TITULO: Domingo
- 7 - Julio - LIARLA PARDO - El señor de la oficina - Joanna Concejo: retrato interior ,.
El domingo - 7- Julio , a las 18:00 por La Sexta, foto,.
El señor de la oficina - Joanna Concejo: retrato interior ,.
El señor Nadie fue el primer álbum escrito e ilustrado en solitario por Joanna Concejo. Han seguido otros que han consolidado su prestigio internacional, pero en este primer álbum ya estaban contenidos la esencia de su imaginación y sus modos de trabajo. Es Joanna Concejo, artista polaca residente en París, una autora preocupada por el retrato interior de sus personajes y por la reflexión que suscita en quienes los descubren.
En sus dibujos se confunden los planos de la realidad y la metáfora, creando espacios misteriosos. Las facciones se distorsionan, los tamaños se entremezclan, los objetos aparecen de modo paradójico, mostrando un enigma. Ese enigma debe ser resuelto por el lector, que es llevado a un espacio de “entretelas”, a un lugar de suspensión donde el texto y los dibujos muestran una naturaleza ambigua. La realidad es sometida a una mirada nueva, más atenta. Dicha realidad exige un ejercicio de contemplación introspectiva, no manierista o superficial, una contemplación similar a la reflexión que sigue tras la consideración más detenida de las cosas, superando el estado de apariencia convencional, de realidad mecánica.
El protagonista de este álbum es un ser gris de una ciudad gris, un ser que resulta invisible o despreciado por una mirada no atenta. Lo que propone el álbum es la revelación de su secreto, el retrato de su vida interior y de la comprensión de su importancia para los demás desde esa nueva mirada. Por eso se dispone como un retrato complejo, donde los símbolos permiten reflejar la soledad y la riqueza de un mundo interior que sólo puede aflorar mediante un ejercicio artístico de representación que lleve al espectador a un territorio de extrañamiento (ingresa en la vida del señor Nadie y deberá abandonar los prejuicios de una visión simplificadora).
El lector que pide este álbum no es un mirón, sino alguien que abre los ojos ante una realidad nueva, como ocurría, por ejemplo, en muchos retratos del Renacimiento. De ahí que se le exija una mirada atenta, completa. En aquellos cuadros renacentistas los detalles desvelaban la identidad del retratado (condición social, estado, rasgos de carácter…). En las páginas de este álbum sin edad (Joanna Concejo siempre se ha situado en ese reino común de la infancia y la edad adulta) se desvela sutilmente la ocupación real del señor Nadie, pero sobre todo se educa la mirada, se pauta un ritmo de atención, se invita a un desasimiento verdaderamente fuera de lo común, propio del gran arte simbólico.
TITULO: Donde viajan dos - Guía práctica para viajar a Rusia a la manera rusa ,.
Guía práctica para viajar a Rusia a la manera rusa,.
Entrar en Rusia siempre conlleva un sabor a aventura y júbilo. Sabemos que nos disponemos a introducir nuestro cuerpecillo delicado en un territorio inmenso y de una fuerza arrolladora, dejamos atrás cualquier temor que hayamos podido arrastrar por el camino y entramos, sin pensarlo más. Sirviéndonos de un tipo de valentía que solo poseen los viajeros más decididos bebemos vodka, luchamos contra osos, los amansamos, nos volvemos rusos por el espacio que ocupen nuestras vacaciones (porque todo el mundo sabe que cuando uno entra en Rusia debe convertirse inmediatamente en ruso, es casi un compromiso verbal del visado). Claro que cuando me refiero a Rusia, a la Madre Rusia, al Imperio, a la tierra de los zares, al mar de estepa que cobija el hielo de Siberia y la epilepsia de Dostoievski y los secretos más tenebrosos del comunismo soviético, cuando hablo de todo esto no me refiero únicamente a ciudades como Moscú o San Petersburgo, tan cercanas a Europa y asequibles para cualquier turista, tan bellas ellas; me refiero también a una sucesión de montañas de todos los tamaños y colores que crecen en el vergel de 12,7 millones de km² (como veinticinco veces España) que corre desde los Urales hasta las aguas huracanadas del Océano Pacífico.
