TITULO: Atención obras - Cine - Marta Pazos ,. Viernes - 11 , 18 , 25 - Octubre ,.
Viernes - 11 , 18 , 25 - Octubre ,. a las 20:00 horas en La 2, foto,.
Marta Pazos ,.
Cayetana Guillén Cuervo entrevista a la directora de escena Marta Pazos sobre su nuevo montaje “Juana de Arco”, una propuesta épica que reescribe el mito y que se puede ver en la Sala Max Aub de Matadero Madrid hasta el 3 de noviembre.
Marta Pazos nos comparte los detalles de cómo llegó a sus manos el texto de Sergio Martínez Vila, por qué ha decidido que el reparto sea íntegramente femenino y cómo es la puesta en escena de esta nueva obra que trae a nuestros días la figura de la célebre doncella de Orleans.
Para conocer el proceso creativo vamos a la sala de ensayos y de la mano del elenco de “Juana de Arco” formado por Macarena García, Ana Polvorosa, Joana Vilapuig, Georgina Amorós y Lucía Juárez conocemos cómo han abordado el trabajo de la obra.
Marta Pazos nos habla sobre su formación pictórica, como esta influencia se traduce en sus creaciones teatrales y la importancia del color como elemento narrativo en sus montajes.
Además, con ella conversamos sobre Nave 10 Matadero, el nuevo proyecto dedicado a la creación dramática contemporánea. Nos cuenta que “Juana de Arco” es el montaje que inaugura este espacio y que como directora invitada ofrecerá una asesoría artística a la directora Beatriz Jaén con su obra ‘Mihura, el último coreógrafo’.
Viajamos hasta el Museo Guggenheim de Bilbao para visitar la exposición dedicada al artista japonés Yoshitomo Nara. Conocemos su obra y descubrimos el éxito de sus “Nara girls”.
Descubrimos otra cita teatral: “Conspiranoia” en el Teatro Alcázar de Madrid. Sus intérpretes, Luis Merlo, Natalia Millán, Clara Sanchis y Juanan Lumbreras nos hablan de esta comedia llena de teorías de la conspiración, secretos, mentiras y amistades a punto de estallar.
En nuestra agenda planes culturales por toda España y cerramos el programa con la música de León Benavente que publican su sexto álbum “Nueva sinfonía sobre el caos”.
TITULO: Detrás del instante - Fotografía - Oda a las servilletas de bar ,.
Miércoles - 16 , 23 , 30 Octubre a las 20:00 horas en La 2 / foto,.
Oda a las servilletas de bar,.
¿Sabías que el diseño se encuentra en muchos más aspectos de nuestro día a día de lo que estamos las personas acostumbradas? Este reside en la página web o en el interiorismo del restaurante; pero también es visible en el rótulo de la fachada como el de la mítica Bodega de la Ardosa o Casa Macareno en Madrid, en la tipografía de la carta física y hasta en las ásperas servilletas de toda la vida que reposan pacientemente en el servilletero, esperando a que el comensal se limpie las manos o la boca.
Ver fotos: Los rótulos más especiales de Valladolid
Estas últimas son sobre las que nos vamos a centrar en las siguientes líneas, de cómo nuestra historia de amor-odio por cada una de ellas se remonta hasta los recuerdos más nítidos de nuestra infancia y de cómo las echamos de menos cuando desaparecieron de forma temporal durante la pandemia. ¿Recuerdas? Lo ásperas que son y cuánto nos han hecho falta en algunas ocasiones en el bar, local o restaurante de turno.
TITULO:TARDE DE CINE CON - El brindis del bohemio, de Guillermo Aguirre y Fierro,.
El brindis del bohemio, de Guillermo Aguirre y Fierro,.
foto / En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.
Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.
El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de los sueños.
Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.
Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.
A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.
Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del “feliz año nuevo”…
Una voz varonil dijo de pronto:
-las doce, compañeros;
digamos el “requiescat” por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos…
– Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.
Brindo porque ya hubiere a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: Mi esperanza.
¡Bravo!, dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y substancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa
y brinde por… Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso…
Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía…
Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.
-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.
Brindo porque mis versos cual saetas
lleguen hasta las grietas
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata…
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!
Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague…
¡vamos!, porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.
Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reír, y todo.
Se brindó por la patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.
Solo faltaba un brindis, el de Arturo,
el del bohemio puro,
de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba
que solo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.
Por todos lados estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento
los inundó en la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:
-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.
Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos;
por la mujer que me arrulló en la cuna.
Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dio en pedazos
uno por uno, el corazón entero.
¡Por mi madre!.. bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.
Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía;
y lloró de alegría
sintiendo mi cabeza en su corpiño.
Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.
Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi madre, bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella…
El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.
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