TITULO: Atención obras - Cine - Emilio Díez ,. Viernes - 13 - Junio ,.
Viernes - 13 - Junio a las 20:00 horas en La 2, fotos,.
Emilio Díez,.
Emilio Díez, guionista de La Casa de Papel: «Mis raíces están en León»,.
El escritor publica su primera novela, Soma, protagonizada por un periodista de investigación,.
Es madrileño de nacimiento, pero con raíces y corazón leonés. El guionista y también novelista Emilio Díez (1975) publica su primera novela, Soma, que presentará el próximo 11 de junio, a las 19.30 horas, en el Instituto Leonés de Cultura (ILC). Primero se licenció en Derecho. Después se puso a escribir, y hasta hoy. Con reconocimientos, aunque con la sensación de anonimato. Ahora debuta en papel, con su nombre en la portada. Va de lo colectivo a lo individual. Es otra historia.
Amante de los thrillers, Díez se iría de vacaciones a Tokio, confiesa... Fue hace año y medio cuando la idea de Soma empezaba a rondarle en la cabeza, unida a «un parón muy merecido tras estar en la serie Upa Next», asegura. De este modo decidió lanzarse a la aventura de la escritura policial: «necesitaba un parón en el plano profesional, y había llegado a un momento vital en el que sentía que era el tiempo de desarrollar la historia. Fue un conjunto de situaciones. Porque siempre me ha gustado escribir literatura. Escribir, y la ficción». Eso ocurrió cuando cursaba el Máster en Guion en la Escuela de Cine de Madrid. «Empecé a escribir más para mi», comenta el madrileño. «Necesitaba darme la oportunidad de probarme como novelista y ver si era capaz, primero, de terminarla, y segundo, de hacer algo lo suficientemente bueno como para convencer a una editorial para su publicación».

Tokio, Denver, Río o Helsinki
«'La Casa de Papel fue un caramelito: Mira hacia atrás, aunque sin detenerse en la nostalgia. «Yo entré en la tercera y cuarta temporadas, y se vivía con mucha presión», revela el guionista. Tiene un gran recuerdo de la ficción, y, entre risas, reitera que si tuviera que irse de vacaciones elegiría Tokio. «El trabajo de guionista es muy bueno, siempre estás mudando de género, y eso te permite estar en constante cambio de ideas, tramas, personajes…», comenta Díez López.
Recalca, asimismo, que es un gran amante de la novela policial y que, desde siempre, quiso escribir sobre ese tema, brindándole Soma la oportunidad perfecta. «La idea surgió hace varios años, investigando», asevera. ¿Sobre qué asuntos? Acerca de la tasa de suicidios en España, los abusos que se dan entre adolescentes o los problemas de salud mental, como la depresión o la ansiedad, entre otros. «Quería hablar de ello», apunta el escritor. «Tenía la idea de los personajes, la identidad y los problemas sociales que deseaba tratar. Era el momento».
Es consciente de que nos encontramos en una sociedad «en la que siempre debemos aparecer perfectos y no se nos permite estar mal», por lo que la llegada de Arregui y Aisha, los personajes, con 'Soma' era perfecta. El thriller es, para él, «un género inquietante», pero a la vez «permite saber y conocer el estado mental de aquellos que nos rodean y saber realmente qué está pasando», explica Emilio Díez. «Es como poder ver la parte invisible del conflicto y la batalla mental que cada persona está teniendo», añade. ¿Una cura? ¿Un consejo? «Deberíamos parar», admite el madrileño, además de «tener más empatía».
«La realidad está llena de matices»
Soma nos acerca, en su trama, al género de investigación policial, en la que un periodista, Arregui, sufre una crisis, pues necesita una gran noticia para no ser despedido de su periódico. Y sucede que presencia, horrorizado, cómo un hombre se lanza al vacío desde una azotea de Madrid. A la vez, Aisha, española e hija de libaneses, enfermera, recibe la peor y la mejor noticia de su vida: está embarazada y sus padres han sido asesinados. Arregui, merced a su olfato periodístico, sospecha que los asesinatos y el suicidio están relacionados entre sí de una manera misteriosa. Para detener a Soma, el periodista y la joven sanitaria deberán unir fuerzas, si no quieren ser los próximos objetivos… Esa es, para situarnos, la viva historia.
