, Faé, dirige al equipo para tumbar a la campeona, Senegal, a Malí y a República Democrática de Congo y plantarse en la final contra Nigeria, que se adelanta en el marcador antes del descanso. Los periodistas marfileños creen que, esta vez, no será posible. «Este equipo no es Malí, es Nigeria, y tienen mucha experiencia», dice la periodista Christelle Kouassi. Discuten entre ellos, temen el golpe más letal cuando la fiesta ya está preparada. 

Costa de Marfil sale con un ímpetu renovado en la segunda parte y empata en el minuto 62. Franck -Kessie, a la salida de un córner, hace que vuelvan las esperanzas. Con el paso de los minutos, los marfileños encuentran nuevas formas de animar. Gritan el nombre de sus jugadores, cantan el himno nacional, invitan a sus compatriotas a levantarse. En el 81 llega el momento que todos esperan: Sebastien Haller pone por delante al equipo marfileño. Su gol es el que dará el tercer campeonato africano a Costa de Marfil. Haller sufrió un cáncer de testículo en julio de 2022 y este gol es su particular redención personal. 

Unos minutos después, el público asiste a la última transformación. Es la entrega del título, y el veterano presidente Alassane Ouattara –82 años– sale entre aplausos. Técnico del FMI durante los planes de ajuste de los 80 y llegado al poder gracias a una guerra civil, Ouattara se encuentra en su tercer mandato presidencial –algo prohibido por la Constitución marfileña, que los limita a dos–. Todo eso no basta para evitar que sea ovacionado cuando camina hacia el trofeo, poco antes de entregar la copa al capitán de Costa de Marfil. Este lo levanta y la euforia se desata en el estadio. La magia del balón ha obrado de nuevo el milagro: por una noche, todos los marfileños, sea cual sea su condición, creen que todo es posible si lo desean. Y bailan hasta el amanecer.  

 

TITULO:  DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE - Vivan los novios -   Telecinco -  Los ojos de llanto ,.

 

 Resultat d'imatges de ¡ atencion y obras cine ! ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE ,.
 
   ¡Atención y obras! es un programa semanal que, en 
La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.

 

Vivan los novios - Telecinco ,.

 


Vivan los novios fue un concurso del género Dating show, emitido las tardes de los sábados por la cadena española Telecinco entre 1991 y 1994., Presentador Andoni Ferreño, Arancha del Sol, Natalia Estrada y Gabriel Andres Corrado Andreacchio, etc,.

 

DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE -  ¡ QUE HAY DE NUEVO ! -  Los ojos de llanto,.

  


DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE -  ¡ QUE HAY DE NUEVO !  -  Los ojos de llanto , fotos,.

 

  Los ojos de llanto,.

 

 Llorar en el cine

 Del libro de Ben Lerner Saliendo de la estación de Atocha solo recuerdo una de las primeras escenas, aquella en la que el protagonista, tras haberse fumado un porro en su terraza de la calle Huertas, entra en el Museo del Prado con un libro de Lorca en el bolsillo, se aproxima a El Descendimiento de Van der Weyden y se encuentra con un hombre que solloza contenidamente ante la magnitud del cuadro; luego su llanto se anuncia progresivamente en las salas contiguas y el desconocido alcanza, frente a El jardín de las delicias, un nivel de éxtasis tal que Lerner solo puede intuir esa expresividad como algo impostado pero verdadero, tan ridículo como envidiable, concluyendo así que el hombre que llora es un artista.

 

 

 Sandwich de jamón york y queso, una taza de café foto de ...

