TITULO: El
paisano - Viernes - 1 - Noviembre - Es el pastor con más magia de Bolonia donde tiene 200 cabras floridas ,.
Viernes - 1 - Noviembre a las 22:10 horas en La 1 , foto,.
Es el pastor con más magia de Bolonia donde tiene 200 cabras floridas,.
Fran (53 años) es de Jerez y ha hecho de todo en su vida.
Estudió peluquería, salió a los 18 años de su tierra natal para irse a Madrid e ingresar en el cuerpo de la Guardia Real donde obtuvo el título de paracaidismo y llegó a formar parte de la Escuadrilla Plus Ultra del Ejército del Aire. Después estuvo en Tenerife.
Allí trabajó descargando maletas en el aeropuerto. Pero su lema siempre ha sido no dejar de perseguir tus sueños así que un día, viendo a un mimo, decidió que quería hacer feliz a la gente y se convirtió en mago y payaso.
En Barcelona se formó con un discípulo de Juan Tamariz y durante 17 años ha repartido sonrisas con sus trucos de magia alrededor de todo el mundo.
Pero llegó la pandemia y nuestro protagonista tuvo que reinventarse. Hizo un curso de pastoreo en Extremadura y dejó su vida en Barcelona para llegar a Bolonia, un rincón en el Atlántico con mucha magia.
Allí se ha tirado al campo junto a su perrita Candela y 200 cabras floridas. Es el pastor más artista de toda la comarca del Campo de Gibraltar.
TITULO: HOSPITAL - Salud - Álvaro Morata, entre la depresión y el fútbol, la resiliencia,.
Álvaro Morata, entre la depresión y el fútbol, la resiliencia,.
foto / Álvaro Morata celebra el segundo gol de España ante Serbia en el Arcángel.
El capitán de la selección española, que supera un delicado momento personal, se reencuentra con el gol en Córdoba gracias al apoyo de la afición en el Arcángel,.
La vida futbolística de Álvaro Morata salta de las luces y a las sombras, siempre con la resiliencia como el arma más poderosa del delantero, incluso, por momentos, más poderosa que sus goles, 257 en total, 37 con la camiseta de España. Aunque, en realidad, es la vida en general de Álvaro Morata la que salta del brillo a la oscuridad. Ahora también le toca sobreponerse a la ruptura con la madre de sus cuatro hijos, Alice Campello, una separación demasiado mediática,.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Un mar de horizonte,.
Un mar de horizonte,.
foto / Horizonte es una reflexión autobiográfica sobre muchos años de viajes e investigaciones, en la Antártida y en más de setenta países. Algunos de esos viajes los financié yo mismo, para otros busqué subvenciones o recibí becas. Hice varios viajes por encargo de revistas y, en otros, simplemente me invitaron a acompañar a alguien. Los detalles y mis expresiones de gratitud por quienes me han ayudado a lo largo de los años están incluidos en los Agradecimientos.
Dado que Horizonte pretende ser una obra autobiográfica, debo subrayar que todos esos viajes entrañaron una larga curva de aprendizaje. No he querido ser explícito sobre lo que aprendí (o desaprendí) ni cuándo, en parte porque no siempre he tenido claro qué cambios pudieron ocurrir. El joven que visitó el yacimiento arqueológico de Skraeling es el mismo que, al final del libro, se encuentra con un desconocido en la carretera a Puerto Hambruna, pero al mismo tiempo no lo es.
El niño y yo estamos asomados a una barandilla de acero, mirando el mar. Hay un sol reluciente, pero la sombra de un tejado que tenemos encima nos permite ver claramente el fondo del mar y observar cómo tiembla allí abajo lo que queda de la superestructura de un buque de guerra hundido setenta y dos años antes.
Mi nieto tiene nueve años. Yo tengo cincuenta y ocho.
La explanada conmemorativa en la que nos encontramos, junto a mi mujer, está construida sobre lo que queda del USS Arizona, un buque de guerra de la misma clase que el Pennsylvania, de 185 metros, hundido en su punto de amarre la mañana del 7 de diciembre de 1941 por bombarderos suicidas japoneses. Se hundió en solo unos minutos. El casco inundado, una necrópolis desde entonces, contiene los restos de muchos de los 1.177 marineros e infantes de marina acribillados o ahogados esa mañana. Le explico al chico que, a veces, nos hacemos estas cosas, nos hacemos todo ese daño. Sabe lo que fue el 11 de septiembre de 2001, pero todavía no ha oído hablar, creo, de Dresde ni del Frente Occidental, quizá ni siquiera de Antietam o Hiroshima. Hoy no le voy a contar que pasó en esos otros días infernales. Es demasiado joven. Sería una inconsciencia —una crueldad— explicarle todo de forma intencionada.
