DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El virus que no entiende de clases ni profesiones , fotos,.
El virus que no entiende de clases ni profesiones,.
Sin distinciones. El coronavirus, que se ha cobrado estos días la vida de aristócratas, actores, empresarios y artistas, afecta a personajes y famosos de todos los ámbitos y esferas públicas,.El marqués de Griñón, Carlos Falcó, falleció hace una semana en Madrid. Sus restos mortales fueron incinerados y serán esparcidos en su finca, Casa de Vacas, cuando se levante el estado de alerta. Tampoco pudo superarlo el expresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz, con patologías previas. La actriz italiana Lucía Bosé falleció de neumonía, aunque su familia no ha desvelado si había dado o no positivo. Y el ganadero Francisco de Borja Domecq murió en Mérida, como el expresidente de Red Eléctrica José Folgado, fallecido a los 75 años.
María Teresa de Borbón-Parma, conocida como la 'princesa roja', moría el viernes en París, a los 86 años; el actor Mark Blum, que se hizo famoso gracias a 'Cocodrilo Dundee', lo hacía a los 69 años en Nueva York por complicaciones derivadas del cornoavirus... La lista parece interminable.
La sangre azul tampoco se ha librado del contagio. El primero en dar positivo fue Carlos de Habsburgo-Lorena, que continúa en cuarentena. El primer monarca contagiado ha sido Alberto de Mónaco, aunque su estado de salud no preocupa. Él mismo explicaba sus síntomas en una entrevista: «Al principio era como un frío que llegaba, la tos no me vino de primeras. Después tenía un poco de fiebre, y rápidamente me prescribieron el confinamiento en casa».
Dos días después de confirmar la enfermedad, el príncipe Carlos de Inglaterra reaparecía en las redes sociales aplaudiendo como muestra de agradecimiento a los sanitarios. Lo hacía junto a su mujer Camilla, aunque por separado, en el palacio de Balmoral, donde ambos están aislados.
Política
La reina Letizia también está en cuarentena desde que se conociese que la ministra de Igualdad, Irene Montero, había dado positivo. Ambas coincidieron en un acto, y se besaron. Begoña Gómez, esposa del presidente, daba positivo. También su madre y su suegro. Una información que Moncloa no ha querido detallar al tratarse de la vida privada de Pedro Sánchez.En un apartahotel trabaja aislada Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, igual que su homólogo catalán, Quim Torra, tras dar positivo. En el mitin de Vox en Vistalegre, el 8 de marzo, Javier Ortega Smith, secretario general de la formación, repartió saludos y abrazos que contagiaron a su líder, Santiago Abascal, y a la diputada Macarena Olona.
En el hospital Ramón y Cajal lucha contra el virus desde hace dos semanas Javier Solana. A sus 77 años, el ex secretario general de la OTAN ha vivido la muerte de su compañero de habitación. Su buena forma física le ha salvado, ya que es un paciente de riesgo tras donar un riñón a un ser querido. Carmen Calvo, la vicepresidenta del Gobierno, abandonó la clínica Ruber de Madrid tras cinco días de ingreso. También Esperanza Aguirre y su marido recibieron el alta tras una semana de hospital. «Primero fue el helicóptero, el cáncer, el atentado de Bombay... y ahora el coronavirus. Todavía me quedan tres vidas si hacemos caso a las siete vidas de los gatos», bromeaba Aguirre. Su compañera de partido María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, permanecen aislados en su domicilio después de dar positivo.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, está en cuarentena y sin síntomas tras contagiarse su esposa, Sophie Grégoire, en un viaje a Londres. La canciller alemana, Angela Merkel, dio negativo dos veces y se repetirá la prueba la próxima semana. El que ha dado positivo es Boris Johnson, quien días antes de la noticia antepuso la economía británica al confinamiento.
Actores, chefs...
