TITULO: El Telediario La 1 - Delenda est monarchia ,.
Delenda est monarchia ,.
La monarquía está hoy en manos de sus enemigos, que pueden apretarle a aflojarle las clavijas según les convenga,.
«La Historia debe asumirse en su conjunto sin pasar la goma de borrar por parte de ella. Dinamitar el pacto que supuso el sistema de 1978, como hace -o permite hacer- un débil Sánchez, abre un futuro muy preocupante. Con aquel “Delenda est Monarchia” nadie puede identificarse hoy desde el rigor. ”Si no, al tiempo”, que concluyó Ortega»,.
foto / Algunos se identificarían hoy con esta frase latina; obviamente quienes no conozcan sus antecedentes y consecuencias. Asumirían lo que representa con tanta ceguera irresponsable como frivolidad.
Con estas tres palabras concluía Ortega, siguiendo la reiterada sentencia de Catón el Viejo, su célebre artículo en «El Sol», el 15 de noviembre de 1930. Ortega adelantaba la caída de Alfonso XIII cinco meses y un día después. Quienes ven la Historia con un solo ojo no irán más allá de aquellas tres palabras pero Ortega siguió reflexionando sobre ellas. Sin finalizar 1931 el filósofo denunció los nubarrones que se cernían sobre el nuevo régimen. El 6 de diciembre en su conferencia del Cine Ópera «Rectificación de la República» alertó: «Estos republicanos no son la República», y exigió rectificar el régimen, reiterando lo escrito en «Crisol» dos meses antes: «¡No es esto, no es esto! La República es una cosa. El radicalismo es otra. Si no, al tiempo». En 1936, con prólogo en la Asturias de 1934, se vivió lo que el tiempo trajo.
Ortega reflexionó más aún sobre la trayectoria de la República. Y la vivió. Iniciada la guerra civil huyó de España temiendo por su vida, y sus dos hijos varones combatieron como voluntarios en el Ejército nacional, como lo hicieron los hijos de Gregorio Marañón y de Ramón Pérez de Ayala, compañeros de Ortega en la fundación de la Agrupación de Intelectuales al Servicio de la República. Los tres fueron pilares en la llegada del régimen republicano. Quienes quieran saber lo que pasó, y no meramente inventarlo, la historiografía internacional puede servirles de báculo. No proclamar la existencia de una legalidad republicana intachable acaso será pronto un delito, que así están las cosas, pero ello no hará cierto lo falso.
Tras cuatro decenios de franquismo, que había ido transformándose, en 1975 a Juan Carlos I le tocó cambiar la realidad que recibió y lo hizo en profundidad. El cambio fue «de la ley a la ley», malabarismo ideado por Torcuato Fernández Mirada, el hombre que requería el momento. La oposición exterior no hubiese tenido posibilidad alguna de cambiar aquel régimen. El Rey lo hizo con el concierto de los reformistas de dentro y el pragmatismo de los políticos de fuera, y así se construyó una España democrática. En 1978 los españoles ya contamos con una Constitución en la que aparece no sólo el sistema de Monarquía parlamentaria sino también, lo que no es usual, el nombre del titular de la Corona. La Constitución fue votada masivamente a favor. Significativos fueron los resultados en Cataluña: más del 90% de voto favorable; entre los mayores porcentajes afirmativos de toda España. El Rey, además, tuvo que enfrentarse al intento golpista del 23-F, coletazo de las asonadas del siglo XIX. Su papel fue decisivo en defensa de la Constitución.
Es chocante que ciertos adanes de la política que nos hacen reír y nos inquietan a partes iguales pidan algo así como un referéndum constitucional para cada generación, ignorando lo positivos que son el poso y el tiempo para las Constituciones. No quieren reformar la Constitución, cuestión que la propia Carta Magna recoge; buscan dinamitar el sistema del 78. No lo ocultan, y no vamos a ser los demás quienes nos volvamos ciegos, sordos y mudos.
