Metrópolis - Perfil del artista misógino ,. / DIAS DE TOROS - Cayetano Rivera Ordóñez se retira de los ruedos en 2025: «Siento que es el momento de decir adiós» ,. / Retratos con alma - 'El dilema del corcho' o el arte de mantenerse siempre a flote,.
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Metrópolis - Perfil del artista misógino ,.
El lunes - 16 - Diciembre , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.
Perfil del artista misógino,.
Somos, para ellos, seres no morales y sin raciocinio que revoloteamos por la planicie de su lucha de egos,.
Concentración contra la violencia machista en la plaza del Torico, en Teruel, el 25 de noviembre,.
Les compartiré mis prejuicios sobre el artista misógino, ahora que
surgen nombres y más nombres. Puedo hacerlo porque tengo este campo muy
estudiado, muy visto. Créanme que son casi todos iguales. El artista
misógino empezó a leer tarde: en la facultad, a la que entró orgulloso
de sus malas notas. Al contrario que las mujeres, los hombres, por algún
motivo que se me escapa, presumen a menudo de sus malas notas. Nunca
piensan que se deban a la molicie o a la irresponsabilidad, sino a la
rebeldía que creen que supone hablar en clase, no prestar atención, o
ser un maleducado. Cuando empiezan a leer no es por aprobar la
asignatura que sea, no. Es porque se dan cuenta,.
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DIAS DE TOROS - Cayetano Rivera Ordóñez se retira de los ruedos en 2025: «Siento que es el momento de decir adiós»,.
Cayetano Rivera Ordóñez se retira de los ruedos en 2025: «Siento que es el momento de decir adiós»,.
La despedida coincidirá con los cien años de la
dinastía Ordóñez. Así lo ha anunciado el torero a través de las redes
sociales en un emotivo vídeo,.
foto / Cayetano Rivera Ordóñez se prueba un vestido en la sastrería,.
Cayetano
Rivera Ordóñez se despedirá de los ruedos la próxima temporada. Será
coincidiendo con los cien años de la dinastía Ordóñez, como avanzamos
hace unas semanas en la newsletter 'A las 5 de la tarde' de ABC. El
propio torero
lo ha confirmado esta noche con un emotivo anuncio en las redes
sociales: «El año que viene es un año muy especial para mí. Se cumplen
cien años desde que mi bisabuelo Cayetano Ordóñez daba comienzo a mi
dinastía. Siento que es el momento de decir adiós», cuenta.
Además de hilar con el siglo de alternativa
del Niño de la Palma (la tomó en Sevilla en 1925), la despedida coincide
con las dos décadas de su debut en Ronda (marzo de 2005), «veinte años
desde que comencé yo en el mundo del toro». Dice que «no todo ha sido
bonito, pero durante este tiempo he intentado transmitir cualidades que
mi profesión refleja como el valor, el esfuerzo, la disciplina, la
solidaridad…»
A medida que transcurre el mensaje -titulado 'Un último baile'-,
Cayetano se emociona más: «He querido compartir con vosotros esta
noticia para que podamos vivir juntos, con mas emoción si cabe, lo que
sin duda alguna para mí es la temporada más importante de mi vida».
Remata este vals
con palabras de agradecimiento: «Y, sobre todo, quiero daros las
gracias. Gracias por todo el apoyo que siempre me habéis brindado y por
vuestro cariño».
El torero se ofrece «desde ya a torear uno o los festivales que hagan falta para intentar aportar en lo que pueda»
El torero de centenaria dinastía contó ya en
enero en ABC que su retirada estaba «muy cerca; estoy llegando al final
de mi carrera y vivo las cosas de otra manera, quiero disfrutarlo todo,
sentirlo todo».
Respecto a si se sentía más Rivera u Ordóñez,
decía: «Intento ser fiel a Cayetano, ser fiel a mí mismo. Evidentemente,
están ahí mis genes y mi dinastía, de la que me siento muy orgulloso.
Los recuerdo todos los días e intento hacer honor a lo que ellos fueron.
Pero siempre quise ser yo y por eso me anuncié Cayetano. Son un arma de
doble filo: por un lado, el aficionado que ha visto a mi padre o a mi
abuelo quiere verlos a ellos y cada uno es diferente; por otro lado, es
una motivación. No puedo negar que voy a la plaza con un orgullo
tremendo de saber de la dinastía de la que vengo y de lo que
consiguieron cada uno de ellos, que eran genios dentro de sus estilos
diferentes. Y sí, claro que me acuerdo. Cuando echo las rodillas en
tierra, me acuerdo de mi padre, y con el empaque, de mi abuelo».
El hijo de Paquirri comentó también que, «por
la tranquilidad de toda nuestra familia», no le gustaría que ni su hijo
ni sus sobrinos fuesen toreros. «Yo espero y deseo que ojalá la dinastía
termine conmigo. Es un mundo que quiero transmitir a mi hijo, que lo
conozca y valore, que aprenda lo bueno y lo malo que tiene, pero no es
un mundo que quiera para nadie que yo quiera», señalaba, sabedor de
todos los valores y sinsabores del toreo, de su gloria y de su sangre.
