viernes, 17 de enero de 2025

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 La clonación de animales de compañía ,.

 La clonación de animales de compañía en Patas arriba

También este sábado, conoceremos a Jordi y Sultán, un poni y un mastín adoptados, que forman parte de una terapia para ancianos con Alzheimer.

 

Este sábado en “Patas Arriba” abordará un cuestión un tanto peliaguda, la clonación de animales de compañía como método para preservar a nuestro fiel compañero. El programa visitará un laboratorio en Marbella donde realizan este procedimiento, y conoceremos la opinión de famosos y de la calle sobre este asunto.

En la segunda historia del programa conoceremos a Jordi y Sultán un poni y un mastín adoptados que, de la mano de sus cuidadores, forman parte de la terapia de ancianos con Alzheimer.

Seguimos las andanzas de Fito, Zarpis y Txutxi que, en esta ocasión, visitan una ciudad tallada en la piedra en pleno desierto  de Arabia. 

La etóloga Ana Reyes y el veterinario felino, Germán Pérez, resolverán las dudas de los andaluces sobre sus mascotas. 

En la sección de adopciones conoceremos a Saliff, un perrete dispuesto a dar mucho amor a quien decida compartir su vida con él.

Y los más pequeños darán las explicaciones más disparatadas sobre los cocodrilos. Por su parte, la bióloga Ío Almagro nos dirá en qué se diferencian los cocodrilos de los caimanes,.

TITULO:  Documaster -  ¿Una tienda de chuches? ¿De jabones? No, aquí venden nicotina,.

¿Una tienda de chuches? ¿De jabones? No, aquí venden nicotina,.

 Una tienda de chuches? ¿De jabones? No, aquí venden nicotina - XL Semanal

La industria tabaquera cree haber encontrado el producto perfecto: las bolsitas de nicotina. Pura, potente y muy adictiva, la fórmula para enganchar a una nueva generación de jóvenes sabe a golosina, no deja rastro ni olor ni humo y ni siquiera lleva tabaco. En Suecia ya arrasa. te lo contamos.

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fotos / Se meten bajo la lengua, no llaman la atención y esquivan las prohibiciones: las bolsas de nicotina son la última reinvención de la industria tabaquera. El sector cree haber encontrado el producto perfecto para seducir a una nueva generación de consumidores: no deja rastro ni olor ni colillas en el suelo ni miradas airadas de fumadores pasivos… La marca más popular se llama Zyn, y es una evolución sintética del snus, originario de Suecia, una mezcla de tabaco y aromatizantes que se consume por vía oral. A diferencia del snus tradicional, la versión moderna no contiene tabaco. Se vende en latas que no recuerdan en absoluto a las estigmatizadas cajetillas. Y sus sabores afrutados le dan la inocente apariencia de una chuchería.

Una bolsita de nicotina llega a equivaler a 25 cigarrillos

El negocio del humo, que ya evolucionó con los vapeadores, calentadores de tabaco y cigarrillos electrónicos, ha conseguido el no va más: que desaparezca el humo. En Estados Unidos ya es una tendencia cultural y aspira a convertirse en un fenómeno de masas. El ritual resulta de lo más discreto: la bolsita se coloca entre el labio y la encía y libera durante media hora una dosis de nicotina que puede llegar a equivaler a 25 cigarrillos. El efecto es apabullante. Los usuarios lo llaman 'la tormenta'. Pero en Europa las autoridades sanitarias han dado la voz de alarma: no es un producto inofensivo. Estos saquitos contienen altas dosis de nicotina: pura, potente y muy adictiva.


Nicotina sin tabaco. El snus es un saquito de celulosa relleno de nicotina que se coloca entre la encía y el labio superior, donde se libera una potente dosis de esta sustancia adictiva. El efecto es apabullante. Los usuarios lo llaman la tormenta. Las autoridades sanitarias europeas advierten de su peligrosidad.

La industria argumenta que sus intenciones son loables: ayudar a los fumadores a abandonar productos más dañinos. Sin embargo, la nicotina, incluso en esta forma, genera una fuerte dependencia y tiene consecuencias perniciosas: aumenta la presión arterial, daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de ataques cardiacos. La doctora Meghan Morean, de la Universidad de Yale, señala otros efectos inquietantes en adolescentes, en los que la nicotina puede interferir con el desarrollo cerebral causando síntomas similares al TDAH.

