TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Jordi Hurtado,.
DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Jordi Hurtado , fotos,.
Jordi Hurtado,.
La vida personal de Jordi Hurtado: su parentesco con Jordi Évole, una mujer ejecutiva y sus tres hijos,.
A sus 67 años, el presentador de 'Saber y Ganar' es uno de los rostros más emblemáticos de Televisión Española, aunque su vida privada es más desconocida,.
A pesar de que han pasado casi 30 años desde que 'Saber y ganar' comenzó su emisión en televisión, lo cierto es que para su presentador, Jordi Hurtado (San Feliu de Llobregat, 1957), apenas ha pasado el tiempo. El periodista, uno de los rostros más queridos y recordados de Televisión Española, ha hecho de esta indiscutible 'eterna juventud' uno de sus sellos de identidad, más allá de los memes virales que ha protagonizado.
El mítico comunicador acaba de cumplir 67 años y, aunque lleva más de 40 años de carrera en medios de comunicación, parece que la jubilación ni siquiera entra en sus planes de futuro. «No me lo planteo. El trabajo te da energía», aseguraba hace unos años en una entrevista para Pronto, donde admitía que su secreto para mantenerse activo y joven era «caminar cada día y llegar a los 10.000 pasos».
La trayectoria de Hurtado siempre ha estado ligada a la cadena pública y, especialmente, al formato creado por el difunto realizador Sergi Schaaff en 1997, pero lo cierto es que currículum va mucho más allá. Antes de dar el salto al concurso que le llevaría al estrellato, el catalán había pasado por otros proyectos de éxito como el programa 'La radio al sol' (Radio Barcelona), el concurso 'Si lo sé no vengo' junto a Virginia Mataix o el concurso 'Pictionary'. Además, entre sus trabajos más desconocidos se encuentra el de actor de doblaje: de 1995 a 1997, dio voz Epi en el programa infantil 'Barrio Sésamo'.
Sin embargo, aunque de su paso por 'Saber y ganar' sabemos más que de sobra, lo cierto es que la vida privada de Jordi Hurtado es mucho más desconocida para el público del concurso de La 2. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre el lado más personal del presentador catalán.
Más de 30 años de matrimonio con su mujer, Rosa Palau
Durante sus casi 40 años en televisión, Jordi Hurtado ha estado muy bien acompañado a nivel personal. El presentador de televisión está casado desde hace más de 30 años con su mujer, Rosa Carmen Palau, una reputada directiva de la empresa Nioglás, especializada en fabricar perfiles termoestables de fibra de vidrio-poliéster. Además de este trabajo, también ejerce de administradora en la agencia de representación de su marido.
La pareja reside desde hace más de 20 años en una mansión situada junto a la montaña de Collserola, concretamente en Molins de Rey, a apenas unos kilómetros del lugar donde trabaja Rosa. Su hogar está situado en una finca de 621 metros cuadrados, con un imponente jardín con piscina, y el inmueble está dividido en dos plantas, de 122 y 137 metros cuadrados cada una, con vistas a la montaña. Según algunas informaciones, la propiedad podría estar valorada entre los 700.000 y el millón de euros.
Los tres hijos de Jordi Hurtado
Durante sus 30 años de matrimonio, Jordi Hurtado y Rosa no han perdido el tiempo y han formado una extensa familia. La pareja ha tenido tres hijos, Mireya, Laia y Jordi, que, al contrario que su padre, han tratado de alejarse siempre del foco público donde el presentador se ha desenvuelto en los últimos años.
Son pocos los detalles que se conocen sobre los hijos del presentador: la mediana, Laia, está licenciada en Biología en la Universidad Autónoma de Barcelona y trabaja en una compañía vinícola de California, mientras que el pequeño, Jordi, trabaja en televisión junto a su padre, aunque detrás de las cámaras.
