viernes, 9 de agosto de 2024

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes - 20 - Agosto - Carmen Posadas - El síndrome de Ícaro ,. / LUNES - 19 - Agosto - Imprescindibles - Fallece el empresario Carlos Goyanes en su casa de Marbella ,. / ELLA & - Niña Pastori Artista ,./ EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves - 22 - Agosto - Arroz negro y pasta de chipirón ,.

 TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 20 - Agosto  - Carmen Posadas - El síndrome de Ícaro  ,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -  20 - Agosto ,. 

 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes -  20 - Agosto 
, a las 22:30 por antena 3, etc.


 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Carmen Posadas - El síndrome de Ícaro 
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 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO -  Carmen Posadas - El síndrome de Ícaro , fotos ,.

 Carmen Posadas - El síndrome de Ícaro,.

 El síndrome de Rebeca - Carmen Posadas | PlanetadeLibros

 Carmen Posadas,.

Hermann Broch refleja en La muerte de Virgilio los últimos repulgos creativos del inmortal poeta sobre su obra más decisiva, la Eneida. El vate romano llega incluso a pensar en destruir los rollos de su manuscrito, porque albergaba serias dudas sobre la trascendente verdad de los fundacionales significados de su epopeya. Virgilio, en el relato de Broch, duda seriamente si su magna obra sería merecedora de permanecer en el tiempo, surcando el azaroso océano de los sucesivos lectores. Yo, más bien, me imagino al autor de las Geórgicas preocupado por la integridad y supervivencia del manuscrito de la Eneida, amenazado, como su vida, por una tormenta en el mar Adriático. Virgilio, en sus últimas horas, contrariamente a lo planteado por 

 

 

 

( Desayuno )

el meritorio escritor austriaco, estaría sobre todo preocupado, precisamente, por salvar los rollos de su manuscrito, tan vulnerables a las insidias y a las incurias del tiempo. Los escritores siempre han vivido con esta angustia, que apenas ha variado con el paso de las generaciones y las eficaces invenciones de las nuevas tecnologías. Debido a ello, en esos decisivos momentos, bajo el inclemente aguacero y el intempestivo asedio del oleaje, quiero pensar que Virgilio preferiría entregar antes su vida que devolver a las aguas del olvido los hexámetros de la Eneida. ¿Qué pensamientos acecharían verdaderamente a Virgilio de camino a Brindisi? Tal vez pensase en las dificultades que tendrían los vulnerables rollos de su manuscrito para poder no solo duplicarse —sin perder su unidad en el intento—, sino soslayar las celadas y usuras del tiempo. La verdad es que analizado con cierta perspectiva, resulta sumamente misterioso y enigmático, por improbable, que el contenido de un manuscrito como el de la Eneida haya podido llegar hasta nosotros. Téngase en cuenta las condiciones adversas que ha tenido que sortear: la escasez de las copias, la permanencia en un contexto de iletrados y de analfabetos, los incendios, las guerras, los expurgos y las depuraciones, así como, entre otras, la vanidad camuflada de algunos piadosos monjes. Toda una suma de azares y de adversidades que hacen estadísticamente improbable que los connotadores significados de un manuscrito escrito en la época de Augusto hayan podido eludir con aleatorias copias las contingencias poco compasivas del fluir del tiempo.

 

 Acelgas con SARDINAS murcianas - YouTube

 

( Cena,.)

