domingo, 7 de julio de 2024

DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Arturo Pérez-Reverte - El toreo es progre ,. / Las rutas Capone - 6 razones para viajar a Baleares en verano,.

 

 TITULO:  DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -  REVISTA BLANCO Y NEGRO -  Arturo Pérez-Reverte - El toreo es progre  ,.

 DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO -  Arturo Pérez-Reverte - El toreo es progre  ,. fotos,.

  Arturo Pérez-Reverte - El toreo es progre ,.

 Arturo Pérez-Reverte - Página 14 de 35 - Zenda

 Arturo Pérez-Reverte,.

Dos veces, siendo muy joven, corrí delante de toros, en encierros. Eran encierros de verdad, bien organizados, sin otro objeto que conducir los toros a la plaza. Ocurrió hace medio siglo y creo que no me arrepiento. O tal vez sí, un poco, puede que algo más, en el contexto actual del mundo y de mi vida. Recuerdo la sensación de peligro, la tensión, la adrenalina con los pitones rozando la espalda. Fue una experiencia, desde luego. Hoy no la repetiría, ni siendo joven de nuevo. La vida me cambió, y en eso fue para bien. Quizá sea útil que cuente cómo y por qué.

 Por qué debemos evitar el desayuno dulce (que tomamos la mayoría en España)

( Desayuno )

Durante muchos años presencié corridas de toros. Enlazaban con mi infancia, las tardes de domingo en que mi abuelo me llevaba a la plaza: la música, el ruedo, la fiesta, el fascinante ritual. Mantuve esa afición durante cierto tiempo, e incluso viajé con Juan Ruiz Espartaco, hombre bueno, valiente, al que aprecio y admiro –con él comprendí muchas cosas de la mente de un torero–. También escribí sobre la materia y tuve el honor de pronunciar un pregón en la Maestranza de Sevilla. Nunca fui de verdad lo que se dice un taurino, aunque sí aficionado razonable, menos pendiente del arte de la lidia que del valor, las maneras y la pervivencia de ciertas tradiciones. Un simple observador, en fin, interesado en aspectos de la vida y la muerte con los que, por otra parte, me familiarizaba el oficio viajero y a menudo violento que ejercía en aquella época.

 

 Bocadillo de pollo con queso

 ( Cena ) 

Con los años, las cosas fueron cambiando. Supongo que el comienzo se lo debo a mi hija, cuando a los ocho años, leyendo Moby Dick, me dijo: «Papi, pobre ballena», y comprendí como en un relámpago que el mundo cambiaba y que parte de mí cambiaba con él. También mis perros –hasta ahora he tenido cinco– hicieron su trabajo. Dudo que nadie que haya vivido estrechamente con ellos, experimentado su devoción y lealtad, nadie que haya sentido la mirada de sus ojos fieles, sea capaz de ver con indiferencia el sufrimiento de un animal. A través de ellos, de mis perros –Sombra, Mordaunt, Morgan, Sherlock y Rumba– y de los de mi hija –Ágata y Conrad–, aprendí a ver el mundo de otra manera. No a buscar en los animales las virtudes de los seres humanos, sino buscando en los seres humanos, para soportar algunos de sus más perversos extremos, las virtudes que poseen ciertos animales.

En noviembre de este año cumpliré setenta y uno, y ya no me gustan los festejos taurinos. Pero eso no me convierte en militante antitaurino: comprendo a los aficionados y creo que tienen derecho a defender su modo de entender la fiesta. No estoy capacitado para juzgarlos, así que me limito a quedarme fuera. Yo no voy a los toros, y punto. El año pasado organicé en Sevilla, con mis amigos Jesús Vigorra y Antonio Pulido, un debate de tres días al que asistieron destacadas figuras a favor y en contra –pueden ustedes encontrarlo en YouTube, si les interesa–. Como allí ocurrió, creo que todo el mundo, partidario o adversario, tiene derecho a expresar su opinión y a ser escuchado. El de las corridas de toros, y me refiero a las serias, es un debate interesante, españolísimo por otra parte, que creo útil se mantenga con serenidad, educación y respeto.