Actores como Tristán Ulloa, Danna García, la chica Bond, Olga Kurylenko o Kristofer Hijvuel, de 'Juego de Tronos', padecen el COVID-19. El tenor Plácido Domingo anunció hace una semana que está hospitalizado en Acapulco, y el teclista de Bon Jovi, David Bryan, sobrelleva la enfermedad en casa. Mejora, eso dice, el cocinero Dabiz Muñoz, tras 12 días enfermo y haber perdido el olfato y el gusto, sentidos vitales para él. No sabe si se trata del virus porque, dice, no se ha hecho la prueba.Fernando Martín, expresidente del Real Madrid, ha salido de la UCI y se recupera en planta. El exmagistrado Baltasar Garzón sigue ingresado en la clínica Ruber, en espera de los resultados de la prueba. Y el empresario Alfonso Cortina, expresidente de Repsol, está hospitalizado en Toledo. Escribiendo a pesar de la fiebre está el periodista Jaime Peñafiel; él y su mujer se contagiaron mientras se encontraban confinados en el campo. Mientras, la activista Greta Thunberg se ha auto aislado al creerse contagiada, aunque solo presenta tos y cansancio. El encarcelado exproductor Harvey Westein, condenado por abuso sexual, está aislado en una celda, tras un positivo.
En el fútbol, el Valencia-Milán fue una bomba biológica. El equipo che tiene un tercio de la plantilla contagiada. El más popular, Ezequiel Garay, se aisló con su mujer, Tamara Gorro. El argentino Paulo Dybala, delantero de la Juventus, ha pasado lo peor. «Sentía que me faltaba el aire, tras cinco agotadores minutos entrenando me dolía todo», dice. «Como si me arrastrara un camión», así se sintió Pepe Reina, portero del AC Milán, que aún espera del test. Se han recuperado el entrenador del Arsenal, Mikel Arteta, y su mujer, la modelo Lorena Bernal.
Y ojalá la lista de recuperados vaya en aumento, y no se incremente más la de rostros conocidos a los que ha vencido el virus.
TITULO: MasterChef 7 - MasterChef Celebrity 4 . Martes -31- Marzo ,.
El martes -31- Marzo las 22:35 por La 1,fotos,.
Sopa de fideos con huevo y jamón,.
Sopa de fideos con huevo y jamón, un plato sencillo y muy reconfortante un día de frío invierno. Una sopa que gusta a mayores y pequeños muy fácil de hacer y con ingredientes que cuentan con el distintivo Degusta Jaén, una marca colectiva comunitaria que engloba a los productos agroalimentarios de la Provincia de Jaén como seña y distintivo de calidad a nivel nacional y europeo. Cada vez que encuentres la etiqueta “Degusta Jaén Calidad” podrás abrir tus sentidos a un producto agroalimentario excelente de la provincia de Jaén.supone una garantía de sabor y seguridad alimentaria.Para elaborar esta sopa de fideos vamos a utilizar huevos de Huevos Bio-Cástulo, unos huevos de “gallinas felices” que viven en libertad en Linares, en la granja familiar Verdacluz en la Finca “Cerro Pelao”, son huevos ecológicos con certificación del CAAE.
Añadiremos también jamón serrano de Jamones El Gorrilla, una empresa familiar de Campillo de Arenas cuyos jamones se curan al natural gracias al excelente clima de curación de su ubicación. Una curación artesanal de la que ya quedan pocos ejemplos ha sido la clave del éxito de este jamón.
Os dejamos a continuación con la receta de Sopa de fideos con huevo y jamón Degusta Jaén.
Receta de Sopa de fideos con huevo y jamón
Ingredientes- Caldo de Pollo ecológico El Tamujal
- Jamón serrano El Gorrilla
- Huevos Bio-Cástulo
- Fideos finos “cabellín”
Cómo hacer Sopa de fideos con huevo y jamón
Cocemos los huevos, pelamos y picamos en trozos pequeños al igual que el jamón serrano. Ponemos el caldo de pollo en la olla, añadimos el jamón y el huevo, cuando comience a hervir incorporamos los fideos y dejamos cocer según nos indique el fabricante.Ya sólo queda servir esta deliciosa Sopa de fideos con huevo y jamón Degusta Jaén bien caliente.TITULO: Donde comen dos -El campo no puede parar porque la gente tiene que comer,.
Viernes-3- Abril 23:15 por La 1, fotos,.
El campo no puede parar porque la gente tiene que comer,.
Sin grandes limitaciones
Los agricultores y ganaderos pueden seguir desarrollando su trabajo habitual casi de la misma forma aunque se aconseja que lleven encima documentación que certifique su oficio
«Se nos están cerrando muchas puertas. Los industriales de cochinos han frenado las compras
porque los restaurantes y bares han cerrado. Pero el problema es
también para el resto del ganado, no solo para el porcino». Son las diez
de la mañana y José Antonio Caro, ganadero de 38 años, coge el teléfono. Es de Salvatierra de los Barros
(1.650 vecinos, Sierra Suroeste) y viene de comprar pienso para los
guarros de ibérico de cebo. Tiene también vacas y ovejas repartidas en
tres explotaciones diferentes. Sigue la rutina diaria pero los
resultados de su trabajo, y las del resto de agricultores y ganaderos
extremeños, han cambiado notablemente.
