sábado, 31 de agosto de 2024

DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Muriel Barbery - En ocasiones querría ser francesa ,. / CARTAS AL CIELO - Reivindicar el pudor para exaltar la carne ,. / 3 RAZONES CON -"Tierra de Talento" - Viaje a Asia con "Bold Republic", los dioses de la danza urbana ,. / POLICÍAS EN ACCIÓN - Pegatinas que marcan a los acusados de violencia machista antes de ser juzgados ,.

 

 TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo -   Muriel Barbery - En ocasiones querría ser francesa   ,.     

DESAYUNO CENA FIN SABADO  - La matemática del espejo -   Muriel Barbery - En ocasiones querría ser francesa   , fotos,.

  Muriel Barbery - En ocasiones querría ser francesa ,.

Muriel Barbery: «Ha sido fantástico poder ser la madre de un nuevo mundo»

 Muriel Barbery ,. 

Vive en medio del campo, en una casa sin apenas objetos de plástico y cultivando un huerto. Todo ello, según la escritora francesa Muriel Barbery, facilita que lleve unos años embarcada en proyectos literarios como «Un país extraño», una fábula de tintes filosóficos, con elfos y mucha naturaleza.

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( Desayuno )

En una entrevista con Efe, la autora de la mundialmente aplaudida «La elegancia del erizo», de la que lleva vendidos más de un millón de ejemplares, explica que con el paso de los años cada vez tiene más ganas de dejar volar su imaginación. «Ya hace tiempo que quería inventarme —confiesa— un mundo totalmente imaginario, nuevo, en el que poder dejar vía libre a todas mis experiencias».

 

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 ( Cena )

Reconoce que el reto ha sido difícil —además de «Un país extraño», en 2015 ya creó «La vida de los elfos»— pero «ha sido fantástico poder ser la madre de un nuevo mundo», porque le da «mucho miedo» hacer «siempre lo mismo». «Es algo que me aburre», apostilla.

«La fábula —dice— me permite soñar en un mundo mejor. Por otra parte, creo que cuanta más distancia tomo con la realidad, más sensación tengo de entender el mundo, en un momento en el que todos estamos confrontados con diversas formas de desencanto».

Publicada por Seix Barral, en su nueva novela Barbery traslada al lector a un imaginario y poético universo, donde la ceremonia del té tiene un peso muy importante, habitado por unos seres que creen que la naturaleza «es el principio»: «Lo que nos hace existir, a nosotros mismos y a todo lo que ha sido y será».

Ese mundo será conocido por dos personajes españoles, Alejandro de Yepes y Jesús Rocamora, oficiales del ejército regular del país, que se enfrentan a una cruenta guerra.


La prosista remarca que España es un país que quiere «profundamente por razones muy diversas» y que cruzaba en su infancia cada verano porque sus padres dejaban Francia para regresar a Marruecos, donde habían vivido y donde Muriel nació, en Casablanca, en 1969.

«Me fascinaban ya entonces sus paisajes, porque aunque fueran muy secos y ásperos, tenía la sensación de estar en tierras poéticas y mágicas —agrega—. Incluso de adulta he tenido la misma sensación y eso explica, probablemente, que cuando mis libros se han publicado en este país yo haya creado vínculos muy fuertes y tenido amistades muy sólidas».

A lo largo de toda la obra sobrevuela, asimismo, la influencia de Japón, un país del que también está enamorada y donde residió, gracias a una beca, dos años en la Villa Kujoyama de Kioto.

Rememora que cuando publicó «La elegancia del erizo», en 2006, era profesora en una pequeña ciudad francesa, no tenía apenas dinero y no podía viajar mucho.

Sin embargo, su vida cambió totalmente con el éxito de la obra y pudo dar la vuelta al mundo «en unas condiciones extraordinarias», porque le acogía gente de los diferentes países, lo que le permitió ampliar su universo y enriquecer su «visión filosófica de la vida».

Fascinada por la ceremonia japonesa del té, en su último título incluye escenas en las que este brebaje tiene un peso fundamental.

No olvida tampoco cómo de impresionada quedó por una experiencia que califica de «espiritual» en Taiwan, donde ha ido en tres ocasiones y donde ha vivido un ritual del té muy diferente al japonés, consistente en oler el perfume de una taza vacía antes de tomar la bebida, lo que la primera vez le provocó unas «emociones internas sorprendentes», que le permitieron volver a conectar con su infancia.

