DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El COVID-19 hace visible al hipocondriaco, aunque en este caso el miedo está justificado. ,. fotos,.
El COVID-19 hace visible al hipocondriaco, aunque en este caso el miedo está justificado.
Los enfermos imaginarios padecen un trastorno propio de personas obsesivas y niveles altos de ansiedad,.
Si
usted tiene miedo a viajar por el temor de alejarse excesivamente de la
consulta de su médico, o come mal porque cree que la ingesta de ciertos
alimentos le conducirá a una contaminación segura, usted padece un
trastorno de hipocondría. En tiempos del COVID-19 se está usando con
cierta ligereza la palabra «hipocondriaco» para referirse a una persona
aprensiva. En este caso, tranquilícese: todos somos un poco miedosos en
un momento dado, más aún si circula un virus que anda descontrolado y
del que existen tantas incertidumbres.LAS FRASES:
- Miedo.
- «Una cosa es la hipocondría y otra el temor a enfermar».
- Atención.
- «Un hipocondriaco investiga constantemente en su cuerpo por si aparecen señales de enfermedad, de modo que la atención queda secuestrada».
- Medicación.
- «Es necesaria la medicación si los niveles de ansiedad son altos e interfieren mucho en la vida del afectado».
- Común.
- «A medida que uno va viendo la enorme cantidad de posibilidades que hay de enfermar afloran estas actitudes».
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, ya no incluye la hipocondría como una enfermedad con identidad propia. En su lugar, las personas que antes se tenían por hipocondriacas son ahora diagnosticadas de ansiedad. En concreto, para despojarla de connotaciones negativas, se llama trastorno por ansiedad a la enfermedad. Al hipocondriaco, el miedo y la preocupación le harán identificar erróneamente sensaciones físicas incómodas o inusuales como indicadores de una enfermedad grave.
Señales de alarma
Las tribulaciones del «enfermo imaginario», tal y como lo pintó Moliere, inducen a la carcajada, pero al protagonista que las sufre le hacen poca gracia. «Se caracteriza por una atención obsesiva a señales de enfermedad y la dificultad de convivir con esa incertidumbre», dice el psicólogo Jaime González. «Una cosa es la hipocondría y otra el temor a enfermar. Un hipocondriaco investiga constantemente en su cuerpo por si aparecen señales de enfermedad, de modo que la atención queda secuestrada. La preocupación legítima por unos síntomas verdaderos no tiene nada que ver con la hipocondría», acota el psicólogo.Hay formas muy extremas de terror a perder la salud. Se llama delirio de negación y es una modalidad de depresión psicótica en la que el paciente pierde el sentido de la realidad. Quienes la padecen se creen no ya que han perdido la salud, sino incluso la vida, hasta el punto de que notan cómo los gusanos les van comiendo por dentro. Para Margarita García Berrocal, psicóloga sanitaria del centro Psyteco-Proeduca, el trastorno suele revestir carácter crónico. «La terapia cognitivo-conductual es la que mejores resultados ofrece, aunque en ocasiones es necesaria la medicación si los niveles de ansiedad son altos e interfieren mucho en la vida del afectado», apunta. Se da igual en hombres que en mujeres. Las cifras sobre incidencia del trastorno difieren mucho entre sí y no parecen concluyentes. Hay estimaciones que hablan de entre un 10% y un 30% de afectados, mientras que el manual de diagnóstico DSM-4 calcula que los afectados oscilan entre el 4% y el 9%.
TITULO: MasterChef 7 - MasterChef Celebrity 4 . Martes -24- Marzo ,.
El martes -24- Marzo las 22:35 por La 1,foto.
REGAÑA CON PIPAS,.
#Miercoles y ya por aquí arriba, hoy aún asimilando la vuelta a la
normalidad ya que llegue ayer, toca clases de cocina como cada
miercoles. Así que os dejo un par de platos de REGAÑA DE PIPAS (
Calabaza y Girasol ), para matar el 🐛gusanillo de la tarde y
REGAÑA CON PIPAS.
