TITULO: Órbita Laika -La cifra mundial de desplazados supera los 100 millones ,.
Lunes -27- Junio a las 22:30 en La 2 / foto,.
La agencia de refugiados de la ONU advierte en un informe de que la cifra de personas forzadas a abandonar sus hogares se ha duplicado en 10 años,.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) predijo el año pasado que el mundo estaba abocado a superar la cifra de 100 millones de personas refugiadas en otros países o desplazadas internas. La agencia de la ONU lo daba por hecho, pero se preguntaba cuándo se alcanzaría esa cifra, que define como “un hito dramático”. La respuesta ha llegado antes de lo esperado y se refleja en la edición de 2022 del informe anual de ACNUR, divulgado este jueves. El texto constata que, en los primeros meses de este año, tras el éxodo provocado por la guerra de Ucrania, el mundo ha superado ese umbral de 100 millones de personas —uno de cada 78 habitantes del planeta—, forzado a abandonar su hogar.
La diáspora de casi cinco millones de personas de Ucrania no es la única causa de que se haya rebasado esa cifra. El informe, de 48 páginas, Tendencias Globales de desplazamiento forzado —relativo a 2021, pero que también menciona hechos de 2022 como la guerra de Ucrania— revela una “preocupante tendencia al alza” en los últimos 10 años del número de personas que se ven obligadas a huir debido a la “persecución, el conflicto, la violencia, las violaciones de derechos humanos o acontecimientos que perturban gravemente el orden público”. El año pasado se alcanzaron los 89,3 millones de desplazados por alguna o varias de esas formas de violencia. A ello se sumó, ya en 2022, el éxodo ucranio y nuevos desplazamientos “especialmente en Burkina Faso y Myanmar”, antigua Birmania, que han terminado por provocar que se haya alcanzado la cifra de los 100 millones.
“Cada año, durante la última década, las cifras [de población desplazada forzosamente] han aumentado”, asegura en un comunicado de prensa el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi. “O la comunidad internacional se moviliza para responder a esta tragedia humana, poner fin a los conflictos y alcanzar soluciones duraderas, o esta tendencia se mantendrá”, lamenta.
Los datos del informe confirman la advertencia del responsable de la agencia de Naciones Unidas. Los 89,3 millones de refugiados y desplazados de 2021, recalca el texto, “representan más del doble de los 42,7 millones de personas que permanecían desplazadas a finales de 2012″. Las cifras de población desplazada aumentaron el año pasado un 8%, ”casi siete millones de personas, en tan solo 12 meses”. De esos casi 90 millones de personas, 27,1 millones son refugiados; 53,2 millones, desplazados internos dentro de sus países; 4,6 millones, solicitantes de asilo y 4,4 millones, lo que la ONU define como “venezolanos en el extranjero”, es decir, desplazados forzosos de esa nacionalidad a otros países, pero que no han solicitado protección internacional pese a reunir en muchos casos los requisitos para ello. Estos datos, relativos a 2021, no incluyen las cifras de refugiados ni desplazados de Ucrania, cuyo éxodo se produjo ya en 2022.
Los motivos que llevaron a tantos millones de personas a dejarlo todo atrás son diversos, pero, entre ellos, resalta uno: la violencia. El documento de ACNUR subraya que 2021 “se caracterizó por el aumento del número de conflictos que se intensificaron y la aparición de otros nuevos”. Según el Banco Mundial, 23 países, con una población total de 850 millones de personas, fueron escenario de conflictos de intensidad media o alta el año pasado.
Además de la violencia en sus diversas formas —guerras, violaciones de derechos humanos, disturbios— “la escasez de alimentos, la inflación y la crisis climática están agravando las dificultades de la población”, recalca el organismo de Naciones Unidas.
Países de ingresos medios y bajos
Los países de origen del 69% de refugiados son solo cinco: Siria (con 6,8 millones), Venezuela (4,6 millones, cifra que incluye a los venezolanos reconocidos como refugiados y a los que la ONU incluye en la categoría “venezolanos en el extranjero”), Afganistán (2,7 millones), Sudán del Sur (2,4 millones) y Myanmar (1,2 millones).