Respecto a si continuará en la senda de la fábula, Barbery deja claro que no y desvela que ahora ha terminado por «sorpresa» una nueva novela que se ha «escrito sola», lo que ha sido «muy agradable» para ella, «porque estos dos últimos libros han supuesto un duro trabajo».

Aunque no avanza mucho, sí desliza que se trata de una historia de amor en el Kioto de hoy, alejada de sus primeros relatos, que transcurrían en la calle de Grenelle, en pleno centro de París.

TITULO: CARTAS AL CIELO -   Reivindicar el pudor para exaltar la carne,.

 Reivindicar el pudor para exaltar la carne,.

 Reivindicar el pudor para exaltar la carne - Alfa y Omega

foto / Defiende José F. Peláez que el invierno es más elegante que el verano, y yo, que gozo como un gorrino de las temperaturas altas y los sofocos propiamente estivales, tengo que darle la razón, mal que me pese. Si la civilización, como escribió alguien, consiste menos en mostrar que en ocultar, en afirmar que en insinuar, el verano, en tanto que estación del destape, es poco civilizado: abundan en este tiempo los exhibicionismos estéticos, los vestidos transparentes, las camisetas de tirantes, los pies al aire. Y no faltan, ejem, los optimistas que los celebran: ¡por fin somos libres de las religiones que desdeñan la carne! ¡Por fin festejamos los cuerpos como bellezas! El verano propiciaría así la apoteosis de una carnalidad antaño reprimida, la superación definitiva de un gnosticismo que identificaba cuerpo y pecado. ¡Ya no hay nada que esconder!

Entiendo la euforia de según quiénes, pero añado que se basa en una concepción equivocada. Subyace la idea de que en el origen del pudor está el rechazo de la carne. Yo discrepo. Solo quien bendice los cuerpos puede considerar algo tan extraño como recubrirlos. Sospecho que no nos vestimos para ocultar algo oprobioso, sino para proteger algo sagrado; no para tapar nuestras vergüenzas, sino para salvaguardar nuestra intimidad. Más que del desdén hacia los cuerpos, el acto de vestirse deriva de su exaltación. La ropa no es un féretro, sino un tabernáculo. No oculta la ponzoña, como las moquetas; protege la pureza, como los cofres.

Puedo aceptar que alguien le impute al pudor el pecado de darle demasiada importancia a la carne; pero replicaré iracundo a quien diga que se la arrebata. El pudor, esa vieja virtud que los pueblos septentrionales, borrachos de puritanismo, pervirtieron hasta hacerla odiosa, se asienta sobre la premisa de que los cuerpos no son apariencia, sino aparición; no superficialidad, sino hondura; no epidermis, sino interioridad. Vestirse es, por tanto, un juego de luces y sombras, de desvelamientos y ocultaciones. Compartimos algo de nuestra intimidad, que es carnal, pero también nos la reservamos a nosotros mismos y a quienes nos aman. La ponemos a salvo de miradas indiscretas o lascivas; la protegemos de una hipotética profanación. Rechazamos el exhibicionismo por el mismo motivo por el que rechazamos el burka: anula la tensión, traiciona el juego. En un caso, apenas hay enmascaramiento; en el otro, apenas hay exhibición.

Pero, como ya he sugerido antes, el pudor no tiene que ver solo con la vestimenta, sino también con la mirada. La estación del destape, con tantas extremidades al aire, es de hecho una ocasión pintiparada para purificarla. La impudicia de algunos es, así, tan solo una oportunidad para el pudor de todos. El hombre pudibundo sortea la tentación de ver en el cuerpo mera superficialidad; se resiste, quijote contra el signo de los tiempos, a degradarlo a un mero amasijo de células, tejidos, órganos. Y conoce, gracias a su gallardía, placeres que los hombres rijosos ni siquiera imaginan. Descubre una belleza física, diría que estrictamente carnal, incluso en la mujer menos agraciada, pues aprecia en lo exterior una interioridad que transparece, un yo que se desborda. Su mirada eleva y no abaja, engalana y no desnuda, santifica y no mancilla. El hombre pudibundo aguza la vista y entrevé en el cuerpo un alma que se contonea. Inviste al exhibicionista de la sagrada dignidad de la que él mismo, desvergonzado contra toda lógica, se desposee. Dice Higinio Marín que «la superficie de nuestros cuerpos es todo menos superficial». Las personas pudorosas le celebran el aforismo y, generosas, visten con su mirada a todos los que aprovechan el calor para exhibirse.