Desayuno )

A fuerza de recordar si alguna vez yo he llorado en un museo, he rememorado la anécdota de Lerner. El otoño pasado visité asiduamente el Prado, y creo que solo he logrado emocionarme una vez, sin llegar a la lágrima ni al éxtasis ni al arrebato —ni a nada parecido a lo que Lerner llamaba irónicamente «una experiencia profunda del arte»—. Fue con un cuadro de 

 

 

 Pescado en Salsa de Cilantro | Recepedia

( Cena)

 

Zurbarán, y digo con porque no creo que el cuadro fuese lo primordial en la emoción, sino la compañía o el recuerdo de la compañía, es decir, lo que yo insuflé en la imagen; el cuadro precipitó y activó la emoción, que rápidamente se desvinculó de la imagen en sí. Esta idea del arte como acompañamiento catártico es desde luego muy arcaica, pero también lo es la idea del «llanto estético» como elevación y arrobamiento, pues supone pensar que la emoción manifestada con ordinaria exterioridad es de algún modo superior a la emoción no expuesta, privada e íntima. Lo que hace menos frecuente y estrafalario llorar en un museo que llorar en el cine es la sensación de acompañamiento y comunión que aporta el espacio cerrado y oscuro de la sala frente a la vigilancia constante, el discurrir turístico y el valor de exhibición de las imágenes colgadas en la pared.

Detalle de El descendimiento de la cruz (Rogier van der Weyden,

 1438 – óleo sobre tabla, Museo del Prado).

Con el vivo recuerdo de Vivre sa vie (Jean Luc-Godard, 1962) en mente, se me ocurre preguntarte hace cuánto que no lloras en el cine. He vuelto a ver la película de Godard recientemente y su imagen más célebre sigue pareciéndome, aparte de bellísima, demasiado evidente y fácil. Pienso que es una película repleta de destellos formales que se ven eclipsados por un —falso— plano contraplano en un cine; un plano que, al juntar las miradas de Falconetti y Karina, se aproxima peligrosamente a la idea de la musa; que posee una belleza tal como para desvincularse completamente de la película y convertirse en postal, en avatar o en fondo de pantalla. Pero de ese llanto limpio de Karina no se puede hablar más: se agota en el juego de luces, y cualquier comentario sobre su rostro sería exagerado e incluso supondría caer en el tertulianismo, ese modo tan particular de “crítica” que resalta de las películas las actrices, y de las actrices, sus rasgos físicos.

Es curioso el retrato que el cine suele hacer de sus propios espectadores, mostrándolos o bien completamente embelesados, con la boca y los ojos bien abiertos —Cinema Paradiso—, o bien confundidos, como alejados de la realidad —Mes provinciales, Los ilusoso profundamente emocionados. Pocas veces se muestra a aquel espectador que entra, ve la película y se marcha sin que eso suponga una gran aventura ni un “milagro cotidiano”, ni mucho menos le cambie la vida o la percepción del mundo. Quizás por eso, llorar en el cine —no tanto el hecho como todo lo que despliega: frases hechas, imágenes, calificativos— se ha convertido también en un lugar común, y así es normal que algunas películas se clasifiquen con particulares “rombos” de dramatismo: «es muy buena, he llorado», «he salido llorando», «no podía parar de llorar»… La distinción película para llorar / película con la que no lloras es insensata porque homogeniza las emociones y desemboca en una vidriosa confusión entre sentimiento y sentimentalismo, entre lo melodramático y lo lacrimoso, sensibilidad y sensiblería. En una industria tan preparada y perversa como la cinematográfica, esta universalización del sentimiento y búsqueda de la emoción común solo conduce a la elaboración en masa de productos acartonados e indiferenciados en los que los actores se convierten en la única marca distintiva, por lo que para hablar de ellos hay que recurrir, de nuevo, al tertulianismo trivial.

Yo, por supuesto, estoy a favor de que el llanto se haga público, y recuerdo haber llorado de pequeño con historias cursilonas sobre guerras e infancia, como La lengua de las mariposas, Las tortugas también vuelan, La vida es bella o La tumba de las luciérnagas; películas que siguen en mayor medida el mismo patrón y que ahora no me apetece volver a ver. La última vez que lloré en una sala de cine también vino desencadenada, como en el Prado, por la compañía; la película no era ni mucho menos «de llorar».

 

TITULO:   REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - VIAJANDO CON CHESTER - Teresa Perales  ,.


 

VIAJANDO CON CHESTER


Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.

 

 

 REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA   -  Teresa Perales,.

 

 Teresa Perales,.

 

 Teresa Perales, nadadora, expolítica y escritora, reconocida con el Premio Princesa de Asturias de los Deporte

foto / Teresa Perales: "Estar en silla de ruedas no te convierte en mejor persona, el que es idiota es idiota, de pie y sentado, pero te hace relativizar más”,.

