domingo, 23 de junio de 2024

VIVA LA VIDA - Francisco Brines y «La mano del poeta (Cernuda) - Las muestras de alegria ,. SABADO - 13 - Julio ,. / VIVA LA VIDA - El Guernica de Picasso se expone al público en París - Un empleo del color ,. DOMINGO - 14 - Julio ,. / No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna - Andrés Neuman - Igual que otras ,. / Tarde de toros - Las Ventas como un brazo al que le quitan el yeso,.

 

 TITULO:  VIVA LA VIDA -  Francisco Brines y «La mano del poeta (Cernuda) - Las muestras de alegria  ,. SABADO - 13  - Julio   ,.

 El sabado  - 13 - Julio  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

 Francisco Brines y «La mano del poeta (Cernuda) - Las muestras de alegria,.

 Francisco Brines y «La mano del poeta (Cernuda)»

Nada más enterarme de que a Francisco Brines le habían concedido el premio Cervantes, fui a buscar el libro de Las brasas por una de mis estanterías, para leer de nuevo el poema «La mano del poeta (Cernuda)». Poema escrito durante la estancia de Brines en Oxford, que entonces seguía los pasos del autor de la Desolación de la Quimera. Brines lo escribe después de un viaje a Cambridge, en una visita que hizo a Claudio Rodríguez —y a su mujer, Clara Miranda— que por aquellos pagos trabajaba como lector de su Universidad.

Cernuda representa mucho para Brines, como poeta y como referente personal, él mismo se ha encargado de señalar en algunas ocasiones que si su formación estética como poeta se debe a Juan Ramón Jiménez y a su Segunda antología poética, su formación moral se encuentra en la poesía de Luis Cernuda.

"Cernuda, cuyos libros estaban proscritos por los censores del Régimen, en vez de una realidad para Brines, fue un deseo incumplido durante aquellos largos años oscuros"

Cernuda, cuyos libros estaban proscritos por los censores del Régimen, en vez de una realidad para Brines, fue un deseo incumplido durante aquellos largos años oscuros, apenas atemperado por la lectura de alguno de sus poemas en las escasísimas antologías que circulaban por las librerías de viejo.

El despierto interés por leer al autor vedado, en cuya escritura intuía demasiadas cosas que podía develarle, solo hacía estimular su atracción por el autor sevillano. Qué emoción tuvo que sentir Paco Brines —fácilmente es imaginárselo— cuando, después de tan larga búsqueda, tuvo entre sus manos un libro de Luis Cernuda: Como quien espera el alba. Título que no dejó de resultar premonitorio para el poeta de Elca, ya que la desabrida luz poética de Luis Cernuda impregnará vivencialmente su escritura.

La pasión cernudiana no solo convirtió a Paco Brines en uno de los más activos divulgadores del autor de Los placeres prohibidos, sino que lo llevó a impulsar en 1962 —junto a otros amigos— un homenaje literario en la revista La caña Gris, en la que participaron, entre otros, además del autor de Las brasas, Valente y Jaime Gil de Biedma, junto a los críticos José Olivio Jiménez, Castellet y Jacobo Muñoz. Este humilde homenaje fue una de las pocas muestras de adhesión que recibió en vida Luis Cernuda, y que tal vez por ello, como se verá unas líneas más abajo, el poeta de Ocnos recibió con secreta alegría y esperanzadora ilusión en el devenir de la poesía española.

Pasaron los años, y en 1981 conceden el premio Cervantes al poeta y ensayista mexicano Octavio Paz. A una de esas recepciones que daban los reyes, con el objeto aparente de que ciertas personalidades representativas del país pudieran expresar su reconocimiento al premiado de ese año, invitaron a Francisco Brines. En el besamanos iban diciendo los nombres de las personas que en larga fila se acercaban a saludar, tanto a los reyes como al premiado. En un momento dado nombraron a Francisco Brines, y la mano de Octavio Paz se detuvo en la suya con temblor cernudiano. «Sabe», le dijo el autor de La estación violenta, «hace muchos años que oí hablar de usted a Luis Cernuda, me dijo que “había en España un joven poeta con mucho talento que se llamaba Francisco Brines”». Aquel fue sin duda uno de esos momentos en los que el deseo se convierte en realidad, y en el que la vida y la literatura se dan la mano, aunque sea por personas y lecturas interpuestas.