Si el viajero visita Rusia que no vaya a Moscú o a San Petersburgo, y yo le ofrezco que arriesgue un paso más en su aventura de convertirse en ruso. Para ello el mejor destino es el este del país, lo más lejos posible de Moscú y de sus teatros, que se vaya más lejos de Omsk, más lejos, más, pase Krasnojarsk y de allí mire al este para deleitarse con la maravilla rusa durante los días arrancados de vacaciones. No se habla mucho de ello en las revistas de viajes pero merece la pena saber que la variedad cultural en Rusia es increíble, y que en la zona “popular”, que digamos, vive un tipo de sociedad bonita y atlética y estética y sometida a su oligarquía, más allá los rasgos se endurecen, el pelo del ruso comienza a castañear, y poco a poco los ojos se achinan hasta que estamos justo encima de Kazajistán, y encontramos una faceta de rusia vivísima y del todo asombrosa para el extranjero: de alguna forma ya lo sabíamos pero al escabullirnos de San Petersburgo y sus compinches mientras sorteamos las montañas por el macizo de Altái, nos encontramos con descendientes de tártaros, kazajos, cosacos, azeríes, musulmanes, cristianos ortodoxos, mongoles, chinos, gitanos, incluso puñeteros yupiks sonriendo como locos y helándose de frío en sus iglús del norte.
Dato curioso número 187 sobre Rusia: la bandera rusa se lleva utilizando de forma interrumpida desde que la acuñó su soberano Pedro Alekséievich I, allá por el siglo XVII.
Dato curioso número 189 sobre Rusia: Pedro el Grande era la clase de rey que torturó a su hijo acusándole de no cumplir las políticas del Estado, metió a su mujer a monja cuando se cansó de ella, fundó San Petersburgo porque le salió de los pantalones y se entendió con los suecos, los polacos y los otomanos a tortazo limpio.
Qué hacer para ser un ruso de verdad
No puede decirse en un artículo de este estilo nada más que curiosidades. Valga la redundancia pero es que es verdad que faltan páginas para describir con una precisión meridiana las culturas que pululan por allí, son demasiadas y riquísimas en ritos y tradiciones. Apenas comparten la miseria de deber su sangre a Rusia pero, si no hay guerras, si los de Moscú lo tienen controlado, ellos viven satisfechos con sus noches sempiternas de auroras boreales.
Pero sí pueden decirse los sitios a los que ir, y quizás una anécdota para mordisquear por el camino. Si quieres vivir una aventura plenamente rusa, no olvides:
1. Derrapar en las curvas mientras cruzas el macizo de Altái.
2. Bañarte en cualquier lago al este del río Yeniséi.
3. Regalarte una tarde de piragüismo en el mismo Yeniséi.
4. Hacer una parada para conocer a los hijos de los mongoles en Ulán-Udé.
5. Buscar la manera de montar una acampada veraniega en una esquina de la región de Lejano Oriente, en las llanuras de la Meseta Central Siberiana.
6. Luchar contra un oso en la Reserva Natural de Stolby y pagar la multa. O al menos consigue que no te robe los pistachos una ardilla.
No te olvides de hacer este viaje colosal en primavera o en verano. Si vas en invierno Rusia te masticará y te tragará sin piedad. Y si insistes en ir a San Petersburgo, al menos pásate a saludar en la Catedral de San Pedro y San Pablo a la tumba de Pedro Alekséievich I. Dicen del poderoso monarca que murió por una infección de la vejiga.
La anécdota
Fue cuando cruzamos la frontera de Barnaúl y nos encontramos cinco kilómetros Rusia adentro, ya plenamente rusos, y vimos larguísimos campos de marihuana a los bordes de la carretera. Muy ordenaditos y cuidados por sus dueños. Parecía aquello un sueño. No miré qué había más allá de la carretera pero imagínese que la carretera era un tacataca de aquella yerba engañosa meciéndose con absoluta tranquilidad. Nadie parecía preocuparse, ni siquiera la policía. Todo vibraba con la armonía de la Madre Rusia. Obviamente nosotros, los turistas, los occidentales asombrados, paramos al poco en una cuneta para comprobar que esta escena estrambótica fuera real (en ese momento desconocíamos que Rusia permite el cultivo del cáñamo y que aquello que veíamos eran plantas macho al 99,9%, aunque bastó una ojeada rápida para comprobarlo). A cualquiera le sorprendería encontrarse con una estampa como esta, parecían campos de girasol.
Ya íbamos a retomar nuestro camino cuando apareció un todoterreno con los neumáticos muy gruesos que escupían espumarajos de barro en cada curva. Subidos encima estaban cuatro gitanos que se pararon junto a nosotros. Juro que me he encontrado con tipos duros pero estos se llevan la mano. Eran unos tipos temibles. Piratas de la alfalfa conduciendo su pick-up y enseñando los brazos musculosos con tatuajes enrevesados, conocedores de todos los senderos escondidos en aquella hierba, como montaraces del cuchillo. Nos parecieron personajes directamente sacados de una novela de Arturo Pérez-Reverte, con cicatrices en las mejillas y todo, el disfraz completo, y como tal los vimos, entre emocionados y asustados porque estábamos viviendo una pequeña aventura rusa.
