martes, 13 de agosto de 2024

Cartas Olvidadas - A QUEMARROPA O LIGAR - Félix G. Modroño - La riada de imprevisión ,. / Cartas en el Cajon - Dos minutos que paralizaron Moncloa ,. / REVISTA TENIS - Pegula gana por segundo año consecutivo el abierto de Canadá,.

  TITULO:  Cartas Olvidadas - A QUEMARROPA O LIGAR - Félix G. Modroño - La riada de imprevisión,.

Félix G. Modroño - La riada de imprevisión,.

 Félix G. Modroño exorciza en La ciudad de plata sus fantasmas bilbaínos

foto / Félix G. Modroño,.

 

En San Manuel Bueno, mártir (1930), uno de los más célebres cuentos de Miguel de Unamuno, se alude a Bilbao como “La ciudad de la piel de plata”. Bilbaíno como Unamuno, e incluso licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, de la que fuera rector el filósofo, Félix G. Modroño ha titulado La ciudad de la piel de plata (Destino) la tercera entrega de la trilogía dedicada a su solar natal, integrada anteriormente por La ciudad de los ojos grises (Algaida, 2008) y La ciudad del alma dormida (Ediciones B, 2020).

Recién llegada a las librerías, en su presentación madrileña Lorenzo Silva definió la nueva entrega de Modroño como “un viaje que nos lleva desde el Bilbao de los años 80 (el de la famosa riada que sufrió una buena parte de Vizcaya) hasta el Guggenheim. De hecho, el devenir del museo (desde que sólo era un proyecto hasta su inauguración) sirve de hilo conductor de la acción”.

Pero al cabo, lo que viene a contarnos La ciudad de la piel de plata es una transformación de Bilbao, que llegó con el Guggenheim y la rehabilitación de la ría. Por ende, fue una transformación de la sociedad vasca y finalmente de la española. “A nosotros, a los bilbaínos, también nos gustaba Bilbao cuando decían que era la ciudad más fea de España. Ahora tiene hasta turistas”.

"Hijo de emigrantes castellanos, yo nací vasco y crecí en un ambiente protagonizado por la izquierda abertzale"

Protagonizada por Alberto Cepeda, es este un joven ingeniero que abandonó Bilbao por un desaire amoroso y vuelve al cabo de los años contratado por el taller de arquitectura que está levantando el Guggenheim. Prendado perdidamente de Izarbe Segurola, la hija de su jefe, un asunto que ésta le refiere —concerniente a una niña robada durante la Guerra Civil— le convierte, para impresionarla, en un detective cándido, que ni va de sobrado ni es un cínico. “Es un chaval, en muchos sentidos ingenuo, que se encuentra con la historia de una mujer que da a luz en una prisión durante la guerra y la niña desaparece”, continuó Silva, quien para señalar lo bilbaína que es la novela destacó una característica, en verdad singular, de Cepeda: “No liga. No liga nada y, cuando parece que lo ha hecho, no le sale bien. Esto es algo legendario en Bilbao: los bilbaínos no ligan nada”.

Escenario que por momentos adquiere rasgos de protagonista, de una u otra manera el peso de la capital vizcaína en las nuevas páginas de Modroño es tan grande que, para quienes aún recuerden esa novela urbana, tan traída y llevada a finales de los años 80, ésta podría parecerlo. Sin embargo, no lo es. Como tampoco es esa novela negra, que perciben en La ciudad de piel de plata los libreros que la colocan en las mesas y los estantes dedicados a estas ficciones. Aunque, como se vende bien bajo esa etiqueta —los 20.000 lectores de los dos títulos anteriores le avalan— y Modroño no dice nada, sí que quiso dejar claro en la presentación madrileña que se “trata de una novela histórica contemporánea”.

"Crecí escuchando canciones en las que creíamos exaltar a ETA",.

“Hijo de emigrantes castellanos, yo nací vasco y crecí en un ambiente protagonizado por la izquierda abertzale”, recuerda el novelista, evocando su infancia. “Crecí escuchando canciones en las que creíamos exaltar a ETA. Cuando alguna amiga decía que su primo era etarra sentíamos cierta admiración. Hay un detalle real que le pasa al protagonista. Está basado en un recuerdo mío, de octubre del 79… Yo salgo del colegio, a las tres y media de la tarde, y veo bajarse de una furgoneta a un tipo encapuchado para ametrallar, a tres metros de mí, a un chaval que acababa de salir del portal de ver a su novia. Recuerdo que cayó sobre el volante y la bocina sonaba: era un guardia civil. Y mi reacción no fue otra que irme casi con absoluta naturalidad. Más tarde, aparecieron en el colegio dos policías de paisano y yo no conté lo que había visto porque entre mis compañeros me habría sentido como un chivato. Cuando había un secuestro no me ponía el lazo azul, y nunca me atrevía a hablar en público de nada de esto”.