"Los libros se amontonan en los escaparates de las librerías, bajo el implacable dictado de un sistema empresarial en el que la novedad parece ser en sí misma el valor máximo del mercado"

Un fluir del tiempo que, ante el nuevo cambio de paradigma tecnológico, parece acelerarse exponencialmente en sus devastadores efectos, si bien es cierto que nunca hubo en la historia como ahora tantas posibilidades de copia y de duplicación de un manuscrito, como puede constatarse incluso en la alteración funcional que en su significado ha padecido esta palabra tan apreciada por los escritores; sobre todo, desde la llegada de los ordenadores, en el que su concepto ha empezado a desplazarse y a adquirir un sentido más figurado que real, al escindirse, irremediablemente y de manera prácticamente definitiva, el continente de su contenido. El término «manuscrito», todavía muy utilizado en el ámbito literario, está más asociado actualmente con el material que se presenta para su publicación que con su naturaleza textual, al encontrarse de hecho desposeído de su condición artesanal, del directo reflejo del trabajo intelectual y manual del escritor. Hoy resulta impensable, por ejemplo, encontrarse con los tachones, las dudas y las zozobras de un escritor ante una palabra, y no digamos con los faldones y acordeones de papel pegados sobre un fragmento reescrito —como los célebres manuscritos de Marcel Proust—, por otra parte tan preciosos para cualquier investigador. Pero, a pesar de esta capacidad de reduplicación y de copia, casi instantánea, que maravillaría a cualquier esforzado amanuense del medievo, nunca ha sido, por paradójico que resulte, más incierto el destino de los textos de un escritor, incluidos los libros publicados bajo un sello editorial.

"Una novedad permanente genera un torrente de libros que pueblan e inundan como una catarata los reducidos espacios de las cada vez más minoritarias librerías"

Los libros se amontonan en los escaparates de las librerías, bajo el implacable dictado de un sistema empresarial en el que la novedad parece ser en sí misma el valor máximo del mercado. Una novedad permanente que genera un torrente de libros que pueblan e inundan como una catarata los reducidos espacios de las cada vez más minoritarias librerías. Una catarata en el doble sentido, por el ruido mediático que generan y por su poder de ocultación, una auténtica mácula, de los libros más valiosos. Paradójicamente, como un insaciable Saturno, en su concatenación de títulos sin fin, la tecnología que los genera los recicla a la misma velocidad que los produce, para aprovechar el papel, al mismo tiempo que emula otra versión menos poética y mucho más paródica del palimpsesto genettiano. Claro que un libro valioso siempre puede sobrevivir entre los códigos de los soportes informáticos de las editoriales, enterrado en la amalgama de una miríada de títulos, en una suerte de no-edición. En estas condiciones difícilmente podrá recaer en las manos del lector, bajo el polinizador vuelo de sus dedos por las estanterías de una biblioteca o de una librería, con lo que sus posibilidades de reactualización en los ojos lectores decrecen a límites que rozan grados de improbabilidad francamente preocupantes.

"Entre la maraña de textos que hoy en día se publican, la supervivencia de un manuscrito todavía es más improbable que en la precaria época de nuestro clásico romano"

Tal vez por ello, y como respuesta más o menos consciente a los dictados de la vigente anomia tecnológica, estén tan en boga las cápsulas del tiempo, como la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, y también cierto tipo de actitudes poco edificantes, como la pertinaz propensión que manifiestan ciertos escritores —más o menos consagrados y avispados— por conseguir el amparo y la permanencia de su obra a través de fundaciones u otro tipo de panteones municipales. Síntomas, más o menos acusados, de lo que yo llamo el síndrome de Virgilio.

Entre la maraña de textos que hoy en día se publican, la supervivencia de un manuscrito todavía es más improbable que en la precaria época de nuestro clásico romano. Por eso, la mayoría de los escritores de esta época de cambio de paradigma tecnológico se encuentran como Virgilio en plena tormenta camino de Brindisi, aunque con muchas menos posibilidades que el autor de la Eneida de poner a salvo no sus manuscritos, sino sus libros publicados.

 

 TITULO:  Lunes -  19 - Agosto  - Imprescindibles - Fallece el empresario Carlos Goyanes en su casa de Marbella  ,.



LUNES -19 - Agosto  - Imprescindibles  -  Fallece el empresario Carlos Goyanes en su casa de Marbella ,.

Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -  19- Agosto
 , a las 21:00 ,fotos ,.
 
  Fallece el empresario Carlos Goyanes en su casa de Marbella,.
 