Un estrecho vínculo familiar con Jordi Évole
El otro gran dato que ha salido a la luz sobre la familia de Jordi Hurtado tiene mucho que ver con otro conocido presentador de televisión, Jordi Évole. Y es que, según ha trascendido, la pareja de periodistas tiene un estrecho nexo familiar que les une y cuyo origen es el pequeño pueblo de Garrovillas de Alconétar, en Extremadura.
El conductor de 'Saber y ganar' es hijo de inmigrantes andaluces y extremeños que se trasladaron hasta Cataluña en busca de un futuro más próspero para su familia. Junto a su padre también se fue su primo hermano, Pedro Évole, que terminó siendo el abuelo del reconocido presentador de La Sexta, lo que les convierte en primos segundos.
Sobre esta casualidad han hablado en más de una ocasión durante su paso por televisión. De hecho, Jordi Évole aprovechó el 25 aniversario de 'Saber y ganar' para enviarle una curiosa felicitación a su familiar: «Me hace muchísima ilusión enviar esta felicitación por los 25 años de Saber y Ganar. No sólo por esa efeméride, sino también por todo lo que simboliza como concurso de televisión pública 100%. Y también por una cosa personal mía, y es que Jordi Hurtado y yo, como muchos de vosotros sabéis, somos primos. Así que desde aquí, Jordi, ya sabes que te envío mi felicitación más afectuosa y cordial. Que te lo has montado muy bien con un concurso, no como yo todo el día para arriba y para abajo…. Hacer 25 años en televisión es una barbaridad, pero os lo habéis ganado, tú y tu equipo», le dijo entonces el catalán,.
TITULO:
CARTAS AL CIELO - True crime: los expertos apelan a la ética ,.
True crime: los expertos apelan a la ética ,.
Los documentales y series que narran casos de asesinatos reales se han
puesto de moda, pero la legislación no deja claros sus límites,.
fotos / Al otro lado del teléfono, la voz de Patricia Ramírez suena rota. Han pasado ya más de seis años desde el asesinato de su hijo a manos de Ana Julia Quezada —expareja del padre—, pero esta madre todavía tiene que estar luchando para que dejen a su pequeño descansar en paz. La historia del pescaíto, como llamaban a su hijo Gabriel, podría convertirse en el próximo estreno del true crime, un tipo de producción artística que aborda crímenes reales y que está de moda.
Ramírez quiere paralizar el documental. No entiende que alguien intente lucrarse con el asesinato de su hijo. Incluso denuncia la supuesta participación en el mismo de la autora del crimen. «Tengo una fuente directa que me asegura que dentro de prisión tiene un teléfono móvil» que habría utilizado para participar en la grabación, denunció Patricia en una rueda de prensa en la que, bajo el lema Nuestros peces no están en venta, convocó una manifestación que se celebró en Almería el 11 de mayo.
La lucha de Ramírez ha generado un intenso debate en los medios de comunicación sobre los límites de este género, que no están fijados de forma rotunda en la legislación española. A priori, cualquier obra estaría amparada por la libertad de expresión; pero la Ley de Infancia y Adolescencia de Andalucía, en su artículo 46, establece que «la difusión de la imagen de la persona o personas menores deberá autorizarse expresamente por sus progenitores o sus herederos», incluso «en los casos de fallecimiento o desaparición traumática».
Sin certeza legislativa, tanto la madre de Gabriel como los expertos apelan a la ética. En un texto remitido a El País, el productor y guionista de series como El caso Asunta o El caso Alcàsser —Ramón Campos—, recordaba recientemente una conversación que tuvo en una ocasión con un ejecutivo del sector audiovisual, que le decía que «“para hacer true crime hay que tener tragaderas”. Yo le respondí que no, que para hacer true crime hay que tener, por encima de todo, ética».
