miércoles, 8 de junio de 2022

España a ras de cielo - Pablo Derqui . - PLANETA CALLEJA - DOMINGO -12- Junio ,. / Centenarios - Sarah Knauss ,. / Un país para reírlo - Una ciudad, mil historias ,. / Aquí la tierra - Del lamento a la esperanza,.

 

TITULO: España a ras de cielo -  Pablo Derqui   ,. - PLANETA CALLEJA - DOMINGO -12- Junio,.


España a ras de cielo  ,.

 

España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo Martes a las 22h30,.
 El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista., etc,.


PLANETA CALLEJA - DOMINGO -12- Junio,.
 

   Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.


Pablo Derqui ,.

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Pablo Derqui
Pablo Derqui (2019).jpg
Información personal
Nombre de nacimientoPablo Derqui Maestre
Nacimiento10 de agosto de 1976 (45 años)
BarcelonaCataluña,
Bandera de España España
NacionalidadEspañola
Educación
Educado en
Información profesional
OcupaciónActor y actor de cine Ver y modificar los datos en Wikidata

foto / Pablo Derqui Maestre (BarcelonaEspaña10 de agosto de 1976) es un actor español de teatro, cine y televisión.

Carrera

Nacido en Barcelona en 1976, Pablo Derqui es licenciado en Humanidades (Universidad Pompeu Fabra, 1998) e Interpretación (Instituto del Teatro, 2003), y habla castellano, catalán, inglés y francés. Ha trabajado en cine y televisión, aunque es en el ámbito teatral en el que más se ha desarrollado. Residente en Barcelona, la popularidad a nivel nacional le llegó al participar en series como Hispania o El síndrome de Ulises. Interpretó al rey Enrique IV de Castilla en la primera temporada de la serie de TVE Isabel. En 2017 participó en el Festival de Teatro Clásico de Mérida con la obra Calígula de Albert Camus, interpretando el papel principal, el del propio emperador romano.

Teatro


TITULO:  Centenarios -   Sarah Knauss ,.


Sarah Knauss

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Sarah Knauss
Sarah Knauss 1897.jpg
Información personal
Nacimiento24 de septiembre de 1880 Ver y modificar los datos en Wikidata
Hollywood (Estados Unidos) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento30 de diciembre de 1999 Ver y modificar los datos en Wikidata (119 años)
Allentown (Estados Unidos) Ver y modificar los datos en Wikidata
SepulturaCementerio de Grandview
NacionalidadEstadounidense
Familia
Hijos1 Ver y modificar los datos en Wikidata

foto / Sarah DeRemer Knauss (Hollywood24 de septiembre de 1880 - Allentown30 de diciembre de 1999)1​ fue una supercentenaria estadounidense. Fue considerada la persona más longeva del mundo por Guinness World Records el 16 de abril de 1998, fecha en la que murió a los 119 años de edad la canadiense Marie Louise Meilleur. A los 119 años de edad, también se convirtió en la persona de mayor edad en alcanzar el título de la persona más anciana del mundo. Knauss es la tercera persona verificada más longeva de la historia detrás de Kane Tanaka. La primera es Jeanne Calment. Ella fue la última persona viva verificada en haber nacido antes de 1885.

Biografía

Sarah DeRemer Clark nació el 24 de septiembre de 1880 en la pequeña ciudad minera de Hollywood, Condado de Luzerne (Pensilvania), hija de Walter y Amelia Clark. En 1901, se casó con Abraham Lincoln Knauss (19 de diciembre de 1878 - 1 de marzo de 1965),6​ quien inicialmente trabajó de curtidor hasta saltar a la política con el Partido Republicano y trabajar en el Registro Público entre 1937 y 1951, año de su jubilación. Abraham murió en 1965 a la edad de 86 años.

Hasta el momento de su matrimonio Sarah trabajó como gerente en una oficina de seguros, para posteriormente ser ama de casa. También fue una costurera cualificada, llegando a confeccionarse su propio vestido de novia, manteles y su propia ropa. Según se dice, aprendió a coser a la edad de cuatro años.