Tras el acceso constitucional de Felipe VI al Trono, el nuevo Rey se encontró con una realidad difícil pero diferente a la que afrontó su padre. Entre los nuevos políticos había quienes no respetaban ni valoraban la Transición porque no la vivieron, no la estudiaron con la objetividad necesaria, o sencillamente por un radicalismo ignorante. Se habían desbocado problemas que venían de lejos pero que el presidente Zapatero agravó, probablemente por falta de condiciones políticas personales. Gracias al socialismo los neoleninistas alcanzaron parcelas relevantes de poder: las alcaldías de importantes municipios y la participación en gobiernos autonómicos, en una estrategia de diseño que iba hacia lo que ahora padecemos. Ello llevó a que arreciasen los ataques a la Monarquía y al Rey, a su carácter de símbolo de la unidad y permanencia del Estado. El mensaje institucional de Felipe VI el 3 de octubre de 2017 sobre la situación en Cataluña tranquilizó a los españoles, en defensa de la Constitución y de una España de ciudadanos libres e iguales.
La cuestión catalana, con el intento de golpe de Estado de por medio, ha desenfocado gravemente la realidad. Unos tipos mediocres y locoides que insisten en proclamar presos políticos a políticos presos por vulnerar la ley, que dicen servir a la inexistente forma republicana de un territorio concreto en el seno de una Monarquía parlamentaria, y que se permiten insultar y ningunear al Rey, no conseguirían dar continuidad a sus tics sediciosos sin la inoperancia, alguien podría pensar que la complicidad, del actual Gobierno de la Nación y de su presidente.
Cuando el presidente del Gobierno vive de prestado desde el chantaje del neoleninismo y el soberanismo rampantes con los que está en deuda por el regalo de ocupar La Moncloa y presidir cada semana el Consejo de Ministros, las posibilidades de que la situación empeore no supone pesimismo sino realismo puro. La nueva vuelta de tuerca que se anuncia en la lamentable Ley de Memoria Histórica que, como escribía recientemente el marqués de Tamarón en una lúcida Tercera, llevaría a acusar a Churchill de apologeta del franquismo, que se cernirá sobre todo aquel que aspire a escribir desde la verdad y no sometido a una verdad impuesta, y la reciente amenaza de revocar títulos nobiliarios por motivos ideológicos, que -no nos engañemos- tiene como diana oculta a la propia Corona, son noticias preocupantes. La resurrección del odio es algo que la mayoría de los ciudadanos ni entiende ni perdonará.
Los ataques a la Monarquía y al Rey, minoritarios, manipulados, pero jaleados en ciertos medios, responden a un revanchismo impostado, impresentable y además injusto. El error de los ruidosos republicanos de este tiempo es elegir como referencia a una República que llegó por unas elecciones municipales, que por cierto perdió en el conjunto de España, que se radicalizó con enorme ceguera, que enfrentó a los españoles y que no cumplió las expectativas que se le supusieron. Acabó en una tragedia: la guerra civil, tras las elecciones amañadas de febrero de 1936 y la amenaza de una revolución marxista según el modelo de la de 1917 en Rusia, como queda demostrado en los discursos del líder socialista Largo Caballero y en la prensa de izquierdas de la época.
La Historia debe asumirse en su conjunto sin pasar la goma de borrar por parte de ella. Dinamitar el pacto que supuso el sistema de 1978, como hace -o permite hacer- un débil Sánchez, abre un futuro muy preocupante. Con aquel «Delenda est Monarchia» nadie puede identificarse hoy desde el rigor. «Si no, al tiempo», que concluyó Ortega.
TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - Precipitaciones localmente fuertes y/o en amplias zonas de la mitad oeste peninsular, Pirineos y norte de Canarias,.
