lunes, 20 de enero de 2025

Cartas en el tiempo - Aplastar la serpiente o resistir en la roca ,. / Las rutas de Ambrosio - Vuelta completa a la Casa de Campo desde la estación de Casa de Campo ,. / LAS RUTAS DE VERONICA - El Astillero ,. / ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 24 , 31 - Enero - Josep Borrell ,. / ¿Dónde estabas entonces? - Los últimos exiliados en México de la guerra civil española ,. Martes - 28 - Enero , . / Informe Robinson - Fútbol - ¡ Aúpa Castellón ! ,.

 

TITULO: Cartas en el tiempo - Aplastar la serpiente o resistir en la roca,.


Cartas en el tiempo ,. 

 

 Miércoles - 22 , 29 - Enero a las 20:00 en La 2 / foto,.

 

 Aplastar la serpiente o resistir en la roca,.

 

 

«Leemos en la prensa actual que 'Gibraltar es un asunto del siglo XVIII que sólo puede abordarse con respuestas del siglo XXI'. Tengo la terrible sospecha de que hace tiempo en España ha pasado a ser este un asunto secundario»,.

 Hugo O' Donnell: Aplastar la serpiente o resistir en la roca

Al sublevarse en 1775 las Trece Colonias de América Septentrional contra Jorge III de Inglaterra, una insólita alegoría ideada por el aún monárquico fervoroso Benjamin Franklin años antes y representada en forma de viñeta famosa en su periódico, el 'Pennsylvania Journal', volvió a cobrar actualidad entre los colonos insurrectos en plena guerra emancipadora. Se trataba de una serpiente de cuerpo segmentado –«the cut-up snake»- curiosamente, desprovista de todo significado de encarnación del Mal, ya que su creador la había transformado en custodio del propio Jardín del Edén americano por considerarla «una fuerte imagen del temperamento y conducta de América». Oportuna cuando los colonos se enfrentaban a los indios y a la amenaza francesa y cuando ya se manifestaban las primeras tensiones con la metrópoli.

Una vez iniciada la revolución que reconfiguraría el mundo, la serpiente de cascabel que había impresionado a los primeros colonos por su agresividad y peligrosidad, reunió sus partes dispersas –los diversos gobiernos coloniales– y, de acuerdo con una antigua superstición que preconizaba que si se cortaba una serpiente a trozos y éstos se aproximaban, el mítico animal volvería a revivir como un todo y con más fuerza, se adaptó a las enseñas militares de un hacendado virginiano y veterano de la guerra franco-india, George Washington. Aparecía ahora en una actitud más agresiva mientras que el lema inicial «unirse o perecer» se transformaba en «no me pises» (o te arrepentirás). Un grito de libertad contra la opresión. Símbolo fuerte e imagen icónica sin duda para el imaginario contemporáneo y futuro, pero cuya ambigüedad permitió que las tropas realistas lo identificaran, de acuerdo con sus propios principios, con la imagen diabólica bíblica más tradicional. Jorge III expuso en la ocasión: «Inglaterra [...] podrá hacer que sus hijos rebeldes lamenten la hora en que renunciaron a la obediencia».

Aplastar la serpiente revolucionaria, cuya cabeza agrupaba las cuatro colonias de Nueva Inglaterra, fue el objetivo único de las tropas y naves del rey hasta que Francia en 1778 y España un año después entraron en guerra a favor de los rebeldes. Un nuevo desafío surgió entonces en el horizonte bélico que obligó a Inglaterra a diversificar los esfuerzos y a plantearse prioridades.

En el teatro de operaciones europeo se proyectó, junto con una posible invasión del territorio metropolitano inglés que pronto se mostró inviable, el mayor esfuerzo militar de expugnación del siglo, el de Gibraltar, plaza que para unos y para otros constituía otro icono, éste sin representación gráfica, pero igualmente poderoso, emblema de resistencia y de dominio imperial. Estratégico bastión que ya había declarado Pérez Pericón, el amigo de Lope, en el siglo anterior, ser «llave universal con que España cierra y abre…» y desde 1704, trono del imperio inglés donde «la Victoriosa Gran Bretaña se sienta consagrada en piedra», como versificó Philip Thicknesse en 1783.