Esa mañana, unas horas después, estamos los tres buceando en un arrecife de coral. Contemplamos bancos de peces tropicales saltar, enroscarse y desenroscarse ante nosotros, como unas banderas de colores al viento. Luego almorzamos junto a una piscina en el hotel en el que nos alojamos. El chico nada sin descanso en el agua turquesa y reluciente de la piscina hasta que su abuela se lo lleva a la playa. Corre a lanzarse a las aguas del Pacífico.
No se cansa de nadar.
Le observo unos minutos, mientras se tira de cabeza a las olas que rompen una tras otra. Su abuela, con el agua hasta la rodilla, le vigila sin descanso. Al cabo de un rato, me siento en un sillón junto a la piscina, con un vaso de limonada helada, y me pongo a leer un libro que acabo de empezar, una biografía del escritor estadounidense John Steinbeck. Levanto la vista de vez en cuando para mirar la luz del sol que tiembla sobre la superficie del mar o para seguir las bandadas de golondrinas que huyen de las mesas del restaurante al aire libre del hotel después de haberse dedicado a rebuscar migas. Durante largos minutos ininterrumpidos también observo, con una mezcla de curiosidad y afecto, a los otros huéspedes del hotel, que toman el sol en tumbonas junto a la piscina o pasean con total relajo. El aire compasivo y la luz benigna me mueven a sentirme conciliador con todo lo que veo diferente a mí mismo. Cuando respiro, noto un aroma denso, como de perfume, de flores tropicales que restallan en un seto cercano. ¿Es buganvilla? La exuberancia de mi nieto también refuerza esa sensación de tranquilidad que me invade.
Casi todos los que se alojan en el hotel son asiáticos. En particular, reconozco los rasgos distintivos de rostros japoneses y chinos. Cuando atraviesan el restaurante junto a la piscina vestidos con ropa cara, hacen una señal discreta a un empleado para que les traiga una toalla, cogen ejemplares de The Honolulu Star-Advertiser para estirar las páginas, todos parecen tener el aire de gente acostumbrada al lujo, tal como lo imagino yo.
Vuelvo a la biografía. En el párrafo que estoy leyendo, el autor describe un encuentro que tuvo una vez Steinbeck en su casa de Pacific Grove, California, con el historiador de mitología Joseph Campbell. La noche anterior, Steinbeck, el compositor John Cage, Campbell, la primera esposa de Steinbeck, Carol, y unos cuantos más habían cenado juntos en casa del escritor. A la mañana siguiente, Campbell sale al patio a informar a su anfitrión de que se ha enamorado de Carol. Acusa a Steinbeck de tratarla de forma mezquina y dice que, si no cambia su comportamiento, él, Campbell, está dispuesto a pedir a Carol que se case con él y le acompañe de vuelta a Nueva York.
Levanto la vista de repente, al recordar que, en 1956, estuve en un campamento de verano con los hijos de Steinbeck, Thom y John. Para mí fue una ocasión memorable. Tenía once años y al mismo tiempo conocí a su padre. Me maravilló la corpulenta cosificación de aquella persona que había escrito El poni colorado (también me presentaron a su tercera esposa, Elaine, que se mostró fría y desdeñosa).
Reanudo la lectura donde la dejé, deseoso de seguir a este inesperado triunvirato: Steinbeck, John Cage, Joseph Campbell.
Varias páginas después, siento el sol que desciende ardiente sobre la mejilla derecha. Pasa otra bandada de golondrinas sobre mi cabeza y de pronto me pregunto si he cometido un error terrible esta mañana en Pearl Harbor, antes de que fuéramos todos a ver el Arizona. Llevé a mi nieto a ver el interior de un submarino estadounidense de la Segunda Guerra Mundial y le expliqué la arquitectura, el periscopio en la torre de mando, los tubos lanzatorpedos de la parte delantera. Él tocó los torpedos con cuidado, con una suave caricia, y sus manos pequeñas abrazaron las cabezas.
Justo en este momento, una guapa mujer japonesa que caminaba junto a la piscina da un salto arqueado y elegante y se zambulle en el agua. Un acto impulsivo. A su alrededor se eleva un pliegue de agua, como el volante de un traje de flamenca. El agua de la piscina se pulveriza en gemas translúcidas.