Honrar a las víctimas
El catedrático de Criminología de la Universidad de Valencia, Vicente Garrido, va un paso más allá y habla de la necesidad de un código ético, basado en cuatro puntos, que debería regir las producciones de este género. «El criminal no debería ser enaltecido», tendrían que «honrar la memoria de las víctimas» y, por supuesto, respetar «la verdad de los hechos». Asimismo, Garrido propone que las producciones contribuyan a la «educación del espectador», para que dirijan «su mirada a las cuestiones humanas y sociales que se deriven del caso criminal analizado», insta el también autor de True crime: la fascinación del mal (Editorial Ariel).
El catedrático, sin embargo, sí que defiende las entrevistas a los asesinos, en contraposición con la opinión de Campos y de la propia Ramírez. «Es una de las vías que tenemos los investigadores para analizarlos». Cita, por ejemplo, el caso de Charles Manson, que fue el líder de una secta que perpetró una serie de crímenes en la década de los años 60 del siglo pasado. Él «nunca reconoció haber ordenado matar a aquellas personas», pero gracias a las entrevistas que le hicieron «aprendimos mucho sobre la capacidad de liderazgo que los psicópatas pueden ejercer sobre personas vulnerables». En cualquier caso, Vicente Garrido entiende perfectamente la postura de Patricia Ramírez y sostiene que «un criminal nunca debería lucrarse por hablar o publicar su caso». Si hay un pago, «el juez debería requisarlo para pagar la indemnización a la familia de la víctima», un dinero «que casi nunca reciben porque los condenados se declaran insolventes», concluye Vicente Garrido.
El caso Sancho. Episodio cero, producido por HBO, es la última producción de un género que se ha puesto de moda. En la historia del true crime aparecen títulos como Jack, el destripador; Impulso criminal o El estrangulador de Boston. «La expansión actual se debe a la aparición de las plataformas digitales y la necesidad de rellenar miles de horas de contenido», explica Vicente Garrido, autor del libro True crime: la fascinación del mal. El experto, sin embargo, también asegura que «estamos genéticamente preparados para prestar atención a las situaciones que puedan amenazar nuestra vida».
TITULO: 3 RAZONES CON - "Tierra de Talento" - Manu Valiana entusiasma al jurado cantando por Bob Marley ,.
"Tierra de Talento" - Manu Valiana entusiasma al jurado cantando por Bob Marley ,.
Tras interpretar en las fases previas estilos tan distintos como Sting y Navajita Plateá, el cantante malagueño vuelve a cambiar de forma radical con un tema del rey del reggae,.
foto / Manuel Valiana (el apellido artístico esta formado con el nombre de sus 2 hijas) lleva prácticamente toda la vida cantando, ha participado en numerosas bandas y todo eso se le nota. Con 44 años, confiesa que empezó a cantar para superar la timidez y parece que ha llegado su momento para darse a conocer al gran público. Eso es lo que vaticina Jesús Reina en el jurado, que le vaticina que le verá en un concierto de esos muchos que dará "por todo el mundo".
En su presentación, el artista del Rincón de la Victoria (Málaga) explica que lo que le gusta es versionar canciones famosas, llevándolas o otro género bien distinto. Y eso es lo que hace en el concurso. En esta ocasión interpreta el tema de Bob Marley "I Shot the Sheriff".
TITULO: POLICÍAS EN ACCIÓN - Los nietos sin rostro del Frente Atlético: una historia de violencia, muerte y traición,.
Los nietos sin rostro del Frente Atlético: una historia de violencia, muerte y traición,.
A lo largo de sus 42 años de vida, el grupo radical del Atlético se ha rehecho tras dos asesinatos, guerras internas y decenas de socios expulsados gracias al músculo de los más jóvenes: la tercera generación ya manda entre los ultras colchoneros,.
En el mundillo ultra, los rivales del Frente Atlético hace tiempo que se refieren a ellos como 'Peña Frente Atlético'. Se trata, dentro del complejo sistema de alianzas, de humillar a los radicales colchoneros por una supuesta falta de contundencia. El mismo argumento que los propios aludidos utilizan para recordar lo que pasó aquella mañana aciaga, hace ahora una década, en las inmediaciones del Vicente Calderón. «Eso debían pensar los que vinieron a desayunar», responden, con más o menos literalidad, en alusión a la reyerta multitudinaria que se cobró la vida de Francisco Javier Romero Taboada, el miembro de Riazor Blues conocido como 'Jimmy'.