«Mis personajes sufren una dicotomía y necesitan reinventarse. De ahí surge Soma y se crea la idea», sentencia Díez. La realidad «está dotada de numerosos matices y parece que en los últimos tiempos hemos caído en el clickbate y las noticias llenas de contenido vacío», prosigue el escritor con su relato. No es el primero, no. Sin embargo, había que preguntarlo: ¿de dónde le viene la idea de que un periodista protagonice su novela? Lo explica: «los cronistas son personajes llenos de tramas, y complejos». Y añade que esto «le ha permitido dotar a la novela de un mayor peso literario».
Confiesa, además, que «tiene ciertas manías como escritor: llevar siempre papel y bolígrafo, buscar un sitio tranquilo y disponer de una taza de té». Se declara amante de los paseos y decidido partidario de escribir siempre las primeras versiones a mano. En la escritura de Soma, comenta, se encuentran vivencias y experiencias personales que, tras la relectura, supo que estaban ahí. «Muchas veces lo que vives en un momento, lo acabas plasmando o ficcionando sin darte cuenta, y guarda una gran similitud con la situación o la experiencia que hayas vivido», destaca el guionista y narrador.
El boom de la ficción nacional: La Casa de Papel
Emilio Díez entró en el equipo de guionistas de La Casa de Papel en las temporadas 3 y 4, cuando la serie televisiva ya estaba en Netflix. Las dos primeras las vio y vivió como espectador. Después se produjo la situación en la que él ya se encontraba como componente del grupo de creadores. «Éramos un equipo muy reducido que vivimos un fenómeno a nivel mundial, ya que millones de personas estaban esperando la serie en todo el mundo», asevera. Posteriormente, reconoce que «nos encontramos ante un nuevo paradigma cultural respecto a las series».
El escritor confiesa que la llegada de las plataformas ha hecho que las series españolas saquen lo mejor de sí: «llevo 20 años trabajando en la industria y he visto cómo ha cambiado la percepción sobre las series realizadas en España«. Agrega, quizá como matización, que «siempre han gozado de un gran éxito entre el público, pero parecía que a nivel de medios y de prestigio éramos como el patito feo o el hermano pobre del cine... Como si se nos mirara por encima del hombro». Así, con el tiempo y el esfuerzo bien guiado, resulta que «la marca España se ha colocado muy alto, y goza de un gran valor y prestigio».
1+1 son 7, ¿quién se lo iba a decir?
Con el paso del tiempo y la reposada experiencia, Díez guarda un grato recuerdo de series como Periodistas o Los Serrano, con las que se inició profesionalmente. «La idea de Los Serrano surgió poco a poco», manifiesta el novelista. «Confluyeron un conjunto de factores, y dieron lugar a esa maravillosa y distópica familia, que tenía a Antonio Resines como patriarca». Entre risas, confiesa que no estuvo presente en el pitch de la serie, pero que hubo mucho humor en la sala, por lo visto, en la que se le vendió la ficción a Paolo Basile... Hace poco tiempo le comentaron que Los Serrano son un éxito en Finlandia.
«Sí tuviera que elegir un libro para volver a leer, como si fuera la primera vez, optaría por Cien años de soledad» aunque le encantan todos los del colombiano Gabriel García Márquez. «Es un gran literato», resume. Sin embargo, no puede desprenderse de grandes clásicos, como Guerra y Paz y Anna Karenina, del ruso Lev Tolstoi. ¿Un libro que le impresionó? No lo duda: Desgracia, de JM Coetzee. ¿Y la serie que marcó su infancia? Tampoco titubea: Canción Triste de Hill Street, de la recuerda momentos y escenas que le impactaron cuando era pequeño.
Tokio, Denver, Marsella, Río, Helsinki…y, ahora, León. El guionista ha viajado por abundantes y diversos países, pero siempre regresa a sus orígenes y raíces leonesas. Toda su familia es de la tierra, y guarda gratos recuerdos de sus visitas a la provincia. Emilio Díez retorna a León con el objetivo de sentir el calor y el abrigo de los suyos.
TITULO: Detrás del instante - Los fotógrafos Bleda y Rosa, en busca del sol que alumbró a Carlos V en su retiro,.
Miércoles - 11 - Junio a las 20:00 horas en La 2 / foto,.
Los fotógrafos Bleda y Rosa, en busca del sol que alumbró a Carlos V en su retiro,.
Imagen de la exposición.
Los autores inauguran en la Galería de las Colecciones Reales 'Las horas del sol', uno de los platos fuertes de la actual edición de PhtotoEspaña,.
Bajo el sol que ilumina el monasterio de Yuste, donde los rayos azulados de las primeras horas se entreveran con los más anaranjados del atardecer, los fotógrafos María Bleda (Castellón de la Plana, 1969) y José María Rosa (Albacete, 1970) han querido captar la esencia del lugar al que se retiró el emperador Carlos V para vivir sus últimos años. A través de 18 imágenes y un audiovisual, los artistas han montado una exposición en las Colecciones Reales de Madrid que busca cuajar una reflexión en torno al sol como símbolo del tiempo, la vida y la historia.
Las fotos se integrarán luego en una carpeta que se apoya en tres inquietudes de Carlos V: la astronomía, la botánica y los ingenios mecánicos. Con esta muestra, los fotógrafos Bleda y Rosa, Premio Nacional de Fotografía 2008, han inaugurado oficialmente PhotoEspaña. La muestra lleva por título 'Las horas del día' y se inscribe dentro de la programación de la presente edición del certamen fotográfico.
La exhibición, inaugurada hoy y que podrá visitarse hasta el 7 de septiembre, indaga en los espacios naturales del lugar, no con el afán de captar el instante, sino de evocar una emoción, de modo que exige al espectador una participación más intensa. «El eje vertebrador es el sol, el punto de partida, todo ello con la intención de registrar el paso del tiempo, aunque también está muy presente la historia. En nuestro trabajo siempre hay una vinculación directa con el acontecimiento histórico», asegura José María Rosa.
Durante toda la primavera, Bleda y Rosa han intentado atrapar con sus cámaras la luz de Yuste. «Es un margen de tiempo corto para el habitual al que nosotros estamos acostumbrados. Normalmente nuestros proyectos se desarrollan durante años», apunta Rosa.
Varios formatos
La iniciativa, patrocinada por Acciona, forma parte del proyecto de retratar los reales sitios de Patrimonio Nacional. Las imágenes, exhibidas en diversos formatos, se observan desde tres espacios: los jardines del Campo del Moro, la rampa de la Galería de las Colecciones Reales y el Cubo Inmersivo. De esta manera, la propuesta museográfica invita primero a la visión pausada de las fotos, que contrasta con la experiencia audiovisual envolvente de unos siete minutos que se exhibe en el Cubo Inmersivo.
La muestra, tras su paso por Madrid, viajará al Monasterio de Yuste a mediados de septiembre, para que las fotografías puedan contemplarse en el entorno en que fueron concebidas. Los autores explicaron que el proyecto, que forma parte de la iniciativa 'Cuadernos de campo', «establece una analogía entre el ciclo solar y el ciclo vital de la naturaleza y del hombre, evocando un tiempo en que el sol era guía, medida y símbolo. Marcaba las horas, el día, la noche, las estaciones, el paso del tiempo».
La primera edición de 'Cuadernos de campo' fue desarrollada por Javier Vallhonrat en La Granja de San Ildefonso, donde se prestó atención a los ingenios del agua. Esta nueva entrega del proyecto se fija en el sol como fuente de energía y de vida fundamental.
El monasterio de Yuste fue la última morada del emperador Carlos V (1500 -1558). Tras abdicar, el monarca buscaba un lugar de retiro, apartado de las cortes de Valladolid y Toledo, en el que poder descansar, atender a su delicada salud y preparar su alma antes de fallecer. El lugar elegido fue un pequeño monasterio de la comarca de la Vera, fundado a comienzos del siglo XV. Su arquitectura original fue transformada en profundidad para poder incluir la casa palacio y los jardines que tanta importancia tendrían en el ocaso de su vida.
Para materializar sus sueño, el emperador reclutó al milanés Juanelo Turriano, su relojero de Corte, además de ingeniero, matemático, inventor y constructor de autómatas. Juanelo fue responsable del sistema hidráulico que permitió el mejor aprovechamiento de los jardines, además de artífice de muchos de los relojes que marcaron las últimas horas del rey.
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