Nos preguntaron quienes éramos y qué hacíamos allí. Uno de ellos asomó un cuchillo o la pistola o se rascó un dedo y bostezó y ya estábamos todos tensos, a punto de disparar. Pero Pacho mantuvo la sangre fría y se explicó por todos: éramos cinco españoles que querían llegar de Madrid a Ulán Bator en furgoneta y que para eso teníamos que conducir un cachito al sur de Rusia. Que estábamos intentando aprender a ser rusos. Ellos se rieron en su idioma y nos miraban con esa mezcla de burla y admiración con que se mira a una cuadrilla de locos, y nosotros pues qué le voy a decir, también nos reímos, aunque estábamos un poco asustados. Luego uno definitivamente sacó la pistola y asomándola por la ventana dijo en inglés:
- You don´t come here no more, okey?
- Okay, amigo.
Eso creo que lo dije yo. Luego nos excusamos y nos despedimos muchas veces y muy rápido todos a la vez, dijimos adiós a la extraña visión del cáñamo y seguimos el camino a Ulán Bator.
TITULO : Escala humana - Europa acude a las urnas y entra en un terreno imprevisible, Miercoles - 3 - Julio ,.
El Miercoles - 3 - Julio, a las 21:00 por La 2, foto,.
Europa acude a las urnas y entra en un terreno imprevisible,.
En el amanecer de un siglo XVIII que iba a dar mucho de sí en los libros
de Historia, aquella enorme España de los Austrias, la heredera del
ilustre emperador Carlos V y del férreo Felipe II, se había ido por
completo al carajo. De oca a oca y tiro porque me toca, cada vez más
cuesta abajo, caía al fin en el pozo del tablero: un rey, Carlos II,
degenerado, imbécil e incapaz, literalmente una desgracia nacional,
manipulado por un jesuita, por una reina extranjera que apenas sabía
hablar español y por un cardenal comprado por Francia que en menos de
una hora, sentado junto a la cabecera del monarca agonizante, consiguió
que éste cambiara su testamento, apartando al que por viejos pactos de
familia parecía destinado a ser heredero de la corona y por tanto nuevo
rey de España, el archiduque Carlos de Austria (hijo del emperador
Leopoldo I), en beneficio de Felipe de Anjou (nieto del francés Luis
XIV). Aquello fue un terremoto político que sacudió Europa y lió un
carajal de tamaño XL que duró doce años y se acabó llamando Guerra de
Sucesión Española, pero que en realidad se combatió en muchos
escenarios, por tierra y por mar (por aire todavía no, y disculpen la
gilipollez, porque aún no se habían inventado los dirigibles ni los
aviones). La primera en jurar en arameo con el enjuague borbónico fue
Inglaterra, ya que una Francia y España unidas eran más de lo que podía
soportar como enemigo, tanto en sus costas como en las aguas y colonias
de América. Le ponía la mosca detrás de la oreja. Así que moviendo
alianzas y tropas, dispuestos a hacerse la puñeta unos a otros, en
Europa se formaron dos bandos: uno apoyaba al pretendiente austríaco y
otro al gabacho (o sea, Habsburgos o Borbones). Entre los primeros
estaban Inglaterra, Holanda y algún otro; entre los segundos, un par de
príncipes alemanes y el duque de Saboya. Fue entonces (1704) cuando
Inglaterra, aprovechándose del caos reinante, se apoderó de Gibraltar (y
ahí sigue, sin soltarlo hasta ahora). Al principio las cosas le fueron
bien a la alianza pro-austríaca, que le rompió los cuernos a Luis XIV en
varias batallas (Oudenarde y Malplaquet, entre otras). Y tenían al
abuelo a punto de caramelo para pedir la paz cuando se pasaron de listos
enviando tropas a España, para echar de allí al pretendiente don
Felipe, que se defendía como gato panza arriba (batallas de Almansa,
Brihuega y Villaviciosa). Eso cabreó mucho a su abuelo, que reavivó la
guerra, esta vez con mayor fortuna. En Austria había un emperador nuevo,
Carlos VI (Leopoldo I había muerto, y también su sucesor, José I), y de
éste ingleses y holandeses se fiaban menos que de los antecesores; así
que sin contar mucho con él negociaron una paz con Francia que fraguó en
el famoso Tratado de Utrecht (1714), por el que el nieto de Luis XIV
era aceptado como rey de España y de sus territorios ultramarinos a
cambio de renunciar a cualquier derecho de sucesión al trono franchute.