Esa muerte, que hubiera significado la desintegración de casi cualquier grupo, lo único que provocó en el fondo sur del extinto Vicente Calderón fue un abrupto relevo generacional: el tercero desde que las facciones de extrema derecha tomaran el control definitivo en la primera mitad de los 90. Si tras el asesinato en 1998 del seguidor de la Real Sociedad, Aitor Zabaleta, el Frente logró recomponerse gracias a una ley del Deporte aún demasiado laxa, con la muerte de Jimmy ocurrió justo lo contrario. Los violentos del Manzanares sufrieron un golpe mucho más severo, con decenas de miembros detenidos por la Policía, una veintena de expulsados como socios del club y el nombre de Frente Atlético eliminado para siempre del listado oficial de peñas.
Un panorama que pocos hubieran resistido de no ser por la capacidad de regeneración de los ultras rojiblancos. Para explicarlo retrocedamos dos décadas. A mediados de los 2000, el Frente no pasa por su mejor momento: con Ricardo Guerra (el asesino de Zabaleta) condenado a 17 años y su grupúsculo neonazi Bastión desterrado del fondo sur, el núcleo duro de los radicales del Atlético se ha reducido. Una oportunidad que aprovecha Herri Norte Taldea (Athletic de Bilbao) para pasearse por el fondo norte del Calderón, y también Ultras Sur (Real Madrid), al plantarse sin policía en la explanada de Príncipe Pio y hacer retroceder a los locales en plena bajada al derbi de 2005.
Dos serios varapalos que, vistos en perspectiva, sirvieron para curtir a toda la hornada incipiente que asomaba por la calle San Epifanio, su viejo e histórico fortín. Así, al tiempo que se devolvían visitas sin escolta al Bernabéu y San Mamés, y su sed de violencia se expandía por el viejo continente (coincidiendo con la vuelta del club a competiciones europeas en 2007), el Frente Atlético recuperaba el temor de antaño. El ascenso, sin embargo, no estuvo exento de contrapartidas.
La línea roja que siempre había imperado en el grupo de no mantener relaciones con Ultras Sur fue claramente vulnerada por algunas de sus secciones más duras, de claro corte skinhead y con la gresca como único objetivo. Ello obligó a los veteranos a expulsar en 2014 a buena parte de su primera línea, Suburbios Firm y Pella Salvaje, por su amistad con Outlaw, la banda 'fuera de la ley' que meses antes había protagonizado un golpe de estado en el seno de Ultras Sur.
Y en ese contexto, con el grupo debilitado y enfrentado a los que hasta entonces habían sido sus compañeros de correrías, llegó la que para muchos iba a ser su estocada final: el 30 de noviembre de 2014, el Frente Atlético y Riazor Blues (Deportivo de la Coruña) se citaban a primera hora de la mañana, en el marco de una pelea entre más de 200 personas que acabaría de la peor manera posible. La muerte de Jimmy llevó a cuatro de los ultras colchoneros a entrar en prisión provisional, y meses más tarde al único menor señalado por el crimen a un centro de internamiento. Pero un error policial en la instrucción, en el caso de los cuatro adultos, y la poca credibilidad del testigo protegido, que había señalado directamente al joven de 17 años, provocó la puesta en libertad de los cinco acusados. Aunque para entonces, poco quedaba del Frente que ellos mismos habían construido.
Por si fuera poco, la Fight Firm, la sección juvenil destinada a tomar el relevo de Suburbios y Pella en la calle, también desapareció del mapa. «Hubo muchos que dejaron de ir al fútbol porque fueron identificados en la pelea y sabían el marrón que se les venía encima», recuerdan las fuentes consultadas, en alusión a los más de 80 ultras (de ambos bandos) que tuvieron que esperar hasta 2022 para ser juzgados por un delito de riña multitudinaria con la agravante de discriminación ideológica. El carrusel de desbandadas motivó que los jóvenes dieran, valga la redundancia, un paso al frente: la tercera generación no había hecho más que nacer.
