lunes, 17 de junio de 2024

Tierra de sabores - Cocinamos - Así se cocina el huevo frito perfecto ,. / Obélix y Astérix - Teatro - Alkor ,. / Un trío en la cocina - Paletilla de cordero al horno con verduras ,. / Documentos TV - China, operaciones secretas ,.

 

TITULO:  Tierra de sabores  -   Así se cocina el huevo frito perfecto   ,. 

Cocinamos -  Así se cocina el huevo frito perfecto  ,.

 

Borja Adrián e Ismael Hevia se unen para cocinar este gran alimento. Los huevos son de Gallinas y Cobardes y el aceite de oliva, de Finca La Torre,.

Borja Adrián e Ismael Hevia momentos antes de nuestra conversación
 
foto / Borja Adrián e Ismael Hevia momentos antes de nuestra conversación,.

Hoy, nos comemos un huevo frito con Ismael Hevia, propietario junto a su hermano Fernando, del mítico Hevia (Serrano, 118), y con Borja Adrián, director comercial de Finca La Torre. Para disfrutar de semejante manjar, quedamos en Bar H Emblemático, la nueva apertura de los hosteleros, que se une al puesto del Mercado de San Antón. El objetivo del encuentro no es otro que disfrutar de tan clásico y sencillo bocado que, a veces, no llega a la mesa como debería. Entonces, ¿cómo se hace el huevo frito perfecto? Preguntamos. Sabemos que es básico contar con los mejores ingredientes. Por eso, los de Ismael son de Cobardes y Gallinas, a la venta en: www.cobardesygallinas.com. ¿El motivo? Viven en libertad, picoteando en busca de lombrices y semillas. Además, comen maíz, trigo, cebada, lino, alfalfa, avena y hasta pimentón de La Vera, bellotas y restos de huertas cercanas. Incluso, cinco tipos de pienso, según el momento del año y su edad. Y, lo disfrutamos elaborado con el citado aceite de oliva virgen extra de la almazara malagueña.

Dónde calle Castelló, 83

Teléfono 912 77 51 60

Precio medio 35 euros

barhemblematico.es

A la hora de hacerlo en casa, si Ismael recomienda atemperar el huevo. Es decir, no freírlo recién sacado de la nevera, Borja insiste en mantener siempre las propiedades saludables y organolépticas del aceite. Porque un error que, a veces, cometemos el común de los mortales es «calentarlo demasiado. El truco reside en no llevarlo a una temperatura que lo queme. Puedes freír a entre 150º y 160º perfectamente y no hace falta dejarlo en el fuego un rato largo, porque es necesario mantener la mayor cantidad de polifenoles». En cuanto pierde densidad, es el momento de cocinar con una cantidad generosa. Es decir, poner en la sartén más de dos dedos. Lo suficiente como para que al poner el huevo, no toque la base de ésta: «Un buen aceite debe usarse como lo han hecho siempre nuestras abuelas y madres. Es decir, no tirarlo mientras se pueda aprovechar, porque puedes freír, incluso, unas patatas con un aceite usado dos o tres veces. Es más, debes», añade.

¿Con puntillita o sin puntillita? Nosotros, con ella, siempre, aunque hay a quienes no le gusta «y lo fríe con el aceite con mucha menor temperatura para que vaya adquiriendo poco a poco ese color blanquecino característico de la clara y prefiere la yema limpia», continúa Ismael. Lo que tiene claro Adrián es que son pocos quienes emplean un buen aceite de oliva para freír un huevo. No existe una cultura y eso que «entre el 55 y el 60 por ciento se produce en España. Ningún país del mundo controla esa cantidad de producción de un solo producto. Hay quienes reconocen que no saben absolutamente nada sobre el aceite de oliva virgen extra y yo les cuestiono cómo puede ser así. Cómo puede ser que no tengan ni idea sobre un producto que usan a diario y les dé igual. La gente se gasta un dinero en una buena materia prima a la que incluye un mal aceite, mientras que uno bueno la impregna de aromas y de sabor. Y, aun así, se le presta muy poca atención».

