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TITULO:Atención obras - Cine - Juan Cerezo - Director editorial de Tusquets ,. Jueves -10- Agosto ,.
Jueves - 10- Agosto a las 20:00 horas en La 2, fotos,.
Juan Cerezo - Director editorial de Tusquets,.
"La literatura siempre se renueva desde los márgenes",.
El granadino Juan Cerezo es el sucesor de Beatriz de Moura al
frente de Tusquets, el sello que ella fundara en Barcelona hace ahora 50
años,.
Juan Cerezo junto a Beatriz de Moura en la fiesta de los 50 años de Tusquets.
Juan Cerezo . el gozo de leer con lápiz,.
El sello fundado por Beatriz de Moura (Río de Janeiro, 1939) ha cumplido medio siglo y apagó velas la semana pasada en una fiesta celebrada en un castillo de Esplugues de Llobregat.
Allí, la editora que mejor ha encarnado la idea de la Barcelona
cosmopolita reunió a autores, colegas, libreros... y al arquitecto y
diseñador Óscar Tusquets, su primer marido y
socio. El sello le debe más que su nombre y ella se lo agradeció
presentándolo en la Torre dels Lleons como "mi gran amigo, qué más se le
puede pedir a tu ex". En la historia de Tusquets son indispensables
también dos ausentes:el segundo marido de Moura, Antonio López Lamadrid, fallecido en septiembre de 2009, y José Manuel Lara Bosch, "que nos ayudó siempre y al final nos convenció a Toni y a mí de que si algún día vendíamos fuéramos con él".
Desde 2012 Tusquets pertenece al Grupo Planeta y tiene
como director editorial a quien fue durante años la mano derecha de
Moura, el granadino Juan Cerezo
(Montillana, 1964). Con él conversamos sobre los retos que debe afrontar
un catálogo que descubrió a Kundera, Murakami, Duras, Landero, Grandes,
Orejudo, que lanzó El primer hombre de Albert
Camus... y sigue empeñado en alojar títulos que mantengan su espíritu
lúdico y un tanto ácrata, más atento al placer del lector que a la
crítica.
-¿Qué le sugería Tusquets cuando comenzó a trabajar a principios de los 90 como corrector?
-Era un lugar bastante mítico donde pasaban cosas que me
parecían envidiables, por el catálogo ya publicado y por los libros y
colecciones que se entrecruzaban. Me fascinaba que fuera la editorial
que había publicado a Woody Allen, Kundera, Duras, Irving y que hubiera
dado a conocer a esa joven tan potente y revolucionaria como era
Almudena Grandes con Las edades de Lulú. Al mismo tiempo, tenía la colección Marginales donde te podías encontrar desde Cioran a la antología de Antoni Marí El entusiasmo y la quietud, a Groucho y yo en Ínfimos y la incipiente colección de ciencia dirigida por el añorado Jorge Wagensberg.
Esa mezcla irresistible de placer y de conocimiento, el estar en
contacto con ideas de vanguardia y autores que te daban a publicar
libros que podían ser futuros clásicos era una fascinación permanente.
-¿Recuerda el primer libro de cuya edición fue responsable?
-Aunque no llevé la contratación, uno de los primeros libros que edité y sentí que iba a ser mágico fue Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda, que hoy es uno de nuestros long-seller.
-¿Qué consejo le dio Beatriz de Moura sobre cuál debe ser la relación ideal entre autor y editor?
-Beatriz me decía que no debía ser amigo de los autores
sino sólo un buen profesional, también para salvaguardarme de las
futuras decepciones. Me recordaba que no hay que cambiar los planos
porque se corre el riesgo de caer en el error de esos padres que se
empeñan en ser amigos de los hijos. Personalmente creo que como editor
tienes que ser el mejor socio y vigilar tu ego, porque a veces parece
que los libros son de Gallimard pero los ha
escrito un autor, y a mí no se me olvida que son los autores, su
talento y creatividad, la materia prima de nuestro negocio. He llegado a
la conclusión de que lo ideal es darles la suficiente confianza para
que nos vean como los socios con los que seguir adelante para la
publicación de su libro y de toda la obra que está por venir.
"Bioy Casares le dijo a Beatriz que una editorial que no publicaba poesía no era seria"
-Y esa filosofía se mantiene tras la inclusión en el Grupo Planeta.
