TITULO: REVISTA FARMACIA - El mundo rural 'toma' el casco viejo de Cáceres del 3 al 5 de junio,.
REVISTA FARMACIA - El mundo rural 'toma' el casco viejo de Cáceres del 3 al 5 de junio , fotos,.
«El mundo rural prepara el 'jato' para demostrar que hay vida en los pueblos y romper estigmas». Este es el objetivo, en palabras de Álvaro Sánchez Cotrina -vicepresidente de la Diputación Provincial de Cáceres y responsable del área de reto demográfico-, que persigue el 'Encuentro de oportunidades en el medio rural de la provincia de Cáceres,.Llega un turista a la plaza de San Juan y se encuentra el Jarramplas. Por un momento debe pensar si se ha equivocado de mes y de destino y ha llegado a Piornal, porque además la mañana está fresca. Pero no, solo unos metros más abajo, ya por Gran Vía, aparece el coche del tuk tuk que sube hasta la Montaña y debe escorarse hacia un lado,.
TITULO: CAFE, COPA Y Tierra de talento - María Villalón estrena junto a Manu Jurado 'La silueta de un adiós' ,.
El sabado -11- Junio , a las 22:00 por Canal Sur, foto,.
María Villalón estrena junto a Manu Jurado 'La silueta de un adiós' ,.
Estrenamos la primera noche de desafíos de esta Sexta Temporada de "Tierra de talento" con una actuación de lujo. María Villalón interpreta, por primera vez en televisión, 'La silueta de un adiós', tema incluido en 'Tratado de paz', el último EP de la copresentadora del programa.
Para esta actuación especial, María ha querido estar acompañada de Manu Jurado, músico y compositor junto a ella de este nuevo trabajo, además de Nazario Guerrero, Clara Cremades y Julia López, ex concursantes de anteriores ediciones del concurso.
TITULO: Documental - A la sombra del pimentón de Candeleda ,.
A la sombra del pimentón de Candeleda ,.
foto / “Las personas somos como las vertederas de los arados. Si no se mueven, se oxidan. Y yo he decido continuar con el pimentón”. Lo asegura Julián Chinarro, con 82 años a sus espaldas. Con su andar arqueado abre la puerta de su casa, en la localidad abulense de El Raso, en el municipio de Candeleda. Recibe, con sombrero en mano, a los visitantes, compradores de su producto más preciado: el pimentón de La Vera, que él elabora de la forma más tradicional, con los sequeros antiguos. “Mi bisabuelo lo hacía, mi abuelo, mi padre y después yo. Probablemente, a mí me hicieron en un sequero”, revela entre risas.
A pesar de su edad, reclama movimiento. Contra la recomendación de su mujer, se dirige a su pequeña finca, a dos kilómetros de su casa. Está ubicada en territorio de Castilla y León. Por encima de los 720 metros de altitud, su parcela es un magnífico mirador de toda la comarca de La Vera, en Extremadura. Por debajo, la Garganta de los Alardos, que cae desde el Pico Almanzor y hace de frontera entre las dos comunidades.
Allí, en un terreno de la familia, guarda su tesoro junto a una explotación de cabras y ovejas que gestiona uno de sus hijos, además de frutales, higueras y maíz. Al fondo, los pimientos. “Este cultivo es muy reservado y guarda muchos secretos, pero aún más cuando se recoge y se guarda”, asegura Julián, quien pese a su edad se encuentra ágil. “Este año no ha sido bueno”, sostiene. Un pequeño potro le cruzó por encima de los surcos, piso las matas y acabó con parte de las plantas.
Con su lento caminar cruza una alambrada eléctrica que tiene instalada porque los jabalíes hozan el terreno y se comen el maíz y algún pimiento, que aún está verde, pues este año está retrasado y se recogerá dentro de un mes. Se encuentra cómodo. La visita parece gustarle, pues no es habitual. Mientras, indica que a los pimientos, “sólo estiércol y abono”. “Me contaron que alguno le echó el abono químico por riego y la planta perdió la flor. A ese los pimientos ya no le salen igual”, asevera gesticulando con los brazos, sabedor de lo que habla. Muchos años lo avalan. “Por las mañanas, da gusto ver la planta”, espeta, mientras se toma un receso para descansar.
Sequero: patrimonio arquitectónico
Pero para obtener el pimentón, aún queda por ver lo más característico: el sequero. Chinarro sube al segundo piso de un pequeño edificio en la finca a través de una escalera de hormigón, segura, pero muy empinada. Rudo, llega a la puerta de madera, cuyo crujido al abrir evidencia un largo pasado: “La puerta está muy mala, le pasa lo que a mí”, espeta entre risas. Pisa sobre el suelo, donde aún queda algún resto de la cosecha del pasado año. El firme se compone de láminas finas de madera que parecen que no soportarán el peso de una persona. “Aguanta de sobra”, dice. Allí mismo, donde posa sus pies, es donde se tiende la producción.
Tras bajar con cautela abre la puerta del piso inferior. En el centro se prende una o dos lumbres. El humo se cuela entre las tiras de madera y actúa para el secado rápido de pimientos. Allí se conserva, prendiendo de vez en cuando, durante 15 ó 20 días. Cuando se seca, se introduce en sacos y se transporta el molino. Estas genuinas, peculiares y singulares piezas se concibieron en el siglo XVII. Ahora ya forman parte del patrimonio arquitectónico de la Comarca de Candeleda, en la que sólo Julián mantiene viva la tradición.
