martes, 15 de octubre de 2024

A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER - Culturas 2 - ¿ Como lo miras ? ,. / LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - Felipe VI condena en Jordania «a quienes deciden terminar vidas para modificar fronteras»: «Es inaceptable»,.

 

 TITULO:  A vivir que son dos días - A vivir -  Cadena SER - Culturas 2  -   ¿ Como lo miras ? ,.

 A vivir que son dos días - A vivir -  Cadena SER,. 

 Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.

  ¿ Como lo miras ?,.

 Zenda recomienda: El ángel que nos mira, de Thomas Wolfe - Zenda

foto / Qué mirada única, atenta y perspicaz. Esa conclusión queda en la mente tras leer Las pequeñas virtudes, de Natalia Ginzburg. Esta es la enseñanza: el oficio de escribir se trabaja mirando, sin dejar que nada pase desapercibido, convirtiendo cada brizna, cada nimio suceso, en la esencia del mundo, de la vida, del amor. Porque en cada insignificancia está toda la naturaleza humana, lo que nos hace trascender.

Pasión casi obsesiva por los pequeños detalles. Y sólo una mirada, que entre muchas, es capaz de acapararlos. Todos asistimos al mismo devenir. Todos sabemos que lo que nos cuenta Natalia Ginzburg no es algo extravagante, sino cotidiano. Está ahí, aunque nos había pasado desapercibido. Esto es lo que engancha al lector. Ese instante mientras lees en que percibes que tú ya sabías lo que estás leyendo, que conoces esa emoción, que compartes esa opinión, aunque nunca te habías parado a pensar en ello.

"Las pequeñas virtudes nos muestra lo que puede verse cuando rasgamos el velo de rutina, de adormecimiento, de prisa, que emborrona nuestra mirada"

Las pequeñas virtudes nos muestra lo que puede verse cuando rasgamos el velo de rutina, de adormecimiento, de prisa, que emborrona nuestra mirada. Con vocación ensayística, casi educativa en algunas de sus crónicas, se nos enseña lo que se aprende tras mirar todo, o casi nada, pero con detenimiento. Y en su intención está que lo hagamos también. Su oficio era escribir, aunque decía no saber el valor que tenía lo que escribía. La voz es otra cosa: se pule, se aprende, en parte; es un oficio. Pero la mirada se tiene o no se tiene.

Las pequeñas virtudes acompañaron a Natalia Ginzburg por los sucesos de su vida. Invierno en los Abruzos fue escrito en Roma, y describe lo vivido en Pizzoli, donde su marido había sido desterrado por el Gobierno de Mussolini, y donde viviría hasta 1943. Alabanza y menosprecio de Inglaterra fue escrito en 1961, ya casada con su segundo marido, Gabrielle Baldini, después de que Leone Ginzburg fuera detenido y torturado hasta la muerte en la cárcel de Regina Coeli (Roma) en 1944. Entretanto, escribió Silencio, Mi oficio, Las relaciones humanas. De toda su vida dejó impronta en esta obra; de lo que vio, lo que miró y lo que sintió. Y en todas sus partes hay un intento de describir con letras lo que rasgaba en su alma aquello que delante de sus ojos pasaba.

No hay que buscar ornamento en su prosa. Pequeñas o grandes epifanías. Es la sencillez de lo observado, mejor dicho de lo detectado, lo que eleva su escritura. No son pensamientos, solo. En realidad es una conversación. Lo advierte Ginzburg al inicio. Todo se lo cuenta a un amigo, que bien pudiera ser Pavese. Y esto hace dudar si son conversaciones pensadas, o diario disfrazado.

"Al final, el trasfondo de Las pequeñas virtudes no es más que la esencia, una en concreto, que alguien, Natalia Ginzburg, obtiene de lo que ocurre ante sus ojos"

He leído comparar a Natalia Ginzburg con Montaigne; quizá por cuanto su escritura es el rasgo esencial de su identidad personal. O quizá porque nos cuenta su modo personalísimo de enfrentarse a la vida. Estoy conforme. Se parece al autor de los Essais. Parece hablar de lo que ve, de lo externo, aunque en realidad nos habla de ella misma, de la que observa, de cómo mira. Y lo observado se convierte así en un personaje secundario.

Al final, el trasfondo de Las pequeñas virtudes no es más que la esencia, una en concreto, que alguien, Natalia Ginzburg, obtiene de lo que ocurre ante sus ojos. De su mirada rezuma su extracción personal de la vida. Su estilo propio de describir la humana existencia. Si para Montaigne “cada hombre comporta la forma entera de la condición humana”, para Ginzburg la existencia se define en cada pequeño suceso, en cada ligera emoción.

Carmen Martín Gaite captó de forma magistral la esencia de esta obra: “Para Ginzburg, la elevación de lo particular y cotidiano a categoría filosófica tiene lugar con una frescura y naturalidad que logra llegar hasta lo más abstracto, sin desprenderse nunca del hilo concreto de su experiencia como mujer dotada de una capacidad de observación poco común”.

Nada resta por añadir.

 

 TITULO:  LA BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope -  Felipe VI condena en Jordania «a quienes deciden terminar vidas para modificar fronteras»: «Es inaceptable» ,. 

LA BRUJULA ONDA CERO,.