"Brines estrecha la mano de los poetas de varias generaciones, desde el temblor del inconfundible azahar y la kavafiana luz mediterránea de su perenne escritura"

Francisco Brines es una de las voces más singulares de los poetas del 50, más volcadas hacia el develamiento experiencial y la contemplación. Conversador afable, visitador asiduo de librerías de viejo, buen amigo de sus amigos, como demuestra su inquebrantable relación con Vicente Aleixandre y Carlos Bousoño, cuya obra poética y labor intelectual siempre defendió con sinceridad. Su poesía, como él bien tituló, es «un ensayo de despedida», una insobornable insistencia, o resistencia, contra el olvido y la usura del tiempo. Sin duda, Francisco Brines se ha convertido desde hace años —como acertadamente intuyó Cernuda— en uno de los grandes referentes de la poesía española, en una de las voces poéticas más relevantes, más reflexivas y más verdaderas de nuestra poesía contemporánea. El jurado del premio Cervantes —cuyos miembros han sabido volver a tiempo su mirada sobre los hedónicos naranjos de Elca— justificó su decisión porque «su obra poética va de lo carnal a lo puramente metafísico, lo espiritual», evidenciando con esta definición la resistencia que ofrece la poesía de Francisco Brines a reducirse en un titular más o menos periodístico o académico.

Pero basta solo con leer alguno de los poemas del autor de El otoño de las rosas, para darse cuenta de las dimensiones vivenciales de su poesía, capaz de llevarnos hasta La última costa en sus humanas develaciones. Tal vez por ello resulte tan difícil definir en unas palabras su sustantiva obra, caracterizada por su cabal y lúcida indagación sobre la sensualidad del tiempo y la voluptuosa negación del olvido.

Nada más enterarme de que a Francisco Brines le habían concedido el premio Cervantes, con más emoción si cabe que en otras ocasiones, fui en busca de Las brasas para leer el poema «La mano del poeta (Cernuda)». Una mano con la que Brines estrecha la mano de los poetas de varias generaciones, desde el temblor del inconfundible azahar y la kavafiana luz mediterránea de su perenne escritura.

 

TITULO:   VIVA LA VIDA -   El Guernica de Picasso se expone al público en París - Un empleo del color  ,. Domingo -  14 - Julio ,.

El domingo  -  14 - Julio -  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

 El Guernica de Picasso se expone al público en París - Un empleo del color,.

 El Guernica de Picasso se expone al público en París

El 12 de julio de 1937, hace hoy 86 años, se expuso públicamente por primera vez el Guernica, del pintor malagueño Pablo Picasso, en el marco de la Exposición Internacional de París y dentro del Pabellón de la República Española.

¿Qué trayectoria llevó a Picasso hasta el Guernica?

"Con Las señoritas de Aviñón, pintado en el año 1908, Picasso inauguraba, de la mano de Georges Braque, el cubismo"

Picasso, nacido en Málaga en el año 1881, fue un talento absolutamente precoz. Tras mudarse de Málaga a A Coruña con diez años de edad, fue en la ciudad gallega donde ofrecería al público su primera exposición pictórica, apenas cumplidos los trece años. Con catorce, viviendo ya en Barcelona, pintó su primer gran cuadro, La primera comunión. En el año 1900, siendo todavía un adolescente, presentó una obra en la Exposición Universal de París. En la capital francesa entró en contacto con la mayor parte de los movimientos que sacudían con violencia los paradigmas del arte de su tiempo: influido por el impresionismo, pero también por la obra de pintores como Toulouse-Lautrec, arrancó entonces lo que se estima su Periodo Azul, marcado por el suicidio de su amigo Carles Casagemas. Su empleo del color y las formas continuaría evolucionando a lo largo de su Periodo Rosa, comprendido aproximadamente entre 1904 y 1906, y que desembocaría en un amago ya protocubista. Con Las señoritas de Aviñón, pintado en el año 1908, Picasso inauguraba, de la mano de Georges Braque, el que habría de ser uno de los movimientos de vanguardia pictórica más influyentes de la primera mitad del siglo XX: el cubismo. Durante las tres décadas siguientes, el jovencísimo Picasso habría de evolucionar sin descanso, estudiando con detenimiento y aplicándose a prácticamente todas las corrientes que se cruzaron en su camino, desde el surrealismo al puntillismo, pasando por una redefinición absoluta de los iniciales preceptos cubistas.