La mejor salsa del mundo

Para freír, recomienda usar la variedad hojiblanca, con certificación ecológica, que en Finca La Torre (fincalatorre.com), procede de olivos de entre 100 y 130 años. Nos gusta, porque su aroma es frutado intenso y recuerda a hierba recién cortada, mientras que en boca se percibe un ligero amargor y un picor progresivo y equilibrado con toques de almendra verde.

Dicho esto, estamos de acuerdo en que, a pesar de tratarse de un alimento sencillo, ¿cuántas son las veces que llega a la mesa perfecto? Es decir, con la yema en su punto, que no dura, para mojar pan, que en este caso fue de Viena la Baguette (@viena_labaguette). Porque, como dijo Ferran Adrià, la yema es la mejor salsa del mundo. E Ismael añade que su textura se toma como referencia para elaborar otras.

 

 TITULO:  Obélix y Astérix  -  Teatro - Alkor ,.  

Obélix y Astérix - Teatro - Alkor , fotos,.

 

Teatro -Alkor,.

 Colegio ALKOR - Teatro en inglés | Facebook

 Tengo las manos anquilosadas esta mañana sucia, negra, casi negra, gris oscura, gris como el lomo de ese libro que se enfrenta a mí y que no he sido capaz de engullir, como esa sartén en la que ya se pegan los huevos y debería cambiar mi interina. Calla ya y estudia. Calla ya y pon tus manos al piano. Mete tus dedos en lo que te da de comer aunque vaya a volverte loco, aunque vaya a volverte más loco. Agarra esa pieza de Chopin que quiere acabar con tu paciencia de genio, con tu aureola del santo niño prodigio que fuiste antes de convertirte en un monstruo del piano. Calla ya… Deja de pensar en las musarañas y métete con ese coño preludio de Chopin que te va a proporcionar un dinerito para comprar vicios después de que mañana demuestres en 

 