La pandemia ha puesto la mirada en el sector agroganadero por un triple motivo. De un lado, más que nunca, es imprescindible para asegurar la producción de alimentos pero los consumos de determinados productos han caído en picado. De otra parte, aunque pueden trabajar, deben habituarse a prácticas como la tramitación administrativa vía telemática, excluyendo la presencial, más difícil de asimilar para agricultores y ganaderos mayores. Y también, finalmente, tienen la inquietud general: la posibilidad de contagio por coronavirus.
«¿Que si tengo miedo? Pues sí, pero el ganado debe comer todos los días. No te puedes quedar en casa. Es la forma de ganarte la vida y no podemos parar», reseña Caro. «Los guantes de látex para el campo no sirven para nada. No son operativos para trabajar con el ganado. La mascarilla no me la pongo en el campo», admite.
La crisis del COVID-19 no ha variado su ritmo de trabajo diario. «Me levanto a las siete de la mañana y empiezo a echar el pienso a las cochinas, luego a los guarros gordos y después a vacas y ovejas. Sobre las 15.30 regreso a casa a comer y vuelvo al campo a las 17.30. Ahí estoy hasta las 20.30», agrega.
«Hago lo mismo de siempre pero no estamos como siempre. Te mueves de una manera más restrictiva. Entras, por ejemplo, en la cooperativa a por pienso y guardas la distancia, apenas tienes relación personal con nadie, guardas el turno a distancia», explica.
Aunque tienen libertad de movimientos, los profesionales del campo deben llevar encima en todo momento un documento oficial que acredite la condición de agricultores o ganaderos (cuaderno de explotación, pago de la Seguridad Social, guía veterinaria, carnet fitosanitario...). Del mismo modo, la declaración del estado de alarma aconseja, que no obliga, a que en vehículos agrícolas vaya una sola persona. Si el trabajador no contase con carné de conducir pueden viajar más respetando el 50% del aforo. En vehículos de cinco plazas, dos personas, una delante y otra detrás, respetando la distancia de seguridad. En los de siete plazas, tres personas.
Al ganadero salvaterreño le quita ahora más el sueño la cuestión económica. Vender sus animales. «No he podido cargar todavía los becerros. Y menos mal que la montanera se ha terminado y se vendieron los guarros de bellota porque como esto nos hubiera cogido en plena campaña el desastre habría sido gordísimo», especifica José Antonio.
«La gente del campo somos básica porque no se puede parar la fabricación de alimentos, la gente tiene que comer pero esta crisis nos está haciendo también daño», enfatiza.
«Se está produciendo un tapón para el cerdo ibérico de cebo porque el de bellota se pudo colocar antes. Algunos industriales han frenado la actividad de sus mataderos. La han reducido a la mitad. Y también hay menos gente trabajando. Todo es una cadena», explica Ángel García Blanco, presidente de Asaja Cáceres.
Los
productores de terneros, en menor medida, y más los de ovino, empiezan a
vislumbrar dificultades a corto plazo. «Buena parte de ella va para la
restauración y si bares y restaurantes están cerrados, esa venta cae en
picado», añade García.
En la agricultura las complicaciones todavía no se han apreciado porque las campañas –la primera, la de la fruta, que arranca en mayo, antes para la cereza– no se han iniciado. «Pero en dos o tres semanas debe empezar el entresaque (aclareo) de los frutales y a ver cómo se hace este año. Los trabajadores no se podrán concentrar en un árbol. Tendrán que entresacar uno solo por frutal», aventura Javier Ramos, fruticultor de Valdelacalzada. «Veremos si no tenemos también problemas con la mano de obra», remata.
Herminio Íñiguez en su explotación de frutales.
Autor: Sol Gómez
. En las Vegas Altas del Guadiana los agricultores rematan labores de entresaque en flor, a la espera de comenzar dentro de poco a descargar los árboles de pequeños frutos sobrantes para que el resto engorde de forma adecuada. Mientras, se prepara la tierra para el maíz, el arroz y pronto le seguirá la plantación de miles de hectáreas de tomate, cuyas plantas esperan pacientes bajo los plásticos de los invernaderos a que les llegue su momento. Un momento que no podrá retrasarse si no quieren perder la campaña y que la crisis sanitaria se haga extensiva a la agricultura. Por eso, para los agricultores «no hay cuarentena que valga» y menos en estas fechas, afirma, «a menos que abandonemos por completo nuestros campos, nuestro medio de vida y dejemos de proporcionar alimentos que son necesarios». Lo dice Herminio Íñiguez, un agricultor de Villanueva de la Serena, mientras asegura lo que les está costando llevar a rajatabla muchas de las medidas de seguridad impuestas, «que por otra parte entiendo y son necesarias», añade.