¿Cuáles fueron sus consecuencias estéticas?

"El Guernica, resultado de aquel proceso, se convirtió en el epítome de una conexión posible entre el arte político y la vanguardia estética"

En 1937 Picasso sumaba ya 55 años y residía en Francia de forma más o menos permanente. Como pintor absolutamente consagrado, recibió el encargo de pintar un mural antibelicista para el Pabellón de la República Española de la Exposición Universal de París que se celebraría en el mes de julio del mismo año. Si bien Picasso tuvo en un primer momento dudas acerca del tema posible para el cuadro, el bombardeo de la ciudad de Guernica en abril del 37 por cuenta de la Legión Cóndor le hizo decidirse. El Guernica, resultado de aquel proceso, se convirtió en el epítome de una conexión posible entre el arte político y la vanguardia estética. Hasta el final de la dictadura perteneció custodiado por el MoMA de Nueva York. En 1981, ya muerto Picasso, sería finalmente repatriado; actualmente lo podemos encontrar en las salas del madrileño Museo Reina Sofía,.

 

TITULO: No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna -  Andrés Neuman -  Igual que otras,.

No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna -   Andrés Neuman -  Igual que otras , fotos,.

  Andrés Neuman -  Igual que otras,.

 

  Andrés Neuman,.

Asegura Andrés Neuman que después de escribir Umbilical (Alfaguara, 2022), sobre el nacimiento de su primer hijo, no pensaba seguir ocupándose de estos asuntos. Pero el niño tuvo la ocurrencia antropológica de aprender a hablar. «E igual que otras formas del asombro y el amor, cada vez que un niño empieza a hablar… ¡es la primera vez! Cuando alguien vive una historia de amor, sabe que está continuando una tradición milenaria y a la vez renovándola. Lo mismo ocurre con el comienzo del habla. Porque nosotros también aprendimos a hablar y lo hemos olvidado». ¿Cómo no contar también algo así? El resultado es Pequeño hablador (Alfaguara, 2024), un texto delicado, apasionado, tierno, compuesto de una miríada de otros textos más pequeños y fulgurantes, sobre la sacudida existencial que te golpea cuando tu hijo empuña la palabra.

 La Galleta de la Fortuna, el nuevo RASCA de la ONCE que incorpora una suerte  de "filosofía" y una campaña de lanzamiento a lo grande - AZARplus

—¿El pequeño hablador empequeñece a su vez al padre que asiste al prodigio?

—El padre que observa algo así no solo vive una emoción inmensa, sino que tiene además el privilegio de asistir a un prodigio cultural, técnico, ético y estético. Bien mirado, es algo rarísimo vocalizar palabras en una lengua artificial. Yo he vivido con esto tres fascinaciones: la del padre enamorado que ahora soy, la del escritor que siempre he sido con un interés por el lenguaje y sus límites y posibilidades, pero también la del filólogo que una vez fui. Así, acompañar a alguien que tiene todo el lenguaje por delante, que empieza a nombrar al mundo palabra por palabra y cuestionando a la vez qué es una palabra… en fin, es un espectáculo.

—Dices: «Ya no puedo escribir lo que escribía. Interrumpiste todo y lo empezaste de nuevo». Si la paternidad supuso para ti un borrón y cuenta nueva como escritor, ¿de qué tipo de borrón estamos hablando?

"No me gustan, en general, los discursos iluminados, y me cansa mucho la superioridad moral de la paternidad"

—No me gustan, en general, los discursos iluminados, y me cansa mucho la superioridad moral de la paternidad. Cuando no tienes hijos tienes que escuchar los discursos de superioridad moral de quienes sí los tienen y te explican que eres un adolescente que no tienes ni puta idea de qué va esta vaina. Y eso genera un movimiento de superioridad moral contrario de quienes no tienen hijos, que es un fenómeno nuevo que no era antes tan habitual. Los que dicen que tener hijos es conservador o, para las mujeres, sacrificar las conquistas del feminismo. Y otra superioridad moral más cuando tienes hijos pequeños, la de quien ya los tiene grandes, y te explica lo que te va a pasar y asegura que sabes cómo te sientes. Y oye, habrá sentimientos comunes, pero nadie ama, folla o cría por ti. Cada época y cada individuo tienen sus peculiaridades. ¿Es un borrón y cuenta nueva? No. Porque no siento que el resto de mi vida haya sido un simulacro. Pero sí siento que las emociones o experiencias que yo había tenido antes de manera aislada confluyen ahora de forma brutal, casi violenta.