Barcelona que puedes con esa pieza de mierda, este Presto con fuoco que ahora no me entra ni me sale. Tengo las manos como inmovilizadas por un cemento fresco a punto de secarse que detesta a Chopin. Por eso no hay quien me traspase a los cartílagos el preludio. No hay quien engañe al hormigón armado. Debo saltar por encima, hacer que ocupe mi mente primero y luego baje a mis manos. Ser más cerebral, menos temperamental. Me lo echan en cara algunos críticos. Una parte de mí es cerebral y otra, temperamental. ¿Cuál de las dos quiere dar por el culo a este preludio? Ambas. ¡No! La cerebral. Sí, la cerebral, porque esta música, por el contrario, es temperamental: carne roja. Llanto. ¿Y si fuese Bach? Pues si fuese Bach, le traería al fresco la parte temperamental. Porque su música sale del puro cálculo, busca la exacta arquitectura. Pero no estoy con Bach, estoy con Chopin y mi parte cerebral desea conflicto, quiere guerra. Necesito una tregua. ¿Me levanto? ¿Me levanto del piano y me frío un par de huevos? No, por Dios. Aguanta. Aguanta ese pulso infernal con el preludio de los cojones y véncelo. Do, do, fa, mi, re, do, do, fa, re, mi, sol. No compongas ahora. Métesela doblada a Chopin y somételo a tu repertorio. Sigo teniendo las manos anquilosadas. Hace frío y no han encendido la calefacción todavía con este día negro, gris, gris oscuro, que hace. No había caído hasta ahora en la temperatura. Eso es que ya he perdido la concentración. ¿Me levanto? Me levanto. Voy para la cocina a fisgar. A servirme un café, un café con leche caliente, calientito, que me ponga otra vez en guardia. Presto, como nuevo para enseñarle a ese preludio quién soy yo y no al revés. Porque no me dejaré vencer, anularme, hacer que me minusvalore más en este día aciago, malhumorado, nostálgico, mientras acompaño las notas tristes y sulfuradas que estoy a punto de tirar por la ventana. He entrado en una mala racha. Ves, ese preludio inmisericorde te está llevando a su terreno. Maldita la hora en que lo escribió. Puto Chopin. Maldita la coño hora en que se le vino a la mente. Si Ivo Pogorelich y Marta Argerich, con sus rarezas, han podido, ¿por qué yo no? Porque te dan cien vueltas, te dan mil vueltas, un millón de vueltas. Tú eres español, tú eres una mierda de pianista español. ¿Acaso haber alternado con las mejores orquestas del mundo y los directores de referencia en las grandes salas no te vale de nada? Sí, tiene que valer. Puede que hoy no asimile las notas de un preludio de Chopin que apenas sobrepasa los dos minutos. Pero guardo críticas insuperables de los más prestigiosos periódicos, aunque luego vaya por ahí diciendo que las reseñas ni las leo, así, en plan despectivo, con mi punto soberbio. Yo soy León de Vega, pianista español de fama internacional, caballero de la Legión de Honor, Premio Nacional de Música, cuarenta y tres años. Soltero. Todavía joven y ya triunfante, pero incapaz de asimilar un preludio porque tengo las manos en coma y parecen esas nueces que se niegan a salir de la cáscara, enjauladas en un resquicio de piel marrón y a punto de partirse para no asomar enteras. Temo que vaya a ser algo peor que la falta de concentración, que se deba a la ausencia de sol, por efecto de este día de perros, con el cielo como una moqueta de sucursal bancaria. Ando por irme ya a Barcelona, porque necesito un poco de humedad con la que engrasar mi ánimo y hacer correr mis manos por el teclado. Llamaré al Palau para decir que llego esta tarde en el primer avión y así pruebo el piano para sacar allí esta mierda de preludio que me va a matar. Hace tres años que no toco en el Palau. Deberían contratarme más. ¿Qué digo? Por ellos aparecería temporada tras temporada. Me adoran porque les cuento que soy del Barça. Y es verdad, lo soy. Lo debo a un resquicio de mi progresismo. Pero debería pensar que les gusto por mi manera de interpretar. Si hace tres años que no piso el Palau es porque yo me he empeñado en no hacerlo hasta que fuese capaz de tocar allí esta obra de corrido. Los 24 Preludios de Chopin. Y así estamos. Con estas notas revueltas en tu cabeza, aprisionando mis manos y con la garantía de hacer el ridículo si no superas la situación. Hacer el ridículo en Barcelona me va a costar muy caro, así que no te acuestas si no cae este maldito preludio. Ahora parece que estoy más tranquilo. Realmente el café caliente ha logrado su efecto. Te ha calmado los nervios. Te ha aclarado la mente. Ya sólo tienes miedo.

 

TITULO : Un trío en la cocina - Paletilla de cordero al horno con verduras,.

 

Un trío en la cocina - Paletilla de cordero al horno con verduras ,fotos.

 

 Paletilla de cordero al horno con verduras,.

 

 Comer como un rey es sencillo con esta receta.

Un plato ideal para cualquier época del año,.

Un trío en la cocina con Gonzalo, Julius y Nicola | El próximo lunes  vuelven Julius, Nicola y Gonzalo con nuevo programa. Estarán los tres  juntos en Un trío en la cocina... |

Las paletillas de cordero son ideales para asados. Son piezas muy jugosas una vez asadas y no requieren de demasiados aderezos. Además, al ser una parte de la carne pegada al hueso, como sabrás, siempre te van a quedar tiernas, jugosas y sabrosas, a diferencia de los trozos de carne más grandes y sin hueso, que tienden a ser más secos.

Si no dispones de tanto tiempo, puedes hacer las paletillas de cordero asadas simplemente con aceite en una bandeja de horno. Le añades unos ajos sin pelar, aún con la piel, y una cebolla cortada en gajos grandes. Hornéalo durante 1 hora aproximadamente a 200ºC, y a mitad de la cocción, añade ½ vaso de vino blanco. De esta forma, se cocinará en menos tiempo, y tendrá todo el sabor y la jugosidad que buscas en tu receta, aunque, claramente, el resultado no será el mismo, porque una cocción en horno a fuego lento siempre va a dejar una carne más tierna y jugosa. Pero todo sea por salir del paso con un resultado que no dejará indiferentes a tus comensales.