Precipitaciones localmente fuertes y/o en amplias zonas de la mitad oeste peninsular, Pirineos y norte de Canarias,.
foto / Día marcado por la inestabilidad, con precipitaciones ocasionalmente acompañadas de tormenta afectando a la mayor parte del territorio. Se prevén menos intensas y de una forma más dispersa en el sureste de Canarias y en la fachada oriental peninsular, sin esperar que alcancen a los litorales del sureste, Melilla ni Baleares. Por el contrario serán más abundantes, pudiendo llegar a localmente fuertes y/o persistentes en la mitad oeste peninsular, Cantábrico, Pirineos y norte de Canarias.
Las temperaturas máximas descenderán en el norte de la Península y de Baleares, ascendiendo en el Ebro, tercio este, Alborán y Andalucía occidental. En Canarias predominarán los descensos. Mínimas en descenso en la mitad noroeste peninsular, en aumento en Canarias, y con pocos cambios en el resto.
Soplarán vientos intensos, con predominio de las componentes sur y oeste en las vertientes atlántica y cantábrica, y de las sur y este en el resto. Se esperan intervalos de fuerte en los litorales del sureste peninsular, así como a primeras horas en las costas atlánticas andaluzas. Se darán rachas muy fuertes en Pirineos, que también podrían aparecer en otras zonas de montaña. En Canarias soplarán del oeste tendiendo a restablecerse el alisio.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Audie Norris ,.
Este domingo - 20 , 27 - Octubre a las 21.30,Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',fotos,.
Audie Norris,.
Audie Norris: “No fui al Real Madrid por 10.000 dólares”,.
El que fuera pívot del Barça se convirtió en uno de los americanos más queridos de nuestro baloncesto. “En Barcelona viví los mejores años de mi carrera”.
Audie Norris (Misisipi, 1960) es uno de los grandes americanos que ha pasado por el baloncesto español. Sus duelos con Fernando Martín en la pintura marcaron época, aunque ambos podrían haber sido compañeros unos años antes.
¿Qué supone para usted entrar en el Hall of Fame de la FEB?
No me lo esperaba. Para un chico de Jackson (Misisipi) estar en el Hall of Fame de España es un honor enorme. Supongo que es parecido a cuando Pau Gasol entró en el de la NBA. Para mí es igual. Estoy muy ilusionado, muy emocionado y muy honrado de estar incluido entre este grupo de gente.
Entra usted entre un elenco de nombres internacionales como Nowitzki, Sabonis, Oscar Smichdt…
No sé si soy el primer americano, creo que sí. Es un honor enorme.
Sí, es usted el primer norteamericano. Y eso que en España han jugado muchos y muy buenos.
Siempre ha habido muy buenos americanos, especialmente en mi época. Por eso, ser elegido siendo de fuera es lo más.
¿Cómo fue su aterrizaje en Europa? ¿Fue un cambio muy grande?
Sí. Yo vine pensando en volver a la NBA, en jugar unos años y regresar a mi país. Cuando llegué a la Benetton de Treviso sobre todo quería jugar, demostrar mi nivel, porque en Portland solo me daban unos 15 minutos por partido. Y además no eran seguidos, donde pudiera mostrar mi nivel, sino que eran tres minutos por aquí, cinco por allá… Y yo quería jugar, tener continuidad. Dentro de mí sabía que tenía mucho más baloncesto, mucho más que ofrecer. Quería demostrar que merecía más, que merecía un sitio en el equipo. Por eso fui a Italia, siempre con la intención de regresar.
Pero no regresó…
En Treviso tuve un año bueno pero sufrí varias lesiones. Me perdí partidos. El club de mi carrera eran mis lesiones, no mi juego. Mi juego era muy sólido, pero no tenía continuidad.
¿Le costó adaptarse a la cultura italiana?
Llegué a Italia pensando en adaptarme a la cultura europea. El baloncesto no me preocupaba, no era un problema. Siempre me interesó más incorporarme a la vida… y fue fácil. A partir de allí ya no tuve ningún problema cuando vine a España. Yo no llegué a Treviso buscando vivir como en EE UU. La mayoría de los americanos, tanto en Italia como aquí, siempre buscan cosas de América. Y eso es un problema. Yo nunca he sido así.