En sus mejores tiempos, Julián Chinarro llegó a producir hasta 5.000 kilos ya secos que vendía en La Alberca. Ahora se sitúa entre los 300 y 400. Lo muele un molinero de Madrigal de la Vera, a una decena de kilómetros, que pertenece ya a Cáceres.
TITULO: El escarabajo verde -El tabaco también daña el medio ambiente,.
foto / La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha realizado recientemente una advertencia sobre los daños al medio ambiente que representa «el cultivo, curado, producción, transporte y distribución, tabaco de tercera mano y cuarta mano». Según destaca la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), ese daño medioambiental es desconocido por los fumadores, consumidores en general y los políticos.
El editorial de la revista cienfítica de esta sociedad médica explica que la planta del tabaco «necesita grandes cantidades de productos químicos y reguladores del crecimiento, lo que resulta nocivo para el medio ambiente, empobrece el suelo, conduce a la desforestación y perjudica la salud de los granjeros locales de países subdesarrollados». El artículo, firmado por el presidente de la Separ, Carlos Andrés Jiménez, y los especialistas en el área de tabaquismo, José Ignacio de Granda y Segismundo Solano Reina, apunta que «se necesitan 11,4 toneladas métricas al año de bosque para el curado de las hojas de tabaco. Además, una vez que se ha producido el tabaco, aún se necesita más para el empaquetado y el papel de cada cigarrillo».
«Aunque parezca que una plantación de tabaco reporta beneficios a los granjeros locales, en realidad se ha visto que las granjas dedicadas al cultivo del tabaco no son rentables y que la exposición mantenida a la planta del tabaco perjudica la salud de los granjeros, que acaban desarrollando la enfermedad del tabaco verde», explica el Carlos Andrés Jiménez. Esta afección se caracteriza por síntomas como náuseas, vómitos, cefalea, debilidad muscular y vértigo.
En la manipulación del tabaco, además de recursos naturales, se emplean «contaminantes como pesticidas, productos químicos, hielo seco, agentes decolorantes, papel, plásticos, acetatos, cartón y aluminio y, además, genera enfermedades». Según José Ignacio de Granda, estos componentes, al consumir el tabaco se acumulan en el polvo, las superficies, los objetos o las cortinas.
Riesgos de cáncer
El editorial de la Separ indica que estos contaminantes son muy perjudiciales para los niños «por su inmadurez inmunológica, desarrollo incompleto y tiempo de exposición», a lo que añade que, por este motivo, en España se ha visto que hay un aumento de riesgo de cáncer en menores.
Asimismo, los especialistas también denuncian que la nicotina y los productos de su degradación se encuentran en aguas residuales y pueden persistir en la plantas de reciclaje. De hecho, actualmente la nicotina presente en aguas residuales ya se está utilizando como marcador para averiguar el patrón de consumo de tabaco de distintas poblaciones.
Hasta dos tercios de las colillas del tabaco acaban en el medio ambiente. Esto es lo que se llama «tabaco de cuarta mano». De estas colillas no sólo son un problema los residuos tóxicos, sino también los productos químicos tóxicos que contienen y que acaban como basura que termina en las calles, desagües, el agua y el mar, y lo contaminan todo.
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Ha nacido una estrella . , Miercoles -15 - Junio ,.
Este Miercoles - 15 - Junio a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
TITULO: Un país para escucharlo - El perro ciego,.
Este martes- 14- Junio , a las 23.00 por La 2, foto.
Creo conocerme, pero ahora me sorprende cierta inclinación hacia lo paranormal: he empezado a recordar sueños que tendré en el futuro,.
La psiquis es un perro ciego. Yo la trato con cautela para que muerda despacio. Creo conocerme ―pienso mejor cuando corro, funciono mal en días feriados― pero ahora me sorprende cierta inclinación hacia lo paranormal: he empezado a recordar sueños que tendré en el futuro. Duran una fracción de segundo, están vivos como bacterias, son cosas no inventadas que un día van a inventarse: existen, solo que después. Estas situaciones me marean, me hacen sospechar de mí. Prefiero cuando estoy más plana, cuando no hay tanto de mí en otra dimensión. El otro día vi el final de una pésima película sobre un libro estupendo, Soy leyenda, de Richard Matheson, que cuenta la historia del doctor Neville en un mundo arrasado por un virus que transformó a los hombres en vampiros. Deprimido, alcohólico, suicida, Neville sigue y sigue sin saber para qué. Cada día sale de su casa y, para evitar el ataque de los seres nocturnos, regresa antes de que oscurezca. Al ver el final edulcorado de la película recordé un pasaje de la novela que me puso los pelos de punta: Neville sale a la hora de siempre, camina por la ciudad devastada, chequea el reloj, sigue caminando. De pronto nota algo extraño ―una luz rara― y mira la hora. Es la misma de antes. El reloj se ha detenido. Intenté encontrar el libro en mi biblioteca pero no lo logré. Me fui a dormir. Me levanté a las siete, prendí mi computadora, trabajé. Poco después ―eso me pareció― fui a la cocina. El hombre con quien vivo dijo: “Qué tarde se hizo”. Miré mi reloj, dije: “Pero son las ocho”. Él dijo: “No, son las doce”. Eran las doce: mi reloj se había detenido. ¿A qué hora desperté, cuánto tiempo pasé trabajando, por qué esto sucedió la mañana siguiente a la noche en que recordé aquella escena espeluznante? El chacal de mi psiquis reía regocijado: ¡Llegan los vampiros, vienen por vos! Me quedé mirando el reloj como si contemplara las magras casuchas donde vive la locura.
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