INGREDIENTES. ( Salen dos placas )
- 250 gr. Harina de Fuerza W300 ( Gallo )
- 120 ml agua caliente del grifo.
- 1 cucharada de sal gorda ( Café con leche )
- 1 cucharada de azucar blanca ( Café con leche )
- 1 cuchara de salsa de soja ( Café con leche )
- 2 cucharada de aceite ( Café con leche )
- 10 gr. Levadura fresca
- Pipas Girasol y Pipas de calabaza al natural ( Mercadona )
ELABORACION
- Mezclamos en un bol la harina y añadimos el agua con la levadura incorporada, la azucar, aceite y salsa de soja.
- Incorporamos las pipas girasol y pipas de calabaza ( Al gusto )
- Dejamos reposar un par de minutos y empezamos a amasar en el mismo bol.
- La pasamos a la tabla de madera o la encimera y amasamos, echamos la sal y seguimos amasando.
- En un tupperware grande, alto y estrecho, meteremos la bola de masa, taparemos con la tapadera. Duplicará su tamaño ( 1 hora más o menos )
- Colocamos sobre la mesa y con el rodillo estiramos encina de un papel
- Cortamos con un corta pizza la forma deseada.
- Con el horno precalentado a 180° con calor arriba y abajo, con la bandeja de horno en el medio, meteremos durante 15 – 20 minutos mas o menos
- Sacamos del horno y a disfrutar una vez frios, !!!!,.
TITULO: Donde comen dos - Qué comer para tener una cuarentena sana (y sin sobrepeso) ,.
Viernes-27- Marzo 23:15 por La 1, foto,.
Qué comer para tener una cuarentena sana (y sin sobrepeso),.
VIVIR
Ya llevamos unos días en casa y parece que las visitas a la nevera se nos van de las manos. Los nutricionistas nos dicen cómo alimentarnos para no terminar el confinamiento gordos y con el colesterol desbocado,.
Ya
llevamos unos pocos días confinados en casa y las visitas a la nevera
se nos han empezado a ir de las manos. Para las diez de la mañana hemos
desayunado tres veces y las chuches y los caprichitos que antes eran
eso, caprichitos o 'premios' muy esporádicos, se han abierto hueco en
nuestras caóticas dietas, porque... ¡qué demonios, en medio de este lío,
merecemos alguna pequeña alegría! ¿Alguna? Seguro que van ganando
terreno. Pues ojo, porque esto no ha hecho más que empezar y, aunque aún
no notemos los efectos, si continuamos con esta deriva, pronto se
manifestarán en forma de kilos de más, de embotamiento y de falta de
energía. Por no decir que, cuando llegue el final de la
cuarentena, vamos a tener unos análisis -colesterol, azúcar,
triglicéridos- como para caernos redondos del susto. Para evitarlo, la Academia Española de Nutrición y Dietética ha dado siete directrices
sobre cómo hay que comer durante el encierro. Tomen nota... y dejen de
ir a la nevera una y otra vez, que dentro no está la solución a este
caos.
La
hidratación es uno de los pilares básicos de la alimentación saludable
en toda la población, un aspecto especialmente preocupante entre los
mayores, que a veces se 'olvidan' de beber (se les pueden ofrecer
gelatinas no edulcoradas para 'animarles'). «También es un aspecto a
cuidar en personas con síntomas leves de coronavirus que estén en su
domicilio, especialmente si presentan estados febriles o tos», dicen
desde la asociación. ¿Cuánto hay que beber? Unos 1,8 litros de líquido al día, preferiblemente de agua (vale la del grifo).