La solidaridad y la disponibilidad para recibir a las personas que precisan de protección internacional no se reparte por igual entre los países con altos ingresos y los rezagados en cuanto a desarrollo. La mayoría (83%) de los más de 27 millones de refugiados en todo el mundo han sido acogidos por países de ingresos bajos y medios y, de ellos, el 27% ha hallado refugio en Estados que figuran entre los menos avanzados. En el 72% de los casos, se trata de países vecinos.
La lista de Estados con más refugiados en 2021 lo confirma. La encabeza Turquía, con cerca de 3,8 millones, seguida por Uganda (1,5 millones), Pakistán (1,5 millones) y, como único país desarrollado y europeo en este elenco, Alemania (1,3 millones). El caso de Colombia es especial. Este país ha acogido por sí solo 1,8 millones de venezolanos desplazados al extranjero, entre refugiados y migrantes. Líbano, por su parte, es el país que alberga a más refugiados en relación con su población (1 de cada 8), seguido por Jordania (1 de cada 14) y Turquía (1 de cada 23).
TITULO : Zona indie - Cine - El juramento ,.
Este lunes-27- Junio a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto,.
TITULO: + Cotas - Los Bomberos de Ponferrada salvan a una oveja de morir ahogada tras caer a un pozo en Fuentesnuevas,.
El Sabado -25- Junio a las 9:30 por La 1, foto,.
Los Bomberos de Ponferrada salvan a una oveja de morir ahogada tras caer a un pozo en Fuentesnuevas,.
Un retén de tres efectivos rescató al animal que se encontraba exhausto tras realizar una descenso rápido al interior y proceder a su izado manual mediante una cuerda atada con un lazo sobre las dos patas delanteras,.
Los Bomberos de Ponferrada rescataron a última hora de este lunes a una oveja que se había caído a un pozo de agua en Fuentesnuevas.
Un retén de tres efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) se desplazó a las 21.45 horas a la avenida de Galicia, en la confluencia con la calle Antonio Corté,s tras recibir un aviso alertando del suceso.
Al llegar, los bomberos comprobaron que el pozo tenía una profundidad de unos cinco metros y el animal se encontraba exhausto en su interior, con riesgo inminente de ahogamiento.
Los efectivos del SEIS llevaron a cabo un descenso rápido para evitar que el animal se ahogara. Posteriormente, tras realizar un lazo sobre las dos patas delanteras del animal, procedieron a su izado manual mediante una cuerda.
Afortunadamente la oveja sólo presenta lesiones leves causadas por la caída, según informaron fuentes municipales.
Al parecer la caída se produjo al ceder la tapa del brocal, formada por un tablero de madera, cuando la oveja se había subido a él.
TITULO : Generaciones - El miembro fantasma del autoritarismo ,.
Construir una sociedad más justa pasa por reconocer nuestros malestares para no dejar que el miedo y la rabia, principales elementos a los que apelan el neofascismo y la ultraderecha, nos fagociten,.
foto / El autoritarismo es un patio de colegio: el matón actúa movido por el miedo —al rechazo, a la soledad, a la ridiculización— o por la rabia de haber sufrido, él mismo, violencias e injusticias. Para la filósofa feminista Eva von Redecker, el miedo y la rabia son los principales sentimientos a los que apelan los discursos neofascistas, populistas y de ultraderecha para fagocitar a sus seguidores. En ambos casos, patio de colegio y retórica ultra, el abusador se siente amenazado. Pero, también en ambos casos, la amenaza es engañosa, o está mal situada. En su ensayo Ownership’s Shadow: Neoauthoritarianism as Defense of Phantom Possession, Von Redecker propone entender esta sensación de amenaza como un sentimiento de pérdida. Acuña el término “posesión fantasma” para explicar las dinámicas paranoicas y mal dirigidas del autoritarismo. Como ocurre con el síndrome del miembro fantasma, los adeptos del autoritarismo sienten un coletazo de dolor, una añoranza rabiosa por la posesión perdida. Y, por qué no, también ven fantasmas donde no los hay.