Con 15 años perdió a su padre. "Eso me hizo ver que nada podía ser peor, que ir en silla de ruedas (desde los 19) es sólo una forma distinta de andar". Está orgullosa de ser madre y de haber cambiado la mirada de pena de la gente

Teresa Perales (Zaragoza, 47 años) afronta la vida con una sonrisa. Claro que a menudo ocurren injusticias y llegan obstáculos, lo que puede marcar la diferencia es cómo afrontarlos. Ella perdió a su padre con 15 años. Con 19, se quedó en una silla de ruedas, lo que no le ha impedido hacer nada de lo que se ha propuesto. Ha sido una de las ponentes del World Business Forum (#WOBI) de Madrid, donde habló de "propósito". Otro de los conferenciantes era Michael Phelps, con el que Teresa quedó ligada en los titulares cuando en Londres igualó sus 22 medallas en Juegos. Ahora están 28-27 a favor del estadounidense, ya retirado, pero Perales le quiere volver a atrapar el verano que viene en París, en sus séptimos Juegos Paralímpicos.

¿Le molestaba la comparación con Phelps? Porque lo que lograba Teresa Perales ya tenía muchísimo mérito por sí mismo...

Al revés, lo viví con muchísima ilusión, era la primera vez que en España ponían el nombre de un deportista paralímpico junto al de un deportista olímpico, en este caso además con el máximo de la historia por número de medallas, y me hizo una ilusión... Yo ese título que leí, que la verdad es que ojalá alguien sepa decirme quién fue el que lo ideó y en qué medio de comunicación salió, pero salió en un periódico, que era: “Michael Phelps, tiburón de Baltimore, 22 medallas olímpicas; Teresa Perales, sirenita del Ebro, 22 medallas paralímpicas”. Me hizo tanta ilusión y tanta gracia... La verdad es que mi objetivo desde aquel momento fue mantenerme siempre con las mismas medallas que él, o superarlas. El otro día lo conocí en Bogotá, en el WOBI de Bogotá, en aquella ocasión él intervenía primero y después yo, al revés que en Madrid. Y cuando él salía estaba esperándole, la verdad es que sin esperanza de que supiera quién soy aunque estamos los dos anunciados en el cartel, pero enseguida, muy majo, me preguntó: “Así que vas a por los séptimos Juegos...”. Y yo le contesté: “Sí, la verdad es que has sido mi motivación, en Londres te igualé, en Río te me escapaste por dos medallas y ahora estoy a una, así que gracias”.

Tiene 27 medallas en Juegos. ¿Se acuerda de la primera?

Me acuerdo perfectamente, como si fuera ayer, totalmente inesperada. Me acuerdo también de la primera de un campeonato de España. Hace semanas Tim Cook, el CEO de Apple, vino a España y se la regalé a él. Simbólicamente quería decirle que a veces los sueños empiezan sin que sepamos que sean ni siquiera un sueño, sin saber que son posibles, y Apple ya ha demostrado por historia que es una empresa que es capaz de desarrollar dispositivos, y en el caso de personas con discapacidad como soy yo, que son tremendamente accesibles y que nos facilitan mucho la vida. A veces lo que para alguno puede ser una idea absurda, pues puede convertirse en una realidad que te facilita la vida hasta puntos insospechados. Y la primera en Juegos fue inesperada porque fue una plata y no tenía intención más que de meterme en la final. Me metí, y salí a la bestia.

"De pequeña odiaba la piscina, me daba miedo, mentía a mis padres y les decía que me dolía la tripa para no ir"

¿Se acuerda de la primera vez que se tiró a una piscina?

Me acuerdo de cuando me tiré de pequeñita porque lo odiaba con toda mi alma. Me descartaron para nadar y empecé a hacer kárate. A los cuatro años empecé y a los cinco lo dejé, porque no, yo no sabía coordinar brazos, piernas, respiración... Estaba todo el día mintiéndoles a mis padres diciéndoles que me dolía la cabeza y la tripa para no meterme a la piscina, me escondía en los vestuarios y se pasaban todo el rato buscándome. Me daba mucho palo la piscina, y era una piscina muy chiquitita, pero es que me tiraban ahí a lo bestia y me decían, “venga, a llegar al bordillo”. Y a mí el bordillo siempre se me escapaba. Me daba mucho miedo, y fíjate, quién me iba a decir que después de tantos años me iba a convertir en nadadora e iba a conseguir tantas medallas. Entre medias fui karateca porque siempre me ha gustado hacer deporte.

