sábado, 17 de agosto de 2024

La clave - ¿Google Earth era un invento alemán y los americanos les robaron la idea?,. / La Sexta Columna - Maquinas , - Viernes - 30 - Agosto ,./ Equipo de investigación - Niños Perdidos , Viernes - 30 - Agosto ,.

  TITULO: La clave - ¿Google Earth era un invento alemán y los americanos les robaron la idea?,.

 ¿Google Earth era un invento alemán y los americanos les robaron la idea?,.

 

Un grupo de ‘hackers’ alemanes desarrolló en 1994 un precursor del famoso buscador geográfico, pero la empresa estadounidense nunca reconoció su aportación. Ahora, una serie rescata su historia. Hablamos con su protagonista, el programador berlinés Axel Schmidt.

Google Earth era un invento alemán y los americanos les robaron la idea? -  XL Semanal

fotos / Y vieron los creadores todo cuanto habían hecho, y que era bueno. Y atardeció y amaneció. Y quedaron, pues, terminados los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos…

Esta historia no figura en el Génesis. Ni en ningún otro sitio. Pero los creadores a los que nos referimos reprodujeron el mundo al completo, y lo hicieron de tal manera que cualquiera pudiera recorrerlo y explorarlo de forma virtual. A su obra a veces se la llamaba 'la máquina de Dios'. La idea de proyectar virtualmente al detalle el mundo en una pantalla, que la gente pudiera acercarse a cualquier calle, a cualquier casa, parecía tan osada, tan irrealizable, que lo de 'la máquina de Dios' no sonaba exagerado. «En todos los lugares donde se presenta esta maravilla, la gente se arremolina para verla», decía una crónica de la época. Esta es la historia olvidada de un logro excepcional, la historia de unas personas que se adelantaron más de diez años a su tiempo. También es la historia de unos inventores que se sintieron injustamente privados de una merecida fama, usurpada por un gigante tecnológico llamado Google. Si el productor y guionista Oliver Ziegenbalg no la hubiese rescatado del olvido para convertirla en una serie de Netflix (El código que valía millones), su protagonista –el programador Axel Schmidt– y sus compañeros seguirían siendo unos héroes en la sombra.

Esta es la historia olvidada de un logro excepcional, de unas personas que se adelantaron más de diez años a su tiempo y que se sintieron injustamente privados de una merecida fama

Schmidt no es un hombre amargado. Es un hombre feliz de 57 años que prefiere pensar en el futuro y no en el pasado. «Me alegra que todo haya salido así –dice–. Gracias a eso he podido disfrutar razonablemente de mi vida». Él no era el típico nerd cuando, allá por los años ochenta, se mudó a un Berlín todavía partido por el Muro. Sí, había trasteado un poco con ordenadores personales y tenía algo de idea de programar. Estudió Ingeniería Aeroespacial y empezó a escribir el código para sus creaciones visuales. Tras la caída del Muro se unió a los jóvenes que ocuparon la WMF-Haus, icónico edificio situado en el céntrico distrito de Mitte. Allí, Schmidt coincidió con los integrantes del colectivo Art+Coma, a la vez grupo artístico, reunión de hackers y agencia de servicios informáticos, aunque sin ánimo de lucro, como siempre recalcaban. Entre aquellos pioneros del arte digital se encontraba Joachim Schauter, quien sería el diseñador artístico del futuro proyecto. El hacker Pavel Mayer y Axel Schmidt se sumaron al grupo.

La caja de las maravillas

Fue ahí donde, para entusiasmo de todos, un buen día una furgoneta descargó un palé con una caja enorme. En su interior se encontraba una de las máquinas más prodigiosas de aquellos tiempos: un ordenador gráfico de la empresa estadounidense SGI llamado Onyx. Schmidt y sus compañeros fueron los destinatarios de uno de los primeros equipos enviados a Europa. Pudieron permitírselo gracias a los fondos de financiación de proyectos digitales de la compañía telefónica Deutsche Telekom.

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El ‘hacker’ inventor alemán, hoy. Axel Schmidt –creador de Terravision– trabaja en la actualidad en el desarrollo de coches autónomos en Berlín.Foto: Maximilian Mann

«Me puse a juguetear un poco con las demos que venían con el ordenador», cuenta Schmidt. Entre ellas había un globo terráqueo de gráficos muy simples, una malla de líneas brillantes. Schmidt se propuso convertirlo en un mundo de verdad, con mares, continentes, accidentes geográficos...