  • Tiempo de preparación

    -

  • Tiempo de cocción

    -

  • Tiempo total

    -

  • Comensales

    2

  • Calorías

    -

Categorías

Carnes

Ingredientes

  • 2 paletillas o piernas de cordero

  • 1 pimiento rojo

  • 1 pimiento verde

  • 1 calabacín

  • 1 cabeza de ajos

  • 300 g de patatas redondas cocidas

  • aceite de oliva

  • sal

  • pimienta negra

  • romero

  • perejil picado

  • 1 c/s de mantequilla

Preparación

  • Para empezar, sazonamos las paletillas y las restregamos con un diente ajo. Embadurnamos toda la carne con aceite de oliva y las colocamos en una bandeja con aproximadamente un dedo de agua. Añadimos 4 o 5 dientes de ajo y unas ramas de romero para aportar sabor y aroma.

  • Introducimos las paletillas en el horno previamente precalentado a 180ºC durante 90 minutos aproximadamente, dando la vuelta de vez en cuando y regando por encima con su propio jugo para que no pierda humedad y no se reseque la carne. Además, así podremos darle más sabor y evitaremos que se queme. Subimos la temperatura del horno a 220ºC y dejamos que se dore. Esta parte debe durar aproximadamente 10 minutos, aunque cada horno es distinto. Por ello, lo mejor es que vayas controlando la pieza cada poco, y la saques cuando veas que esté dorada, pero sin haber llegado a quemarse.

  • Mientras tanto, cortamos los pimientos en tiras y el calabacín en medias lunas gruesas y los introducimos en una sartén amplia. Cocinamos los pimientos sazonados con una cucharada de aceite a fuego medio y cuando empiecen a coger color, añadimos los calabacines y dejamos que se doren. Reservamos para más tarde, intentando que no pierdan mucho calor.

  • Picamos el resto de los ajos, 2 o 3 dientes, dependiendo del tamaño, y sofreímos en una sartén con la mantequilla, a un fuego medio para que no se nos queme. Cuando se empiecen a dorar, añadimos encima las patatas escurridas con el perejil picado y unas hojas de romero. Salteamos y reservamos.

  • Por último, servimos las paletillas bien calientes con las verduras y las patatas como guarnición. La presentación ya depende de ti, pero te recomendamos servir una paletilla en un plato grande, a un lado las patatas y al otro las verduras, para que cada uno pueda ir cogiendo la carne y la guarnición a gusto.

     

    TITULO:  Documentos TV -  China, operaciones secretas ,.  

     

    Documentos TV,.

    Documentos TV  -  China, operaciones secretas  ,.  


    Martes - 2 - Julio  a las 00:00 horas en La 2, foto,.

     China, operaciones secretas

    En los últimos años, la gran red de espías chinos distribuida a escala mundial viene sustrayendo decisivos secretos industriales y de la defensa de los países de Occidente.

    Tras un siglo de influencia occidental, China está dispuesta a cambiar el Orden Mundial para 2049, fecha en la que pretende instaurar su hegemonía comercial, militar y tecnológica en todo el mundo.

    Durante las últimas décadas, las democracias occidentales no han sido precavidas en su relación con China. Europa y Estados Unidos abrieron sus puertas comerciales e intensificaron relaciones de asociación industrial y científica, aparentemente inofensivas, bajo el manto de la amistad. Pero la realidad era otra. Occidente, preocupado por el terrorismo islamista, subestimaron las capacidades de inteligencia chinas destinadas a conseguir las ambiciones de Pekín.

    La DGSE, el M16 y la CIA consideran ahora que la inteligencia china constituye la mayor amenaza en injerencia extranjera. Empresas aeroespaciales, tecnológicas y ejércitos occidentales han estado y están en el punto de mira de los espías chinos.

    En su afán por cambiar el Orden Mundial, China no ha dudado en emplear todos los medios a su alcance en los ámbitos económico, tecnológico y militar para conseguir su objetivo: cambiar el Orden Mundial. La meta que se ha marcado es 2049, el centenario del nacimiento de la República Popular China.

    De París a Washington, de Pekín a Yibuti, "China, operaciones secretas" es la historia de una guerra clandestina destinada a desestabilizar a las democracias occidentales y convertir a China en la primera potencia mundial en menos de veinticinco años.

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