martes, 3 de mayo de 2022

La clave - 1º de mayo: subir salarios, contener precios, más industria ,./ La Sexta Columna - Inflación , Viernes -6- Mayo ,./ Equipo de investigación - La violencia se instala en el pais más rico de Africa . , Viernes-6- Mayo,.

          TITULO: La clave -1º de mayo: subir salarios, contener precios, más industria,.

1º de mayo: subir salarios, contener precios, más industria,.

Salarios, precios, igualdad, industria y, por supuesto, más y mejor empleo. Esos son los ejes de las reivindicaciones de CC OO y UGT este 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo. Estas demandas cobran más sentido en Extremadura, una región con déficits notables en salarios, empleo, infraestructuras y tejido empresarial e industrial,.

foto / Un millar de personas se manifiestan en León para reivindicar un «equilibrio» entre beneficio y salario,.

Más de un millar de personas secundaron la manifestación del Día del Trabajo en la capital leonesa, en una marcha que partió de la sede de UGT y CCOO para terminar con una jornada festiva en la plaza Mayor,.

Un millar de leoneses han salido a las calles de la capital para celebrar, pero sobre todo para reivindicar. La convocatoria de la manifestación del 1 de mayo, Día del Trabajo, ha sido más numerosa de lo esperado debido al puente en el que ha tenido lugar este año.

Un convocatoria secundada por un millar de personas en la que Enrique Reguero, secretario general de UGT León, ha aprovechado para recordar aquellos logros conseguidos como «la mejora de las condiciones de colectivos vulnerables y la clase trabajadora», el incentivar la contratación indefinida, la subida del SMI y otras novedades laborales de los últimos meses.

Reguero no ha querido olvidarse de que la jornada también es de reivindicación «porque no todo es suficiente y hay un aspecto fundamental que es la precariedad laboral y las precariedad de condiciones de vida en general» sobre el que tienen que trabajar unidos al Gobierno.

Galería.

En este sentido, ha remarcado la sanidad y educación de la comunidad y en especial de la provincia leonesa donde «el gobierno de la Junta quita recursos».

Equilibrio entre beneficio y salario

Por su parte, Xosepe Vega, secretario general de CCOO León, ha querido diferenciar entre «lo posible y lo necesario» y considera que «hoy hay cuestiones que son necesarias abordar y no pueden esperar». En este sentido, hizo referencia a la escalada de precios que están dejando «muchas familias con problemas para hacer frente a las facturas».

«Hoy hay cuestiones que son necesarias abordar y no pueden esperar»

Xosepe Vega

CCOO León

Vega insistió también en la necesidad de «tomar medidas para luchar contra la escalada de precios» y lamentó que «no hay normas que protejan el desequilibrio profundo entre salarios y beneficios». En este sentido lamentó que «no puede ser que las multinacionales marquen récord de beneficios y los bolsillos se sigan vaciando».

También recordó otra de las necesidades de la provincia leonesa que para Vega es «que se aborde el drama de cómo cientros de jovenes son expulsados por la falta de oportunidades».

12 de mayo, la otra cita

Una manifestación que puede servir para tomar el pulso de la capital de cara al paro y la posterior manifestación del 12 de mayo por el futuro de la provincia leonesa. En este sentido, Xosepe Vega recordó que «el día 12 de mayo la clase trabajadora se va a pronunciar exigiendo medidas profundas» para transformar la situación de la provincia.

También quiso recordar la cita Enrique Reguero, quien insistió en que «nos jugamos nuestro futuro» y animó a todos los trabajadores a secundar el paro de una hora previsto para las 12:00 horas de la mañana, así como la asistencia de toda la sociedad a la concentración que tendrá lugar a las 20:00 horas.

«Hay que salir a luchar por la provincia, que tengamos un apoyo acorde a lo que necesitamos y nos merecemos»

Luis MAriano Santos

procurador en las Cortes por UPL

Luis Mariano Santos, procurador en las Cortes por UPL asistió un año más a la manifestación del 1 de mayo y al ser preguntado por la convocatoria del próximo 12 quiso remarcar que en esa jornada «hay que salir a luchar por la provincia, que tengamos un apoyo acorde a lo que necesitamos y nos merecemos».

Más apoyos

Y el alcalde de la capital, José Antonio Diez, estuvo presente en el acto desde el inicio en la avenida Gran Vía a la altura de las sedes sindicales de CCOO y UGT y hasta su fin en la Plaza Mayor. El regidor recordó que «como todos los 1 de mayo son necesarios e importantes, pero en la situación que vivimos es crucial, no solo para la masa laboral sino para León»

Y también el procurador en las Cortes de Castilla y León por UPL, Luis Mariano Santos consideró que este 1 de mayo es vital «sobre todo después del avance de la extrema derecha y para intentar consolidar derechos sociales y laborales que ya se han conseguido no se pueden perder».

TITULO: La Sexta Columna - Inflación , Viernes -6- Mayo,.