En su matrimonio con Abraham solo tuvo una hija, Kathryn Knauss Sullivan (17 de noviembre de 1903 - 21 de enero de 2005, 101 años), quién aseguró que la longevidad de su madre se debía a que era una persona muy tranquila y nada la desconcertaba. En 1995, cuando se le preguntó a sus 115 años si ella disfrutaba de su larga vida, Sarah respondió con total naturalidad: "Disfruto de la vida porque tengo salud y aún puedo hacer cosas".

Sus pasatiempos eran ver el golf en la televisión, coser y comer tortugas de chocolate con leche, anacardos, y patatas fritas. Según Joseph Hess, un administrador de la instalación de la Fundación Phoebe-Devitt Casas donde vivía Knauss, "Sarah era una dama elegante y digna de todo el honor y la adulación que había recibido".

Sarah, que tenía 28 años cuando Henry Ford introdujo el Ford Modelo T en 1908, vivió siete guerras de los Estados Unidos y coexistió con veintitrés presidentes de los Estados Unidos. En el momento del hundimiento del RMS Titanic en 1912 Sarah contaba con 31 años de edad y con 46 cuando Charles Lindbergh voló en solitario a través del Atlántico.

Murió el día 30 de diciembre de 1999, 33 horas antes de comenzar el año 2000, a la edad de 119 años y 97 días en Allentown por causas naturales.

Reconocimiento

A la edad de 116 años, fue reconocida como la nueva plusmarquista nacional de la longevidad en los Estados Unidos, entonces se creía que ese título lo ostentaba Carrie C. White (al parecer 1874-1991). Aunque se demostró que fue un caso falso con la posterior investigación. Ahora se cree que el registro debería haber estado en manos de Lucy Hannah (1875-1993), quién murió a los 117 años y 248 días en el año 1993. En cualquier caso, Sarah extendió el récord de longevidad de los Estados Unidos a 119 años. Knauss fue la segunda persona plenamente validada en la historia en llegar a 118 años y 119 años (siendo la primera Calment en 1993 y 1994, respectivamente). Más de dos décadas después de la muerte de Knauss, la japonesa Kane Tanaka alcanzó los 118 años el 2 de enero de 2021, y los 119 un año más tarde.

Después de su muerte, del senador estatal Charlie Dent, que había asistido a su 115 cumpleaños en 1995, dijo que "la señora Knauss fue una mujer extraordinaria que alargó los límites de la longevidad. Ésta es una ocasión triste, pero ciertamente tuvo una vida azarosa."7

A más de 21 años después de su muerte, su récord como la persona más longeva de los Estados Unidos aún no se ha superado. Asimismo, desde la muerte de Knauss ninguna otra persona en el mundo - fuera de la francesa Jeanne Calment - había alcanzado la edad de 118 años, hasta que lo hiciera la japonesa Kane Tanaka el 2 de enero de 2021. Jeanne Calment, nacida en Francia, vivió hasta los 122 años y 164 días de edad, siendo considerada la persona más anciana de todos los tiempos, seguida por Knauss con la plusmarca de 119 años y 97 días.

También fue la única estadounidense que logró superar las edades de 117, 118 y 119 años.

TITULO:  Un país para reírlo - Una ciudad, mil historias,.

 

martes -14- Junio , a las 22:55 horas en La 2,  foto,.

Una ciudad, mil historias,.




Fermín Cabal Riera es uno de los autores más comprometidos del teatro español. Referente del teatro independiente, es autor, director, guionista cinematográfico y ha adaptado varias obras extranjeras, entre las que destaca  El búfalo americano (2005), del norteamericano David Mamet, o una buena parte del teatro de Christopher Durang. Este leonés, que nunca ha olvidado su tierra, y «aquí estoy para lo que quieran mis paisanos», muy pronto se hizo dramaturgo «porque era mucho más fácil que ser actor».