¿La neuropatía llegó de un día para otro?

Cuando era más joven tuve algún pequeño episodio pero nunca pensamos que sería nada porque luego me puse bien, y cuando tenía 19 años me dio más fuerte y me quedé en silla de ruedas. Fue como en tres meses, que pasé de estar dando patadas como karateca y corriendo y celebrando que el Zaragoza había ganado la Recopa...

Con el gol de Nayim...

Efectivamente, que hemos tenido oportunidad de hablarlo y fue encantador, se emocionó cuando nos conocimos. Y después de aquel momento fue la última vez que yo salí corriendo, a partir de ahí empezaron los síntomas y en tres meses aproximadamente me quedé en silla de ruedas y empezó otra etapa de mi vida completamente distinta porque tienes que aprender a hacer muchas cosas de manera distinta, muy incómoda, la gente te mira muy raro, odias que te miren así con tanta lástima, pero poco a poco fui cambiando esa mirada, y aparte de mi hijo, lo más bonito que me ha regalado el deporte es eso: que la gente no me mira con pena, lo hace con admiración, pero hasta el punto de llorar a veces por darme un abrazo o cuando me oyen en charlas; y mi hijo, porque conocí a mi marido haciéndome una entrevista.

Lo de mirar con lástima es un error que cometemos casi siempre sin maldad.

Al revés, yo estudié en un colegio de monjitas, a mí me enseñaron que había que tener de alguna manera lástima del prójimo cuando no tenía lo mismo que tú. Cuando tú veías que tenía más dificultades, tenías que intentar ayudarle y efectivamente sentías pena. A mí me costó asimilar esto porque lo que peor he llevado siempre es cuando me miraban con pena, sobre todo en ese proceso en el que tú estás empezando a darte cuenta de que la discapacidad te va a acompañar pero no tiene por qué limitar tu destino, el que todos los días te estén diciendo “pobrecita, pobrecita”, hay que ser muy fuerte para no creérselo, hay que pelear mucho mentalmente para salir de ese bache, y a mí el deporte me ayudó mucho. Aunque fuera un deporte distinto, ya no eran patadas sino brazadas, pero me metí con un montón de gente con discapacidad que se lo tomaba todo con mucho cachondeo, siempre con humor, me lo pasaba genial en el agua, descubrí que me encantaba flotar, las relaciones personales con gente con la que nunca me había imaginado con la que podía tener amistad, porque yo no conocía a nadie con discapacidad. Había una vecina que iba en silla de ruedas, pero ya está, la ayudaba a entrar y salir por la puerta del garaje; había otro que le faltaba una pierna y le ayudaba a subir y bajar las escaleras sujetándole una muleta mientras él se agarraba a la barandilla. Y luego, mira, fui yo la que tuvo que entrar y salir por la rampa del garaje.

Su hijo sí lo habrá vivido siempre con naturalidad.