 Cari Lapique y su marido, el empresario Carlos Goyanes
  
Cari Lapique y su marido, el empresario Carlos Goyanes,.

El marido de Cari Lapique y exesposo de la actriz y cantante Marisol ha muerto de manera inesperada,.


El empresario Carlos Goyanes ha fallecido hoy en su casa de Marbella de manera inesperada. El marido de Cari Lapique y exesposo de la actriz y cantante Marisol, ha sido trasladado al tanatorio de San Pedro Alcántara donde se realizará el velatorio. Tanto su viuda como sus hijas están destrozadas por el deceso al ocurrir mientras dormía de manera repentina.

Goyanes había padecido problemas de corazón pues había sufrido un infarto en el año 2016 y recientemente había sido intervenido para colocarle un marcapasos. A sus 79 años de edad, el productor musical se encontraba de vacaciones en la ciudad costasoleña junto a su familia. Justo el pasado 16 de julio celebraba los cumpleaños de su nieto y su yerno sin que nada hiciera presagiar el fatal desenlace.

El empresario era hijo Manuel Goyanes, famoso por ser el productor que descubrió a Marisol, quien más tarde sería su esposa en un matrimonio que duró de 1969 hasta 1972. Tres años después, en Marbella, contraía nuevas nupcias con su actual mujer, Cari Lapique, con la que tuvo dos hijas: Cari y Carla.

 

TITULO:   ELLA & - Niña Pastori Artista,.

Niña Pastori Artista,.

Un verano a la última  «A mí una canción me cambia el día»,.

«Estoy disfrutando más que nunca de mi profesión», asegura quien acaba de iniciar el fin de gira de 'Camino', disco con el que ha alcanzado su quinto Grammy latino,.

Niña Pastori, en una imagen promocional.

foto / Niña Pastori Artista,.

Niña Pastori (San Fernando, 1978) cuenta las cosas con el mismo esmero y dedicación con el que las canta. Cercana y reflexiva, la artista de 46 años acaba de poner en marcha el fin de gira de 'Camino', el disco con el que ha conquistado un Grammy latino al mejor álbum de flamenca –es el quinto gramófono de su trayectoria–, un 'tour' que le llevará por ciudades como Badajoz, Fuengirola, Córdoba, Bilbao, Madrid o Barcelona. Pese a llevar ya 27 años de carrera, la de San Fernando asegura que los nervios «no se te quitan nunca».

-Catorce fechas para este verano. ¿Cómo lleva eso de estar trabajando mientras el resto de la gente está de vacaciones?


 

-A veces sienta regular, sobre todo porque las pruebas de sonido se vuelven duras al hacer mucho calor, fundamentalmente para los chicos que tienen que montar, la gente de carga y descarga. Es verdad que el verano, sobre todo cuando tienes retrasos de aviones, que está todo el mundo en la calle, dando vueltas de un lado para otro, comer en los sitios en carretera, donde todo está lleno, es complicado, pero, bueno, también forma parte de mi profesión.

-¿Se ve toda la vida así?

-Pues fíjate que tengo en mente en un futuro quitarme del verano y dejárselo a otro (risas). Es verdad que pierdes festivales y lugares bonitos. Actuar por la noche y en el exterior luce... Pero tengo en mente ser un poquito más de teatro, que también es precioso. En teatro se trabaja muy bien y tempranito, a las ocho, así que a las diez ya estás lista y puedes ir a cenar a cualquier sitio porque todavía hay sitios abiertos. En verano, muchas veces, terminas a las doce y, entonces, ya cenas mal.

-Yo no sé si en esos momentos has pensado alguna vez, ¿por qué no sería contable?

-No, eso sí que no, ¿ves? Nunca he pensado en dedicarme a otra cosa, tampoco he tenido tiempo de conocer otra cosa. Yo empecé con ocho años a cantar, era una niña, y la música es mi vida entera. O sea, hay veces que necesito descansar, estar en casa, respirar, coger aire, pero en cuanto ya has descansado un tiempo, que ya tú te ves tu voz bien y ya estoy yo en mi cocina, haciéndome ritmos (golpea la mesa) y ya empiezo a cantar porque lo necesito, forma parte de mí. No es mi profesión, es algo que va contigo.