Parte fundamental de la historia de nuestro teatro, algunos de sus más celebrados títulos son: Tú estás loco, Briones (1978),  Vade Retro (1982),  Esta noche, gran velada (1983),  Caballito del diablo (1985),  Travesía (1992),  Castillos en el aire (1995),  Otra noche sin Godot (2001) o Tejas verdes (2002), en las que muestra, con ternura, la dignidad de sus personajes en la tragicomedia de su día a día. Pero, además, Fermín Cabal ha sido también guionista de series de televisión, profesor, director de escena y autor de los ensayos  Teatro español de los 80 (1985), en colaboración con José Luis Alonso de Santos, y  La situación del teatro en España (1994). Su labor ha sido reconocida con numerosos galardones, entre los que se encuentra el Premio de la Crítica, recibido en 1984 y en 1997.

La tinta inicia, con Fermín Cabal Riera, un abril que dedicaremos a autores de la tierrina y, también, a aquellos que están y se sienten, de una u otra forma, muy cercanos a León…

- Según tus declaraciones, a los ocho querías ser escritor, a los quince, director de cine, a los veinte te habías resignado a ser poeta en los ratos libres y a los veinticinco te encontraste por azar con el teatro. ¿Cómo fue ese encuentro casual y qué papel jugó la ciudad de León en todo ello?

Conocí a una chica, que estudiaba Filología Románica y trabajaba profesionalmente en el teatro, de la que me enamoré. Por aquel entonces, yo estudiaba en Madrid, por lo que la ciudad de León no influyó mucho en este asunto, aunque, quizá, lo haya hecho misteriosamente. Cuando era niño, León era cuna de monjitas y guardias civiles, y hoy está llena de poetas y novelistas. ¿Por qué? ¿Ha sido culpa de Victoriano Crémer? ¿De la canalización del Bernesga? ¿La raza leonesa decae? No sabría responder a esta pregunta.

- Formaste parte del teatro independiente a través de los grupos Tábano, Los Goliardos... ¿Qué papel desempeñó este teatro en la Transición española?

El teatro independiente español en los últimos años de la dictadura fue un movimiento antifranquista de cierta importancia. En un primer momento, sus objetivos y motivaciones eran de orden cultural. Pretendíamos, si no recuerdo mal, que España, que vivía al margen de la cultura europea, recuperase un tiempo que nos parecía perdido. Pero la derecha española percibió que eso era peligroso y, con su habitual odio a la cultura, reaccionó violentamente y consiguió que el movimiento se radicalizase a toda velocidad. El contexto internacional también empujaba en esa dirección, así que no tuvimos oportunidad de elegir. La chusma franquista era tan borrica, tan ignorante, tan asquerosa, que no era posible un compromiso. Tuvimos mucha suerte.

- Tu debut teatral, como autor y director, se produjo en octubre de 1978, cuando la Compañía Monumental de las Ventas puso en escena ese texto tan luminoso como quijotesco titulado Tú estás loco, Briones. Tras ella llegaron El cisne (1978), ¿Fuiste a ver a la abuela? (1979), Sopa de mi hijo para cenar (1979), El preceptor (1980), Vade Retro (1982) y Esta noche, gran velada (1983). ¿Qué tienen en común todas estas obras que conforman tu primer ciclo?

Mi debut teatral, como ayudante de dirección de Ángel Facio en el montaje de La boda de los pequeños burgueses de Bertold Brecht, con el grupo de Los Goliardos, fue en 1973. Al año siguiente, entré en el grupo Tábano, como ayudante de dirección de Juan Margallo. Con estas dos figuras clave en el teatro independiente español, hice mi formación, un poco precipitada y llena de lagunas, y descubrí que el teatro era algo maravilloso, sobre todo cuando tienes veinticinco años.