-No ha cambiado para nada porque Planeta respeta ese
trato cercano y de colaboración estrecha que tenemos con los autores,
que es parte de nuestra idiosincrasia, y seguimos manteniendo nuestra
cartera de representados. Pero sí es cierto que gracias a Planeta hemos
podido introducir nuevos formatos como el libro digital o el audiolibro y
hemos llegado con más fuerza al mercado latinoamericano, además de
tener más facilidad para buscar posibles adaptaciones audiovisuales.
-De Moura trabajó cuatro años en Lumen para su
cuñada Esther Tusquets pero dejaron de entenderse y aquella relación
acabó "como el rosario de la aurora". Su salida propició que creara
Tusquets en 1969 en un piso de 70 metros. ¿Qué admira más de esta mujer
emprendedora?
-Más allá de lo atractiva y simpática que todos dicen que
era, admiro su carácter y su increíble fuerza de voluntad. En 1969 no
era fácil para una mujer en España tener piso propio o acceder a cuentas
bancarias, lo que logró al casarse con su pareja Oscar Tusquets. Lo
curioso es que, pudiendo haberse dedicado a otra cosa, teniéndolo todo
en contra, no cejó en su empeño y buscó entre los amigos a quien le
aconsejara, como Sergio Pitol, y a quienes
como Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez le aportaran textos que
acabarían salvando la editorial, como ocurrió con Relato de un náufrago.
Vargas Llosa es quien la animó a publicar a Ribeyro y para ello
contrató a un joven Enrique Vila-Matas, que llevó a París los originales
como si fuera el correo del zar, un encuentro entre dos tímidos que
apenas intercambiaron palabra.
-Tras aterrizar en Tusquets vivirá en primera persona la consolidación del sello y el papel esencial de Toni López Lamadrid.
-López Lamadrid, el segundo marido de Beatriz, entró como
socio por horas en la empresa. Se divertía tanto que renunció a su
negocio textil para ser el gerente y director financiero de Tusquets,
que dejó de ser un sello artesanal para convertirse en una empresa. Y
este proceso se consolidó cuando nos mudamos a esa coqueta villa con
jardín, estanque y perro de la calle Cesare Cantù, en la parte alta de
Barcelona. Toni López era un espíritu magnífico y nos inculcó la idea de
que éramos como una banda de jazz donde todos tienen su momento de
protagonismo pero lo importante es que todos toquen conjuntados y sigan
la melodía.
Foto de familia de los autores de Tusquets junto a Moura y Cerezo.
-Aunque el emblema del sello es Andanzas de narrativa la poesía tiene un papel muy especial.
-Nos llena de orgullo porque ha cumplido 30 años y aunque
no suele salir en la lista de más vendidos es parte de nuestra esencia
desde que Bioy Casares le dijo a Beatriz que una editorial no era seria si no publicaba poetas.
Al principio la dirigía Antoni Marí para evidenciar que éramos una
editorial literaria. Tenemos autores buenísimos, como Claudio Rodríguez,
José Ángel Valente, Francisco Brines, Antonio Gamoneda, Álvaro
Valverde, Carlos Marzal, que se dio a conocer con nosotros, e
hispanoamericanos importantísimos como Ida Vitale. En un panorama donde
la poesía se convirtió en campo de disputa de distintas tendencias
practicamos un sincretismo interesante y ninguna escuela podía
reprocharnos nada porque en Tusquets convivían desde Juan Ramón Jiménez a
Felipe Benítez Reyes. Hemos buscado buenos libros y nada más.
"Julián Rodríguez ha sido un editor modélico y la prueba de que al final lo importante no es la sede sino la voluntad”
-¿Siguen dándose en Barcelona las condiciones
idóneas para ser la capital española de la edición que alumbró a
Tusquets, Anagrama, Seix Barral...?
-Barcelona reunió sin darse cuenta todas las condiciones
para ser un sitio privilegiado donde las empresas culturales pudieran
salir adelante. Al no ser capital se volcó en la cultura de manera más
libre, también para convertirla en negocio y siempre en manos privadas,
sin tener en cuenta las editoriales oficiales. Era un crisol cultural
enriquecido por los latinoamericanos y los autores que firmaban tanto en
castellano como en catalán. Aquí surgió Planeta y el otro grupo que hoy
forma parte de la multinacional Random y empezó con sellos como Plaza
& Janés y Grijalbo, y se generó un tejido de profesionales en torno a
la edición como diseñadores, impresores, correctores... Las condiciones
se siguen dando en Barcelona, donde además han aparecido muchos sellos
que editan en catalán y son todo un acicate porque trabajan con
muchísimo gusto. Aunque aparentemente la situación política distorsione
el entorno la voluntad de las editoriales es la misma: sacar libros
interesantes destinados a un público lo más amplio posible. En Barcelona
estamos acostumbrados a abrir puertas y quien quiere ser excluyente va a
ver a medio plazo cómo se le cierran oportunidades.