-Como decía, empezó muy jovencita. ¿Siente que se perdió algo de la niñez o de la adolescencia?

-Me he perdido muchas cosas y he tenido muchos sacrificios, pero tampoco lo siento así porque la profesión me ha dado mucho. De niña yo me divertía mucho y me lo pasaba muy bien, porque me gustaba. Y pasaba mis nervios porque siempre fui muy consciente de que me subía al escenario y no era un juego. Pero sí que quizá lo pasé peor cuando tenía la edad del pavo, con los quince o los dieciséis, cuando veía que mis amigas se iban a la feria, y yo no podía porque tenía que cuidar la voz porque al día siguiente cantaba y no podía estar en los cacharritos gritando. Me sacrificaba y a veces pues lloraba. Pero tuve la suerte de sacar mi primer disco con diecisiete y empezar a funcionar y que me fueran las cosas bien y a tener el reconocimiento de compañeros de la profesión. Así que nunca tuve eso de perderme cosas porque me dio mucho por otro lado: empecé a viajar, que es una cosa que me gusta mucho, a conocer otras culturas, a comer en distintos sitios... El balance siempre fue positivo.

-Cierra con estas fechas la gira de 'Camino', un disco ganador del Grammy al mejor álbum de flamenco. ¿Cómo van a ser estos conciertos? ¿Van a tener algo de especial?

-Vamos a intentarlo. Vamos a intentar hacer algo bonito. Cantar con algún compañero y compañera y celebrar de alguna manera un disco tan bonito que nos ha dado tantas satisfacciones. Se trata de despedirlo con la energía que merece.

Nuevos escenarios

-Llega ahora de hacer gira en Estados Unidos y Latinoamérica, en algunos lugares donde nunca había cantado. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Se acostumbra una a salir al escenario o los nervios en el estómago nunca desaparecen?

-No, no, no se te quitan nunca. Y más cuando vas a sitios nuevos y diferentes, con un público distinto. Después, es verdad que el público se parece. Estoy cantando en México, estoy cantando en Barcelona, y la gente dice «ole» en el mismo sitio y aplaude también en el mismo lugar de la canción. Pero sí, los nervios están siempre. Hay veces que hay cosas que no dependen de ti, lugares donde a lo mejor no te escuchas del todo bien porque la acústica no es la mejor y esos son nervios añadidos. Otras veces el sitio es más frío y te cuesta meterte más en el toro, como digo yo. Es cierto que con los años, controlas más los nervios y también es verdad que yo me quite muchas cosas de la cabeza un buen día, así, porque sí, porque esa responsabilidad de estar siempre como bien, a la altura, a veces te bloquea y lo haces peor porque estás con la tensión de afinar, de no fallar, de que la letra no se te olvide... Y un buen día dije: «Mira, yo canto de la forma que canto y expreso de la forma que expreso y doy mi corazón y mi alma siempre, porque no sé hacerlo de otra manera». Hay veces que me quiero contener y es peor todavía ese día porque todavía doy más (risas).

«Los nervios no se quitan nunca y más cuando vas a sitios nuevos, aunque es verdad que el público se parece. Estoy cantando en México, estoy cantando en Barcelona, y la gente dice 'ole' en el mismo sitio y aplaude también en el mismo lugar»

-¿La perfección mata a la emoción?

-Sí, sí, porque estás pensando en hacerlo superbien y somos humanos. Después te das cuenta de que el público es sabio. Hay mucha gente que no entiende de flamenco, pero percibe todo. Lo importante es que tú te entregues, que estés cómoda y que estés a gusto. Eso hace olvidar a la gente la perfección. Es como cuando recibes a alguien en tu casa y lo quieres tener todo colocado y estás más pendiente de eso que de tener una buena conversación con tus amigos.

