Viaje a una Suecia idilica y tenebrosa,.
foto / Me ha llamado la atención el choque de civilizaciones que vivimos en Midsommar: unos universitarios muy jóvenes de Nueva York invitados por su amigo Pelle, sueco, a visitar un festival de su familia que sólo se celebra cada 90 años. La verdad es que el joven de melena y barba rubios, cumple muy bien con su “brillante” plan de llevar a sus amigos a conocer a su “familia”.
Nos encontramos con una inclusión de unos millennials en una comunidad que parece hippy y es como una secta, caracterizada por sus ritos y sus costumbres ancestrales.
Midsommar no es una película de terror al uso, sino que el terror aparece de forma sugerente, poco a poco, hasta convertirlo todo en una pesadilla, en la que a veces no sabes si todo es real o un sueño de alguno de los personajes.
Midsommar causa en el espectador extrañeza; por una parte miedo, por otra, en ocasiones, risas. Y en general, la necesidad de gritarles a los turistas americanos jóvenes que se han metido en ese lío, alejándose de la civilización demasiado camino, que se vayan de ahí, que no se dejen engañar por las sonrisas amables de la comunidad. Pero ellos no hacen caso, están demasiado cegados por sus ansias de aprender y demasiado enfrascados en salvar una relación insalvable.
TITULO: AQUI HAY TRABAJO - El Calvario dona mascarillas ,.
foto / La
hermandad del Calvario, con la colaboración de sus hermanos, entregó
hace unos días a la residencia de mayores Rosalba y al Hospital de
Mérida 550 mascarillas a cada centro, gesto que los trabajadores
agradecieron.
TITULO: 80 cm' - Ejercicios para hacer en casa en familia,.
Ejercicios para hacer en casa en familia,.
TITULO: Hacer de comer - Arroz y legumbres, la receta para la felicidad en la cuarentena,.
lunes -6 - a viernes -10- Abril a las 13:25h, en La 1 , foto.
Arroz y legumbres, la receta para la felicidad en la cuarentena,.
La experta Rosa Tovar destaca las ventajas de cocinar ambos ingredientes por su combinación de aminoácidos
«No
se puede hacer un refrito ni hablando de cocina ni de cacharros de
limpiar», cuenta risueña Rosa Tovar. Y se refiere a su último libro que
editó para Casa Mediterráneo, en el que repasa la historia del arroz a
través de decenas de recetas renovadas sobre su trabajo editado en 2003.
Pero, volviendo a la actualidad, en estos días de cuarentena, cuando
los consumidores españoles empezaron a aprovisionarse para afrontar lo
que en principio iban a ser solo quince días, las legumbres se
convirtieron en el producto que más aumentó su demanda, casi un 300 %.
Una gran forma de cocinarlos, subraya, es con este cereal.
«La combinación de un arroz con una leguminosa es una cosa muy interesante desde hace milenios»,
explica. La base científica de esta afirmación está en que las
legumbres son pobres en metionina y ricas en lisina, mientras que con
los cereales sucede al contrario. «Cuando combinas estos dos
ingredientes, la mezcla de estos dos aminoácidos que son
proteínas vegetales, hace una combinación que puede sustituir a las
proteínas animales en caso de carencia», apunta.Esta es una lección bien aprendida a lo largo de las civilizaciones de todo el mundo. Un aspecto que se encarga de repasar enumerando los más populares. Desde los frijoles con maíz que se preparan en México, a los muchísimos añadidos en el risotto «que hay en Italia y aquí no lo saben». Y más, en Egipto se combinan las lentejas con arroz o trigo, en Asia la soja con arroz y allí en la India gustan de hacerlo con el garbanzo y el trigo. «Vayas al continente que vayas es una combinación milenaria», recalca, «el que haya comprado legumbres que se haga un arroz de garbanzos y pasas, que con caldo de carne es uno de los más ricos que hay, por ejemplo».
Aunque suene delicioso ya escuchando como plantea a vuelapluma estas recetas, Tovar reconoce que estos días ella no se lo está aplicando. «Cocino poco porque estoy trabajando mucho», señala. Y así es con su labor de asesoramiento para cocineros como Paco Morales y Begoña Freire porque si bien «están parados, mi trabajo continúa porque yo estoy de fondo suministrando material para que creen ellos su cocina». Entre esa labor documental que realiza y la rutina de ejercicio que se ha impuesto de caminar en el pasillo «porque a mi edad si no me muevo, me muero», aún tiene tiempo para pensar qué hacer con todas las verduras que tiene en la despensa. Y cuenta que su elección del día serán unas berenjenas con un fondo de miel. Cortadas en rodajas gruesas se ponen en una sartén con un poco de aceite y una cebolla que se ha frito con anterioridad. Se le añade miel, vinagre, agua y se tapa. Cuando se haya consumido el caldo estará listo. Y para acompañar, arroz claro.
Como especialista en este cereal, las alternativas que plantea para estos días tienen en cuenta que «uno de los problemas del confinamiento es la falta de sol, que es fundamental para que sintetice el organismo la vitamina D». Así que la mejor manera de compensarlo es con alimentos que lo incluyan. «Los que más tienen son los pescados grasos: anchoas, sardinas, boquerones, anguila, arenques, jurel...», enumera. Y con cada uno plantea si están en temporada, si no, o si es mejor buscarlos encurtidos. Tampoco se olvida de que la deseada D está presente en el aguacate -aunque no se atreve a plantear una receta con él-, en las setas y el bacalao. «Que con estos también se hacen arroces maravillosos».
Como si fuera una maga que va saltando de ingrediente a ingrediente, Tovar va soltando destellos de combinaciones que cualquiera podría realizar en su casa. Del exquisito arroz con anguila que prepara en la Comunidad Valenciana al arroz con boquerones «que en Almería lo hacen y es maravilloso, copiando un poco los arroces de la costa valenciana». Siguiendo la metodología del azafrán y ajo y todos los aliños en una sartén o paella, cuando el arroz esté a media cocción se añaden los boquerones previamente abiertos y limpios por encima. ¿El resultado? Una delicia.
No es casual que mencione las dos áreas geográficas del Levante español. «Allí ya lo creo que lo sabéis cocinar. En el resto de España hay de todo», afirma risueña, «y, en general, un poquito como que así». Con eso lamenta que en el país «no se conoce bien el arroz, no se sabe hacer bien. En la costa mediterránea se sabe hacer y se sabe cuando se cocina en una paella, en una cazuela y en un puchero. Se comprenden las diferentes formas de hacerlo, pero en el resto de España la gente se cree que se puede hacer en una olla. Es el desconocimiento de la gente respecto al arroz. Ahí es donde falla.
Un crimen culinario que le duele porque «es uno de los alimentos más agradecidos que existen porque se adapta a cualquier cosa». Uno de sus recientes artículos, para la Guía Repsol se centraba en trabajarlo incluso con microondas. «Porque en tiempos absurdos donde se vive debajo de una escalera si se quiere invitar a quien quiera se puede hacer todo», razona, «y se puede hacer un arroz de gambas que no se lo podría creer la gente».
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