-¿De dónde pueden venir las mayores sorpresas editoriales?
-La literatura se renueva siempre con grandes sorpresas
que vienen de los márgenes y un pequeño editor siempre tiene tantas
posibilidades como otro poderoso de encontrar ese libro revelación con
el que todos soñamos y por el que estamos en este negocio. Además, desde
que existe internet, un sello puede surgir en cualquier parte, como
ocurrió en Extremadura con Periférica. Con su director Julián Rodríguez
hemos perdido a un colega modélico, uno de los mejores, el ejemplo
perfecto de cómo, cuando hay un editor con talento y vocación, al final
no es tan importante el lugar donde tienes tu sede sino tu voluntad por
seguir adelante.
José Creuheras, presidente de Planeta, Fernando Aramburu, Almudena Grandes y Juan Cerezo.
José Creuheras, presidente de Planeta, Fernando Aramburu, Almudena Grandes y Juan Cerezo.
-Los autores que trabajan en Andalucía están muy
presentes en Tusquets y en sus apuestas, como ocurre con el sevillano
Daniel Ruiz, el gaditano Eduardo Mendicutti o el madrileño afincado en
el sur Antonio Orejudo.
-Daniel Ruiz es una de nuestras apuestas para el próximo otoño y dará que hablar porque El calentamiento global
es su novela cumbre, aborda los entresijos de una gran empresa con esos
personajes suyos siempre extraordinarios e imborrables. A Eduardo
Mendicutti habría que hacerle ya un homenaje: alguien que sin ir nunca
de víctima, sino todo lo contrario, ha contado desde hace 30 años con
una coherencia y un uso de la lengua extraordinario lo que es la
literatura desde una perspectiva homosexual, naturalizando la temática
LGTI como se dice ahora con grandes creaciones literarias. Y no creo que
haya nadie que haya renovado la literatura española más que Orejudo,
que no se repite nunca. La pena es que es un autor lento que entrega una
novela cada tres o cuatro años pero vamos a lanzar una edición de
bolsillo de Ventajas de viajar en tren a raíz del estreno en otoño de la película de Aritz Moreno, que tiene una pinta estupenda.
-¿Qué supuso ser el editor de Patria de Fernando Aramburu?
-Patria superó todas mis
expectativas, todos se reían cuando dije que podría vender 100.000 pero
desde el principio supimos que no era un libro corriente sino
emocionalmente muy potente. Todos soñamos con conseguir que el libro se
convierta en objeto de conversación y eso ocurrió con Patria y estoy seguro de que algún día alguien va a escribir una novela sobre el procés que nos pillará a todos por sorpresa.
-¿Y por qué ha calado tan hondo Lluvia fina de Luis Landero?
-Lluvia fina es una novela tremenda
que nos sorprendió a todos porque Landero es autor de humor cervantino y
personajes un poco desastres, perdedores de grandes ideales, y aquí ha
escrito una tragedia. Todos tendemos a creer que nos merecemos más pero
leyendo esta novela te das cuenta de cómo funcionan tus mecanismos y los
de tu entorno a la hora de crear agravios. Vivimos en nuestro país y en
Cataluña un momento donde hay relatos -de ti mismo, de tu familia, tu
comunidad- que se han alimentado de pequeñísimas manipulaciones que te
atrapan como una bola de nieve que no se puede frenar. Esta novela
magistralmente escrita cuenta de manera muy gráfica que esa actitud de
reprochar siempre acaba mal.
"En este país necesitamos llevarnos muy bien con los ex, ya sean maridos, parejas, socios... o autores"
-¿Perdura en Tusquets el dolor por los autores que, como Javier Cercas, se marcharon del sello?
-No, ese dolor ha cicatrizado y ahora podemos entendernos
muy bien con la distancia. Me gustó mucho lo que dijo Beatriz de su
primer marido, que se ha convertido en un excelente amigo. En este país
necesitamos más llevarnos bien con los ex, ya sean maridos, parejas,
socios… Con los autores pasa lo mismo y mi filosofía no pasa por robar
autores a otros sellos sino por el juego limpio.
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