«También puede ser de gran interés el consumo de caldos vegetales,
caldos de carne y de pescado (desgrasados), infusiones y té -añaden los
expertos-. Una dieta rica en frutas y hortalizas también contribuye a la
ingesta de agua». Eso sí, mejor no tomar zumos de frutas o leche para
hidratarse. También hay que evitar el consumo de bebidas refrescantes o edulcoradas
y, en caso de tomarlas, hacerlo de forma ocasional. «Tampoco se
recomienda el consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo el vino o la
cerveza. En el caso de ser bebedores, no sobrepasar las dos copas al día
en hombres y una en mujeres».
Tanto
para las personas sanas como para las afectadas levemente por el virus,
cumplir esta recomendación es muy importante. «En el caso de existir
molestias en la garganta, fiebre o falta de apetito, es clave realizar
preparaciones culinarias que contribuyan a una fácil deglución para
favorecer el consumo de frutas y hortalizas. Purés o cremas enriquecidas con aceite de oliva o presentar la fruta pelada y cortada pueden ayudar a incrementar el deseo
de consumir este tipo de alimentos», indican los expertos. «Para los
más pequeños, la recomendación es ofrecer, pero nunca forzar», recalcan.
En cuanto al tipo de frutas y hortalizas... Todas son bienvenidas sin
excepción, pero es mejor si son frescas, de temporada y, si es posible,
de proximidad.
Se
recomienda elegir cereales integrales procedentes de grano entero (pan
integral, pasta integral, arroz integral) y consumir legumbres guisadas o
estofadas. Hay que tratar de cocinar estos alimentos con verduras, que
los 'sacramentos' están muy ricos pero en una cuarentena son una
acumulación de grasa que no nos interesa, dado que nuestro gasto
energético no es el de antes (nada de gimnasio, ni paseos...). «Dentro
de esta recomendación no se incluyen los derivados de cereales que incorporan azúcares y grasas, como son la bollería y pastelería,
dejando su consumo en situaciones excepcionales», alertan. ¿Han oído?
Ex-cep-cio-na-les. Así que dejen esos cruasantitos del 'súper' en paz,
que en el futuro se van a acordar de ellos y no con cariño.
A
pesar de que el consumo de lácteos no es indispensable para la salud
ósea, en poblaciones con un alto índice de sedentarismo y otros factores
que influyen negativamente en los problemas de huesos se recomienda el
consumo de lácteos como fuente de calcio. «Actualmente existe
controversia sobre si se debe o no recomendar productos lácteos
desnatados, pero, hasta que el debate científico se resuelva, a la Academia Española de Nutrición y Dietética le parece más prudente seguir recomendando lácteos desnatados para los adultos,
tal y como se hace en las guías dietéticas basadas en alimentos de los
países de nuestro entorno», indican. Otro consejo de los expertos:
cuando se habla de la recomendación del consumo de leches fermentadas,
como el yogur o el kéfir, se hace referencia sólo al tipo natural, no el
resto de las variedades saborizadas, aromatizadas o con frutas, ya que
contienen una cantidad importante de azúcar añadido. Y ahí va un falso
mito alimentario echado abajo: «No existen pruebas de que el consumo de
lácteos fermentados ayude de alguna forma en las defensas ni a prevenir o
disminuir el riesgo de infección».
El
consumo de carnes (3-4 veces a la semana, pero máximo una vez a la
semana carne roja -ternera, cordero o cerdo-), pescados (2-3 veces a la
semana) y huevos (3-4 veces a la semana) debe realizarse bajo estos
límites. Además, es preferible elegir de forma preferente carnes de aves (pollo, pavo), conejo y otras magras de
animales como el cerdo. «Hay que evitar el consumo de embutidos,
fiambres y carnes grasas de cualquier animal. En carnes y pescados se
recomienda utilizar técnicas culinarias bajas en grasa como son la
plancha, salteado, asado o guisado con muy poco aceite», recalcan desde
la organización.