—El otro día entrevisté a Rodrigo Fresán y me confesó que siempre le intrigaron mucho los escritores que voluntariamente deciden no ser padres, en nombre de entregarse solo a la literatura, porque entienden que el hijo puede ser un estorbo. Él pensaba que se pierden una parte importantísima de material…

—Después de años sin dormir, de enfermedades, de guarderías, de hernias como la que me ha salido a mí, etc, en fin, cuando pones el cuerpo de esa manera, metafórica y literalmente, efectivamente, tienes material. No tenemos más de cuatro cosas: vida, muerte, amor y, tal vez, la infancia. Y en la crianza el vínculo filial hace que todas esas fuerzas actúen al mismo tiempo. Hay una suerte de emoción póstuma en cada minuto que paso jugando con mi hijo. Es como si fuésemos un piano que ha ido tocando unas teclas u otras a lo largo de su existencia y ahora, de pronto, cuando llega un hijo, las tocas todas a la vez en un acorde abrumador. Fresán fue un padre tardío, como yo, como lo somos todos ahora. Y los que hemos sido padres a esta edad, y por tanto somos más mortales, reales y conscientes de nuestra mortalidad. Por último, creo que debemos reflejar referentes de goce en la paternidad.

—¿Padres gozosos?

—¡Sí! Porque los hombres pueden ser algo diferente y mejor que esos arquetipos del padre violento que daña tu infancia, como el de Kafka, o el arquetipo de padre ausente que o te abandona o nunca estuvo, como en Pedro Páramo. Por último tenemos al padre heroico, al superpapá que no puede estar más alejado de la realidad. ¿Pero dónde están en la narrativa los padres cuidadosos o cariñosos?

—Antes de seguir, como padre también más o menos que sabe de qué va esta vaina, tengo mucha curiosidad por, digamos, el proceso de producción de estos textos. Te imagino de madrugada cuando por fin ha caído el bebé, desvelado ya, «con el sueño astillas», como describes, lleno de mierda y escribiendo. ¿Me equivoco?

"Si tú te marcas un tocho de quinientas páginas de densa y documentada prosa sobre el amor por tu hijo, has cambiado pocos pañales"

—Me interesa mucho eso que dices. Una cuestión ético-estética fundamental es la relación entre la realidad material, nuestras condiciones materiales de vida y reproducción, por un lado, y la forma que toman nuestros libros, por el otro. Pero no son cosas separadas. Si tú te marcas un tocho de quinientas páginas de densa y documentada prosa sobre el amor por tu hijo, has cambiado pocos pañales. Esto se lo han planteado nuestras compañeras escritoras mucho antes que nosotros. ¿Cómo escribo si no puedo con mi cuerpo? Y sin embargo, vaya material. ¿Cómo lo haces? ¿A toro pasado? ¿De forma fragmentaria? Debes articular un modo, y es un desafío fascinante. Esto también para otros marcos, como el duelo o la enfermedad. O incluso el amor más eufórico, ese que coloniza todo tu ser.

 

—¿Cómo lo hiciste tú?

—La forma que yo encontré en estos dos pequeños libros instintivamente reflejaba formal y estructuralmente esa realidad intermitente de mucha intensidad y mucha interrupción. Esa realidad a salto es la que vives cuando estás criando. ¿Y cómo lo hice? Cuando algo me llamaba la atención, me asombraba o emocionaba, lo archivaba en mi cabeza y en cuanto tenía un momento, normalmente por la noche, tomaba una nota aquí y ahora. Y luego trabajé esas notas un par de años. Es lo contrario de como yo escribía antes, preparando mucho los libros.

—Antes decías que no abundan en la literatura los padres cariñosos, los que gozan con la paternidad. ¿Por qué? ¿Pudor, machismo, sencilla falta de interés?