Este viernes -6- Mayo a partir de las 21:30 La Sexta , foto,.


Inflación,.

Los precios están disparados. Y la historia demuestra que, cuando la inflación golpea, hay cambios. Con la excusa de luchar contra ella, Reagan dio un vuelco al sistema económico mundial. En Alemania, Hitler llegó después de la hiperinflación. Y en 1985, la última vez que España vio subir los precios como ahora, hubo situaciones muy parecidas a las actuales. laSexta columna se pregunta en esta entrega, titulada ‘Inflación: el precio de no conocer la historia’, cómo afectará el nivel récord de inflación actual, hasta cuándo o cómo escapar de ella.

TITULO: Equipo de investigación -  La violencia se instala en el pais más rico de Africa  . , Viernes-6- Mayo,.

Este viernes -6- Mayo a partir de las 22:30 La Sexta , foto siempre dirigido por Gloria Serra , foto,.

La violencia se instala en el pais más rico de Africa ,.

Nigeria: el gigante de África no ve que la mayoría de su población es pobre,.

La clase política y privilegiada ignora la desigualdad en que vive más de un tercio de sus 206 millones de habitantes. El Estado más poblado y rico del continente está en la cola mundial, según un informe de Oxfam, a la hora de luchar contra ella e invertir en educación o sanidad,.

Sin contemplaciones eufemísticas, Abiodun Baiyewu se refiere a ellos como “la mafia”. Son, asegura, el establishment político-económico de Nigeria. Las élites que ostentan un lujo desbocado mientras 10,5 millones de niños siguen sin escuela en el país. Un tercio de chavales en la franja de edad de la primaria. “Más que la población entera de muchos estados”, recalca —para dimensionar el dato— esta activista, directora ejecutiva de Global Rights, con sede en Abuja, la capital del gigante africano.

Los muy ricos lucen extravagantes bólidos en burbujas residenciales como Banana Island, una exclusiva isla artificial en la costa de Lagos, núcleo económico del país y gran megalópolis subsahariana. Decoran sus mansiones con objetos prohibitivos. Les dan un barniz futurista instalando las últimas piruetas de la domótica. Y mientras, un 40% de nigerianos permanece sin acceso a sanidad básica, expuestos al azar de los remedios tradicionales. “Cada diez minutos muere una madre nigeriana por complicaciones en el parto”, continúa Baiyewu, que prefiere encarnar en tragedias cotidianas la frialdad de los números.

Si la desigualdad campa por doquier, en Nigeria parecer haber encontrado un hogar estable. Su renta per cápita (unos 1.800 euros) le sitúa en la zona media-baja de la lista que cada año elabora el Banco Mundial. El país ocupa el puesto 12 en producción de petróleo a nivel global y Lagos emerge pujante como centro financiero internacional. Sus pésimos servicios públicos no son consecuencia de un destino maldito. Ni la exigua cosecha de una tierra mísera. Otros países con niveles de renta parejos presentan, por ejemplo, índices de escolarización mucho más altos. Algunos, lejanos como Vietnam, sacan los colores a Nigeria. Otros, próximos como Ghana, desactivan las excusas que ponen el acento en un supuesto problema regional endémico.

Dice Mma Amara Ekeruche, del Centro para el Estudio de las Economías de África, que el epicentro de la desigualdad en Nigeria adquiere rostro humano. Se personaliza en el organigrama de las clases dirigentes, tenaces al bordear la columna que —considera esta investigadora— ha de sustentar cualquier mandato democrático: servir al pueblo. “Todo parte de una falta de interés consciente para mejorar la vida de la gente, en especial de las capas más pobres”, apunta Ekeruche. Al menos 86 millones de nigerianos malviven con 1,65 euros al día, el listón que oficialmente marca la extrema pobreza.

El pasado 14 de octubre, Oxfam actualizó su Índice de Compromiso con la Reducción de la Desigualdad (CRI), prestando especial atención al oeste africano. Nigeria sigue ocupando el furgón de cola en esta zona del continente. A nivel global, repite en el puesto 157 de 158 estados analizados. Solo Sudán del Sur (para muchos un estado fallido) cae por debajo del país con el PIB más alto de toda África. En lugar de condensar la desigualdad en una cifra —como hacen los indicadores gini y palma— el CRI busca ponderar la voluntad de atajarla. Y esta parece, más allá de la retórica populista y las declaraciones ampulosas, un bien escaso en Nigeria.

Oxfam centra su análisis en dos campos: régimen fiscal y servicios públicos. En cuanto a impuestos, los mandatarios nigerianos huyen despavoridos ante la simple mención de un modelo progresivo. El equivalente a nuestro IRPF grava porcentajes ridículos a los más pudientes. Su IVA asfixia implacable a los desfavorecidos, con un aumento del 2,5% en plena pandemia, alimentos y otros productos básicos incluidos. El impuesto de sociedades alcanza el 30%, por encima de la media en el oeste de África. Pero proliferan las exenciones —legales o tácitas— para las grandes compañías. Se estima que Nigeria pierde al año unos 2.500 millones de euros en el laberinto de la benevolencia fiscal con las principales empresas que allí operan.