Fue así como, con el que a partir de entonces sería llamado Felipe V (el
número VI es el que tenemos ahora), en España se instaló para un rato
largo la dinastía de la casa de Borbón; que, con vicisitudes varias en
los siguientes tres siglos, reina todavía. Para cerrar la boca a los
austríacos después de haberles hecho tragarse el sapo se les dio una
compensación (seguro que lo adivinan ustedes) a costa de posesiones
españolas, que no era ninguna tontería: Bélgica, Cerdeña, Milán y
Nápoles. Sicilia la trincó el duque de Saboya, Holanda se quedó con
varios establecimientos coloniales e Inglaterra con importantes
territorios de América, además de Gibraltar y Menorca. Lo de Utrecht
quedó ratificado poco después por la llamada Paz de Rastatt; y aunque
Francia se había dejado muchos pelos en la gatera militar y mucha
influencia por los suelos, todos quedaron más o menos contentos, felices
como perdices o con cara de estarlo. Menos la pobre España, claro, tras
haber sufrido la guerra en el mar, en América, en Europa y en su propio
territorio (el carajal en Cataluña, que apostó por el archiduque Carlos
y le salió el cochino mal capado, fue de órdago), después de que les
quemaran los muebles, se les fumaran el tabaco, se pitorrearan en su
cara y les diera por saco todo el mundo, los españoles pagaban ahora a
su costa, con territorios y prestigio, los gastos de la fiesta ajena. En
realidad la única potencia que salía gran vencedora de aquel enorme
desparrame era Inglaterra, crecida en el mar, muy arrogante y chula
ella, siempre dispuesta a calentar todo conflicto que desestabilizara a
Europa, con un imperio colonial cada vez más poderoso y una marina
mercante y de guerra que la convertían en dueña cada vez menos discutida
de los mares. Ya saben ustedes: Rule Britannia sobre las olas, y todo eso.
TÍTULO:
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Outlet ,.
LA
MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Outlet, fotos.
El Miercoles - 3 - Julio , a las 22:00 por antena 3,.
Outlet,.
Fotografía de baja calidad durante una tormenta de domingo
sé que buscamos los recortes adecuados
para no empaparnos
y regresar a donde hay que regresar
para no exceder la tolerancia de los engranajes,
fallamos en eso, es más difícil
llegar seco que acostumbra la piel
a la humedad violenta y natural.
hay demasiadas reglas en este juego.
a veces pienso que no estaría mal
arrojar los dados muy lejos
y correr en los charcos
(dept of traffic)
lo que puede intercambiarse
es sólo una poética en la que
el café llega idéntico
en Bangladesh – tokio – buenos aires
es una cuestión de estilo
como detenerse en los semáforos
(Fotografía #12) Ventanas con papel film
autocine. los vehículos parecen abandonados
con el olor del tapizado a estrenar. puede
así yacer un cuerpo? los reflectores
cruzan la parte del fondo. no sé dónde
habrán ido las parejas que no querían repetirse.
las ventanas selladas con papel film
tienen un efecto acuático ante la cámara.
una habitación puede quedar deshabitada
pero llena de sensaciones.
no es el tacto o el sabor de las frutillas
lo que hace al verano –es temprano
dice una voz en la pantalla blanco y negro.
nadie puede abandonar la escena
sin una chispa de felicidad
(Fotografía #10) Lunch Roc-
las lámparas sobre las cabezas absorben
ideas de un western mal guionado.
una vieja camioneta a toda velocidad
en la ruta árida del ojo que cena en Lunch Roc-
es un respiro de libertad condicionada.
perdí las tarjetas. eran iguales
a las que lleva en el bolsillo
el sujeto con sobretodo y boina en las sombras.
es tarde.
la noche parece menos confiable. el tráfico
una montaña rusa vista por televisión.
plena ajenidad. como los árboles en sus sueños
las cosas se han ido acomodando
a un servicio estándar y universal
Urban Color
la exposición de Wayne Sorce es increíble.
no sólo los colores de los 70 y los 80
sino el lenguaje urbano de la intemperie.
“factory outlet” – “bee gee’s fash-” – “alteration”
– y nos sumergimos en una poesía
que dice mucho más que el alquiler de disfraces
que la escena literaria pudo proveer.
no porque juntar una serie de carteleras sea
una buena definición de escritura: es la posibilidad
de oír lo que deslumbra. nada es forzado
ni invitado (lo cual sería lo mismo).
“home made” – “italian sausage”
esta mañana dicen
todo lo que quiero escuchar
Fotografía frente a un mural
una radiación que proviene de cierta distancia
ha quedado todavía en los rostros. sonreír
parece fácil después de aquello.
hay un espacio para que la tarde caiga y todo se organice:
dos direcciones diferentes que por el momento
no tienen relevancia. sólo la cercanía de las figuras
y ese mural como fondo. al frente
los ojos son perfectos (a pocos pasos eran
el único significado para la realidad).
ya no sirve esa palabra. fue más de lo que podría
haber predicho por los cálculos de perspectiva.
por ejemplo el color rojo como un detalle
que se graba en el sueño de quien se para de espaldas
a la pintura y piensa –suponemos- que esas horas
valen más la pena que la pared blanca
de las cosas que se dejan ganar
una y otra vez todos los días,.
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