Pues mira, era muy chiquitito, apenas tendría dos añitos, nos estábamos pegando una ducha, fue un momento muy bonito. La verdad es que fue una de estas lecciones... A pesar de que tú piensas que la discapacidad no es tan importante, te viene bien también que un niño tan chiquitito le quite importancia. Yo lo estaba bañando en su bañerita y al ir a coger la toalla, sin querer le di un golpe a la silla y se me fue, y entonces me tenía que echar al suelo e iba a por la silla, pero en aquel momento se me ocurrió: “Oye, Nano, cariño, acércame la silla por favor”. Lo sequé, salió a por la silla, me miró a los ojos y me dijo: “Claro, mamá, tú no puedes andar, te la acerco”. Ejemplo más claro de normalidad... Para él era su vida, mamá iba en silla de ruedas, no veía diferencia con otras mamás, es más, su mamá era muy guay... Y lo sigo siendo, eh, ja, ja, ja... Su mamá era muy guay porque encima cogía a todos los niños de la clase y siempre me los montaba encima, les iba a dar paseos con la silla, les hacía el caballito... Entonces era la mami más divertida que jugaba con todo el mundo y a la que todos los niños querían venir a ver. Cuando eres una persona un poco conocida, e imagínate en Zaragoza que es de donde soy, donde vivo y donde mi hijo va al colegio, al principio todo el mundo se empeñaba en que Nano (mi hijo se llama Mariano y le llamamos Nano) era “el hijo de” Teresa Perales; claro que lo es, pero lo más importante y lo que yo quería era que “Teresa Perales es la madre de Mariano”, yo quería ser "la mamá de", y creo que al final lo he logrado, tiene identidad propia. Es un niño extraordinario que me vuelve loca.

"En España hay mucha calidad de vida, pero me gustaría que todo el mundo tuviera acceso, por ejemplo, a una silla como la mía"

¿La vida en general ha cambiado mucho para las personas con una discapacidad?

Ha cambiado mucho la forma en la que la sociedad está más dispuesta a hacer un entorno más favorable. A nivel institucional, con leyes que se han ido modificando, por ejemplo de eliminación de barreras arquitectónicas en los edificios; edificios públicos, edificios particulares... Antes con que un solo vecino dijera que no, pues no se arreglaba un portal. Luego, la tecnología ha ayudado mucho. Mi casa, por ejemplo, la tengo totalmente domotizada, yo entro a casa y le pido a Alexa o sobre todo a Siri que me encienda las luces, me ponga la lavadora, sube y baje las persianas, las cortinas, el aire acondicionado... Eso me ayuda mucho a tener una vida más sencilla. Es cierto que no todo el mundo tiene acceso y me gustaría que todos tuviéramos más acceso a todos los medios necesarios. Por ejemplo, no todo el mundo puede permitirse una silla eléctrica como la que llevo yo, que es de última generación, que no es que me ponga de pie, pero me eleva a 1,70, me reclina, tiene tracción central... Es mucho más cómoda, y no todo el mundo tiene acceso. Pero aún así, vivimos en un país que nos facilita... Yo que viajo mucho y doy la vuelta al mundo viendo muchas realidades, por distintas razones, por trabajo, por ocio y por razones humanitarias, puedo comparar y puedo decir que vivimos en un país con mucha calidad de vida, donde a poco que tengas tienes acceso, ya para empezar porque tienes acceso a la salud.

Habla con conocimiento de causa...

Mira, ahora mismo yo estoy en una habitación de hotel aquí en Madrid, y he visto pues a lo mejor en una habitación como esta fácilmente estar 20 personas tiradas en el suelo porque no tenían sillas para moverse porque no tenían forma de tener vida ni de tener dignidad, y estaban locos de contentos porque les estábamos llevando una cocinilla de gas para que pudieran cocinar el poquito de comida que tenían. Recuerdo la primera vez que fui a Argelia porque iba al Sahara y bajando del avión, a la salida del aeropuerto, me encontré a un crío, tendría 16 años, con una silla que tenía las ruedas de madera, y el pobre me miró y me sonrió y me dijo. “Change” (cambiar, en inglés). A mí se me partió el alma, y le dije que no, que lo sentía mucho. Me volví destrozada a mi casa y pensé: “Tengo que hacer algo en esta vida, no sólo para mí, sino también para los demás”. Fue una de las primeras veces que pensé que, si podía, algún día tenía que tener mi propia fundación, y ahora que he podido, porque me faltaba el dinero y me dieron el Princesa de Asturias, que viene con dotación económica, lo metí en la fundación y estoy ayudando a otras personas, que era lo que más ilusión me hacía en el mundo después de ser madre.

¿Hay algo que haya querido hacer y no haya podido por ir en silla de ruedas?

Te puedo decir que no, con mucha alegría. A lo mejor es porque no se me ha ocurrido, no lo sé, pero he nadado con tiburones, he montado en globo, he ido al desierto, he subido a una pirámide... Dejé la silla abajo, subí a culo, en México, no sé cuántos escalones eran, la gente no la sube ni a pie y yo la subí a culo y me costó igual un par de horas; he corrido en rally. No, no.. He sido madre, que es lo que más quería... Supongo que el gen mañico este de cabezota puede mucho.