Las obras que señaláis son las primeras que escribí, cuando me decidí a trabajar como dramaturgo por cuenta propia. Hasta entonces escribía al servicio del grupo y cada vez percibía, con más claridad, que la etapa del teatro independiente, con la llegada de la «democracia», había perdido sentido. Me propuse hacer otra cosa, con menos implicación política y con un estilo más realista, y creo que acerté. Esas obras, en general, funcionaron muy bien y me permitieron dedicarme, profesionalmente, a la escritura. Creo que tuve mucha suerte, pero también puedo decir que trabajé mucho. 

«Cuando escribo, me parece que trato de asir unas imágenes que brotan por el mero hecho de invocarlas…». En Caballito del diablo (1985), Ello dispara (1990), Entre tinieblas (1992), adaptación dramática del universo cinematográfico almodovariano, o Travesía (1993), permanece intacta la fragilidad con la que te acercas a la debilidad del ser humano. Escenas, incluso hiperrealistas, llenas de dolor, a las que te asomas con ironía y sarcasmo. ¿Solo desde el humor es posible afrontar la realidad?

No. Hay gente que prefiere cultivar el dolor y le saca punta. Además, la realidad es esquiva. Como decía Lacan, «el objeto alcanzado por el deseo siempre es metonímico». Al final, yo por lo menos, no sé lo que digo ni por qué.

- Has abordado también el tema de la emigración, por ejemplo, en 1994, a través de tu reescritura de Cocina, de Arnold Wesker. ¿Cuál crees que es la responsabilidad del teatro actual ante un fenómeno tan devastador como este?

Estrené esa versión muy personal de la obra de Wesker en 2004, cuando Madrid estaba lleno de inmigrantes de muchas culturas diferentes. Era un fenómeno nuevo, que nos pilló a todos por sorpresa, y supongo que esa fue mi manera de opinar sobre el tema. El teatro tiene esa enorme ventaja: la gente normal encuentra muchas dificultades para dar su opinión; en cambio, los escritores y los taxistas tenemos el privilegio de «soltar el rollo» y, además, nos pagan por ello.

- Tras dirigir la película, La reina del mate (1985), volviste a la escritura dramática. «Entonces el teatro −aseguraste−, se vivía con mucha pasión. Era una de las pocas posibilidades de expresar el sentir social de los españoles, y nosotros éramos los portavoces de públicos muy amplios».  ¿Qué crees que ha cambiado en estos últimos años?

Todo el mundo me comenta que vivimos un momento de cambio en los usos culturales, semejante al efecto de la invención de la imprenta. Personalmente, me parece que mucha gente tiene miedo de que eso suponga un desastre, quizá irreparable. Pero la imprenta fue un factor determinante en el Renacimiento. Creo que los bípedos sapiens actuales metabolizarán los avances tecnológicos y acabarán sacándoles partido. 

- ¿Qué función tiene hoy el teatro en la sociedad en la que vivimos?

Seguirá siendo un modo de expresar nuestras dudas, nuestros temores y nuestros deseos. Y, como es un medio bastante ecológico y barato, no creo que tenga muchos problemas para sobrevivir. 

-  En el prólogo de Siete y media, la banca siempre gana (2015) nos aseguras que en España solo se puede hacer teatro comercial o teatro subvencionado. Y el tuyo, ¿dónde crees que se sitúa? 

No se sitúa; si hablamos del teatro profesional, porque yo vivo del cine y del teatro. Si aceptas dedicarte a otra cosa y el teatro se convierte en una afición, entonces no es difícil encontrar algún rincón para hacer algo más personal. De hecho, lo hago a menudo y no me disgusta.

Electra (1997), Medea (1998), Agripina (2002), Ni es cielo ni es azul (2003)… A menudo colocas a tus personajes en la tragicomedia clásica de su día a día, víctimas de una sociedad de errores y fracasos. ¿Somos culpables o inocentes?