Un duelo inacabado por una pérdida espectral. Es más: un duelo inacabable. Para que la fantasía del autoritarismo funcione, es necesario que el chivo expiatorio nunca muera, que el miedo no se disipe, que la posesión no se recupere. Fantasmas condenados a vagar en la eternidad. ¿Y qué encontraríamos tras sus mantos blancos, tras sus demacradas máscaras? ¿Qué creen haber perdido quienes se lamentan, se sulfuran, se crecen? Queda patente en los ataques constantes a la autonomía sexual y reproductiva de las mujeres, en las agresiones homófobas o en la criminalización sistemática de menores migrantes. Ellos —los sujetos del autoritarismo— creen haber perdido el derecho a disponer de ciertos cuerpos, a decidir las reglas del juego. A ser temidos. Porque, como el niño abusón del instituto, creen que el único modo de librarse del miedo es contagiándolo.
Cabe preguntarnos si este duelo afecta sólo a neofascistas y votantes de la ultraderecha. O si, tal vez, es algo que nos afecta a todos. Es cierto que se manifiesta de forma explícita en las posturas reaccionarias y en los discursos de odio. Pero puede que lo que Von Redecker diagnostica como “posesión fantasma” no sea el duelo en sí, sino la conjugación de ese duelo con determinadas ideologías: conjugado con el racismo, la misoginia o la transfobia, producirá individuos intolerantes y discriminatorios que verán la libertad colectiva como un ataque personal. ¿Pero acaso no hay un cierto sentimiento de pérdida que condiciona nuestra percepción de forma más general?
Tengo 26 años. Hablo desde una generación que creció bajo el signo de la crisis económica y la precarización laboral, resignados a escuchar que el mundo que heredamos está agotado. Herencia perdida… ¿posesión fantasma? Algunos sienten que les han quitado más de lo que ganarán, otras creemos que aún tenemos mucho que cobrarnos. Eso depende del punto de vista, o de partida, del cuerpo desde el que se habla, de las conjugaciones propias. Sin embargo, la sensación de pérdida nos atraviesa a todos. Y, también, el miedo a seguir perdiendo, o a no recuperar nada.
Desde este enclave generacional, el futuro parece cubierto por una nostalgia irresoluble. Por un lado, añoramos lo que nos aseguran que ya no tendremos; por otro, tememos no tener adónde dirigirnos. Puede sonar abstracto, pero basta asomarse a las estadísticas para corroborar los problemas de salud mental que afectan a los jóvenes. Ansiedad, depresión, trastornos de conducta alimentaria. O, dicho de otro modo: la angustia de no haber sabido retener lo que nuestras familias lucharon por conseguir; la apatía que adoptamos al ver cómo el orden establecido (aquel “estudia y todo te irá bien”) se desmoronaba con los despidos de nuestros padres; el desprecio autoinfligido al sentir el fracaso en nuestro cuerpo. Todo ello ha tenido y sigue teniendo consecuencias muy concretas, tanto materiales como psíquicas. En el peor de los casos, nos convierte en caldo de cultivo para el odio; o en carne de cañón.
La sección de Opinión de The New York Times compartió recientemente un cortometraje del documentalista polaco Bartlomiej Zmuda titulado What Do You Fear the Most? “That I’m not Who I Should Be” que ilustra con elocuencia esta realidad. Zmuda no se limita a una franja de edad concreta, pero sí refleja un momento histórico, social y psicológico arraigado en el malestar y la incertidumbre. El corto recoge las respuestas de varios residentes de Varsovia a la pregunta ¿cuál es tu mayor temor? Las confesiones resultan sobrecogedoras, por precisas y honestas, y no es de extrañar que dos miedos recurrentes sean el fracaso y la soledad. La pérdida, al fin y al cabo. Está claro que no podemos cederle el monopolio del miedo al autoritarismo. Frente al odio, debemos hacer todo lo contrario: reconocer nuestros malestares, compartir nuestros fantasmas. Construir una sociedad justa y libre también pasa por ahí.
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