TITULO : Un país en la mochila - Grandes viajes ferroviarios: de Madrid a Gibraltar ,.
Grandes viajes ferroviarios: de Madrid a Gibraltar ,.
foto / Un trayecto de 50 minutos, en tres horas y media. Esto es lo que denuncia Bárbara, vecina de la Estación de San Roque, que el pasado sábado vivió una auténtica odisea viajando en el tren del Campo de Gibraltar. Bárbara realizó el trayecto Cortes de la Frontera - Estación de San Roque, un recorrido de unos 50 minutos en tren que, debido a una avería, finalmente se alargó a las tres horas y media.
"Teníamos que montarnos en el tren a las 22.40 y llegar a la Estación sobre las 23.30 horas. Pero subimos a las 23.15 y llegamos a las 02.45 horas de la madrugada", comparte con este medio la pasajera afectada, que viajó en el tren MD13076, con salida Antequera - Santa Anda, destino Algeciras. Denuncia además un trato "poco profesional" por parte del personal de la compañía Renfe.
"Cuando nos subimos al tren en Cortes, pagamos el billete y justo después, no antes, nos avisan de que el tren tiene una avería y que va a retrasarse. Nos dijeron que viajábamos con un motor menos. Así que íbamos mucho más lento, a paso de tortuga, en algunos tramos hasta se llegó a detener. Hubo un momento que olía hasta a quemado. La gente que venía de Antequera estaba ya desesperada. Había personas mayores, que se encontraban mal, niños pequeños. Fue muy agobiante. Algunos pasajeros pidieron agua pero ni eso. Y todo de muy malas formas. Ni nos informaron de nada, ni nos atendieron en condiciones. Nos decían que ellos estaban trabajando, que no era culpa suya, con tono medio chulesco", añade a su relato Bárbara.
En principio, según expone esta vecina de la Estación de San Roque, al sufrir esta avería, estaba previsto que este tren llegase a Jimena de la Frontera para terminar de completar el resto del trayecto en autobús. Sin embargo, finalmente, fue remolcado por otro ferrocarril. "Nos dijeron que nos bajarían en Jimena para coger allí un autobús, pero al final vino otro tren y nos remolcó. Una locura de viaje. Si lo llegamos a saber no nos montamos, nos buscamos la vida de otra forma, pero claro, no, nos avisaron cuando ya habíamos pagado". Asegura que ya ha reclamado a Renfe esta incidencia pero que no espera ninguna resolución favorable. "Hace un tiempo ya reclamé también por un viaje a Madrid y ni una noticia, vaya".
Desafortunadamente, el relato de esta vecina de la Estación de San Roque es algo muy corriente en el Campo de Gibraltar. Una comarca que, en general, carece de unas infraestructuras adecuadas y, muy en particular, de un tren digno. Noticias de retrasos y averías en esta línea férrea, son una denuncia continúa.
TITULO : AQUI HAY TRABAJO - El 23 de abril y el 9 de diciembre serán festivos en el calendario laboral 2024 de Castilla y León,.
El 23 de abril y el 9 de diciembre serán festivos en el calendario laboral 2024 de Castilla y León,.
Festivo el 9 de diciembre en detrimento del 25 de julio, que según Veganzones quería la patronal,.
foto / El consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, confirmó que se va a elevar al Consejo de Gobierno como propuesta del calendario laboral de 2024 con los festivos autonómicos del 23 de abril y del 9 de diciembre, una vez hecha la consulta entre los agentes económicos y sociales. "Valoradas todas estas situaciones hemos entendido que por el interés general de los trabajadores de Castilla y León y de las empresas en su conjunto, se mantengan el 9 de diciembre como fiesta laboral y el 23 de abril", argumentó el consejero.
Veganzones sostuvo que la patronal de Castilla y León estaba a favor de la fecha del 25 de julio, mientras que a los sindicatos les parecía más adecuada la fecha del lunes 9 de diciembre y era el dilema a resolver por el Gobierno de la Junta.
El consejero recordó también que en la sesión del Consejo Regional de Trabajo se planteó el calendario laboral siguiendo la base de las fechas de 2023 y, sobre ella, se hizo la consulta.
Asimismo, recordó que este trámite se tienen que hacer todos los años por parte de la Consejería para determinar las fiestas autonómicas para que puedan ser consideradas fiestas laborales no recuperables.
TITULO: 80 cm - Van der Poel gana un Mundial histórico en Glasgow con caída incluida,.
Van der Poel gana un Mundial histórico en Glasgow con caída incluida,.
El neerlandés gana su primer Mundial pese a sufrir una caída en los kilómetros finales, culminando un recital antológico. Van Aert, plata. Primera medalla mundialista de Pogacar (bronce).
Del oscuro infierno a tocar el cielo, un cielo arcoíris. Una historia de redención. Hace diez meses, Mathieu van der Poel pasaba la noche en comisaría tras vivir un altercado con unas chicas que en la víspera de los Mundiales de Wollongong (Australia) no paraban de aporrear la puerta de su hotel. Este domingo, la sombra de la desgracia volvía a planear sobre él. Curva a derechas, suelo deslizante… caída. Por detrás, las hienas olían sangre. Y no eran cualquiera: Tadej Pogacar, Wout van Aert y Mads Pedersen. Pero era el día del neerlandés, tocado por la varita de los más grandes de este deporte. Sin mirar atrás, de nuevo a la bicicleta. A mover vatios, a apretar los dientes. Caerse y levantarse. La vida. Minutos más tarde, Van der Poel cruzaba la meta en Glasgow para proclamarse campeón del mundo por primera vez en su vida, culminando una de las mejores carreras de los Mundiales en los últimos tiempos. Van Aert, que sorprendió a sus compañeros de viaje antes del esprint, fue plata. Por enésima vez, justo detrás de su histórico archirrival. La Historia Interminable. Segundos más tarde llegó Pogacar, que batió a Pedersen por un suspiro para colgarse su primera medalla mundialista. Día para el recuerdo.
Antes de que estallase el fuego real, uno de los candidatos a desafiar la supremacía de los grandes favoritos sufría un inoportuno contratiempo. João Almeida se iba al suelo en los kilómetros neutralizados y mostró gestos de dolor en la zona cervical, así como heridas en las manos. Aunque pudo continuar en carrera tras ser atendido por el coche médico durante unos minutos, quedó mermado para el resto del día. Después de los típicos cortes iniciales, en los que se vio en varias ocasiones a los ciclistas españoles muy atentos, se formó una fuga de nueve corredores. Pero Doull, Dinham, Tejada, Vermaerke, Gamper, Towsend, Christensen, Neilands y Kelemen no representaban ninguna amenaza para el pelotón, que se dejó caer hasta más de 8 minutos.
Fue entonces, a 191 km de meta, cuando ocurrió el esperpento. Un grupo de activistas manifestantes invadió la carretera, cuyos integrantes se pegaron las manos a la calzada. Esto conllevó el protocolo habitual en estas situaciones hasta completarse el desalojo. Todos los corredores se reagruparon y reemprendieron la marcha con la misma situación previa a la interrupción. Por tanto, la escapada mantendría su ventaja. ¿El problema? El parón se alargó hasta los 50 minutos, debido a las dificultades que tuvo la policía para despegar el espeso pegamento utilizado por los manifestantes para adherirse al asfalto. Imágenes, por lo negativo, que ya forman parte de la historia de los Mundiales.
Show irrepetible
A falta de 151 km se llegó al circuito de Glasgow. Ratonero, técnico, curvas cerradas, subidas y bajadas… Una trampa constante. El ritmo aumentó notablemente, principalmente por el trabajo de Italia y Bélgica. Con los escapados a tiro cuando restaban 7 vueltas, Almeida empezó a mostrar síntomas de debilidad. Al mismo tiempo, un tricampeón del mundo como Peter Sagan se bajaba de la bicicleta, firmando una triste despedida en su último Mundial. La escabechina de nombres importantes siguió su curso en los siguientes minutos, y Asgreen, Alaphilippe y Philipsen cayeron de puro maduros. Poco después se desató la locura…
La carrera entró en un frenesí de espectáculo impresionante, incontrolable para cualquier selección. Con la fuga neutralizada, todo quedó reducido a un grupo delantero de unos 25 corredores, donde consiguieron estar Alex Aranburu y Ion Izagirre. A su lado, Van der Poel, Van Aert, Pogacar, Evenepoel, Pedersen… Casi nada. En varios repechos, Evenepoel, Van der Poel y Pogacar, por este orden, pasaron al ataque, pero el resultado fue siempre el mismo: reagrupamiento. Quedaba claro que la carrera sería una guerra de guerrillas hasta el final, así que la cuestión era ver quién y cuándo pegaría el disparo ganador.
Por si faltaban pocos ingredientes épicos, la lluvia se unía a la fiesta. En ese escenario, las posibilidades de varios corredores aumentaban. Alberto Bettiol era uno de ellos. El italiano se la jugó desde lejos, al todo o nada, y la jugada estuvo cerca de salirle bien. No obstante, tener como perseguidores a Van der Poel, Pogacar, Van Aert y Pedersen es demasiado para cualquiera. Y cuando el italiano estaba a tiro, en pleno repecho, todo saltó por los aires. Van der Poel se puso al 100% de revoluciones, quitó las pegatinas a Bettiol y continúo hacia adelante. Van Aert, Pedersen y Pogacar no pudieron responder. Era imposible. El Monstruo del Lago Ness era real y andaba suelto por las calles de Glasgow. A 16 km para el final, la dichosa caída. Costado derecho magullado, pero daba igual. Su ventaja no hizo más que crecer y su rostro reflejaba la convicción de la victoria. Nada podía pararle. Pese al susto, venció con 1:37 de renta sobre Van Aert, su inmediato perseguidor.
Así, 38 años después del título del mítico Joop Zoetemelk, Países Bajos volvía a subir a lo más alto del podio en un Mundial, gracias a un ciclista que a sus 28 años ha culminado una de las temporadas (y aún no ha terminado) más increíbles que se recuerdan. La secuencia de victorias en Milán-San Remo, Paríx-Roubaix y arcoíris es única en toda la historia del ciclismo. A esto hay que sumarle cinco títulos de campeón del mundo del ciclocross, colección que puede crecer el próximo sábado si le da por ‘liarla’ en la prueba de cross country de mountain bike. ¿Quién se atreve a parar al ‘Monstruo’?,.
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