Que nadie se confunda, por tanto. Si hemos de librar durante el verano una guerra por el decoro, no es porque odiemos la carne, ni mucho menos, sino porque la amamos. Porque, como nuestros ancestros, apreciamos en ella la expresión de una interioridad que no debe airearse a la ligera.

 

TITULO: 3 RAZONES CON - "Tierra de Talento" - Viaje a Asia con "Bold Republic", los dioses de la danza urbana,.

 Viaje a Asia con "Bold Republic", los dioses de la danza urbana,.

 Los cinco bailarines son los ganadores de la noche con una actuación dedicada a Asia. Derrochan arte, complicidad y vitalidad.

 Tierra de talento | "Bold Republic" o los dioses de la danza urbana

foto / "Bold Republic", de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), nos lleva de viaje por Asia. Siguen fieles a la danza urbana, en lo que son verdaderos 'senseis'. Con su actuación dejan boquiabierto al jurado y logran ser los ganadores de esta gala de desafíos. El baile, el cambio de vestuario, las imágenes de fondo, el color, unos abanicos gigantes... Todo esto, y sobre todo, su vitalidad y complicidad conquistan a los miembros del jurado.

Antonio Canales dice que la actuación de "Bold Republic" ha sido una "barbaridad". Destaca que han hecho con su danza un verdadero "viaje por Japón, Corea y China, y siempre regresando" a su esencia. Para Pastora Soler es "impresionante". Valora las horas de trabajo que hay detrás y confiesa que "son dignos ganadores de Tierra de Talento". Mariola Cantarero, emocionada, destaca la complicidad de los cinco bailarines. Resalta que "la danza urbana ha llegado al nivel más alto de toda la historia de Tierra de Talento". Por su parte, Jesús Reina dice que la actuación de "Bold Republic" es la prueba de que la danza urbana está en el Olimpo de las Artes.

Ellos están contentos con el trabajo hecho y han sabido trasmitir ese subidón. Han sentido que ha sido su mejor pase y han elegido el desafío de Canales para las Semifinales. Es un reto difícil: "Ball Nueva York". Lo han recibido con mucha emoción.

¡A seguir danzando! Felicidades,.

TITULO: POLICÍAS EN ACCIÓN - Pegatinas que marcan a los acusados de violencia machista antes de ser juzgados ,.

Pegatinas que marcan a los acusados de violencia machista antes de ser juzgados,.

Los abogados claman contra la medida de dos juzgados de Bilbao por vulnerar la presunción de inocencia,.

foto / Imagen de un acusado con una la pegatina naranja y un testigo con una pegativa la verde,.

Los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Bilbao han dejado de utilizar las pegatinas de colores —verde para los testigos, naranja para los acusados, azul para los abogados— para señalar a los presuntos agresores de violencia de machista, según ha confirmado El Correo. Este polémico método apenas ha estado en activa durante un par de semanas, se creo con el objetivo de reforzar la seguridad de las víctimas.

La cúpula judicial en Euskadi ha tomado la decisión de eliminar este método que, por lo que publicó este periódico, para muchos profesionales de la abogacía es «ridículo e innecesario», además de violar la presunción de inocencia de los acusados. Este sistema comenzó a utilizarse a finales de julio, pero la polémica no estalló hasta hace un par de días. El Consejo General de la Abogacía Española se sumo a las quejas de este procedimiento, a través de la Subcomisión de Violencia sobre la Mujer. 

Consideran que las pegatinas supone «atentar contra la dignidad de la profesión», sobre todo porque esta imposición solo era obligatoria para los profesionales de la abogacía y no para todos los operadores jurídicos. De igual manera, enfatizan en que deben garantizarse los medios para proteger a las víctimas de violencia machista y que no vulneren la dignidad de los profesionales ni los derechos de las personas investigadas. 

La idea de colocar pegatinas de colores procede del personal de seguridad, ya que no podía identificar bien a las personas que acudían a los juzgados, según relatan fuentes de El Correo. Esta iniciativa no fue comunicada a ningún alto cargo de la judicatura, lo que también ha provocado un gran malestar.

Tras la eliminación de este sistema, el siguiente paso es que los altos cargos del Tribunal Superior, la Audiencia de Bizkaia, de los juzgados de Violencia sobre la Mujer, el Gobierno vasco y el Colegio de la Abogacía se reúnan en los próximos días. En dicha reunión se debe de consensuar un nuevo método que proteja a la víctimas de violencia de género durante el juicio, como evitar que se crucen con sus agresores.

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