En medio de la belleza de este instante, me viene la pregunta repentina: ¿qué va a ser de nosotros?
Me levanto, marcando la página del libro con el dedo, y miro a través de un seto de uvas de playa hacia las olas en busca de mi nieto. Él me saluda lleno de entusiasmo, sonriendo desde una ola. ¡Estoy aquí, abuelo!
¿Qué va a ser de todos nosotros ahora, en esta época de sectarismos y violencia cotidiana?
Quiero dar las gracias a la mujer por su exquisita zambullida. Por el abandono y la elegancia de sus movimientos.
Quiero desear a cada uno de los desconocidos que veo en las butacas y las tumbonas a mi alrededor, a cada uno de ellos, una vida tranquila. Quiero que todos los que están aquí sobrevivan a lo que se nos viene.
TITULO: VUELTA AL COLE - Un país para leerlo - Lugo ,.
Un país para leerlo - Lugo ,.
foto / Un país para leerlo viaja esta semana a Lugo, atravesando las puertas de su famosísima muralla romana. La presentadora Carolina Alba entrevistará a Alba Carballal, arquitecta, lucense del año y premiada novelista. Además, charlaremos con Xabier Quiroga, novelista explorador de la lengua gallega en los géneros en los que se ha aventurado. Nos desplazaremos a Sarria para recorrer los escenarios de la vila natal de Xela Arias, la poeta insumisa. Por último, conoceremos una librería que mantiene fuerte la literatura en Lugo y un libro que nos lleva al futuro para que no desaparezca nuestro presente.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 6 - Noviembre - Las hermanas de Puig Antich, tras la nulidad de la sentencia: “Hace 50 años que luchábamos por esto” ,.
En la tuya o en la mía - Miercoles - 6 - Noviembre ,.
En la
tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores
el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante
aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer
mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el
miercoles - 6 - Noviembre , etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 6 - Noviembre - Las hermanas de Puig Antich, tras la nulidad de la sentencia: “Hace 50 años que luchábamos por esto” ,.
Las hermanas de Puig Antich, tras la nulidad de la sentencia: “Hace 50 años que luchábamos por esto”,.
El Gobierno entrega a la familia el documento que declara ilegales e ilegítimos los tribunales y jurados que juzgaron a la última víctima de garrote vil, el anarquista Salvador Puig Antich. Tenía 25 años,.
foto / Las hermanas de Salvador Puig Antich, desde la izquierda, Montserrat Puig Antich, Inmaculada Puig Antich, Merçona Puig Antich y Carme Puig Antich durante el acto de entrega de la declaración de Reconocimiento y Reparación a la familia, en la sede del Ministerio, este miércoles.
Un médico militar certificó la muerte en la cárcel Modelo de Barcelona del anarquista Salvador Puig Antich “por parada cardiorrespiratoria por garrote” el 2 de marzo de 1974. Tenía 25 años. Fueron 20 minutos de agonía. Fue el último ejecutado a garrote vil en España: la última vez que se utilizaba un instrumento de torturas y ejecución a la par. 50 años después, en Madrid, en el hall de la entrada del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, las cuatro hermanas de Salvador se han sentado en la primera fila para recibir una noticia. Han escuchado cómo el ministro Ángel Víctor Torres,.
TITULO : EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA
SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 1 - Noviembre - Juan Manuel de Prada - Enfermos resilientes ,.
MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 1 Noviembre ,.
MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.
acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes -1 - Noviembre ,etc.
EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 1 - Noviembre - Juan Manuel de Prada - Enfermos resilientes ,.
Juan Manuel de Prada - Enfermos resilientes ,.
Juan Manuel de Prada - foto ,.
Mira a esa chica es la primera novela de Cristina Araújo (Madrid, 1980). Su primera y feliz incursión en el mundo de la narrativa. Y el producto que ofrece al lector da la impresión de haber sido cocinado a fuego lento, con ingredientes de primera calidad, con buen pulso, con ambición y con el deseo de ser original en sus planteamientos técnicos, lejos, por lo tanto, de la improvisación y de las habituales prisas que tanto pervierten el buen hacer literario y secan las mentes.