 La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura. Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna, retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
 

  
La Linterna La Cope ,.
 
  'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catali
na,.

 

Felipe VI condena en Jordania «a quienes deciden terminar vidas para modificar fronteras»: «Es inaceptable»,.

El Rey concluye su estancia de 22 horas en Amán con un almuerzo con Abdalá II, tras visitar un asentamiento de refugiados palestinos,.

 
 
foto / El Rey Felipe conoce un centro escolar para niñas durante su visita este domingo al campo de refugiados palestinos de Baqa'a ,.

En el Palacio Al Husseiniya, durante el almuerzo que Felipe VI mantuvo este domingo por la mañana con Abdalá II de Jordania antes de emprender su viaje de regreso a Madrid, el Rey condenó «a quienes deciden terminar vidas para modificar fronteras». «Es inaceptable», afirmó.

Durante el primer encuentro entre delegaciones, en el que estuvo presente ABC y otros medios de comunicación que se desplazaron hasta Amán desde España, el Rey no quiso entrar en valoraciones sobre el conflicto en Oriente Próximo y se ciñó a ensalzar las relaciones bilaterales que desde hace tantos años existen entre España y Jordania. Después, durante el almuerzo, que fue a puerta cerrada, Don Felipe destacó que había aterrizado en Amán «con el corazón apesadumbrado en este contexto tan difícil para Jordania y para todo Oriente Medio, donde una vez más quienes deciden la guerra en lugar de la paz cambian el destino de millones de civiles inocentes, terminando con vidas mientras modifican fronteras y desplazan poblaciones. Es inaceptable».

«He venido con una sincera solidaridad y apoyo al papel crucial que desempeña y siempre ha desempeñado Jordania en el fomento de la estabilidad regional», afirmó el Rey, al tiempo que destacó que España y Jordania «están unidas por un anhelo compartido de paz y una visión común de prosperidad para la región, arraigada en la convicción de que la única salida posible a este ciclo interminable de violencia pasa por dos Estados, Israel y Palestina, que vivan uno al lado del otro. En paz y estabilidad».

«La única salida posible a este ciclo interminable de violencia pasa por dos Estados, Israel y Palestina, que vivan uno al lado del otro. En paz y estabilidad»

Felipe VI

El Rey ensalzó el «papel ejemplar y crucial» que la Monarquía Hachemita ha desempeñado «para mantener el statu quo en Jerusalén -particularmente a través de la Custodia de Al Haram Al Sharif-, manteniendo un frágil equilibrio de paz y fe que demasiado a menudo se ha sentido molesto».

Felipe VI visita el campamento de Baqa'a

«No podemos más que admirar el compromiso de Jordania para hacer frente a una situación tan crítica y duradera», expresó el Rey, quien a primera hora de la mañana se desplazó desde el centro de Amán hasta el barrio de Baqa'a, que se encuentra a unos treinta minutos hacia el oeste de la ciudad. Allí viven 130.000 palestinos.

Este vecindario comenzó en 1967 como un asentamiento de palestinos que huían del conflicto en Gaza y llegaban a Jordania bajo la condición de refugiados. Aunque en Amán llaman a esta zona campo de Baqa'a, la realidad es que a día de hoy es un barrio más de la capital jordana y está integrado en la sociedad, ya que de los casi 4 millones de habitantes que hay en Amán, un total de 2,6 son palestinos.

En esta zona de la ciudad, el Rey Felipe visitó un colegio de niñas palestinas de la UNRWA, la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados y refugiadas de Palestina y a la que España aportó el año pasado 18,8 millones de euros. Antes de entrar en el patio del colegio, un letrero en la pared anuncia que «no está permitida la entrada de armas sin autorización». Por las mañanas estudian en la escuela 1.280 y por la tarde 1.240. Tienen entre 6 y 15 años y, cuando acaben sus estudios en este colegio se incorporarán a la escuela pública para completar su formación y poder acceder a la universidad o estudiar un oficio que les permita ganarse la vida en el futuro.

Entre estas alumnas se encuentra Maiss, que tiene 14 años y está a punto de terminar su formación en el colegio, de donde se lleva «recuerdos inolvidables y »la suerte« de saber que quiere seguir formándose para poder estudiar Medicina y acabar siendo cardióloga. Su compañera Shahd, de 12 años, también quiere ir a la universidad, pero todavía no tiene claro que querrá ser de mayor.

Aunque nacieron en Amán, Shahd y Maiss son refugiadas porque este estatus se hereda. Pertenecen a la tercera generación de dos familias cuyos abuelos fueron los primeros en huir de la violencia en Gaza para aspirar a una vida lejos del conflicto. La familia de Maiss es de Rafah, pero en su casa no se habla sobre el conflicto en la Franja de Gaza ni la escalada de tensión que desde hace un año viven los palestinos allí tras el ataque de Hamás a Israel y la ofensiva del Gobierno de Netanyahu en respuesta a estos ataques. Tampoco de los acontecimientos de esta semana, cuando Israel invadió Líbano e Irán respondió atacando a Israel. «Mis padres no me hablan de la guerra. Yo solo sé lo que veo en la tele», afirmó Maiss. Aún así, no pueden esconder a su hija el sufrimiento: «Les veo muy tristes».

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