Entonces, tras su buena temporada en Italia, ¿por qué no volvió a EE UU?
Al finalizar mi primera temporada en Italia tuve opciones de volver. Existieron conversaciones con los Lakers y los Celtics pero las lesiones, sobre todo después de las temporadas, me impidieron regresar.
Y llega a Barcelona. ¿Aquí encuentra su sitio en el mundo?
Cuando terminó mi vinculación con la Benetton firmé un contrato de cuatro temporadas: las dos primeras con el Barça y las dos siguientes con el Bolonia. Era un contrato con todo garantizado. En mis primeros dos años gané la Liga con el Barça y me sentí muy cómodo. Me sentí como en casa. Pero después de mi segundo año, Bolonia quería su contrato. Algo normal, porque además de tenerlo firmado habíamos hecho dos grandes temporadas en Barcelona, ganando Liga y Copa. Estuve jugando muy muy bien esos dos primeros años pese a someterme a varias artroscopias. Estuve a un nivel muy alto, ellos querían que fuera pero yo decidí quedarme. Ellos me lo ofrecieron todo, subirme el contrato que ya tenía firmado, pero yo me sentía muy cómodo en Barcelona con mis compañeros. Formamos una familia. Eran mis hermanos. No quise regresar a Italia y el Barça le pagó mi buyout a Bolonia y me quedé cuatro años más. Seis en total. Fueron años muy buenos para mí. Fueron, sin duda, los mejores años de mi carrera.
¿Cómo se convirtió en una leyenda del Barça?
Fue por mis compañeros, más que nada. La base del equipo fue la misma durante varias campañas… Jiménez, Epi, Solozábal, Xavi Crespo, Ferran Martínez… Era muy fácil jugar con ellos. El público me apoyó mucho desde el primer día. Y también el club. Porque normalmente a un extranjero con mis problemas físicos le echan. Traen a otro y listo. Pero alguien, creo que Aíto García Reneses, me dijo que un Norris al 70% de su juego era mejor que un americano cualquiera al cien por cien. Y yo siempre trabajé para demostrar que podía jugar aquí, que me merecía el dinero de mis contratos y el apoyo del público. Siempre jugué al cien por cien, siempre lo di todo.
Pero su carácter, su personalidad... también fueron determinantes, ¿no?
Siempre tenía tiempo para hablar con mis fans, con el público. Siempre era el último que salía del Palau. Pasaba tiempo con ellos, hablando. Era muy cercano. Ya en esa época, el Barça era muy grande como equipo pero yo nunca me sentí una estrella. Nunca quise ocupar ese rol. Yo era uno más en el equipo, uno más en la ciudad.
¿Qué título de los ganados le hizo más ilusión?
El primero, sin duda, la primera Liga. Fue mi primer título como profesional.
Y pudo usted ganarlo con el Madrid porque… pudo usted ir al Real Madrid, ¿verdad?
Pudo ser mi primer equipo en España. Yo quería fichar por ellos. Fui a Madrid tras mi primer año en la Benetton para firmar con ellos. De hecho pensaba que todo estaba bien y que iba a ir al Madrid, pero cuando volví a Treviso con mi mujer, que estaba embarazada, me llamó mi agente y me dijo que no, que no aceptaban el contrato porque era muy caro. En esa época iba a ser el jugador mejor pagado de la Liga. El Real Madrid tenía que pagar más de lo que iba a ganar en la Benetton en el segundo año y no quisieron. Eran 10.000 dólares más. Solo eso. Por 10.000 dólares no fui al Madrid. Volví a Treviso y tras un año, el Barça me llamó y fui para allí.
¿Cómo vivió los duelos contra el Madrid? ¿El ambiente era muy distinto al de la NBA?
Era distinto, pero no tanto. Siempre vi el Clásico como un Lakers-Celtics. Un Bird-Magic.
¿Ustedes quiénes eran?