Otra cosa son los festejos de pueblo: la salvajada de atormentar a animales que no pueden defenderse. Ahí sí que milito –si lo dudan, pregunten a los lanceros de Tordesillas y su Toro de la Vega–. En una plaza de verdad, al menos, el toro tiene la oportunidad de matar a quien lo martiriza, equilibrando un poco la balanza. Por eso me parece bueno, hasta necesario, que de vez en cuando mueran toreros. Tales son las reglas; y quien las conoce, las asume. Pero eso nada tiene que ver con la brutalidad que, en nombre de tradiciones locales y otras bestialidades –«Es que mi padre lo hacía, y mi abuelo, y la madre que los parió»–, se sigue perpetrando contra becerros, vaquillas y animales indefensos, torturados por la muchedumbre bárbara, la crueldad colectiva y la ruin condición humana. No hay valor, dignidad ni belleza en la matanza de un animalillo al que se acuchilla, se apalea, se arrastra, se despeña por un barranco entre el jolgorio y las carcajadas de una chusma borracha. Eso, que en tiempos de gente analfabeta y elemental era comprensible, ya no tiene justificación alguna. Hoy la razón no tolera tales espectáculos. Y si quienes votan en elecciones municipales no lo entienden, pues se les explica mejor. O se les sanciona duro, si hace falta. Los ayuntamientos y autoridades que aún permiten esa barbarie son tan culpables y cobardes como la gente que la exige y disfruta. Las tradiciones respetables dejan de serlo cuando se convierten en infamia. Y esa España negra, despreciable, que cada verano se complace en el retrato cruel de sí misma, es demasiado infame para soportarla.

TITULO:  Las rutas Capone - 6 razones para viajar a Baleares en verano,.

 6 razones para viajar a Baleares en verano,.

 6 razones para viajar a Baleares en verano

foto / Ya tienes los días elegidos para tus vacaciones de este verano, pero no te decides por un destino ¿sol y playa o naturaleza?, ¿historia o gastronomía?, ¿diversión o relax?
En las Islas Baleares puedes encontrar todo lo que buscas. ¡Déjate sorprender por este paraíso mediterráneo! Aquí te dejamos algunos motivos que te ayudarán a decidir:


1. Sol y playas paradisíacas. Si algo destaca de las islas son sus magníficas playas de arena blanca y agua cristalina. Las hay para todos los gustos, algunas más animadas y otras más íntimas. Si viajas con niños, encontrarás algunas especialmente diseñadas para ellos con parques infantiles, alquiler de velomares, etc.


2. Si la playa no es lo tuyo, cuentas con múltiples opciones: senderismo por la Sierra de Tramuntana, visita a las cuevas del Drach, un día en el Parque Natural de Sa Dragonera… y un largo etcétera de parajes y rincones naturales que merece la pena descubrir.


3. Un sinfín de opciones de ocio y diversión para elegir. Discotecas y locales de moda, numerosas boat party, fiestas en la playa y verbenas populares más que conocidas como las de San Juan en Menorca, donde vivir una experiencia de lo más emocionante.


4. Infinidad de deportes como golf, senderismo, ciclismo, escalada, deportes acuáticos de todo tipo, etc., una amplia variedad deportiva con la que sentirte más vivo y libre que nunca.


5. Y si eres un amante de los sabores, no te puedes perder la suculenta gastronomía balear que destaca por ser original y exquisita, pero sobre todo con una alta tradición mediterránea. Te recomendamos platos como el arroz brut, la caldereta de langosta menorquina o la lechona al horno con sus riquísimas patatas de acompañamiento. Tampoco puedes dejar de probar las empanadas mallorquinas, la sobrasada o el queso de Mahón. Y para los más golosos, las ensaimadas rellenas de numerosos ingredientes, la coca de albaricoque, los rubiols, además de los licores de hierbas.


6. Envuélvete de la milenaria historia balear. Descubre castillos medievales, asentamientos prehistóricos, museos al aire libre e impresionantes monumentos como la Catedral de Palma.
Sabemos que las vacaciones son para vivir experiencias maravillosas que te evadan de la rutina, por ello, además del destino, es fundamental encontrar el hotel adecuado para tu estancia. Elige cualquiera de nuestros hoteles tanto en Mallorca como en Menorca y, con Zafiro Hotels, podrás disfrutar de todo esto sin preocupaciones. Nuestros exclusivos servicios e instalaciones te cautivarán convirtiendo tus vacaciones en inolvidables.




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