TITULO: Metrópolis - Odio en las entrañas - El valle del Terror ,.
El lunes - 26 - Agosto , los lunes a partir de las 00:30, en La2, fotos,.
Odio en las entrañas - El valle del Terror,.
Odio en las entrañas (The Molly Maguires, 1970) comienza con una secuencia de quince minutos, sin diálogos, soberbiamente fotografiada en su última película por el veterano James Wong Howe, bañada en una soberbia partitura de Henry Mancini, que suena entre melancolía celta y vibración épica. Estamos en 1876, en el duro distrito de las minas de carbón de Pennsylvania. Es una historia real teñida de un sentido homérico de la vida mirada, contemplada desde el otro lado del espejo.
Conan Doyle trató el tema en El valle del Terror, una hermosa y no menos oscura novela de Sherlock Holmes, cuya segunda parte, Los chirrioneros, narra el trasfondo histórico del crimen cometido en una aislada casa solariega de Inglaterra. Los Molly Maguires era una sociedad secreta, de las que proliferaron en el convulso y violento siglo XIX europeo, una de esas extensiones étnicas, en este caso irlandesa, que la emigración llevó a las tierras de los Estados Unidos. Estas fraternidades de ayuda pronto se convirtieron, si no lo eran en origen, en grupos de defensa feroz de situaciones de opresión e injusticia, regidas por la ley del talión. Más allá de un sindicalismo precoz —recuérdese la fractura familiar presente en la fordiana ¡Qué verde era mi valle!— a costa de una huelga de mineros, las duras condiciones de trabajo impuestas por el capital en las explotaciones mineras de Pennsylvania dieron lugar a la radicalización de organizaciones como los Molly Maguires. Los patronos tampoco se pararon en barras y la lucha sin cuartel, sin derechos, sin fronteras legales, violenta, sin prisioneros, de desató como un huracán que se llevaba todo por delante. Un panorama similar, el del pistolerismo catalán a comienzos del siglo XX, lo retrató magistralmente Eduardo Mendoza en La verdad sobre el caso Savolta y en La ciudad de los prodigios. Dashiell Hammett hizo otra tanto con las revueltas sindicales de los años 20 en Cosecha roja, otra novela magistral.
Odio en las entrañas se asienta en hechos reales, esas luchas entre patronos y obreros en la cuenca minera de Pennsylvania, con los detectives de la Agencia Pinkerton infiltrándose en las filas de los mineros, pero va más allá. La película, maravillosamente dirigida por Martin Ritt, uno de esos directores que sólo necesitan un buen guión, obra de Walter Bernstein, y un buen reparto para demostrar que lo de artesano es mera retórica para no reconocer un talento innato para contar una historia con subyugantes imágenes, desborda la Historia para reclinarse en las historias. James McKenna no se llama así, sino que es James McParlan (Richard Harris), un hombre de Pinkerton, y bajo ese alias sólo tiene un objetivo: desenmascarar y llevar a juicio al núcleo de los Molly Maguires, amparados bajo el paraguas de la Ancient Order of the Hibernnians. Lo que sucede a continuación es una guerra en la que el duro trabajo en la mina, la explotación laboral, los bajos salarios y una policía empresarial brutal, son contrarrestados con asesinatos, atentados y violencia.
El otro lado de la ecuación es Black Jack Kehoe (Sean Connery), el líder obrero, duro como la vida en las minas, y su compromiso con lo que hace y por qué lo hace significa que McKenna debe reflejar en el espejo de Kehoe su propio compromiso y valores humanos, volados con dinamita y pólvora. Kehoe es Connery como Harris es McParlan, oscuros, violentos, telúricos, insuperables. Si McKenna se enamora de Miss Mary Raines (inolvidable Samantha Eggar), eso es algo que supone aún más dolor, más recuerdos lacerantes para toda la vida.
TITULO: DIAS DE TOROS - Roca Rey se lo lleva calentito en las Colombinas: llenazo y cuatro orejas en su imparable verano,.
