miércoles, 18 de septiembre de 2024

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TITULO : MAS QUE COCHES - Alfa Romeo Junior Elettrica 156 CV: un SUV eléctrico que derrocha estilo,.

 

 

Alfa Romeo Junior Elettrica 156 CV: un SUV eléctrico que derrocha estilo,.

El Alfa Romeo Junior Elettrica ya está disponible con un único motor de 156 CV y precios que arrancan en los 38.500 euros antes de ayudas.

El coche tiene la firma del diseñador español Alejandro...
 
fotos / El coche tiene la firma del diseñador español Alejandro Mesonero-Romanos.Alfa Romeo.

Teníamos mucha expectación por probar el Alfa Romeo Junior Elettrica, la versión 100% 'a pilas' con la mecánica de 156 CV que ya ha puesto a la venta el fabricante italiano. Primero por el tipo de coche que es: un SUV con unas dimensiones más bien reducidas (mide 4,17 de largo, 1,78 m de ancho y 1,53 de alto) que hacen que sea mucho menos apto para una familia que el Tonale.

Segundo, porque se trata de un Alfa Romeo y la marca italiana siempre está dispuesta a ofrecer un valor añadido, de forma que nunca podrían ser descritos solo como un elemento automóvil con el que ir del punto A al punto B. Y tercero porque era una ocasión para contemplar con más detenimiento su atractivo diseño, obra del español Alejandro Mesonero-Romanos.

 
Alfa Romeo.

Nos recordaba Olivier Quilichini, el responsable de la marca en España, que con este Junior la marca se introduce en un segmento nuevo, además de que servirá de primer 'peldaño' para acceder al universo Alfa Romeo y puede traer un alto número de conductoras.

Línea atractiva

Para ello hace falta entre otras cosas una estética atractiva, y lo cierto es que el Junior es un imán para los ojos. Un rato se te puede ir ya contemplando solo su frontal, con unas ópticas muy sofisticadas, la matrícula en el centro en lugar de en un lado (así sucede en muchos Alfa históricos) y la parrilla triangular, en la que no hay lamas cuadradas o hexagonales sino el propio símbolo de Alfa Romeo (la han llamado 'Scudetto Progresso').

La línea de cintura, más musculosa que la del Tonale, define un lateral menos arriesgado, aunque muy atractivo por los pasos de rueda de plástico, las espectaculares llantas (dicen en Alfa Romeo que resultan bastante aerodinámicas, pese a ofrecer grandes huecos abiertos), los tiradores de puerta enrasados y el conjunto que conforman pilares y techo de color en contraste (opción por 1.513 euros).

Alfa Romeo.

Y la cola truncada como si contara con un alerón integrado bajo la luna le queda fenomenal, además de que ofrece, como en el frente, la sensación de que el Junior no sigue la senda estética de sus competidores.

Cómodas y vistosas

De puertas adentro, de nuevo una grata sensación: las butacas con reposacabezas integrados, que tienen un curiosísimo diseño en el que de la espalda solo apoya la zona central (además de los laterales, cuando vienen curvas), no solo son muy diferentes a todo lo visto, sino que ofrecen una comodidad sobresaliente; es un buen comienzo.

Siguiendo con los puntos a favor, el volante tiene un tacto de ante muy deportivo y un grosor adecuado, y la visera del cuadro de relojes se nos presenta con el clásico diseño de prismático, con una doble cúpula. Vamos a seguir en la línea de lo positivo añadiendo que los ajustes parecen de calidad y el material aterciopelado se extiende por salpicadero y consola central, haciendo que la deportividad nos entre aún más por los ojos.

Alfa Romeo.

Pero tiene puntos que le restan en la nota. Por un lado, la pantalla del cuadro de relojes de 10,25 pulgadas es rectangular y no parece apropiada a una visera con dos semicírculos (entendemos que hacer una pantalla con dos semi círculos de propio encarecería mucho el coche). Por otro, los mandos del selector del cambio y del volante, entre otros, son los mismos de otros modelos del Grupo Stellantis, lo que de por sí no es malo pero va en contra de la personalidad del coche.

También echamos de menos unas enormes levas (como es habitual en la marca) que en este Junior eléctrico podrían servir para modificar la retención en distintos grados, función que queda relegada (en un único grado) al modo B del selector del cambio.

Maletero muy amplio

Y por último tenemos que hablar de una pega de las butacas delanteras, que no está por delante, sino por detrás, y que tienen bastante grosor. A un ocupante de metro ochenta de estatura, con un conductor igual de alto delante de él, no le rozan las rodillas con el respaldo por milímetros. Pero otro pasajero de la misma altura que vaya en el centro directamente tendrá que ladear las piernas de alguna manera para 'acomodarse', si es que se puede llamar así a la forma en que tendrá que viajar.