Un mito a vencer y otro a conservar pero ¿podían asumirse ambos retos o se debía aceptar la disyuntiva de una opción?. Iniciada la contienda se vaciló e incluso se barajó la posibilidad de devolver «the Rock» a cambio de diversas contraprestaciones. Encajaba la idea con la actitud pacifista de Carlos III, cansado de promesas francesas fallidas y renuente a apoyar a rebeldes a un rey legítimo. El conde de Aranda supo interpretarle con toda fidelidad: había que «conquistar dentro de Inglaterra a Menorca y a Gibraltar con los cañones de las plumas», dejando a los cálamos signatarios de un tratado los detalles.

El gabinete de lord North, ya bastante «desnortado», pero que deseaba tener las manos libres para sofocar la rebelión, mandó emisarios pero, inopinadamente, todo se torció ante la presión populista de Charles James Fox, aupado por una crecida y triunfalista opinión que no permitía que la palabra «Gibraltar» figurara en unas conversaciones ya complicadas por una maraña de compensaciones posibles, y la guerra continuó con alternancias. Actitud con precedentes y que se repetiría en momentos cruciales de la historia inglesa.

Las agrupaciones navales españolas pudieron distraer a las inglesas del bloqueo de los puertos del golfo de México, lo que permitió que las fuerzas de Gálvez dominaran el Misisipi. La antesala de Baton Rouge fue en lo terrestre lo que Gibraltar venía siendo en lo mediterráneo. Las grandes sumas aportadas desde el inicio de la contienda se incrementaron transformadas en armas y suministros decisivos en la última gran batalla, la de Yorktown, y otras escuadras –porque había para todo en la época de mayor auge de la Real Armada– amenazaron las vías de comunicación consiguiendo obtener Luis de Córdoba la mayor presa marítima de todos los tiempos que tambaleó la bolsa de Londres. La defensa de Gibraltar requirió por su parte la guarnición de ocho regimientos de élite, medio millar de artilleros especializados y un centenar de ingenieros cuya presencia en América hubiese podido determinar una oscilación en la balanza.

La decisiva aportación de España a la causa independentista norteamericana es más conocida que reconocida, pero «Montis Insignia Calpe» –baluarte, símbolo y enseña– no se pudo recuperar, ya que el primer interesado en que esto no sucediese fue Luis XV, consciente de que un señuelo tan poderoso podía volver a utilizarse en futuras alianzas contra Inglaterra. Se firmó una paz precipitada a la que Carlos III no pudo más que sumarse ante la alternativa de seguir combatiendo solo, aunque para él las importantes ventajas obtenidas, en conjunto más espectaculares que provechosas, no se podían comparar con el objetivo primordial de su reinado, profundo, arraigado y emocional, ya que, en expresión de un pintoresco emisario secreto, mitad actor, mitad espía, Richard Cumberland, recuperar la plaza hubiese sido algo «para lo que España hubiese puesto a mis pies el mapa de sus islas, y la llave de sus tesoros».

Leemos en la prensa actual que «Gibraltar es un asunto del siglo XVIII que sólo puede abordarse con respuestas del siglo XXI». No podría dejar de estar de acuerdo si no tuviera la terrible sospecha de que hace tiempo en España ha pasado a ser este un asunto secundario, sin traducción en votos, que es lo que parece primar.

Leemos en la prensa actual que «Gibraltar es un asunto del siglo XVIII que sólo puede abordarse con respuestas del siglo XXI». No podría dejar de estar de acuerdo si no tuviera la terrible sospecha de que hace tiempo en España ha pasado a ser este un asunto secundario, sin traducción en votos, que es lo que parece primar.

 

TITULO: Las rutas de Ambrosio - Vuelta completa a la Casa de Campo desde la estación de Casa de Campo ,.

 

El sabado  - 25 - Enero ,  a las 19:10 por La 2, fotos,.

 Vuelta completa a la Casa de Campo desde la estación de Casa de Campo ,.