Roca Rey se lo lleva calentito en las Colombinas: llenazo y cuatro orejas en su imparable verano,.
foto /
El torero del Perú arrasa una tarde más en el balance numérico y mediático, apabullante ante la exigente corrida de Juan Pedro Domecq; Juan Ortega se inventó una obra de arte, sin rubricar,.
Tarde de gran ambiente en el Coso de La Merced, con la plaza prácticamente llena en el Día Grande de las Colombinas. Encierro noble de Juan Pedro Domecq, pero al que le faltó un punto más de transmisión en la muleta, si bien es cierto que la corrida se movió bastante. Los mejores del sexteto fueron el 3º y el 4º. Redonda actuación de Roca Rey, que se impuso con enorme conocimiento, valor y suficiencia a un lote que no le regaló mucho. Dejó claro que está atravesando un momento muy dulce. Cuatro orejas para el hispanoperuano. Alejandro Talavante firmó una inspirada y variada faena al cuarto, que fue el astado que embistió con más calidad del conjunto. Solamente cortó un apéndice por la tardanza del astado en doblar. Juan Ortega sorteó el peor lote, con la raza justa el 2º -mansito que regresaba a la dulce muleta del sevillano- y más dificultoso el 5º, con el que estuvo muy dispuesto y entregado, arrancándole una oreja de peso.
1º “Virulento”. (Juan Pedro Domecq). Alejandro Talavante. El primero de la tarde no mostró demasiada fuerza en los primeros tercios ni tampoco celo, ya que salí distraído de los engaños que se le presentaban. Afanoso estuvo Alejandro Talavante con el toro, que protestaba y se quedaba más corto ante la exigencia dispuesta por el diestro extremeño. Toro sin entrega ni clase, con el que Talavante trató siempre de imponerse, en todo momento de uno en uno para no obligar en demasía al cornúpeta. Imposible el lucimiento. Pinchazo hondo y tres descabellos. Silencio.
2º “Nigromante”. (Juan Pedro Domecq). Juan Ortega. Se frenó en el capote de Juan Ortega el ejemplar de Juan Pedro Domecq. Huyó del caballo de picar, manseando. Comenzó la faena por bajo Ortega, toreando en redondo con la pierna flexionada. Muleta puesta por delante siempre por parte de Juan Ortega, conduciendo la embestida de su oponente a cámara lenta en algunos momentos. Torería y sentimiento en cada muletazo. Voluntad del diestro sevillano a pesar de que el animal salió suelto de cada encuentro con la pañosa, desluciendo el pasaje final de del trazo. Torería a raudales del trianero, muy por encima del astado de Juan Pedro Domecq. Se atascaron los aceros para Juan Ortega. Ovación con saludos tras aviso.
3º “Tesonero” (Juan Pedro Domecq). Roca Rey. Una voltereta se pegó el toro de Juan Pedro Domecq en el recibo capotero de Roca Rey, y humilló mucho en el percal. En las primeras series no le exigió demasiado el peruano, toreando más en línea recta, muy templado, sin que el animal le tocara nunca el engaño. Faena a más de Roca Rey, sin poder ligar los muletazos para no afligir al toro, pero de uno en uno le instrumentó tandas por uno y otro pitón de mucha reunión y entrega. En el tramo final del trasteo, se metió Roca Rey en terrenos de cercanías, y ejecutó varios circulares, buscando y encontrando la conexión con los tendidos. Poderío y suficiencia del limeño, que remató su labor con una estocada corta arriba. Dos orejas.
4º “Ondulado”. (Juan Pedro Domecq). Alejandro Talavante. Con imaginación y creatividad recibió Talavante al ejemplar de Juan Pedro Domecq, con delantales, chicuelinas y serpentina de remate. A pies juntos inició el trasteo Alejandro Talavante, por estatuarios, logró una gran serie, la primera, con la mano derecha, muy relajado el torero, descolgándose de hombros. Nobleza y calidad del cornúpeta, al que cuajó Talavante por ambos pitones, en una obra cargada de inspiración y sentimiento, sometiendo a su enemigo. Disfrutó una enormidad el matador pacense, que toreó con prestancia y personalidad y que exprimió al máximo a «Ondulado». Buena estocada. Oreja tras dos avisos al tardar bastante en echarse el cornúpeta.