Las dos cosas. La mayoría de los españoles, la inmensa mayoría, está en contra de la corrupción, por poner un ejemplo. En ese sentido, son inocentes, pero luego dan su voto a una tribu de canallas, golfos, ladrones e, incluso, no faltan los asesinos abyectos, con las manos manchadas de sangre. Quiero pensar que, poco a poco, tendremos una sociedad más justa y que la casta política, que parasita nuestra «democracia», habrá desaparecido, aunque, de momento, debemos tener paciencia.

- Una de las últimas obras, que más impacto emocional ha producido en los espectadores, es Tejas verdes, (2015) un documento escalofriante sobre la represión de la dictadura de Augusto Pinochet, contado por mujeres y, de manera especial, por Colorina. Tú mismo has dicho: «Con el teatro podemos amplificar la voz de los que se esfuerzan por hacerse oír». ¿Tu teatro sigue molestando mucho y a muchos?

El teatro siempre ha molestado a los «mandamases», algo que me parece una exageración, porque realmente los espectadores del teatro son un colectivo muy reducido. Si una obra teatral tiene cien mil espectadores es un éxito total; en cambio, en la televisión, si logras un millón de espectadores es un fracaso y «te corren a gorrazos».

«Oídos sordos» (2017), ¿es una declaración sarcástica de intenciones de nuestro pasado y de nuestro presente?

Es una comedia sarcástica, desde luego. Leí la obra de Melania Sebastián, cuando solo era un borrador, y me hizo mucha gracia. Me pareció que señalaba muy bien la obsolescencia de los valores tradicionales de la izquierda española y la necesidad de enterrar, de una vez por todas, a nuestros muertos. La gente se reía abiertamente cuando, de pronto, les metíamos un documental sobre la exhumación de las fosas comunes de la guerra civil y se hacía un silencio espeso. El teatro, parafraseando a Aristóteles, purga nuestras almas, tiene un efecto terapéutico admirable.

 - ¿Cómo se pueden cicatrizar las heridas de un país sin olvidar lo que pasó?

Los políticos viejos alimentan esas heridas porque les conviene. La polarización política fideliza al votante como cliente. Pero los viejos nos vamos muriendo a buen ritmo, y ahora con la pandemia mucho más. Pronto, la gente joven ya no sabrá por qué sus abuelos se mataron, aunque a lo mejor descubren otros motivos para sacudirse. 

- Como vicepresidente del Colegio de Gran Derecho de la SGAE, has manifestado que «la pandemia ha vuelto a poner de manifiesto el enorme potencial creativo que tiene el teatro que, a pesar de estar pasando por malos momentos, aguanta, llega al gran público y es más necesario que nunca». ¿Qué le dirías a nuestros políticos? ¿Y a los espectadores?

A los políticos no les digo nada. ¿Para qué? A los espectadores les diría que vayan al teatro. Tenemos un nivel artístico bastante bueno, y no les va a defraudar.

- ¿Cómo valoras el universo de los Premios Literarios?

Yo admiro la labor de Cáritas Diocesana y de otras organizaciones ciudadanas que, de un modo infatigable, ayudan a que España sea un país generoso donde los haya, el mayor donante de órganos del mundo, y destacado también en la donación de sangre, en la ayuda a los desastres internacionales e, incluso, y esto me deja perplejo, siendo uno de los países con menos natalidad de Europa, creo que somos el segundo país en donación de leche materna. ¿No es increíble? Estas cosas me levantan la moral, aunque no se me olvida que la tarea es enorme: la tercera parte de los españoles viven, según la estimación de Cáritas, bajo el umbral de la pobreza. En ese contexto mendicante, los premios, si te portas bien, son una ayuda y, además, los «señoritos» se hacen la foto, que les gusta mucho, y todos contentos.

«Lo que digo es que, si cumplo yo, tenemos que cumplir todos», afirma el boxeador Kid Peña en ¡Esta noche, gran velada!, de Fermín Cabal Riera, al que le agradecemos la franqueza de sus declaraciones. Y a vosotros, estimados lectores, os invitamos a leer sus obras de teatro y a seguirnos en nuestro blog latintaentretusdedos.com y en nuestras redes sociales @tintaentusdedos.