 Foto deVuelta completa a la Casa de Campo desde la estación de Casa de Campo

El otro día me di un paseo por la Casa de Campo, y me quedé con las ganas de hacer el recorrido circular. Ante la actual falta de opciones, hoy me voy a quitar la espinita.

Empiezo desde la estación de Metro de Casa de Campo. Voy a hacer el recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj, para acabar primero la parte del sur, en la que habrá más gente. La primera parte va junto a las vías del Metro, hasta llegar a la estacion de Lago. En vez de bordear el lago, sigo recto y me paso un poco de largo. Casi me salgo del todo. Es mejor ir junto a la orilla que meterse por aquí. 

Foto deVuelta completa a la Casa de Campo desde la estación de Casa de Campo

Da igual el sentido en que se haga. No es una ruta especialmente bonita. Por el sur, con el Zoo, el Parque de Atracciones, el Lago y las estaciones de Metro, hay mucho bullicio. Luego se gira al norte, y ese tramo se hace junto a la M-30. Cuando digo ‘junto’, es literalmente eso. En algún punto te metes por el arcén. Se podría ir un poco más adentro para alejarse y evitar esa molestia, pero claro, la idea es ir por el borde. Si no, ya es otra ruta.

Después de separarme de la M-30, el camino mejora bastante. Pero ahora se va siempre junto a un muro, que cierra toda la parte norte y oeste. Más allá de la tapia, la civilización. En el tramo de bajada al sur hay varias rejas en el muro para permitir el paso de arroyos, y carteles informativos que cuentan la historia de la construcción. Es interesante.

Luego, más entradas para los coches, más aparcamientos, más gente, y otra vez se llega a la ciudad.

A ver, la ruta no está mal. Prácticamente no tiene desnivel, así que se hace muy fácilmente, pero casi en ningún momento te da la sensación de estar en la naturaleza. Entre los coches, los edificios, el muro… Nunca parece que estés realmente en el campo. Es mejor meterse por el medio de la Casa de Campo y dar vueltas por ahí al tuntún.

Otra cosa. Por todas partes, tras cualquier árbol, detrás de todos los recodos, hay bicicleteros. Son una plaga. Da igual que tengan prohibido circular por los senderos. No importa. Ellos van por donde quieren. Mucho cuidado, porque tu integridad física les importa lo mismo que la de un escarabajo que cruza el camino.

 

TITULO: LAS RUTAS DE VERONICA - El Astillero  ,.

El sabado - 25 - Enero  , a las 18:10 por La 2, foto,.

El Astillero,.

 Historia | Ayuntamiento de Astillero

 El Astillero es un municipio que desde la constitución de su ayuntamiento hacia 1800 a raíz de la construcción naval, ha sufrido una constante evolución en base sobre todo a su tejido económico apoyado en la producción naval, minera e industrial, lo que le ha conferido siempre un carácter dinámico y de adaptación al desarrollo de los tiempos. Este desarrollo ha hecho que el municipio haya sufrido inevitables transformaciones en cuanto su fisonomía urbanística y arquitectónica, acorde con las modas de cada época, pero aún hoy en día, podemos disfrutar de un patrimonio artístico y natural merecible de contemplar.

 

TITULO:   ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -  24 , 31 - Enero - Josep Borrell   ,.

¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentacLa actriz Juana Acostaión de la película que se emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1​ El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y
comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.

¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -24 , 31 - Enero -   Josep Borrell  , fotos,.

 Josep Borrell ,.

Los últimos días de Borrell al frente de la seguridad europea,.

 Josep Borrell

 Tallín, Estonia, julio de 2024. Josep Borrell, desde 2019 alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, se reúne con su sucesora, Kaja Kallas.

 

Hace cinco años, cuando Josep Borrell fue designado alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, afirmó: “Europa debe aprender el lenguaje del poder”. Lo ha intentado en Ucrania y Oriente Próximo. Hoy se despide del cargo. Su sucesora, Kaja Kallas, buscará construir una defensa europea,.