Ese clima, “enrarecido y marcado por la violencia”, en el que creció Félix G. Modroño, tocó a su fin cuando el padre del novelista, tras salvarse de una bomba —colocada en la construcción de la autovía donde trabajaba porque el artefacto fue descubierto unos minutos antes de que explotase—, decidió abandonar el País Vasco. “ETA no quería ni el Guggenheim ni ningún avance”.

"No creo que ninguno de los chavales que proclaman ahora su ideología de una manera más ingenua que mi Alberto en la novela sepa quién fue Miguel Ángel Blanco"

La ciudad de la piel de plata es un intento de exorcizar toda la pesadumbre que, a medida que fueron pasando los años, con él residiendo en otros lugares, le viene agobiando desde los silencios que guardó en Bilbao siendo un niño. O, por volver a sus evocaciones, es como cuando salían de Vizcaya y, al llegar a Burgos, su padre, en la radio del coche, “quitaba las canciones las canciones de Vizcaya y ponía al Nuevo Mester de Juglaría”.

“Nosotros éramos vascos, hijos de emigrantes, y teníamos un problema muy serio de identidad”. Un trauma que se acrecentó cuando, con 15 años, se vio obligado a dejar su colegio, sus amigos, su primer amor…

“No creo que ninguno de los chavales que proclaman ahora su ideología de una manera más ingenua que mi Alberto en la novela sepa quién fue Miguel Ángel Blanco o conozca el secuestro de Ortega Lara. Ahora es una maravilla que no haya carteles con dianas amenazando a políticos y periodistas. Ninguno de nosotros nos atrevíamos a quitarlos. La ciudad de la piel de plata ha sido mi manera de hacerlo y de contar una realidad social desde el punto de vista de la calle”.

TITULO: Cartas en el Cajon - Dos minutos que paralizaron Moncloa,.

Dos minutos que paralizaron Moncloa,.

 El juez Juan Carlos Peinado entrando en el Palacio de la Moncloa

foto / El juez Juan Carlos Peinado entrando en el Palacio de la Moncloa,. 

La declaración de Sánchez convirtió los alrededores del palacio de la Moncloa en un vaivén de manifestantes , cámaras y abogados,.

El pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decidió, ayer, aplazar una vez más la elección del presidente del Tribunal Supremo, que también ejercerá la del propio órgano de gestión de los jueces, por falta de acuerdo entre los candidatos propuestos, esencialmente, las magistradas Pilar Teso y Ana María Ferrer, por la parte progresista, y Pablo Lucas, como apuesta de consenso del sector conservador. El nuevo pleno ha quedado aplazado sine die.

Para explicar la situación de bloqueo en que se encuentra el nuevo CGPJ, –de difícil salida, puesto que es precisa una mayoría reforzada de los vocales para conseguir la elección–, es forzoso incluir como uno de los factores determinantes a la actuación de la Presidencia del Gobierno, que no ha ocultado en ningún momento su interés por la magistrada Teso, con cierta proximidad a las posiciones gubernamentales en casos como la anulación del nombramiento de Dolores Delgado, y a la que se presenta como la «opción feminista» con el entusiasta respaldo de Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD), aunque también aceptarían con parecido entusiasmo la candidatura de Ana María Ferrer, fundadora de JJpD junto con el actual presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y que fue la única magistrada de la Sala del Supremo que votó a favor de amnistiar a Carles Puigdemont.

Vaya por delante que las dilatadas trayectorias profesionales de ambas magistradas son aval más que suficiente para que cualquiera de ellas pueda representar a la más alta magistratura del Poder Judicial, como es la presidencia del Tribunal Supremo, y que, por poner algún pero, en el caso de Teso pesaría su falta de experiencia en gestión administrativa, factor que tiene su importancia a la hora de presidir el CGPJ. De ahí, que sea la presión desde La Moncloa, insistente según fuentes judiciales, y desde algunos sectores de la izquierda radical el mayor hándicap de las magistradas.