Antes de la neuropatía, con 15 años, una edad difícil, falleció su padre...

Fueron cuatro años que madre mía. Complicadísimo, porque al final parece que no terminas de salir del hoyo, la muerte de mi padre es lo peor que me ha pasado en mi vida, pero fíjate que aquello me hizo darme cuenta de que todo lo que pudiera venir después no era tan grave, que ir en silla de ruedas sólo es una forma diferente de andar, una forma diferente de vivir, a veces también de ver las cosas, de apreciarlas, de asumirlas... No tiene por qué cambiarte, estar en silla de ruedas no te convierte en la mejor persona del mundo, el que es idiota es idiota, de pie y sentado, esto no te da un escudo protector o como en los videojuegos que adquieres un superpoder, pero es verdad que a veces te hace relativizar mucho más y aprendes a tomar perspectiva de otra manera.

 

TITULO: Viaje al centro de la tele -  Tesoro de la tele - El 1 %. Los más listos de la clase  ,.

 

jueves - 5 - Septiembre  a las 22:00 horas en La 2,  foto,.

 El 1 %. Los más listos de la clase ,.

 Arturo Valls presenta el concurso que se estrenó el pasado 17 de abril

«Magia empieza con M y termina con T». Un sencillo juego de lógica como este, que se va complicando a medida que avanza el programa, es el quid de las cuestiones que Arturo Vals adereza con chistes de los suyos en el nuevo concurso de Antena 3. El 1 %, basado en un exitoso formato británico, pone a jugar a 100 personas en una suerte de hemiciclo que pretende representar a toda España. Los acompañan tres famosos, que tienen un papel tan secundario como prescindible./p>

Así de primeras, nos presentan a la demoscopia como aval y nos cuentan que se ha preguntado a una «amplia muestra de españoles» para sopesar la dificultad de las preguntas. De esta manera, se van lanzando primero las más fáciles (las que acertaría el 90 % de la población) hasta llegar a la final (la pregunta que solo acertaría un 1 %), donde un suculento bote, que puede rozar los 100.000 euros, espera a los que hayan sobrevivido. En intermedios que, afortunadamente, no se alargan demasiado, vamos viendo cómo a los que fallan se les pone la cara color azul, conocemos quiénes son, de dónde vienen y nos echamos unas risas —no demasiado crueles— con los fallos más impropios.

La rueda está inventada y, afortunadamente, El 1 % no pretende reinvención alguna. Se trata de un programa concurso, entretenimiento puro, blanco, para toda la familia, si no fuera porque la familia ya apenas se junta para ver la televisión y menos aún entre semana, un miércoles, en un supuesto prime time que se acerca a las once de la noche.

Si pueden, recupérenlo a la carta, con las múltiples opciones que la red y las televisiones inteligentes nos proporcionan. Háganlo con los más jóvenes de la casa. Es ideal para retarse entre abuelos, padres e hijos. Habrá pique inevitable para ver quién es el más listo de la clase; pero eso, salvo que estés en el plató, es, en última instancia, lo de menos.

TITULO: Me voy a comer el mundo - Ensalada 'boeuf' ,.

Ensalada 'boeuf' ,.

La ensaladilla rusa versión rumana,.

  Un entrante muy rico y completo, que puedes hacer de un día para otro

foto /  Un entrante muy rico y completo, que puedes hacer de un día para otro,.

Un entrante muy rico y completo, que puedes hacer de un día para otro,.

La ensalada 'boeuf' es parecida a la ensaladilla rusa, pero cambian un poco los ingredientes. Es una ensalada tradicional rumana. Son primas hermanas, puesto que ambas surgen como variantes de la ensaladilla original, es decir la Olivier. La boeuf se prepara con carne, principalmente ternera, pero también es frecuente hacerla con pollo y cerdo, como es el caso de la que aquí os propongo.