 Letonia. Julio de 2024. El gran coche negro envuelto en una maraña de vehículos de escolta avanza a toda velocidad por la estrecha carretera que une la base militar de Adazi con el aeropuerto de Riga. Llevamos 48 horas pisando los talones del alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (PESC), Josep Borrell, el encargado en 2019 por los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios de ser la voz y el puño de la diplomacia y la seguridad de Europa en el mundo, durante un viaje relámpago a las repúblicas del Báltico. En esta minigira se va a encontrar también,.

TITULO: ¿Dónde estabas entonces?  -   Los últimos exiliados en México de la guerra civil española  , Martes -  28 - Enero   ,.

Este martes - 28 - Enero  , a las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de la tercera temporada de '¿Dónde estabas entonces?', presentada por Ana Pastor , foto,.

 

 

  Los últimos exiliados en México de la guerra civil española,.

 

 Carmen Hernández llegó a México cuando tenía dos años. Ahora tiene 84.

Es cierto que sin México muchos españoles exiliados en los años 30 y 40 del siglo XX no habrían tenido siquiera un modo decoroso de morir. Pero también es cierto que sin el valor de todas esas personas que llegaron a tierras mexicanas, México hubiese perdido una poderosa y muy valiosa fuerza intelectual que le dio un sello especial a su cultura y cuyos ecos reverberan hasta nuestros días. En ese intercambio solo vale destacar las complicidades que permitieron a unos obtener libertad y dignidad, y a otros una perspectiva cultural que ensanchó, y de qué manera, su espíritu. Pero hoy que vuelan los mensajes con demandas cuanto menos extemporáneas (la carta presidencial mexicana exigiendo perdón a la España actual) y regresan con algunos mensajes fuera de tono (las declaraciones cuasi racistas de la peor derechona española pretendiendo que sin España México seguiría en taparrabos), hace falta mesura e inteligencia. En ese contexto se ubica el historiador José María Murià (Ciudad de México, 1942), quien acaba de publicar un libro titulado De no ser por México (Porrúa), en el que reflexiona acerca del acontecimiento que entrelazó de nuevo la historia de España y México, y quiere servir de homenaje a los mexicanos que pusieron todo el empeño que se requería, en la más amplia medida de sus fuerzas, para rescatar a los expatriados y con ello reasumir, para el futuro, la causa de la legitimidad contra el asedio de la violencia, momentáneamente victoriosa, que asoló a España y la sumió en un tiempo obscuro. Egresado de la Universidad de Guadalajara y doctor en historia por El Colegio de México, hijo de Josep María Murià Romaní y Anna Rouret, catalanes exiliados durante la época del franquismo, el autor ha querido con esta obra que los jóvenes, sobre todo aquellos descendientes del exilio que llegó a México, se enteren de que este país hizo milagros para que sus padres y ellos mismos pudieran tener lo que tienen, y para salvar la vida de sus abuelos. Murià sostiene que el empeño no es baladí, pues ha encontrado casos, sobre todo de una segunda generación de hijos de exiliados españoles que nacieron y se educaron en México, que se volvieron muy pedantes. ‘‘Una vez, en una reunión con bastantes hijos de refugiados, alguien soltó una frase por la que nadie protestó, salvo yo. Dijeron: ‘Nosotros sacamos a México de atrás de la cortina de nopal’. Me indigné. ¡Me pareció tan ofensivo! Luego, una señora se lamentó que la hija de una amiga se iba a casar ‘con un mexicano’. Es decir, muchos exiliados o sus descendientes se forjaron tal imagen de perfección que el hecho de señalarles una tara los saca de balance’’, dice don Josep. En la obra se hace un recorrido más sentimental que académico, en el que se da cuenta de los brigadistas internacionales, los niños de Morelia, la visita del Barça a México y el fin de la selección vasca, la Casa de España en México, la irrupción de los nazis en Francia, Gilberto Bosques en Marsella y los campos de concentración, episodios en los que la «epopeya de la diplomacia cardenista» hizo mucho por los españoles y que, incluso en la propia historia general de México, se ignora. Honor a quien honor merece.

EL DIABLO EN EL CUERPO

"Armando Vega Gil: No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal."