Alfa Romeo.

Esto no es algo que se pueda solucionar echando la banqueta hacia atrás, ya que como es de esperar en un eléctrico esta no se desplaza hacia delante o detrás. Pero tiene al menos una consecuencia buena o incluso muy buena en este Junior, y es que el maletero alcanza 400 litros de capacidad, cifra que nos parece excepcional en un coche de menos de 4,2 metros de longitud. Además, hay un espacio bajo el capó delantero para que dejemos allí el cable de recarga, por lo que este no nos está restando espacio ni 'incordiando' cuando vamos a colocar el equipaje en el maletero.

156 CV

La parte mecánica de esta variante Elettrica, la más sencilla hasta que llegue la Veloce de 280 CV, se ha confiado a un único motor de 156 CV y 260 Nm de par que entrega su fuerza al eje delantero. Las prestaciones no tratan de provocarnos en esta versión una formidable sonrisa, pero son suficientes; pasa de 0 a 100 en 9 segundos y tiene la velocidad máxima limitada a 150 km/h (este daro sí nos parece más discreto).

Alfa Romeo.

Y si es cierto que en los primeros metros tras un semáforo puesto en verde acelera con correcto brío, en materia de recuperaciones no resulta tan vivo ni aun en el modo Sport, que insufla más de vitalidad al coche comparado con el Normal y con el más ahorrador Eco.

1.545 kg

El sonido es el mismo en los tres modos (algo deportivo, sin resultar abrumador ni molesto) y la dirección es quizá el aspecto de su chasis que más no ha gustado: transmite una gran sensación de precisión, es muy directa y ya hemos dicho que agarrar el volante, por tamaño, grosor y materiales, es una delicia. Y a este aspecto se suma que el coche resulta increíblemente ligero tratándose de un eléctrico: solo 1,545 kg gracias, como nos anunciaba Olivier Quilichini, al empleo de "muchos elementos de aluminio, insonorizantes de bajo peso, asientos aligerados..." Todo en el coche se ha pensado desde 0 enfocado hacia la ligereza, y se traduce en que se nota muy ágil ante los cambios de dirección.

 
Alfa Romeo.

Otra cosa son las suspensiones de esta versión. A la hora de acelerar a fondo cuando vas despacio parece levantar las suspensiones delanteras un poco más de lo habitual, y en los giros más comprometidos muestra tendencia al subviraje (irse de morro). Así que tenemos un coche que tiene el atractivo estético de un Alfa Romeo y ciertos elementos de acabado diferenciado propios de Alfa, pero no el comportamiento propio de un Alfa Romeo en esta versión básica, mientras que un Giulia o un Stelvio básicos, por ejemplo, ya son una maravilla en este sentido.

Batería de 51 kWh

Para la batería solo hay una opción de 54 kWh, que son 51 kWh reales y 'caen' en ciclo combinado a un ritmo de 15,5 kW/100 km. Es la capacidad apropiada para alguien que realiza a menudo viajes de unos 200 km y no pretende parar a recargar, cosa que se puede hacer del 10 al 80% en menos de media hora si encontramos un súper cargador. Si por el contrario solo nos movemos por ciudad, la marca italiana anuncia hasta 410 km de autonomía, lo que no está tan mal.

 
Alfa Romeo.

El Junior tiene un equipamiento de serie con arranque sin llave, climatizador automático, navegador, 3 modos de conducción, luces LED, sensor de lluvia, control de velocidad adaptativo, reconocimiento de peatones y ciclistas, etc.

En cuanto al precio, la buena noticia es que la marca italiana nos adelanta la cuantía del Moves, que después se le devuelve cuando el Gobierno nos entrega la cantidad prometida. También nos hace entrega de un Wallbox, aunque no corre con los gastos de su instalación. Y las tarifas (sin descontar estas ayudas) se quedan en 38.500 euros para el modelo básico y 41.000 para la variante de lanzamiento Speciale, que incluye elementos como la cámara trasera, el portón manos libres.

Título: Mercator (El mercader)

Autor: Plauto

Patio Porticado de San Luis Gonzaga. El Puerto de Santa María.