Él ha repartido guantes y mascarillas al personal que trabaja en su explotación, «y también tratamos de mantener la distancia de seguridad y en cada tractor va un único pasajero». El principal problema les ha surgido a la hora del desplazamiento de los jornaleros a las explotaciones. Herminio explica que algunos vienen desde otras poblaciones y que, por lo general, se trata de completar coches con cuatro o cinco personas para que el gasto sea menor. «Ahora que eso está prohibido, te puedes imaginar que nos ha traído problemas y protestas, y nos piden que paguemos el gasoil», indica este agricultor. Desde la asociación a la que pertenece, Agryga, piden que se aplique el sentido común y que, con la debida protección, permitan viajar a varias personas en un mismo coche, porque algunas poblaciones de origen están lejos de la parcela. Incluso, añade, hay trabajadores que no tienen carnet de conducir o no disponen de coche propio y no pueden llegar solos hasta la explotación. «Nosotros estamos haciendo el esfuerzo de mantenerles enlazando campañas durante todo el año, por eso queremos que los trabajadores también entiendan el esfuerzo que tienen que hacer ahora», pide Íñiguez.
Finalmente, Herminio Íñiguez, asegura que en sus noches de desvelo, «que ahora son casi todos los días», se le ocurre que «como el consumidor va a estar tocado económicamente tras la crisis, se podría ofrecer productos más baratos eliminando embalajes, plásticos y etiquetas que no son informativas y que solo están de adorno e incrementan su precio, pero que no influyen para nada en la calidad».
La pandemia ha puesto la mirada en el sector agroganadero por un triple motivo. De un lado, más que nunca, es imprescindible para asegurar la producción de alimentos pero los consumos de determinados productos han caído en picado. De otra parte, aunque pueden trabajar, deben habituarse a prácticas como la tramitación administrativa vía telemática, excluyendo la presencial, más difícil de asimilar para agricultores y ganaderos mayores. Y también, finalmente, tienen la inquietud general: la posibilidad de contagio por coronavirus.
«¿Que si tengo miedo? Pues sí, pero el ganado debe comer todos los días. No te puedes quedar en casa. Es la forma de ganarte la vida y no podemos parar», reseña Caro. «Los guantes de látex para el campo no sirven para nada. No son operativos para trabajar con el ganado. La mascarilla no me la pongo en el campo», admite.
La crisis del COVID-19 no ha variado su ritmo de trabajo diario. «Me levanto a las siete de la mañana y empiezo a echar el pienso a las cochinas, luego a los guarros gordos y después a vacas y ovejas. Sobre las 15.30 regreso a casa a comer y vuelvo al campo a las 17.30. Ahí estoy hasta las 20.30», agrega.
«Hago lo mismo de siempre pero no estamos como siempre. Te mueves de una manera más restrictiva. Entras, por ejemplo, en la cooperativa a por pienso y guardas la distancia, apenas tienes relación personal con nadie, guardas el turno a distancia», explica.
Aunque tienen libertad de movimientos, los profesionales del campo deben llevar encima en todo momento un documento oficial que acredite la condición de agricultores o ganaderos (cuaderno de explotación, pago de la Seguridad Social, guía veterinaria, carnet fitosanitario...). Del mismo modo, la declaración del estado de alarma aconseja, que no obliga, a que en vehículos agrícolas vaya una sola persona. Si el trabajador no contase con carné de conducir pueden viajar más respetando el 50% del aforo. En vehículos de cinco plazas, dos personas, una delante y otra detrás, respetando la distancia de seguridad. En los de siete plazas, tres personas.
Al ganadero salvaterreño le quita ahora más el sueño la cuestión económica. Vender sus animales. «No he podido cargar todavía los becerros. Y menos mal que la montanera se ha terminado y se vendieron los guarros de bellota porque como esto nos hubiera cogido en plena campaña el desastre habría sido gordísimo», especifica José Antonio.