5º “Bilonguero”. (Juan Pedro Domecq). Juan Ortega. De salida no se entregó el toro en el capote de Juan Ortega. Buena pelea del astado en el peto. Magnífica lidia la que ejecutó Miguel Ángel Sánchez. Por ayudados por alto empezó el trasteo Ortega, que imprimió mucha torería a todo lo que hizo desde ese mismo momento. El cornúpeta se rebrincada y protestaba por arriba al exigirle el diestro sevillano, que además fue desarrollando sentido conforme avanzaba la lidia. Muy brusco y áspero el toro de Juan Pedro Domecq. Y muy voluntarioso Juan Ortega, que insistió, robándole muletazos de mucho mérito por uno y otro pitón a pesar de las complicaciones de su oponente. Entregado el diestro de Triana. Espadazo arriba. Oreja.
6º “Vejador”. (Juan Pedro Domecq). Roca Rey. No terminó de entregarse el sexto de la corrida en el capote de Roca Rey. Cabeceó el animal en el peto mientras que el torero peruano le instrumentó un quite por saltilleras a la salida del mismo. Firmeza total desde el comienzo de la faena, que tuvo gran ajuste, de Roca Rey, que quiso siempre ligar los muletazos, aunque el astado se desolaba al tercero y cuarto, que llevaba la cara a media altura. Muy poderoso el matador limeño frente a un antagonista con clara querencia hacia las tablas, que tenía ya a esas alturas del trasteo media arrancada. Se montó encima Roca Rey, que se pegó un tremendo arrimón. Espadazo hasta la bola. Dos orejas tras aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado 03 de Agosto de 2024
Coso de la Merced – Plaza de toros de Huelva
5ª Feria Colombinas 2024 – 3ª Corrida de Toros
Entrada: Lleno.
Toros de Juan Pedro Domecq, muy bien presentados, nobles y moviéndose en el tercio final. En cambio, estuvieron más limitados en cuanto al poder. Los mejores el 3º y el 4º.
- ALEJANDRO TALAVANTE: Silencio y Oreja tras dos avisos.
- JUAN ORTEGA: Ovación con saludos tras aviso y Oreja.
- ANDRÉS ROCA REY: Dos orejas y Dos orejas tras aviso.
Cuadrillas: Se desmonteraron en el 1º de la tarde, Javier Ambel y Manuel Izquierdo. Brilló con los palitroques en el 3º, Francisco Durán “Viruta”. Dos magníficos pares de banderillas le colocó al 6º Antonio Manuel Punta. En labores de lidia destacaron Javier Ambel, en el 4º, y Miguel Ángel Sánchez, en el 5º. Gran quite de riesgo a Antonio Manuel Punta por parte de Manuel Izquierdo en sexto.
TITULO:
Retratos con alma - La vida es un retrato ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes - 26 - Agosto - a las 22:40 horas en La 1 / foto,.
La vida es un retrato,.
Cuando publiqué mi primera novela tenía algo de escritor, pero mi concepción del mundo de los escritores seguía siendo el mismo de aquel niño que empezó a leer y que sólo sabía de los libros por lo que veía en los libros. Era el 27 de enero de 2016 y La mujer del reloj llegaba a las librerías. Empezaban las entrevistas y las atenciones, y yo sentía que cruzaba el umbral hacia el otro lado, hacia ese universo de los escritores que intuía por las fotografías de las contracubiertas, ese otro lugar (siempre otro lugar) que me seducía desde niño y ocupaba mi pensamiento incluso cuando no leía. Por aquel entonces, mientras comenzaba la promoción, aún imaginaba aquel mundo, y por imaginarlo lo soñaba y lo temía, y lo engrandecía y lo confundía con las historias dentro de los libros. Como si ambos fueran lo mismo y tuvieran la misma magia: mundo de escritores y mundo creado por escritores. Y así surgió La sinfonía del tiempo, con aquel sueño y aquel temor también.