Día: Lunes 14 de Agosto de 2023

Dirección/Adaptación y dramaturgia: Dioni Torres

Reparto: PLAUTO: Chema de la Flor ; CARINO: Adrián del Pozo; DEMIFÓN: Efraín Cruz; LISÍMACO: Manolo Morillo; DORIPA: Raquel Ceccolin ; ÉUTICO: Vicente Bononato; PASICOMPSA: Julia Mena; ACANTIÓN: Antonio Matiola; ESCLAVA: Inés Rejano; SIRA: Candela Olmo; COCINERA: Sandra Campos

Coro Balbo: Pablo Bohórquez, Aymara Romero, Marina Rostoll, Manuela Peregrina, Chiara Ceccolin, Antonio Matiola, Inés Rejano, Carlos Rivera

Espacio sonoro: Toni Ramos

Diseño iluminación: Manuel J. Segura

Escenografía: Sucesores de Ángel Martínez, S.L.

Vestuario: Susana López

Atrezzo: Kiki Guerrero

Regiduría: Sandra Campos

Encargado de escenografía: Adrián del Pozo / Vicente Bononato

Encargada de vestuario: Raquel Ceccolin

Maquillaje: Aymara Romero

Coordinador técnico/Redes sociales: Pelayo García Seco

Diseño cartel: Efraín Cruz

No podía ser de otra manera, ni resultar más entrañable. Teatro Balbo y su artífice Emilio Flor siguen trayendo frescura y mucho ímpetu a la escena portuense. Nada que envidiar de las grandes compañías. Y si me apuran, mucho que aprender de este grupo portuense, a pesar del escaso apoyo que recibió hasta la fecha y de las piedras en las ruedas. Pero

eso es otro cantar. Lo que aquí me trae es contar -y cantar-, lo mucho que dio de si en su participación el pasado lunes día 14 en el 32º Festival de Teatro de Comedias, que organiza el área municipal de Cultura, en el patio porticado de San Luis Gonzaga.

En este caso fue la obra de Plauto: Mercator, versionada y dirigida por el sanluqueño Dioni Torres -consumado actor de Balbo-, que viene pegando fuerte con la dirección de las Comedias del teatro grecolatino. Que fueron llevadas por media España. Hatillo y mata, que se dice. Las semillas de Emilio Flor se extienden sin solución de continuidad.

Teatro Balbo representa y da cuerpo a una asociación, sin ánimo de lucro, que hace 49 años promociona y mima el teatro grecolatino. Como una familia, bajo la atenta mirada del “Pater” (nutridor, protector y sustentador), Emilio Flor, los jóvenes y los adultos se dan cita sobre las tablas para mirar la palabra y oír el cuerpo. Él -como pocos-, de manera desinteresada, lleva toda una vida enseñando y transmitiendo. Todo un ejemplo a seguir.

La obra se desarrolla en torno a un conflicto -¿les suena de algo?-, entre un padre (Demifón) y su hijo (Carino) por asegurarse la propiedad y el cariño de la joven Pasicompsa. El enamoramiento de ambos trae consigo un enredo, que acerca la trama a ese vericueto, siempre oportuno y necesario, de la risa. Versiones distintas, entre ambos enamorados, desenvuelve la trama entre discusiones, convencimientos, intrigas, maquinaciones y malos entendidos…

Al final se insinúa el peculiar tono moralizador de Plauto. Como debiera ser, padre e hijo coinciden en su amor. Es curioso como de nuevo, se pone de manifiesto que el amor con mayúsculas se produce cuando se renuncia a ese otro amor con minúsculas. La batalla del amor cae del lado del corazón. Como debiera ser…

Puesta en escena digna de un Festival que se acrecienta y va dando cuerpo a este agosto portuenses. Interpretaciones ajustadas y de mucho peso. Manolo Morillo, Chema de la Flor y Efraín Cruz supieron sacar a tiempo el niño que llevan dentro. Y los jóvenes, como una piña dieron esa fuerza necesaria y acertada en una obra clásica adaptada y dirigida con profesionalidad, especial sensibilidad y mucha pasión por Dioni Torres.

La inteligente manera de enfocar la obra desde una adaptación ajustada y respetuosa con el texto original, hizo que el respetable se divirtiera y sacara a pasear las sonrisas. Dioni Torres, con ilusión desmesurada sabe aunar el arte de componer y representar una historia sobre el escenario. La importancia de lo humano y de la vida en suma, se puso de manifiesto sin ambages. El tiempo y el espacio dejaron de tener importancia. Ya dejó escrito Arthur Miller que el teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a si misma.

El numeroso público que abarrotaba el Patio Porticado de San Luis y que participó de manera activa, quedó satisfecho. Los espectadores -como dijera Emilio Flor-, nos llevamos a casa la importancia de “evocar las palabras de reencuentro con el pasado, que hagan esponjar piedras y rocas antiguas con el aire de la brisa gaditana”. Y todo a través del teatro. Momentos para recordar. Respiremos hondo.

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