Decía Lukacs que “la novela es la epopeya de una época para la cual no está ya sensiblemente dada la totalidad extensiva de la vida, una época para la cual la inmanencia del sentido de la vida se ha hecho problema, pero que, sin embargo, conserva el espíritu que busca la totalidad, el temple de la totalidad”. Mira a esa chica responde, en parte, a esas mismas premisas, enunciadas tantos años atrás. Quiere ser una obra moderna, acorde con nuestro espíritu y con nuestro tiempo, que destapa un asunto de actualidad, como es la violación, sobre el que se establece un encendido debate, y sobre el que no están del todo claras las razones de unos y de otros, como si la verdad —la verdad verdadera, que diría Marsé— sólo fuera un privilegio de los dioses.
El fondo, sin embargo, el hecho de dar cuenta —con detalles, en ocasiones, un tanto expresionistas y morbosos— de la violación de una chica por parte de un grupo de jóvenes que terminan enfrentándose a la justicia ordinaria y, lo que es peor aún, al dictamen de la gente de la calle, a la llamada “pena del telediario”, no ciega, sin embargo, por completo, las otras exquisiteces de las que se compone este volumen. Como, por ejemplo, esas descripciones breves de ciertos personajes que la autora despacha, con una limpieza y un rigor encomiables, con un par de certeras pinceladas: “Se podría decir que es el típico chaval de carácter ambivalente: inseguro y engreído a partes iguales. Su código moral está todavía en vías de desarrollo y a veces —por motivos de supervivencia— se sirve de lo puntos débiles de los otros para salir a flote”.
Y por si ello fuera poco, Cristina Araújo despliega toda su sabiduría, todo el conocimiento que posee sobre este género, para dar consistencia al estilo y a la estructura de la novela que nos lega. Hay momentos en los que nos hace recordar, a tal propósito, lo mejor de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, obra que parecen haber relegado al olvido tanto los nuevos lectores como los actuales críticos y creadores, aportando toda una avalancha de un supuesto material de derribo —correos electrónicos, whatsapps, sentencias, dictámenes, partes médicos, titulares de prensa, noticias de la radio, etc.— que la autora logra domeñar y someter con mano firme para conseguir así su propósito de elaborar una novela que, a pesar de su heterogeneidad, se lee con gusto, resulta emocionante y nos mantiene en tensión desde las primeras páginas hasta la prórroga, que tiene lugar seis meses después de la acción que se relata.
Lo menos creíble es el nombre de los personajes: Vix, Lukas, Lachance, Jordan, Kaplan o Patty Dougan, la madre de Miriam, la verdadera protagonista de la obra. Demasiados nombres de guerra y excesivo abuso de la jerga juvenil que, sin embargo, no empaña el producto que aquí se nos ofrece. Tampoco se deja demasiado claro el lugar de acción. Pero, en el fondo, poco importa. Se trata, en fin, de una geografía que a veces se nos antoja imaginaria, quizá con el propósito de darle un carácter más indeterminado y universal a lo que se nos cuenta, huyendo de los consabidos localismos, de los casos particulares. Y, sin embargo, da una sensación de irrespirable verdad que, en ocasiones, resulta agobiante.
La novela aborda, asimismo, con coraje, con no poca valentía, asuntos que parecían destinados a narradores más experimentados, con más recorrido y más rodaje en este mundo. Así sucede con el análisis que se lleva a cabo de la adolescencia, de la hipocresía que nos invade por los cuatro costados y de la siempre difícil gestión de los secretos. Los secretos no son sino un atajo para consolidar la amistad y tienen el don de rescatar a las parejas de la abulia, leemos en alguna parte. La adolescencia, por otro lado, no es, en el fondo, como se afirma en estas páginas, sino una enfermedad transitoria que hay que saber gestionar con mucho tiento. Y sobre esa hipocresía que campea por el mundo, se deja bien claro que quienes antes llamaban a Miriam la Bufi, la Zampa, la Gorda, la amargada, la aguafiestas, la niña torpe, la pava histérica… Tras su violación, esas mismas voces, claman ahora justicia, lo que se pone en tela de juicio una cierta y evidente nota de falsedad a cargo del feminismo más combativo.
Mira a esa chica es una novela coral en la que casi una docena de personajes pivotan sobre otro que ejecuta la acción. Un relato cabal de las vidas insustanciales y de las conversaciones anodinas de los jóvenes de nuestro tiempo —no he podido evitar el recuerdo de dos viejas joyas, El Jarama y Nuevas amistades, de mis añorados Sánchez Ferlosio y Juan García Hortelano, respectivamente— que podrían verse alteradas y modificadas en sólo un instante. El instante de peligro.
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