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Retratos con alma - 'El dilema del corcho' o el arte de mantenerse siempre a flote ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes - 16 - Diciembre - a las 22:40 horas en La 1 / foto,.
'El dilema del corcho' o el arte de mantenerse siempre a flote,.
La
obra de Patxo Telleria, que protagoniza junto a Ramón Barea en el
Teatro de la Abadía, plantea una reflexión sobre ética, política y
coherencia,.
El
corcho es un material con unas características innatas únicas, es
resistente, ligero, aislante térmico y acústico, es impermeable y
elástico, pero, sobre todo, flota. De ahí que Patxo Tellería lo haya escogido como metáfora para abordar el personaje protagonista de su obra 'El dilema del corcho', en la que también actúa junto a Ramón Barea, dirigidos ambos por Mireia Gabilondo,
que aterrizan ahora en el Teatro de la Abadía. Una pieza que acomete
conflictos políticos y un dilema moral profundo, difícil de encasillar
dentro de un género determinado, “hoy todas las obras sufren cierto
mestizaje, y lo que arranca con apariencia de comedia de enredo, va
evolucionando hacia un thriller policíaco, que termina siendo
psicológico y con tintes dramáticos entre dos viejos amigos que se
exigen cuentas pendientes”, explica Tellería. La situación pone al
interesado, un profesor jubilado, ante un problema ético muy serio,
tiene cáncer terminal, pero ha surgido la posibilidad de curación si es
tratado con un equipo de radioterapia donado por un conocido
multimillonario al sistema público de salud. Esa donación, elogiada por
la mayoría, es cuestionada por algunos como él, para los que es un
lavado de imagen, un truco de trilero de quien no paga los impuestos que
en justicia debería. Ahora deberá decidir si ser fiel a sus principios e
inmolarse o aceptar el tratamiento.
“Ese es el
dilema que se le plantea a este viejo profesor que ha sido un referente
intelectual de las izquierdas, pero ha tenido una evolución ideológica
evidente desde su juventud radical hasta posiciones más estándares o
civilizadas –explica el autor−. Él mantiene que, desde que cayó el
telón, se cayó del guindo de las utopías socialistas en las que creían
en los años 60 y 70. Desde entonces –prosigue− el capitalismo ha ganado
por goleada y la única trinchera que queda es pensar en un sistema
fiscal justo y progresivo para mitigar las diferencias entre pobres y
ricos, un sistema que funcionó hasta los 80, pero se ha pervertido mucho
y desde entonces, la brecha entre unos y otros solo ha aumentado”.
Según Tellería, “todos sabemos de qué
millonario hablamos, pero no se menciona a propósito porque ese no es el
tema, su teoría es que hay muchos vericuetos y facilidades para que las
grandes fortunas se libren de aportar parte de sus beneficios a la
sociedad, él ha defendido con rotundidad su postura contraria a donar
una máquina como argucia para librarse de pagar los impuestos que le
corresponden, pero el destino le ha jugado la mala pasada de tener que
decidir si usarla o no, y como es una persona conocida, todo el mundo le
pide una respuesta, no solo sus enemigos, también sus antiguos
compañeros de batalla”, asegura. Por otro lado, tomada ya la decisión y
preparando su intervención pública, irrumpe un desconocido que resulta
ser un antiguo alumno de la facultad. A partir de aquí se desarrolla una
trama en la que se irá viendo quién es, qué pretende y cuáles son sus
verdaderas intenciones.
Aunque haya una
ideología de trasfondo, para el autor, no es una obra ideológica, “lo
importante es el aspecto humano, hasta qué punto somos leales a nuestras
ideas y, sobre todo, a la gente que nos acompaña en ese camino
–asegura−, más allá de hechos coyunturales concretos, va a conceptos
humanos más universales como la lealtad, la coherencia, la venganza, la
honradez... ese tipo de conflictos son los que en el fondo se acaban
dirimiendo en la obra –resalta−, son esas cuestiones éticas las que nos
ponen a prueba cuando estamos al borde del precipicio en situaciones
límite. Pero aunque el tema es muy denso y profundo, he querido
contarlo de forma entretenida, incluso divertida en el sentido
filológico de la palabra como opuesto a aburrida. Para eso –explica
Telleria−, quiero atrapar a personas que están concernidas por este
problema, pero también a quienes no estén interesados por él, contar una
historia que los tenga enganchados desde el principio por el misterio,
de ahí que la estructura de thriller de la trama sea importante, plagada
de giros y sorpresas dramáticas donde casi nada es lo que parece,
trampas que conducen al espectador de un lugar a otro de manera
inesperada, entre dos personajes antagónicos”. Y prosigue. “Él es un
superviviente, un hombre que, aunque venía de posturas radicales y tuvo
una evolución ideológica, no es un falsario, no ha cambiado de chaqueta,
pero sí es cierto −y se lo reprocha el personaje que viene a pedirle
cuentas−, que pase lo que pase, siempre ha conseguido estar arriba, en
la palestra, sus antiguos compañeros de lucha fueron represaliados,
sufrieron cárcel, ostracismo, ninguneo, pero él es como el corcho, nadie
ha conseguido hundirlo, ese es su sello vital y, aunque cambien los
tiempos, el viejo profesor, siempre sale a flote”.
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