TITULO: Aquí la tierra - Del lamento a la esperanza,. 


 Del lamento a la esperanza,. 

El Teléfono de la Esperanza de León registra un incremento en las llamadas desde que empezó la crisis del Covid-19, todas ellas relacionadas con el miedo, la inseguridad o la soledad,.

foto / En estos momentos en los que el país se encuentra en Estado de Alarma y sus ciudadanos confinados en sus hogares, muchas son las personas que tienen que hacer frente a verse completamente solos encerrados en sus casas, una cuestión que puede llegar a afectar psicológicamente más de lo esperado.




Para tratar de ayudar a estas personas, el Teléfono de la Esperanza, decidió al principio del confinamiento trasladar sus servicios a los hogares de los los más de 40 voluntarios que trabajan en la sede de León. Así, mediante tres turnos diarios – mañana, tarde y noche - y con las llamadas desviadas a sus propios teléfonos, el servicio puede continuar con su trabajo.

Desde que empezase el confinamiento de manera oficial el pasado 14 de marzo, el Teléfono de la Esperanza, tal y como apunta su presidenta, Mercedes Martín, ha registrado «un importante incremento en el número de llamadas», de las que «absolutamente todas ellas están relacionadas con el Coronavirus».

Personas «de todo tipo de clase y condición» a las que «la ansiedad las está agitando» y que trasladan a los voluntarios del Teléfono de la Esperanza, cuestiones como «el miedo, la soledad, el no poder salir, el cómo gestionar sus emociones, o la inseguridad de saber si les va a pasar a ellos o si se enfermarán».

Mercedes Martínez, directora del Teléfono de la Esperanza de León.

Estas llamadas, que «en el caso de que la centralita de León esté ocupada se desvía a otra de las 29 sedes repartidas por toda España para poder ser atendidas», suelen tener una duración de 15 o 20 minutos, «aunque si se percibe que la gente está muy mal o está llorando pueden durar más tiempo», en los que los voluntarios escuchan los miedos y temores de los usuarios, «especialmente por las noches, que es cuando más llamadas se reciben, así como al mediodía».

Además, Mercedes Martín destaca que el Teléfono de la Esperanza de León existe un proyecto destinado a las personas mayores de 65 años, «principalmente que vivan solos», a los que en estos momentos de confinamiento se les llama cada dos días «para ver cómo lo llevan, cómo están o qué necesitan».

Este proyecto, en el que se atiende a unas 90 personas, de manera usual gestiona una llamada semanal, así como reuniones en la sede del Teléfono de la Esperanza en las que «distintos profesionales imparten charlas sobre la hipertensión, diabetes, cómo tratar a la persona cuando tiene un problema de corazón, la autoestima o el perdón, entre todos asuntos».

No obstante, durante esta situación de crisis sanitaria y confinamiento, el Teléfono de la Esperanza ha querido dar un paso más y poner en marcha el programa 'Comparte vida' para hacer frente al aislamiento. Tal y como detalla Martín, mediante este programa se pone en marcha un servicio de atención, asesoramiento e intervención profesional prestado por psicólogos, psiquiátricas, sanitarios y médicos colegiados.

Para acceder al programa 'Comparte vida', «hay que enterar por internet en la página web www.compartevida.es, donde rellenarán un formulario y los expertos les llamarán directamente en 48 horas, de manera que tendrán una llamada al día de 50 minutos de duración para que no se sientan tan desamparados ante el Coronavirus».

Sin embargo, a pesar de todo ello, Mercedes Martín lamenta que no se pueda incrementar el número de voluntarios en estos momentos de crisis, ya que «para ser voluntarios y hacer la atención telefónica, se necesitan cuatro cursos que se hacen cada trimestre, por lo que la formación total tiene un año de duración», de manera que «el segundo curso de este año, que empezaba ahora en abril, ha tenido que se aplazado, a pesar de que 12 personas hicieran ya el primero».



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