"A los hombres se nos dijo que no podremos, no sabremos o no querremos criar. Y entonces, autocumplimos la profecía"

—Todo eso a la vez, diría. A los hombres se nos dijo que no podremos, no sabremos o no querremos criar. Y entonces, autocumplimos la profecía. Por eso, recordar que ser padre también es un completo disfrute puede sacarnos de esa parálisis del deber. Ser padre no es una guerra. Vamos a celebrarlo. Lo digo sin ingenuidad, porque no se puede idealizar aquello que conoces diariamente. Tenemos además muchas asignaturas pendientes, porque nuestros padres fueron como fueron, y cuando miramos atrás los vemos. Tal vez este sea el primer momento en el que existe una multitud de padres en disposición de ponerse a conversar como llevan haciendo las madres desde el principio de los tiempos. Por eso las madres escritoras lo contaban más. Por último, debemos acabar con ese policía emocional que tenemos los tíos dentro y nos cohíbe: «¿Para qué hablar de esto?». El pudor masculino por no mostrar ternura es, por cierto, una sofisticación de que no piensen que eres maricón.

—¿Cómo lo sorteaste tú?

—Lo que más me encuentro cuando hablo con mis amigos padres hoy es un enorme alivio y una complicidad hermosa cuando por fin nos atrevemos a abrir la puerta y hablar de eso. Recuerdo que me tocó estar en Argentina en pleno furor del Mundial y quedé don dos amigos para comentar la semifinal contra Holanda. Somos todos muy futboleros y, sin embargo, cuando nos quisimos dar cuenta, después de tres horas de cena, cuando pedimos la cuenta de pronto nos miramos incrédulos al darnos cuenta de que no habíamos comentado aún el fútbol. Sólo habíamos hablado de nuestros hijos pequeños, nuestras parejas, nuestras emociones y miedos. Messi esperó toda una vida para ganar ese Mundial. Nosotros también para tener aquella conversación.

—Hay un momento hermoso en el que sucede y tú lo registras: «La palabra se impuso a los temores. Se filtró en tu inconsciente. Y por fin nos quisimos como hablantes». Pero también exclamas: «Contra mis previsiones, me doy cuenta de que voy a extrañar al niño mudo». ¿Qué extraño, verdad?

—Mi bebé se terminó como tal cuando conjugó en pretérito por primera vez. Estábamos jugando y dijo: «Papá, pasó coche». Me conmovió mucho y no sabía por qué. Hasta que me di cuenta de que acaba de nacer un hablante y morir un bebé. Un bebé es puro presente. Solo cuando gracias al lenguaje puede gestionar la ausencia o reponerla llega el pasado a tu vida. Yo no sabía lo mucho que me iba a gustar el amor mudo del primer año. Hasta que «pasó coche». Y pasó bebé. No somos conscientes de las repercusiones existenciales y emocionales que hay en la adquisición del adjetivo para complementar el sustantivo.

 

  TITULO:Tarde de toros - Las Ventas como un brazo al que le quitan el yeso,.

Las Ventas como un brazo al que le quitan el yeso,.

La encerrona de Emilio de Justo cambió de protagonista: Unas veces ni un quite y otras cinco toros,.

La tarde de los seis toros del extremeño en Las Ventas acaba en el primer asalto tras una voltereta, pasando el desafío a Álvaro de la Calle,.

El torero Emilio de Justo se encierra en Las Ventas con 6 toros en el Domingo de Ramos.
 
fotos / El torero Emilio de Justo se encierra en Las Ventas con 6 toros en el Domingo de Ramos.

Era su tarde soñada. Llevaba días levantándose creyendo que ya era el Domingo de Ramos, pero a veces, ante las fechas más esperadas surgen los mayores imprevistos. Emilio de Justo brindaba el primero al cielo, recordando a su padre, quien tanto luchó con él cuando los festejos en los pueblos de Extremadura lo eran todo y cuando las victorinadas en Francia eran sus desafíos. Antes habían sido aplaudidos sus banderilleros y el de Pallarés había repetido y humillado. Fue en el momento de la espada cuando quiso repetir esas entradas a matar que aún se recuerdan en Las Ventas.

Pero todo salió mal. Una voltereta tras una espada casi entera y tendida dejaba conmocionado (a simple vista) al extremeño. El runrún comenzaba a extenderse por la Monumental, la incertidumbre de si la encerrona quedaría en nada pesaba como una losa. Al director de la orquesta casi se le cansaba el brazo cuando la megafonía cortaba las esperanzas. Álvaro de la Calle era anunciado como el sobresaliente que se enfrentaría a cinco astados de diferentes ganaderías, un toro de Victorino Martín entre ellos.