Era una idea tan fantástica como insuperables parecían los obstáculos que había que salvar para hacerla realidad. El principal de ellos era cómo hacer pasar una cantidad casi infinita de datos por una limitada memoria de textura. Por otro lado, ¿de dónde podían sacar todas las imágenes por satélite y fotos aéreas necesarias para recrear hasta el último rincón del mundo?

Finalmente, Schmidt logró desarrollar un algoritmo que resolvía el problema del enorme caudal de datos. También acabaron consiguiendo las imágenes. Al poco tiempo, cuenta Schmidt, ya eran una docena de personas trabajando en un proyecto al que empezaron a llamar Terravision.

Al Gore quedó impresionado. Poco después, el ejército de EE.UU. preguntó si podía comprarlo. Los inventores de Terravisión se negaron a hablar con militares

En 1994, Telekom lo presentó en la Conferencia Mundial de las Telecomunicaciones de Kioto. Al año siguiente llevaron su mundo en una pantalla a la cumbre del G-7 en Bruselas.

Uno de los que se acercaron hasta su stand fue el vicepresidente estadounidense Al Gore. «Vino vestido con una cazadora de cuero y pidió que le enseñaran Terravision –recuerda Schmidt–. Se quedó bastante impresionado». Poco después, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos preguntaron si podían comprarlo. Los inventores de Terravision se negaron a hablar con militares. Un canal meteorológico japonés también quiso subirse al carro, pero Telekom frustró el plan, asegura Schmidt.

Los propios creadores de Terravision no se habían parado a pensar demasiado en qué hacer con su proyecto. ¿Era arte sin más? ¿Un regalo desinteresado a la humanidad? ¿O un producto comercial? Lo único que Axel Schmidt y los demás tenían claro es que no querían convertirse en una empresa de verdad, preferían ser una especie de laboratorio del futuro.

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El segundo desconocido. El programador Pavel Mayer fue la segunda pieza clave y compañero de Axel Schmidt en Terravision. Después fue miembro del Partido Pirata alemán, pero en 2015 dejó el partido y en 2016 renunció al escaño.

Más tarde tendrían ocasión de comprobar que no en todas partes se pensaba igual. Por ejemplo, en California. Allí el enfoque era otro, mucho más pragmático. En 1995, Schmidt y Pavel Mayer viajaron a Mountain View para visitar las instalaciones de SGI, la empresa que les había proporcionado su ordenador gráfico. Durante tres meses tuvieron ocasión de jugar con sus superordenadores. También se llevaron 'la máquina de Dios' para que los americanos pudieran examinarla. «Nos trataron a cuerpo de rey», dice Schmidt, y les concedieron prestigiosos premios. Estaban ya en la lista de los cincuenta grandes inventores de la era informática.

¿No seas malvado?

En California conocieron a Michael Jones, el desarrollador jefe de SGI, una de las figuras más carismáticas de la escena tecnológica estadounidense.

Tras la caída de SGI, Jones fundó una empresa centrada en la visualización de gráficos tridimensionales que acabaría absorbida por Google. En 2005, ya en colaboración con el buscador, presentó Google Earth. Fue una revolución. ¡El planeta entero flotando en un espacio virtual! ¡Todos los rincones del mundo accesibles a casi cualquier tamaño! La gente no daba crédito a lo que veía.

Estaban seguros de que sin su 'software', Google Earth no sería posible. Creían que les ofrecerían una compensación millonaria. «Fuimos unos ingenuos»

Y en Berlín los que no daban crédito eran los creadores de Terravision. Habían dejado de trabajar en su prototipo con el cambio de milenio, no encontraban inversores alemanes dispuestos a financiar el desarrollo de su creación.

Y Google Earth parecía ser justo eso, el perfeccionamiento de Terravision que siempre habían tenido en mente. Estaban convencidos de que, sin su software, sin el código desarrollado por Schmidt, Google Earth no habría sido posible. Así que le escribieron un amable correo electrónico a Michael Jones recordándole su patente del código para Estados Unidos.