El
aceite de oliva es la grasa de aderezo y cocinado por excelencia en la
dieta mediterránea española. Es aconsejable, sí. Y los frutos secos
(almendras, nueces...) y semillas (de girasol, calabaza...) también son
una excelente opción «siempre que sean naturales o tostados, evitando los frutos secos fritos, endulzados y salados». ¿Ya se pensaba que esa bolsa de cacahuetes saladitos que se comió ayer cumplía con esta norma? Pues no.
Ya.
Son sabrosos, cómodos y evitan broncas con los peques. Pero... ¡Ojo! El
consumo de alimentos precocinados (croquetas, pizzas, lasañas,
canelones...) y comida rápida (pizzas, hamburguesas...) no está
recomendado en general en una alimentación saludable, y en particular
para los más pequeños de casa. Debido a su elevada densidad energética (por su elevado contenido en grasas y azúcares),
«su consumo no está recomendado y por lo tanto tampoco en períodos de
aislamiento o cuarentena domiciliaria, ya que pueden aumentar el riesgo
de padecer sobrepeso u obesidad y otras patologías asociadas». La
disminución del ejercicio físico, las conductas sedentarias durante el
confinamiento y una dieta insana «podrían aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas», advierten los expertos.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido recomendaciones de precaución que incluyen consejos sobre el seguimiento de buenas prácticas de higiene durante la manipulación y preparación de alimentos, como lavarse las manos, cocinar suficientemente la carne y pescado y evitar la posible contaminación cruzada entre alimentos cocinados y no cocinados.
Las personas que trabajan con alimentos deben lavarse las manos de forma constante. Estas medidas deben extenderse por precaución a la manipulación de los alimentos envasados o empaquetados, ya que, según apuntan datos incipientes de un estudio, el virus que causa el COVID-19 posiblemente pueda llegar a sobrevivir en superficies u objetos, en especial en las superficies plásticas. «Estos datos deben interpretarse con cautela debido a que el artículo se encuentra sin confirmar», dicen desde la Asociación Española de Nutrición y Dietética. «Así que, como medida de precaución y porque forma parte de las medidas generales de higiene, es fundamental seguir los cuatro pasos clave de seguridad alimentaria: limpiar, separar, cocinar y enfriar», recuerdan.
1.
Refrescos y alcohol, al mínimo
Hidratarse bien... ¡pero con agua!
2.
Purés y en trocitos para inapetentes
Cinco raciones diarias de frutas o verduras
3.
Combinarlos con verduras
Mejor productos integrales y legumbres
4.
Lo más 'light' posible
Lácteos desnatados o 'semi'
5.
Poca y magra
Limitar el consumo de carnes
6.
Sí, pero con reservas
Aceite de oliva y frutos secos
7.
¡Demasiadas calorías!
Nada de precocinados ni de comida rápida
¿Los alimentos pueden transmitir el virus?
La European Food Safety Authority está continuamente monitorizando esta cuestión y, de momento, no hay pruebas de que los alimentos puedan ser una fuente o vía de transmisión del virus, tal y como lo sugieren los análisis actuales y también la experiencia con el SARS y el MERS.Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido recomendaciones de precaución que incluyen consejos sobre el seguimiento de buenas prácticas de higiene durante la manipulación y preparación de alimentos, como lavarse las manos, cocinar suficientemente la carne y pescado y evitar la posible contaminación cruzada entre alimentos cocinados y no cocinados.
Las personas que trabajan con alimentos deben lavarse las manos de forma constante. Estas medidas deben extenderse por precaución a la manipulación de los alimentos envasados o empaquetados, ya que, según apuntan datos incipientes de un estudio, el virus que causa el COVID-19 posiblemente pueda llegar a sobrevivir en superficies u objetos, en especial en las superficies plásticas. «Estos datos deben interpretarse con cautela debido a que el artículo se encuentra sin confirmar», dicen desde la Asociación Española de Nutrición y Dietética. «Así que, como medida de precaución y porque forma parte de las medidas generales de higiene, es fundamental seguir los cuatro pasos clave de seguridad alimentaria: limpiar, separar, cocinar y enfriar», recuerdan.
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