Porque frente a ellas no se propone, precisamente, un candidato de corte «conservador», no importa la acepción que se quiera dar al término, sino un jurista eximio, de indudable prestigio –académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas– que fue propuesto por los vocales progresistas del CGPJ para ser magistrado del Tribunal Constitucional y que siempre ha desempeñado su labor de manera independiente, hecho reconocido por la inmensa mayoría de la carrera judicial. Por último, sería caer en angelismos, dada la experiencia previa, si aceptáramos el argumento feminista del arco gubernamental, que no operaría con toda seguridad si la propuesta recayera sobre la magistrada Carmen Lamela, mujer, pero instructora de la causa contra el procés. Luego, decía el PSOE que era el PP quien bloqueaba la renovación del CGPJ.

TITULO : REVISTA TENIS - Pegula gana por segundo año consecutivo el abierto de Canadá,.

 

Pegula gana por segundo año consecutivo el abierto de Canadá,.

La estadounidense Jessica Pegula, número 6 del mundo, conquista por segunda vez el torneo canadiense al imponerse en tres sets (6-3, 2-6 y 6-1) a su compatriota Amanda Anisimova.

 Pegula gana por segundo año consecutivo el abierto de Canadá - AS.com

foto / Jessica Pegula celebra su triunfo en Canadá.

Es el segundo año consecutivo que la estadounidense Jessica Pegula, de 30 años, se hace con el abierto de Canadá. La jugadora de Buffalo (EE.UU.) tiene tomada la medida al torneo canadiense y tras este lunes suma 17 victorias en 19 comparecencias en las pistas duras canadienses, lo que le pone con el mismo número de partidos ganados en el torneo que las históricas Chris Evert y Monica Seles.

Pegula ya ha ganado tres torneos WTA 1000: en 2022 el torneo de Guadalajara (México), en 2023 el abierto de Canadá en Montreal y ahora el abierto de Canadá en Toronto.



Animisova, que para llegar a la final tuvo que derrotar de forma consecutiva a cuatro jugadoras situadas entre las 20 primeras de la clasificación (Emma Navarro, Aryna Sabalenka, Anna Kalinskaya y Daria Kasatkina) empezó el partido con nervios lo que permitió a Pegula romper su primer servicio. Con el set cuesta arriba desde el inicio, Anisimova, que llegó al puesto 21 en 2019 cuando tenía 17 años de edad y que se retiró temporalmente del tenis en 2023 para cuidar su salud mental, no pudo recuperarse y perdió la primera manga por 6-3 tras una segunda rotura de su saque.

Pero en el segundo set, la joven de 22 años, recuperó su confianza y en el tercer juego le tocó el turno de romper el servicio de Pegula, colocando el marcador en un 1-2 a su favor. Con cada punto a favor, Anisimova, que deja claro en todo momento su estado de ánimo, se afianzó en la pista y rápidamente se colocó con dos juegos de ventaja, 2-4. Pegula intentó varias tácticas que no le funcionaron y el segundo set terminó con un 2-6 a favor de Anisimova.

Cuando parecía que Anisimova tenía bajo control el partido, Pegula hizo gala de su mayor experiencia. En la primera oportunidad que tuvo en el tercer set, rompió el servicio de su contrincante y puso un 2-0 en el marcador. La pérdida del servicio hundió a Anisimova que perdió los siguientes tres juegos rápidamente, lo que dejó el marcador en un rotundo 5-0. Anisimova fue capaz de ganar su último servicio. Con un 5-1 en el marcador y Pegula al servicio, Anisimova intentó prolongar el partido. Pero Pegula aceleró en el momento apropiado para terminar el tercer set final con un claro 6-1.

Nada más acabar el partido, Anisimova se echó a llorar emocionada en la pista del torneo canadiense y reconoció ante el público que estaba orgullosa de cómo había jugado no sólo la final sino todo el torneo. En una rueda de prensa posterior, la jugadora declaró que cree que los deportistas no reconocen con suficiente frecuencia lo orgullosos que están por sus logros.

“No creo que nadie diga esto de ellos mismos y creo que es importante (decirlo). Claramente el apoyo de todos los que te rodean es importante pero creo también que lo más importante es el apoyo que te das a ti misma”, explicó. ”No es fácil ser tu mejor amigo y creo que todos sufrimos un poco de eso”, añadió.

Por su parte, Pegula declaró que “realmente quería este trofeo” y explicó que no sintió demasiada presión en Toronto quizás porque vino directamente de competir en los Juegos Olímpicos de París. “No tuve mucho tiempo para pensar en la defensa del título. Me tuve que dedicar a acostumbrarme a las condiciones de la pista dura. Las pelotas, el movimiento es diferente. Y al mismo tiempo, siempre me he sentido cómoda en las pistas duras”, explicó.

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