Jones se apresuró a viajar a Berlín. Se habló de cooperación. Schmidt y sus compañeros pensaron que Google les ofrecería contratos con participaciones de la empresa o que les pagarían una compensación por la patente. Dos millones de dólares, quizá más, hasta cinco. «Fuimos unos ingenuos», dice Axel Schmidt. Jones se volvió a Estados Unidos y Google simplemente dejó de dar señales de vida.

Schmidt cuenta que se plantearon que podría bastar con que los americanos reconocieran públicamente su trabajo, que admitieran que Google Earth, y con él también Google Maps, se basaban en el producto creado por ellos. ¿Llevar a Google a los tribunales? No, era una opción impensable. David contra Goliat… ese tipo de cosas solo terminan bien en los cuentos.

Los alemanes reclamaban 700 millones de dólares y se sentían bastante optimistas. En 2014 hubo un cambio de juez. Según los abogados, el nuevo estaba casado con una antigua directiva de Google. En 2017 perdieron definitivamente el caso

Sin embargo, con los años fue creciendo entre Schmidt y los suyos la sensación de que esa empresa que tanta importancia decía darle a actuar de una forma moral (ahí está su lema corporativo: «Don't be evil», 'no seas malvado') se había aprovechado de ellos. Finalmente, en 2014, Art+Com presentó una demanda por vulneración de patente contra Google LLC en los juzgados de Delaware.

La odisea de buscar abogado

Encontrar entonces abogados dispuestos a enfrentarse a las grandes tecnológicas resultaba prácticamente imposible. Tras una larga búsqueda, los alemanes contactaron con un despacho de abogados de Texas próximo a los republicanos: como las tecnológicas californianas simpatizaban más con los demócratas, había que buscar ayuda entre sus adversarios.

La cantidad que los berlineses reclamaban a la compañía californiana era de 700 millones.

Los alemanes se sentían bastante optimistas. Pero poco antes del comienzo de la vista en 2014 hubo un cambio de juez. Según los abogados, el nuevo estaba casado con una antigua directiva de Google.

Durante el juicio, Google presentó a un programador que decía haber desarrollado en los años noventa una especie de simulación terráquea, casualmente llamada TerraVision. Michael Jones (que falleció de cáncer en 2021), por su parte, interpretó delante del jurado el papel de viejo y bienintencionado gurú tecnológico. Negó que hubiera existido alguna vez una relación entre Terravision y Google Earth. Los berlineses se sintieron profundamente decepcionados. Y en 2017 perdieron definitivamente el caso.

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El creador oficial. Michael Jones, que murió en 2021, presentó Google Earth en 2005. Aquello parecía ser el perfeccionamiento de Terravision, pero, tras viajar a Berlín y reunirse con Schmidt y Mayer, regresó a Estados Unidos y Google dejó de dar señales de vida.

Axel Schmidt dice que sí, que se está planteando volver a escribir código como en los viejos tiempos. Porque dejó Art+Com hace más de veinte años para entrar en Gate5, una start-up que más tarde pasó a ser propiedad de Nokia, que a su vez se la vendió por varios millones a un consorcio de fabricantes alemanes de coches. Schmidt sigue trabajando en la misma empresa, ahora dedicada a desarrollar programas para coches autónomos bajo el nombre de Here. Los programadores jóvenes son mucho más rápidos, admite, pero «de vez en cuando todavía puedo darles una lección».

El mundo que crearon aquellos jóvenes berlineses se perdió. Pero los expertos en la materia nos aseguran que el código diseñado por Axel Schmidt sigue dando vueltas por el planeta dentro de muchos de los programas de cartografía usados hoy.

Además de Axel Schmidt, el otro personaje clave en Terravision fue el hacker Pavel Mayer (en la imagen, un fotograma de la serie con ellos dos). Mayer se hizo famoso después como diputado del Partido Pirata en Berlín y es un exitoso empresario tecnológico.

Su alter ego en esta historia es Michael Jones. Cuando lo conocieron en los noventa ya era un prestigioso programador en Silicon Valley. Luego se integró en Google, donde desarrolló Google Earth y Google Maps. Los alemanes no cuestionan sus méritos, pero defienden que sin su código de Terravision, que compartieron con Jones, no habría sido posible el desarrollo posterior de Google. Jones falleció en enero de este año.

 

TITULO:   La Sexta Columna - Maquinas  . , Viernes -  30 - Agosto  ,.   

 Este viernes - 30 - Agosto a partir de las 21:30 La Sexta, foto,.

 Maquinas,.

¿La inteligencia artificial nos va a quitar el trabajo? Un experto asegura que "profesiones van a desaparecer y aparecerán otras",.

Un experto defiende en este vídeo que "hay que tranquilizar a la población con la renta básica universal para que pueda dedicarse a lo que le guste, con la seguridad de que no tendrá dificultades para alimentar a su familia".

 ¿La inteligencia artificial nos va a quitar el trabajo? Un experto asegura  que "profesiones van a desaparecer y aparecerán otras"

En Estados Unidos ya hay naves gigantes donde en estos momentos están fabricando 10.000 robots humanoides al año con su propia inteligencia artificial. A partir de 2025 se venderán robots capaces ya de generar sus propias respuestas autónomas. Afectarán a parte de nuestros trabajos, y por eso, nos tendremos que adaptar.

"A nivel tecnológico, la humanidad se ha enfrentado a la desaparición de profesiones a lo largo de la historia", comenta en el vídeo sobre estas líneas Carles Sierra, director del Instituto de Investigación en IA del CSIC, que asegura que con la IA "profesiones van a desaparecer y van a aparecer otras". "Seguiremos siendo necesarios para hacer la interacción y sacar la riqueza de la IA", añade por su parte Nerea Luis, directora de Inteligencia Artificial en SNGULAR.

Sierra defiende que "si vamos a tener menos trabajo para los humanos, hagamos que los humanos hagan los trabajos en los que se sienten satisfechos y desechen el resto para las máquinas". En este sentido, defiende que "hay que tranquilizar a la población con la renta básica universal para que la gente pueda dedicarse a algo que le guste, pero con la seguridad de que no tendrá dificultades para alimentar a su familia".

 

TITULO: Equipo de investigación -  Niños Perdidos  , Viernes -  30 - Agosto ,.  

Este   Viernes - 30 - Agosto  a partir de las 22:30 La Sexta, siempre dirigido por Gloria Serra , foto,.

 Niños Perdidos,.

Niños desaparecidos, los casos históricos más misteriosos para la Policía, este viernes en Equipo de Investigación

Equipo de Investigación repasa los casos históricos más misteriosos para la Policía de niños desaparecidos, sin testigos, sin pistas, sin cadáver, sin rastro. Este viernes, a las 22:30, en laSexta.

La triste hipótesis sobre la desaparición del niño de Somosierra: narcotraficantes, un secuestro y heroína,.

Juan Pedro Martínez, el niño de Somosierra, desapareció misteriosamente el verano de 1986 después de que sus padres murieran en un accidente. Equipo de Investigación recordó este inquietante caso en 2016 y laSexta ha vuelto a emitir el reportaje este sábado. 
 
 Equipo de Investigación: sin rastro

Equipo de Investigación elaboró un programa en 2016 en el que recordó algunas de las desapariciones más inquietantes producidas en España. La del niño de Somosierra, Juan Pedro Martínez, es considerada como de las más extrañas en Europa. LaSexta ha vuelto a emitir este sábado el reportaje.

Los familiares de Juan Pedro, que tenía 10 años cuando se le perdió la pista, están convencidos de que previamente al accidente en el que fallecieron sus padres "alguien se llevó al menor". Así lo afirmó ante las cámaras del programa el tío del niño, Juan García Legaz, quien cree que "le quitaron -a sus padres- al pequeño en la última parada llegando a Somosierra, donde -el camión- estuvo parado durante 22 segundos".

En su opinión, fue un tiempo "suficiente para quitarles al crío y obligarles a llevar cualquier otra cosa". La prensa de la época también reflejó esa teoría: fueron unos años en los que entraba "mucho contrabando de estupefacientes por el litoral murciano con destino a Bilbao, que era el segundo mayor consumidor de heroína del mundo".

Legaz cree que el camión perseguía a un vehículo "en el que llevaban a su hijo" y que tras el accidente y la muerte de los padres se dieron a la fuga con él, ya que "no lo podían soltar porque sabía lo que había pasado, sus padres habían muerto y podría haberlo contado". Puedes ver todas las intervenciones y obtener más información consultando el vídeo superior.

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