Comencé a escribirla en plena promoción, y me adelanté a todo lo que pudiera venir. Aun así jamás la forcé, y siempre fue la novela la que impuso su tiempo en mí. Surgió como mecanismo de protección, como refugio ante lo desconocido, ante lo intimidatorio. Surgió sin darme cuenta, por instinto y como muchas otras historias. De pronto los lectores me leían y mi escritura dejaba de ser algo íntimo, y todos podían tener su opinión sobre algo extremadamente sensible para mí. Tomé distancia para aprender a sobrevivir al otro lado de los libros, para no dejarme caer ni subir demasiado. No quería que todo aquello me influyera, quería mantener la frescura que me llevó a escribir La mujer del reloj.
Después vinieron dos años de escritura y sesenta años de historia que contar. Y un periodo fascinante que fue llamado bello y terminó convertido en la Primera Guerra Mundial. Y la industria en la costa vasca, y el Londres de Dickens, y el Oxford de Wilde, y la París de la Torre Eiffel, y la Viena de Sigmund Freud y el Congo de Joseph Conrad. Un verdadero reto para mí, ambicioso y soñador, y que por ambas cosas siempre quedará inconcluso. Terminé rodeando el ordenador de mil tipos de fuentes documentales. Libros subrayados, mapas, planos, cuadernos de notas, textos, imágenes, grabados de la época. Convertí mi estudio en una especie de máquina del tiempo. Buceé en diarios, en testimonios de personas que entonces vivieron, leí la literatura de entonces, Unamuno, Baroja, Blasco Ibáñez, Stefan Zweig, Virginia Woolf, Joseph Conrad, me zambullí en ella hasta adquirir una psicología de la época, hasta captar un registro narrativo, una voz de escritor que tendiera un puente entre aquellos años y la actualidad. Porque no quería olvidarlo, escribía para el siglo XXI. Y mi gran labor como escritor era encontrar esa voz narrativa, esa voz que habla del XIX para lectores del XXI. Un recuerdo a las novelas de siempre, pero contado a la manera actual.
En la nota final de La mujer del reloj me obsequié con el placer de mostrar los entresijos de su documentación, la satisfacción del trabajo realizado, la frontera invisible (invisibilidad a la que aspira todo escritor) entre lo real y lo ficticio. Retiré la piel y enseñé su interior. Mis disculpas de antemano ante quienes disfrutaron con ello, o lo valoraron. Porque con La sinfonía del tiempo no lo he hecho.
Mi pequeño artificio, como muchos de su especie, no fotografía la vida, o la Historia, no es un retrato fiel de lo que sucedió. Para eso ya están las labores periodísticas, o los libros de Historia. La sinfonía del tiempo, como muchas otras novelas, reconstruye la realidad, se rebela ante ella, la transgrede, la desafía y juega con sus piezas. Crea algo único, un nuevo universo, una ilusión tan verdadera y tan mentirosa como la memoria, un regalo que enriquece la vida y nos hace soñar, y tal vez entender un poco más. Por eso ha existido siempre; mitos, leyendas, historias, por eso sobrevive junto a los seres humanos, desde las cavernas hasta la era de Internet.
Sin embargo, y como espero se haya traslucido, el esfuerzo ha sido grande por documentarla con el requerido rigor. Contextualizar a los personajes, envolverlos de un mundo creíble, contar la Historia como algo que aún sucede, algo en lo que uno puede detenerse y mirar, mirar como desde un mirador, hacia el flujo imparable y enloquecido del presente, son ingredientes y obligaciones esenciales para que el lector sienta que la lectura ha merecido la pena. Un viaje de doscientas mil palabras, un océano laberíntico donde coexisten verdades huidizas y evanescentes, licencias históricas, artimañas literarias, incluso imprecisiones involuntarias, claro que sí. Mientras uno olvide que está leyendo, mientras la historia exista y ya está, sólo eso, habré cumplido con mi trabajo. Así que mis disculpas por no revelar el último misterio de esta historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario