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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Laura Madrueño - Presentadora ,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - Laura Madrueño - Presentadora ,. fotos,.
Laura Madrueño - Presentadora,.
«Sería una buena superviviente, pero la convivencia es mi punto débil»,.
Repite por tercer año como conductora del programa de Telecinco desde Honduras. «Lo más bonito es vivir la evolución de los concursantes», dice,.
A poco menos de una semana para comenzar la aventura en 'Supervivientes 2025', Laura Madrueño (Madrid, 38 años) asegura que va a vivir su tercera vez en Honduras «mucho más asentada» que las dos ediciones anteriores. La presentadora repite como presentadora desde la isla, en una nueva temporada del exitoso 'reality show' de Telecinco que se estrena el jueves 6 de marzo (22:00 horas), con Jorge Javier Vázquez tomando los mandos desde el plató de Madrid. Entre los primeros concursantes confirmados, Pelayo Díaz, Álvaro Muñoz Escassi, Makoke o Almácor.
( Desayuno )
–¿Qué puede adelantar del 'casting'?
–A mí me gusta mucho que sea un 'casting' competitivo, que este lo va a ser. Que nos den juego, no solo en los juegos, sino también en el 'reality'. Tienen que ser personajes muy polifacéticos y también muy fuertes mentalmente para aguantar el reto. Yo creo que va a ser una gran edición, no lo dudo. Lo más bonito de 'Supervivientes' es vivir la evolución durante todos los meses de aventura. Y cómo evoluciona ese personaje, porque nunca sabemos por dónde va a salir el ser humano.
( Cena )
–Es su tercer año en la isla, ¿lo afronta de una forma diferente?
–Claro que lo afrontas de otra manera. Sigue siendo un gran reto, yo creo que el mayor reto profesional que puedo tener en la televisión, de momento. En la primera edición que hice fue un salto al vacío. El segundo pues también fue diferente, porque además tuvimos el cambio de productora y con él cambiamos muchísimas cosas del programa, con galas de cuatro horas prácticamente en Honduras en directo, que eso también cambió la dinámica del programa. Este año creo que va a ser mi primer año en el que vaya más asentada, no solo personalmente, sino también a nivel de que no haya otro nuevo cambio de productora ni de equipo. En ese sentido tengo también muchas ganas de vivirlo un poco más tranquila.
–¿Cómo se prepara mentalmente para irse tantos meses a Honduras?
–Las condiciones de allí no son fáciles y, sobre todo, es muy complicado mantener el contacto con la familia, porque con la diferencia horaria de ocho horas, cuando tú te estás levantando, yo me estoy acostando. En los días de gala no tienes tiempo de nada tampoco. Mentalmente estoy mucho más fuerte que el primer y segundo año, porque afortunadamente el cerebro humano va aprendiendo y asimilando. Además, me voy a Honduras con un petate de libros maravillosos y con muchas ganas de vivir la experiencia, que siempre sé que me va a cambiar.
–Su antecesora, Lara Álvarez, dejó 'Supervivientes', entre los motivos, por estar tanto tiempo fuera de España. ¿Se plantea esto a largo plazo?
–No tenemos la bola de cristal. La televisión es cambiante y no te lo puedo decir. Yo quiero disfrutar el momento y aprovechar esta gran oportunidad que tengo ahora. Presentar descalza y viendo peces aguja en el agua cristalina es un regalo, es durísimo, pero al final ya es algo que engancha mucho.
–¿Cómo es el regreso a España después de tantos meses en la isla?
–El año pasado llegué a casa y no me acordaba dónde estaban las tazas (risas). Estuve como durmiendo una semana, con un agotamiento extremo y luego es una sensación muy rara. Al final lo tienes que trabajar. El primer año es muy duro, sabes que necesitas unos días de adaptación, pero es raro todo. Hasta tu familia y casa te resulta extraña.
–¿Ha echado algo en falta en la maleta estando ya en Honduras?
–Quizás algún libro, algún recuerdo, alguna foto, pero más esas pequeñas cosas. En Honduras, una de las cosas que también he aprendido o que me ha enseñado esta experiencia es que no te hacen falta cosas. En la isla prácticamente no tenemos nada, incluso los regalos que nos hacemos entre los compañeros del equipo vuelven a ser un dibujo, vuelve a ser algo manual, vuelve a ser algo como mucho más especial, mucho más significativo que comprar cosas. De repente te vas y estás cinco meses trabajando allí. No nos vamos de compras, no tenemos tiendas, cambia tu vida de forma tan radical... Yo nunca he sido muy materialista, pero allí de repente te das cuenta de que las cosas que valen son otras.
–¿Cómo lleva su pareja esos meses de ausencia? ¿Irá a visitarle?
–Sí, y mis padres seguramente también vayan a verme, pero no sé cuánto tiempo estarán allí. Pero sí, mis padres lo llevan fatal la verdad. En 'Supervivientes' celebro mi cumpleaños y me pierdo el de mi padre, entre otras citas. También me pierdo la primavera, que es lo más maravilloso del mundo: o no puedo plantar en mi huerta.
– ¿Qué se lleva en la maleta para crear hogar tan lejos de su casa?
–Me llevo muchísimas cosas pequeñas, cosas de comida que nos gustan y que allí no encontramos; incluso mi taza, mi té japonés. Es que son olores, incluso de las cremas, que te recuerdan a casa.
–¿Sería una buena concursante de 'Supervivientes'?
–Creo que sí. A mí me encanta el mar, estaría todo el día en el agua, pescaría, aunque llevaría mal el hambre. Pero creo que pasaría ese mes de adaptación y sería feliz. La convivencia la llevaría mejor con los pelícanos. Quizás ese es mi punto débil.
TITULO: Las rutas Capone - Senda del Río de la Miel (Cádiz),.
Senda del Río de la Miel (Cádiz),.
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foto / Partiendo desde la barriada de El Cobre, la ruta consiste en remontar el
sendero del canuto del Río de la Miel hasta la intersección con el
sendero que viene de la Casa de Manzanete. El regreso se realiza por el
sendero superior del Río de la Miel que faldea a media ladera. Nos
encontramos en el Parque Natural Los Alcornocales.
Estacionamos
el vehículo al final de la calle Curro Muela, donde se encuentra una
cancela que da acceso al Sendero del Río de la Miel. El primer kilómetro
caminamos por una anodina pista terriza que muere en el Molino de
Escalona, único en activo hoy día, de la decena que llegaron a existir
en la zona. A continuación cruzamos el puente medieval que nos permite
cruzar el río y adentrarnos en el canuto.
Este
sendero inicial recorre la ribera del río Miel, donde podemos
contemplar las ruinas de acequias y molinos harineros, con viejos tramos
empedrados del suelo. Estos elementos se camuflan entre la exuberante
vegetación de esta selva tropical, último reducto de los bosques que
hace millones de años poblaban el continente. Pasamos por las ruinas del
Molino del Águila y la inagotable Fuente de las Niñas.
Llegamos
a la primera gran poza en el río, de un total de cuatro por las que
pasaremos en esta ruta. Su nombre lo recibe del salto de agua que la
alimenta: Poza de la Chorrera de la Miel. Incluso durante el estiaje
recibe un notable caudal de agua. En invierno es impresionante
contemplar esta cascada tras unas intensas lluvias. En esta poza podemos
darnos el primer baño, ya que esta ruta es ideal para realizarla en
pleno verano, dado que discurre mayormente al amparo de la sombra del
bosque de galería, y podemos bañarnos en el río cuando deseemos.
Para
continuar a partir de la chorrera, un cartel de la Consejería de Medio
Ambiente nos recuerda que entramos en zona de reserva del parque
natural, por lo que debemos obtener el correspondiente permiso
administrativo, ya que los guardas forestales pueden exigirlo en el
acceso o durante el itinerario. Vadeamos el río entre piedras a la
altura de la segunda poza, todavía más bella que la primera si cabe.
Un
oteadero desde un peñasco nos permite asomarnos por encima de la
arboleda y contemplar el encajonado valle, que por aquí llamamos canuto.
Estacionamos el vehículo al final de la calle Curro Muela, donde se encuentra una cancela que da acceso al Sendero del Río de la Miel. El primer kilómetro caminamos por una anodina pista terriza que muere en el Molino de Escalona, único en activo hoy día, de la decena que llegaron a existir en la zona. A continuación cruzamos el puente medieval que nos permite cruzar el río y adentrarnos en el canuto.
Este sendero inicial recorre la ribera del río Miel, donde podemos contemplar las ruinas de acequias y molinos harineros, con viejos tramos empedrados del suelo. Estos elementos se camuflan entre la exuberante vegetación de esta selva tropical, último reducto de los bosques que hace millones de años poblaban el continente. Pasamos por las ruinas del Molino del Águila y la inagotable Fuente de las Niñas.
Llegamos a la primera gran poza en el río, de un total de cuatro por las que pasaremos en esta ruta. Su nombre lo recibe del salto de agua que la alimenta: Poza de la Chorrera de la Miel. Incluso durante el estiaje recibe un notable caudal de agua. En invierno es impresionante contemplar esta cascada tras unas intensas lluvias. En esta poza podemos darnos el primer baño, ya que esta ruta es ideal para realizarla en pleno verano, dado que discurre mayormente al amparo de la sombra del bosque de galería, y podemos bañarnos en el río cuando deseemos.
Para continuar a partir de la chorrera, un cartel de la Consejería de Medio Ambiente nos recuerda que entramos en zona de reserva del parque natural, por lo que debemos obtener el correspondiente permiso administrativo, ya que los guardas forestales pueden exigirlo en el acceso o durante el itinerario. Vadeamos el río entre piedras a la altura de la segunda poza, todavía más bella que la primera si cabe.
Un oteadero desde un peñasco nos permite asomarnos por encima de la arboleda y contemplar el encajonado valle, que por aquí llamamos canuto.
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