Sinergia en el poder

El rumor de una corrupción sistémica inunda Nigeria. Se asume que los poderes económico y político entran y salen, con total naturalidad, por cientos de puertas que giran a la velocidad de una peonza. El vértigo difumina las fronteras. “Existe como una verdad silenciosa, un consenso para no cambiar las cosas, una sinergia absoluta entre los ricos y el Gobierno”, explica Ekeruche. Desde Connected Development —una ONG que combina apoyo a los marginados con demandas de transparencia oficial— su jefe ejecutivo, Hamzat Lawal habla de “buenos amigos que se hacen favores”, produciendo constantes “interferencias” en las altas esferas del poder. Todo por la causa de seguir sumando ceros en sus abultadas cuentas bancarias.

Con una ratio de ingresos fiscales en relación con el PIB de solo el 6,3% (entre las más bajas del mundo), Oxfam calcula que Nigeria recauda apenas un 12% de su potencial impositivo. El presupuesto nacional queda esquilmado de raíz. Más aún, el reparto de las partidas públicas evidencia un diseño que perpetúa el status quo. La escasa consideración hacia los desposeídos. Un 6,5% para educación (el siguiente por la cola en el oeste africano es Guinea-Bissau, con un 12,6%). Un 3,6% para sanidad (el penúltimo de la región en el informe de Oxfam, Mali, roza el 5%). Nigeria hace triplete de últimos lugares con el porcentaje de su presupuesto destinado a mitigar el impacto de la covid-19: apenas un 0,6%, cuando el resto de países supera el 1%.

La disección de las cuentas públicas revela otras prioridades. “Defensa y seguridad se llevan un 15%. Y el pago de nuestra deuda ronda el 30%”, concreta Vincent Ahonsi, director de Oxfam Nigeria. Ekeruche encaja otra pieza fundamental en el puzzle de la desigualdad nigeriana: “El coste de gobernanza [cifrado en un 33%] es de los más altos de todo el planeta; nuestros líderes están extraordinariamente bien pagados”.

Dos grandes partidos se reparten el poder en Nigeria. El All Progressives Congress —con el actual presidente, Muhammadu Buhari, a la cabeza— ocupa en teoría el espectro del centro-izquierda. Y el People´s Democratic Party representa, sobre el papel, los valores del centro-derecha. Entre ambos copan casi todos los escaños de las dos cámaras legislativas federales y los 36 parlamentos regionales que configuran el mapa político nigeriano. “Son básicamente iguales”, explica Ekeruche. “Ninguno de los dos tiene en absoluto la intención de crear un país más equitativo”, refrenda Baiyewu.

La directora ejecutiva de Global Rights dibuja una máquina institucional perfectamente engrasada para aplacar el anhelo transformador. Un monolito impasible que logra, sin excepciones, fagocitar la energía de aquellos que acceden al poder con genuina vocación de servicio. “Se dan cuenta de que el sistema es demasiado grande y complejo, de que siempre hay alguien por encima que controla las cosas, que dicta lo que se puede hacer y lo que no”. Baiyewu insinúa presiones que van más allá del mero desaliento tras un baño de realidad. “Si aun así intentan poner en marcha cambios significativos, habrá gente, mecanismos que contraatacarán para impedirlo”.

Baiyewu atisba, no obstante, “una tenue luz en un túnel de oscuridad absoluta”. La esperanza anida en esos “jóvenes de clase media que van ensanchando el espacio cívico”. Cantera de la que podría surgir una “cohorte de buenos líderes a los que realmente les importe la ciudadanía nigeriana”. El pasado año, el movimiento EndSARS canalizó —en su lucha contra la brutalidad policial— rabias y frustraciones que brotan de una injusticia estructural. Lawal ve lazos que podrían estar anudando la cuerda de un cambio de tendencia: “Todo está conectado. Los abusos de las fuerzas de seguridad remiten a la corrupción, a la sensación de impunidad, a la percepción entre los poderosos de que las cosas que uno hace no tienen consecuencias”.

El azote de la desigualdad en Nigeria provoca miles de muertes evitables. En pleno siglo XXI, condena al analfabetismo a millones de jóvenes. Estratifica por clase social y perpetúa disparidades de género (afecta más a las mujeres), regionales (el norte mucho más pobre que el sur), surgidas del eje urbano/rural. Cada vez se escucha con más fuerza el clamor que grita sus tensiones insostenibles. Voces que podrían converger y lanzar por la borda un determinismo de apariencia crónica. Como el de aquella canción de Leonard Cohen, Everybody knows, en la que todos sabían —porque “así son las cosas”— que “los ricos se hacen más ricos” mientras los “pobres siguen siendo pobres”.

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