  • Tiempo de preparación

    -

  • Tiempo de cocción

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  • Tiempo total

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  • Comensales

    -

  • Calorías

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Categorías

Entrantes

Ingredientes

  • 6 patatas grandes

  • 4 zanahorias

  • 6-7 pepinillos agridulces

  • 300 g de lomo de cerdo aprox.

  • 2-3 pimientos del piquillo asados agridulces

  • 5 g de sal

  • PARA LA MAHONESA:

  • 4 yemas de huevos

  • medio litro de aceite de girasol

  • 2 cucharitas de mostaza

  • 1 cucharada de zumo de limón

Preparación

  • En una olla se ponen a cocer las patatas enteras (peladas y lavadas) y también las zanahorias. Se dejan cocer hasta que las están cocidas. Se comprueba con un tenedor pinchando en el medio de una de las patatas. Al mismo tiempo en una cacerola se pone a cocer el lomo también, cortado en trozos.

  • Cuando ya están cocidos los 3 ingredientes se retiran del agua y se dejan enfriar. Mientras se enfrían, se pican los pepinillos y los pimientos en dados muy pequeños. Se escurren muy bien y se apartan en un plato. Luego se sigue picando las patatas, las zanahorias y los trozos de lomo en dados muy pequeños.

  • Cuando ya están picados los ingredientes se apartan y se va preparando la mayonesa.

  • Se separan los huevos, se usan solo las yemas. Antes de empezar a echar el aceite se añade media cucharita de mostaza y se mezcla bien con las yemas (así se evita que se corte). A continuación se va añadiendo el aceite y se sigue batiendo. Cuando la mayonesa llega a estar muy espesa se puede añadir una cucharita de agua, así se puede seguir añadiendo aceite hasta que se termina. Al final se añade la otra cucharita de mostaza y el zumo de limón. Se da unas vueltas con una cuchara de madera y ya está.

  • En el recipiente donde están los ingredientes picados se añade la mayonesa, (se guardan unas 5-6 cucharas para adorno), sal a gusto, un poco de pimienta negra molida y se mezcla bien con la cuchara.

  • Luego se va montando en el plato y se le echa el resto de mayonesa por encima. Se puede adornar con pimiento, perejil y aceitunas. Lista para servir como entrante. Os aseguro que está muy sabrosa.

TITULO:  Cine de barrio - Cine -    Dos chicas de revista  ,. 

El sábado - 7 - Septiembre  , a las 19:00 por La 1, foto,.

 Dos chicas de revista (1972) - Filmaffinity

 Inés Ballester - presenta -  Cine de Barrio Dos chicas de revista es una comedia musical española dirigida por Mariano Ozores y estrenada en 1972. Está protagonizada por Lina Morgan y Dyanik,.

Reparto,.Lina Morgan , Manolo Gómez Bur , José Luis López Vázquez , Dianik Zurakowska , Antonio Ozores , Ingrid Garbo , Florinda Chico , Rafaela Aparicio , José Sacristán , Francisco Valladares,.

 

 Se está montando una nueva revista. A las pruebas para chicas de conjunto acude Catalina, hija de una sastra, que ha pasado toda su vida en el teatro. Otra de las aspirantes, Alicia, es mucho más tímida y llega también de la mano de su madre, que fue en tiempos famosa vedette y hoy esté completamente arruinada. Aceptadas ambas, la compañía sale de gira. Catalina, amiga ya de Alicia, tiene que ocuparse de ella a cada momento y utilizar los muchos trucos que sabe para que las cosas vayan relativamente bien. Y, sobretodo, para que Alicia triunfe como merece.

 

TITULO: Versión europea - Cine - Arthur Rambo  , Sabado -  7 - Septiembre  ,.

 Arthur Rambo

 El sábado -  7 - Septiembre  , a las 22:00 por La 2, foto,.

 Reparto,. Rabah Nait Oufella, Bilel Chegrani, Antoine Reinartz,.
 
 Karim D. es un joven escritor comprometido que alcanza la fama con un reciente éxito de ventas. En un instante, ve cómo su carrera se viene abajo al desvelarse en Twitter la identidad de su antiguo alias, Arthur Rambo, autor de muchos mensajes extremistas alimentados aparentemente por el odio.
 

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