-Con tantos bolos a sus espaldas, ¿le ha pasado como a algunos compañeros de profesión, que sobre el escenario se ponen a repasar mentalmente la lista de la compra?

-Jamás me ha pasado eso. ¿Cantar pensando en otra cosa? Nunca. El flamenco además requiere de mucha concentración, de estar sintiendo lo que estás cantando y de meterte e interpretar en lo que estás.

-¿En qué parte del camino está?

-En la mejor, yo creo que estoy en la mejor. Estoy en un momento a nivel artístico en el que estoy disfrutando mucho de mi profesión, quizá más que nunca, más relajada, y viendo las cosas con otra visión, aunque yo siempre he sido muy disfrutona y nunca me lo he tomado como un trabajo, aunque evidentemente lo es, y es complicada y mantenerte no es nada fácil, requiere de esfuerzo, hacer cosas nuevas, pero como esto mío es vocacional siempre lo he llevado con alegría. Disfruto hasta de las entrevistas (ríe).

-¿De verdad no acaba un poco harta de la promoción?

-No. Me he levantado hoy contenta y feliz de poder compartir con vosotros lo que estoy haciendo. Evidentemente esto no es la parte más satisfactoria, pero forma parte de y me gusta, la disfruto e intento sacarle siempre la parte positiva.

-¿Qué le ha dado la música?

-Todo y me da todo porque es lo que más me gusta hacer. Me desahogo como persona. Es mi vía de escape, donde yo expreso todo lo que tengo dentro. Hay momentos que necesito subirme al escenario y cantar y echar para afuera porque, a veces, sí soy una persona que me trago las cosas. Tengo buenas amigas y amigos y comparto todo lo que me pasa, no soy reservada, pero sí hay pequeñas tonterías a las que no le das importancia que cantando las saco y las echo para afuera y me siento aliviada.

«No soy reservada, pero sí hay pequeñas tonterías a las que no les das importancia, que cantando las saco y me siento aliviada»

-Trabaja codo con codo con Chaboli, su esposo. ¿No hay momentos en que se tirarían de los pelos?

-Sí es verdad que tenemos momentos en que a lo mejor él no me aguanta a mí ni yo a él (ríe), pero él es una persona respetuosa y sabe que al final, no es que tenga la última palabra, pero sí tiene que ser una cosa mía y soy yo quien se tiene que sentir cómoda porque lo voy a defender yo, en definitiva. Y en ese sentido él es muy respetuoso, me conoce bien y para llevar tantos años, es fácil, pero sí que tenemos momentos que digo: «Uy, yo contigo hoy ni hablo» o él a mí, porque es normal, son muchos años, muchos discos, muchas producciones... Pero también tenemos mucho en común, como a nivel musical compartimos tanto y escuchamos mucha música juntos... Ahora las niñas se han metido también por medio y nos enseñan cosas. Ellas escuchan mucha música en inglés.

-¿Qué escuchan?

-Mis hijas no son nada flamencas, cero, pero cero patatero. Pero les encanta la música y afinan y cantan muy bien las dos. Lo que pasa es que su crianza es otra y no tiene nada que ver con la mía. Ellas escuchan su música a su rollo: Justin Bieber, Billie Eilish... Como saben que a nosotros nos gusta siempre escuchar cosas nuevas...

-¿Le gustaría que siguieran sus pasos?

-A mí me da igual. Yo también escucho a muchos compañeros que dicen: «Ay, escuchar cantar a tu hijo o tocar la guitarra...». No sé, yo como me he criado en una casa donde mis padres han sido muy libres y nunca nos han dicho tenéis que hacer tal, sino que nos han dejado hacer y ser nosotros mismos, quiero eso para mis niñas. Quiero que ellas sean felices. Lo que le digo siempre a Pastora, que va a hacer ya dieciséis años, es que después su profesión va a ser tu vida así que o haces algo que te enamore y que te encante o difícilmente vas a llevar una vida a gusto y feliz, porque al final son muchas horas. Yo tengo días que no canto y que no viajo, pero tengo otros que empiezo a las 7 de la mañana y acabo a las 3 de la madrugada.