El pasado lunes 1 de abril, el cuerpo del escritor, fotógrafo, director y guionista mexicano, ganador del Premio Bellas Artes de Cuento Amparo Dávila 2006, Armando Vega Gil, apareció colgando de un árbol en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Tras ser acusado anónimamente de acoso sexual a una menor en la plataforma #MeTooMusicosMexicanos, esa misma madrugada, el autor de novelas como Ritual del lagarto o Rockboy y la rebelión de las chicas, de poemarios como Entre sueños te veas o La ventana y el umbral, y de libros para niños como El enigma del hoyo en el pantalón o Momias, ángeles y espantos, había tuiteado: “No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal”. Fundador del grupo musical Botellita de Jerez, Vega Gil no aguantó la presión de un movimiento que ha puesto contra las cuerdas la impunidad con que muchos hombres en México han actuado con las mujeres pasándose de la raya. Sea el caso o no de Vega Gil, sus colegas de grupo han puesto sobre la mesa una serie de reflexiones que es oportuno apuntar: si bien reconocen que el anonimato de las víctimas es un recurso para protegerse, también consideran que los espacios de denuncia pública «necesitan urgentemente de filtros, protocolos, normatividades internas y marcos éticos que garanticen el ejercicio de los derechos de presunción de inocencia, verdad, justicia y reparación, logrando distinguir las venganzas oportunistas”, porque como bien dicen, “no hacerlo nos coloca frente a un escenario de futuras imputaciones sin sustento, a la exhibición mediática de inocentes, linchamientos morales, estigmatización, descrédito y daño en la reputación de las personas señaladas y sus familias”.

"No basta con reivindicar el feminismo y las nuevas masculinidades que se afanan en lograr la equidad de género si solo son una pose"

Por su parte, tras reiterar que se vive en un país sumamente machista, el movimiento #MeTooMusicosMexicanos dijo adiós a las redes tras el suceso y a través de una carta en su cuenta de Twitter señalaron que en México “aún no se entiende la libertad, el respeto ni el dolor de una mujer”, y agregaron que “jamás incitamos a alguien a hacerse ningún daño ni a acabar con su vida en lugar de afrontar los hechos ante las autoridades”. Y recordaron que era para evitar amenazas y represalias que la plataforma se había comprometido a no facilitar en ningún caso el nombre de ninguna denunciante que hubiera solicitado el anonimato; pero aseguraban un protocolo según el cual no se recibían denuncias hechas desde cuentas anónimas ni a nombre de terceras personas, y se comprometían a confirmar la veracidad de los hechos, incluyendo además el derecho a réplica. Lo cierto es que no basta con reivindicar el feminismo y las nuevas masculinidades que se afanan en lograr la equidad de género si solo son una pose, como tampoco basta oponerse a los fundamentalismos, vengan de donde vengan, ya sea desde la violencia machista recalcitrante o de individualismos pseudofeministas. Hay que buscar, en efecto, puntos de encuentro, respetando las diferencias. Y, sobre todo, hay que hacer evolucionar de una vez por todas las actitudes con que muchos hombres se relacionan con las mujeres en México. Y viceversa. Menos paternidad, menos maternidad, y más fraternidad.

EL TONAYA Y SUS VALEDORES

"Cuando esa violencia se traduce al lenguaje y acaba estampada como literatura, el resultado puede ser alucinante"