Parte médico de Emilio de Justo: «Fractura estallido de las vertebras c1 y c2 y fisura en la base del cráneo. Pronóstico muy grave».

Así, la inadvertida presencia del sobresaliente volvía a cobrar peso muchos años después en Las Ventas. Esa figura que como mucho espera un quite como detalle del matador, recibía el regalo envenenado de cinco toros en Las Ventas. La oportunidad de su vida y una odisea. Así este torero, cuya profesión consiste en cumplir con sus labores pero sin brillar, afrontó de la misma forma este inesperado compromiso.

Ya camino del hospital y con collarín, Emilio tenía sensibilidad en las extremidades. Pero preocupaba la caída que tuvo sobre el cuello y un bulto en la nuca. Después se confirmaron las fracturas.

Se alargó Álvaro con el segundo, el de Domingo Hernández. El susto seguía en el cuerpo y parecía que la tarde se iba a hacer larga. Además se lio con el descabello. El tercero parecía un victorino de pura cepa. Humilló, pero Álvaro no se supo acoplar a él, no le dio distancia. La tarde comenzaba a traer esos terribles recuerdos de tardes como en la que David Mora, Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes acababan en la enfermería, dándose el festejo por finalizado antes de lo previsto. Efemérides para olvidar.

El torero Emilio de Justo se encierra en Las Ventas con 6 toros en el Domingo de Ramos. El diestro Alvaro de la Calle sustituye a Emilio de Justo tras sufrir una cogida en su primer toro.
 
El torero Emilio de Justo se encierra en Las Ventas con 6 toros en el Domingo de Ramos. El diestro Alvaro de la Calle sustituye a Emilio de Justo tras sufrir una cogida en su primer toro.

El espectáculo lo daría el cuarto, de Victoriano del Río, de nombre «Duplicado» . Un toro con todas las posibilidades del mundo. Hasta el segundo sobresaliente, Jeremy Banti, salió a hacer un gran quite y tras un tremendo puyazo, casi desde los medios, los banderilleros eran ovacionados también. Hasta la brega para retirar al animal en el brindis del matador fue ovacionada. El toro colaboraba en todo con alegría. Luego en la muleta Álvaro, radicalmente vertical, se la puso en la cara deslizando solo las caderas. El toro respondía con transmisión y fondo. Una estocada entera acababa concediendo la vuelta al ruedo al torero y el mismo reconocimiento al buenísimo toro de Victoriano del Río. Era astado de lío. La tarde volvía a coger tono, no el mismo.

El de Álvaro de la calle es el nombre más habitual en los programas de los mano a mano y encerronas. Un torero que ha hecho del oficio de sobresaliente su realidad en los últimos años. Pero como ya dijo a este mismo medio «los sobresalientes no somos toreros semirretirados». Aun así, surgía la reflexión de por qué no ofrecer estas retorcidas oportunidades a toreros con algo más de proyección.

Después de un quinto en el que poco pasó por la escasa movilidad del de Palha, Álvaro se arrodillaba ante la puerta de chiqueros. A porta gayola recibía al sexto, que no mostró en banderillas el juego que sí concedió en varas, arrancándose desde lejos. Luego en la muleta no se quiso alargar Álvaro al no verle condiciones. Así es la vida, a veces ni te ofrece un solo quite y el día menos esperado te pone una decena de pitones delante. Aunque no se llevó trofeos, Madrid sí le concedió su reconocimiento, siendo consciente del mayúsculo desafío en el que había cumplido con oficio. Protagonista inesperado.

Las ventas (domingo de ramos). Toros de Pallarés, Domigo Hernández, Victorino Martín, Victoriano del Río, Palha y Parladé ( en ese orden).El 1º, repetía humillando; el 2º, con movilidad; el 3º, con fondo; el 4º, gran toro, colaboró con alegría (vuelta al ruedo); el 5º, soso; el 6º, se arrancó desde lejos al caballo. Lleno (20.000 espectadores).

Emilio de Justo, de nazareno y plata, estocada casi entera y tendida, herido (oreja).

Álvaro de la Calle, (sobresaliente), de salmón y oro, estocada contraria, dos avisos, varios descabellos (silencio); estocada entera (silencio); entera (vuelta al ruedo), tendida (silencio), metisaca, entera (silencio).

Parte médico de Emilio de Justo: «Fractura estallido de las vertebras c1 y c2 y fisura en la base del cráneo. Pronóstico muy grave».

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