-Siempre apostó por la fusión del flamenco con otros géneros, pero ¿se imaginaba que la música urbana iba a maridar tan bien con el flamenco?

-Siempre he pensado que la música es moda. Llevo desde que saqué el primer disco 27 años y he visto muchas cosas dentro de la profesión, momentos en los que se llevaba la cuerda, la filarmónica y partes más de rumba, de metales... O sea, el flamenco ha pasado siempre por un montón de cosas, imagínate. Y lo que yo he escuchado anteriormente: Las Grecas, Manzanita... Entonces, me espero cualquier cosa con el flamenco y me espero que se pueda introducir con cualquier otra música, con cualquier otro estilo, porque al final es evolución de cada día, como con la ropa, igual que no te pones el mismo pantalón que hace 30 años.

-¿Entiende a quienes hablan de apropiación cultural?

-Yo entiendo a todo el mundo. Hay que ponerse en el lugar de todo el mundo, y en la visión de cada uno, y respetar, por supuesto. Pero bueno, al final, creo que la música es mucho más. La música es un sentimiento y es una cosa muy grande, por lo menos para mí. A mí una canción me cambia el día.

 

TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves -  22 - Agosto - Arroz negro y pasta de chipirón ,.


Jueves  - 22 - Agosto  - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -Arroz negro y pasta de chipirón ,.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  Arroz negro y pasta de chipirón ,. , fotos,.

 

 Arroz negro y pasta de chipirón ,.

 

 alternative text

Ingredientes,.

 

  • 900 g de chipirones en dados
  • 2 cebolletas pequeñas picadas
  • 1 bulbo de hinojo pequeño picado
  • 2 dientes de ajo picados
  • 30 g de tintas de chipirón
  • 100 ml de vino blanco
  • 1 sopera de brandy
  • 450 g de arroz de grano redondo
  • 1,5 l de caldo de pescado
  • 1 sopera de queso mascarpone
  • 1 sopera de mantequilla
  • 1 sopera de queso curado rallado
  • 1 sopera de nata semimontada
  • AOVE,.
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Paso a paso: Corta en dados muy pequeños un chipirón fresco con su piel, ya limpio de tripas y sin impurezas. De las partes centrales del chipirón corta a cuchillo tallarines finos: unos 200 gramos. Resérvalos sazonados en la nevera. En una cazuela ancha y baja a fuego suave con una pizca de aceite sofríe las cebolletas, el hinojo y el ajo, sin que coja mucho color, 20 minutos. Disuelve las tintas de chipirón en una pizca de vino blanco y reserva. Sobre el sofrito añade los dados de chipirón y una pizca de sal. Sube la temperatura para que suelte jugo y se vaya haciendo. Vierte el vino y controla que, al secarse el fondo, aflora la grasa, se resofríe la 

 

 

mezcla, se vuelve marrón y muy apetecible. Cuece unos 35 minutos. Añade el brandy y las tintas diluidas en vino, y aplasta con una cuchara para que el estofado se vuelva negro. Baja el fuego, remueve y echa el arroz. Dale unas vueltas para que se sofría ligeramente y el grano se nacare. Durante 15 minutos ve añadiendo de a poco el caldo caliente sin dejar de remover. Según se seque el fondo, añade más caldo hasta que el grano esté listo, cremoso, pero nunca apelmazado. Fuera del fuego manteca con los quesos, la mantequilla, la nata y un chorro de aceite, y rectifica la sazón. En una sartén sofríe en una sopera de aceite los ajos y añade el perejil, apaga el fuego y agrega los tallarines de chipirón, removiendo rápido con un tenedor para que justo les entre un poco de calor y queden casi crudos. Repártelos sobre el arroz.


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