«La gente del campo somos básica porque no se puede parar la fabricación de alimentos, la gente tiene que comer pero esta crisis nos está haciendo también daño», enfatiza.
«Se está produciendo un tapón para el cerdo ibérico de cebo porque el de bellota se pudo colocar antes. Algunos industriales han frenado la actividad de sus mataderos. La han reducido a la mitad. Y también hay menos gente trabajando. Todo es una cadena», explica Ángel García Blanco, presidente de Asaja Cáceres.
La burbuja del pollo
- En la crisis de 2008 sucedió. Hoy se repite. Los productores de pollo tienen gran demanda en tiempos de zozobra. «Hace dos semanas vendimos un 20/25% más con la avalancha de gente en supermercados. Hubo psicosis por la alerta», dice José Cano, de Pollos Cano, en Salvatierra, una de las grandes industrias avícolas extremeñas. Cada semana produce 80.000 pollos y 80.000 huevos. «Tuvimos que comprar 20.000 pollos fuera de la región. Fue una burbuja que empieza a estabilizarse. Sigue la demanda pero la gente entiende que se puede comprar a diario. En las crisis el consumidor compra más pollo que cerdo porque es más barato», añade.
En la agricultura las complicaciones todavía no se han apreciado porque las campañas –la primera, la de la fruta, que arranca en mayo, antes para la cereza– no se han iniciado. «Pero en dos o tres semanas debe empezar el entresaque (aclareo) de los frutales y a ver cómo se hace este año. Los trabajadores no se podrán concentrar en un árbol. Tendrán que entresacar uno solo por frutal», aventura Javier Ramos, fruticultor de Valdelacalzada. «Veremos si no tenemos también problemas con la mano de obra», remata.
«Para nosotros no hay cuarentena que valga y menos en estas fechas»
Herminio Íñiguez acude a diario a su explotación en Villanueva, donde asegura que cumplir todas las medidas sanitarias es difícilAutor: Sol Gómez
. En las Vegas Altas del Guadiana los agricultores rematan labores de entresaque en flor, a la espera de comenzar dentro de poco a descargar los árboles de pequeños frutos sobrantes para que el resto engorde de forma adecuada. Mientras, se prepara la tierra para el maíz, el arroz y pronto le seguirá la plantación de miles de hectáreas de tomate, cuyas plantas esperan pacientes bajo los plásticos de los invernaderos a que les llegue su momento. Un momento que no podrá retrasarse si no quieren perder la campaña y que la crisis sanitaria se haga extensiva a la agricultura. Por eso, para los agricultores «no hay cuarentena que valga» y menos en estas fechas, afirma, «a menos que abandonemos por completo nuestros campos, nuestro medio de vida y dejemos de proporcionar alimentos que son necesarios». Lo dice Herminio Íñiguez, un agricultor de Villanueva de la Serena, mientras asegura lo que les está costando llevar a rajatabla muchas de las medidas de seguridad impuestas, «que por otra parte entiendo y son necesarias», añade.
Él ha repartido guantes y mascarillas al personal que trabaja en su explotación, «y también tratamos de mantener la distancia de seguridad y en cada tractor va un único pasajero». El principal problema les ha surgido a la hora del desplazamiento de los jornaleros a las explotaciones. Herminio explica que algunos vienen desde otras poblaciones y que, por lo general, se trata de completar coches con cuatro o cinco personas para que el gasto sea menor. «Ahora que eso está prohibido, te puedes imaginar que nos ha traído problemas y protestas, y nos piden que paguemos el gasoil», indica este agricultor. Desde la asociación a la que pertenece, Agryga, piden que se aplique el sentido común y que, con la debida protección, permitan viajar a varias personas en un mismo coche, porque algunas poblaciones de origen están lejos de la parcela. Incluso, añade, hay trabajadores que no tienen carnet de conducir o no disponen de coche propio y no pueden llegar solos hasta la explotación. «Nosotros estamos haciendo el esfuerzo de mantenerles enlazando campañas durante todo el año, por eso queremos que los trabajadores también entiendan el esfuerzo que tienen que hacer ahora», pide Íñiguez.
Finalmente, Herminio Íñiguez, asegura que en sus noches de desvelo, «que ahora son casi todos los días», se le ocurre que «como el consumidor va a estar tocado económicamente tras la crisis, se podría ofrecer productos más baratos eliminando embalajes, plásticos y etiquetas que no son informativas y que solo están de adorno e incrementan su precio, pero que no influyen para nada en la calidad».
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