¡Los Lakers, claro! Contra el Madrid los partidos eran siempre muy duros. Los Clásicos fueron una de las primeras cosas que me explicaron mis compañeros. Era muy serio. El Madrid venía de ganar mucho. La gente no habla mucho de esto, pero ganamos la Liga tres años seguidos en una época donde ellos dominaban. Fue algo impresionante.
¿El baloncesto ha cambiado mucho?
Bastante. Las reglas han cambiado. En mi época nos permitían mucho más contacto, más golpes. Era un baloncesto más físico, donde se jugaba más en la pintura. Hoy en día el juego es más exterior. Ahora los grandes no juegan tanto por dentro. Ya no cogen rebotes. Eso me molesta. Los hombres altos son más grandes, pero no cogen rebotes. Antes se cogían fácil 10 rebotes de media, a veces 15 o 16. Ahora si llegan a ocho o nueve, es lo más. Pero es que también han cambiado los entrenamientos. Antes se incluían sesiones para rebotear. Ahora nadie lo hace. Antes había mucho más contacto, ahora entrenan solos. Hacen su movimientos y listo, sin un compañero delante. En ese sentido sí que ha cambiado, los entrenadores se han adaptado. No me gusta, pero es lo que hay.
Y el nivel en Europa ha subido…
Sí, mucho. Los fundamentos, para mí, son mejores en Europa que en EE UU. Los entrenamientos, también. Sobre todo entre los jóvenes. La AAU es un circuito de baloncesto de verano que existe en EE UU para los más jóvenes y para mí está destruyendo el baloncesto. Solo hay partidos, no hay entrenamientos, no hay fundamentos. Todo es más individual. Los mejores tienen y tendrán éxito, pero no saben de baloncesto. En Europa los jugadores aprenden más, saben más y a la larga se nota. Los dos últimos números uno del draft son franceses. Los últimos MVP, europeos.
¿Cómo ve al Barça?
Me gusta el equipo, tiene mejor plantilla. El entrenador tiene que buscar un cinco que pueda jugar junto y a sus suplentes. Los fichajes de Anderson, Punter y Metu me gustan. Juan Núñez, también. No tiene tiro, tiene que mejorarlo… Y no sé si puede porque su forma de tirar es complicada de corregir. Ha tirado así desde pequeño. Pero su conocimiento del juego es muy bueno. Me gusta el equipo, pero necesitan tiempo para que las piezas encajen. Peñarroya tiene un gran trabajo delante.
¿Y a los fichajes? ¿Les ve preparados?
Anderson me encanta. Juega muy duro en defensa y contagia su energía, pero necesita jugar más. Metu es mejor de lo que estamos viendo ahora. Por eso creo que Peñarroya tiene que buscar sus grupos, que encajen bien. Fall es muy grande, pero necesita jugar con sus manos arriba. Y luego Punter que, en mi opinión, tiene que jugar mucho más. Es un poco más reservado, pero está muy contento aquí. Le gusta Barcelona. He hablado con él estos meses y le gustan el equipo y la ciudad. Está buscando su sitio, me gustaría verlo jugar más. Es un killer.
Reclama usted más minutos para todos… Y eso no puede ser.
Para mí en este baloncesto de hoy en día hay demasiadas rotaciones. Cuando un jugador coge el ritmo hay que dejarlo en la pista. No me gusta que los cambien tanto. Y no es algo del Barça o de Peñarroya, lo hacen todos.
Pero es que hay muchos partidos…
Da igual. En la NBA juegan los mismos y Doncic o Curry juegan muchos más minutos.
Pero la fase regular no es comparable a la Euroliga o la ACB…
¡Pero es que son profesionales! ¿Por qué en la NBA los mejores pueden jugar 35 minutos y aquí no? Es la mentalidad y la filosofía de los entrenadores de aquí. Hay muchos partidos, vale, pero en la NBA juegan lo mismo o más y las estrellas juegan la mayoría de los minutos. ¿Por qué aquí no? No lo sé, pero no me gusta.
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