Los años venideros sirvieron para recomponer un grupo por medio de diferentes acciones sociales. Con el cambio de estadio, promovieron un 'crowdfunding' para levantar la estatua de Luis Aragonés que hoy luce a la entrada del Metropolitano, y al tener mayor espacio en los alrededores de su nueva casa, intensificaron la celebración de jornadas festivas para todos los aficionados. La misión estaba clara: recuperar la confianza de la masa social y volver a ser una especie de guardián de las esencias de los valores atléticos. Manteniendo, eso sí, el mismo equilibrio de siempre con la directiva del club, como prueba la resistencia frontal al cambio de escudo, con huelga de animación incluida, en contraposición con algunos intentos de acallar al resto de la grada para no cantar contra Gil y Cerezo.
En el Metropolitano, los nietos del Frente tuvieron que encontrar su sitio en las calles más cercanas al campo. Y eligieron un bar a espaldas de la Unidad Integral de Distrito San Blas-Canillejas de la Policía Municipal, lo que hasta ahora ha provocado que nadie mueva ficha hacia esa zona de Las Rosas, en la parte alta del entorno del estadio. Solo Biris Norte (Sevilla) intentó alcanzar su punto de reunión en mayo de 2022, pero la Policía Nacional los interceptó a 300 metros armados con cascos, palos de grandes dimensiones y petardos con metralla adherida. Una ausencia de visitas que no quita haber estado inactivos en cuanto a refriegas se refiere.
Financiación
La mayor inyección económica proviene actualmente de la venta de material: prendas de ropa, bufandas o banderas, algunas de ellas con simbología prohibida.
250
La Policía Nacional tiene bajo la lupa a unos 250 integrantes del Frente Atlético, de los cuales alrededor de un centenar compondrían su núcleo duro.
Sin oficialidad
El Frente lleva una década sin ser peña oficial, lo que provoca que su nombre, al menos a efectos del club, se diluya como grada de animación
3
Son los socios del fondo sur, miembros todos del Frente Atlético, expulsados de forma permanente por el club tras los incidentes del derbi. No serán los únicos.
Superada la pandemia, los colchoneros han protagonizado al menos dos 'drakas', es decir, peleas al estilo ruso en espacios apartados y con un número de implicados acordado de antemano. La primera tuvo lugar en marzo de 2021, cuando quedaron con Ultras Sur, diez contra diez y desprovistos de armas. La segunda ocurrió hace justo un año en un bosque similar de Madrid contra los hooligans holandeses del Feyenoord. Pese a que el Frente perdió las dos batallas, su última camada dejó claro que no estaba dispuesta a abandonar la violencia.
Asimismo, resurgieron los enfrentamientos con Suburbios, aparcados tras el crimen de Jimmy, con diversos escarceos en el lado más próximo a Canillejas; colgaron una muñeca hinchable de color negro y con la camiseta de Vinicius, en un puente contiguo a Valdebebas; y mantuvieron una sonada disputa la pasada temporada contra United Family, una facción del Betis con la que años atrás estaban hermanados. Acciones, todas, encaminadas a no perder comba a ojos de otras hinchadas, en una época en la que los radicales del fútbol lejos de estar extinguidos han incrementado su presencia por toda la geografía española.
La imagen del pasado derbi, con Giménez, Koke y Simeone yendo a negociar al fondo sur con varios individuos que habían ocultado su rostro, devolvió la mirada veinte años atrás: entonces, un tipo de traje y pasamontañas rojiblanco lideraba el asalto al entrenamiento tras una serie de malos resultados. Hoy la excusa es otra, pero el chantaje vuelve a ser el de siempre.
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