La violencia en México es ya un tópico. Pero cuando esa violencia se traduce al lenguaje y acaba estampada como literatura, el resultado puede ser alucinante. El Tonaya no perdona (Grijalbo), libro del escritor Edson Lechuga (Puebla, 1970), es un ejemplo de ello. Se trata, como bien apunta el crítico mexicano Roberto Pliego, de una pieza de violentísima textura y lenguaje crudo que pone la mirada en un grupo de personas que viven en el margen de todo: lo social, lo familiar, lo sentimental, lo humano. “Así, ñero, vivir en las calles de esta ciudad es romperse la madre, pelarle los dientes al destino, saber que ésta es tu última pinche oportunidad de ser algo, pese a que este ‘ser algo’ signifique pasar hambre, entrar en delirios, tirarse de cabeza, hacerse daño, morirse a cachos: deshacerse. la calle es del escuadrón y el escuadrón somos nosotros: el salva, el chaparro, el ojitos, la güera y yo», se lee en la obra. Para escribir este texto, Lechuga recabó durante un año los testimonios de un grupo de indigentes que ocupaban algunas calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, y esos materiales terminaron adquiriendo la forma de un novela, derivada de las posibilidades del lenguaje. Autor de obras como Luz de luciérnagas, Anoche me soñé muerta o gotas.de.mercurio, Lechuga ha sabido dotar de ritmo y estilo al habla lumpen chilanga, valiéndose de toda una avalancha de improperios, obscenidades y escupitajos contra el destino hasta convertir esos materiales en literatura. Y ha escrito, de igual modo, una balada de amor-odio a la Ciudad de México, imaginada como un vertedero a donde van a parar los despojos de quienes eligieron la bendición del aguardiente y no la maldición de la familia o la oficina. Los humores de tal escenario llegan hasta el lector de la mano de cinco seres en ruinas que se aferran a seguir por la delgada línea que separa la vida de la muerte y, en ese acto de malabarismo, van ofreciendo una parte de sus recuerdos y en sus intentos por definirse, cuentan su historia a golpes de incertidumbre y rabia. No quieren nuestra simpatía ni aspiran a dejar huella. Sólo están ahí, mendigando un cigarro o esperando el momento de hacerse con una botella de alcohol. “la calle”, dicen, “es aquello que se dobla, carnal. aquello que se va venciendo de a poco. la calle es la soledad y la sonrisa. juntitas, cuatas, mancuernadas como botón y ojal”. Ah chingá.

COMER Y LEERSE UN BUEN MOLE EN MÉXICO

En vísperas de cumplir medio siglo de existencia, el restaurante El Cardenal, donde se sirven los mejores moles de la ciudad de México, hace recuento de vida en el libro El Cardenal: Historia de una mesa de familia (Editorial El Equilibrista). Para Marcela Briz Garizurieta, hija de los fundadores y anfitriona del volumen, ilustrado con fotografías de Ignacio Urquiza, esta obra es una manera de cerrar una etapa histórica del negocio iniciado por sus padres en 1970, en el portal de un edifico en la esquina de Moneda y Seminario, en el Centro Histórico, y que hoy cuenta con cuatro establecimientos. Consciente de que la ciudad vive inmersa en una época de comida rápida, tacos de banqueta y falta de tiempo para disfrutar de la buena mesa, Briz Garizurieta dice que uno de los esfuerzos de El Cardenal para seguir adelante ha sido ofrecer a los clientes una cocina auténticamente mexicana, de milpa, temporada y recolección, apegada a procesos originales, como el del nixtamal, con el que se siguen haciendo las tortillas que se sirven, elaborándolas no con harina ni maíz transgénico, sino con maíz criollo, como mandan los cánones. El libro contiene textos de Ángeles González Gamio, Cristina Barros y Marco Buenrostro, y un prólogo de Juan Villoro al que se suman testimonios de diferentes personalidades, e incluye medio centenar de recetas, divididas en almuerzos y desayunos, comidas, postres y salsas, además de las que se denominan recetas históricas. Como dice Villoro, toda comida mexicana que aspira al éxito es una forma de la eternidad. Buen provecho.

 

TITULO:   Informe Robinson - Fútbol -  ¡ Aúpa Castellón ! ,.

  Fútbol - ¡ Aúpa Castellón ! ,.

 Aficionados CD Castellón

foto /  Aficionados del CD Castellón en su campo, durante el partido contra el Málaga el pasado 1 de diciembre.

El hincha tiene razones que la razón no entiende. La inesperada filiación de mi sobrino es un ejemplo de cómo la casualidad y el carácter determinan los cariños futboleros,.

 La pasada primavera toda Bizkaia vestía rojiblanco por la inminencia de la final de Copa. No había lugar en el que no ondeara una bandera. Bares, oficinas, instituciones, aulas, todos los espacios de socialización estaban teñidos de los colores del Athletic, y los planes para el día del partido (y la eventual posterior celebración) ocupaban las conversaciones. A medida que se acercaba la fecha, en las calles aparecían más y más camisetas del club, como flores anunciando la inminencia del buen tiempo.

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