Al no contener tabaco, las bolsas escapan a todas las normas diseñadas para controlar el tabaquismo. En Europa la venta on-line funciona sin apenas obstáculos

El consumo global de tabaco no ha dejado de disminuir en lo que va de siglo. En 2000 fumaba el 32 por ciento de la población mayor de 15 años; en 2024, el 20 por ciento. La industria había tocado fondo en los países ricos, acorralada por las restricciones. Resistía gracias a los países emergentes y a China, donde fuman como chimeneas. Pero ya estaba empezando a reconquistar terreno en Occidente gracias a los vapeadores y a otros dispositivos 'socialmente aceptables'. En 2018, las ventas mundiales de tabaco en cualquier formato eran de 818.000 millones de dólares; este año superarán los 970.000 millones... El mercado de las bolsas de nicotina todavía es minoritario frente al cigarrillo convencional: 3550 millones de dólares en 2024, pero se multiplicarán por veinte en 2032. Y puede ser el punto de inflexión que anhela el sector.

Un producto diseñado para pasar inadvertido

España es un buen ejemplo de cómo ha cambiado nuestra relación con el tabaco. Hoy, apenas dos de cada diez españoles fuman. Pero el fenómeno del snus emerge como la primera gran batalla en la era postabaco. Y puede inclinar de nuevo la balanza. Mientras una cajetilla cuesta cinco euros y está sujeta a regulaciones estrictas, estos nuevos productos tienen un precio similar, e incluso más barato, y operan con mucha más libertad. La razón es simple: al no contener tabaco, escapan a todas las normas diseñadas para controlar el tabaquismo.

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Robert Kennedy, 'Zynfluencer'. Robert F. Kennedy Jr., próximo ministro de Sanidad en el Gobierno Trump, se ha convertido en uno de los grandes zynfluencers de la industria tabaquera. La imagen del político sosteniendo una lata de nicotina sintética tras una comida de McDonald's con Elon Musk y la familia Trump fue viral.

Esta situación ha generado una variedad de respuestas en Europa, donde las bolsas de nicotina han quedado al margen de la directiva de la Unión Europea de 2014. Algunos países como Bélgica, Países Bajos y Alemania ya las han prohibido, y Francia va por el mismo camino. España, mientras tanto, sigue deliberando sobre qué hacer, aunque el Ministerio de Sanidad anunció que estaba preparando un real decreto y publicó una advertencia sobre los riesgos tomada de un estudio alemán. De momento, y aunque hay algunas restricciones para la venta en tiendas físicas, el comercio on-line sigue funcionando sin apenas obstáculos.

Raquel Fernández, presidenta de la asociación Nofumadores.org, considera que estos productos «se mueven en la alegalidad y se pueden utilizar en prácticamente cualquier sitio, ya que pasan inadvertidos». Y cita estudios que constatan efectos significativos en la salud, incluyendo un aumento promedio de diez latidos cardiacos por minuto con el consumo de una bolsa de seis miligramos, además de su relación con el aumento de la resistencia a la insulina y los riesgos para embarazadas. El problema se agrava con la aparición de los llamados 'fumadores duales', definidos como aquellos «que van utilizando un producto u otro con nicotina para sortear las distintas restricciones de espacios sin humo». Y señala «la paradoja de que se retiren del mercado juguetes con riesgo de atragantamiento mientras estos productos nocivos se venden sin restricciones».

Un invento de Suecia, «un país libre de humo»

El snus es una rareza nórdica (tabaco húmedo y molido que se absorbe a través de las mucosas orales) y, en su formato tradicional, está prohibido en Europa, excepto en Suecia, donde se consume desde hace siglos. La revolución llegó en 2022, cuando Philip Morris adquirió Swedish Match, el mayor fabricante sueco de bolsitas de nicotina, por una suma cercana a los 16.000 millones de dólares. Su popularidad se ha disparado desde entonces. Y las otras grandes tabaqueras han tomado nota y buscan posicionarse en un mercado mundial marcado por la ambigüedad.

Zyn arrasa entre los hombres blancos conservadores. Mientras que los 'wokes' promueven la marihuana, ellos apuestan por la nicotina, que te «mantiene despierto»

El caso de Suecia es el mejor ejemplo de cómo la narrativa positiva del SNUS está triunfando. El país escandinavo está cerca de ser declarado 'libre de humo', tras lograr una dramática reducción en el consumo de cigarrillos durante las últimas cuatro décadas. El Gobierno de Estocolmo estableció en 2015 la meta de reducir la proporción de fumadores diarios a menos del 5 por ciento de la población, un umbral que podría alcanzarse pronto si se excluye a la población inmigrante.

La incidencia del cáncer de pulmón relacionado con el tabaquismo se ha reducido a la mitad en los hombres en comparación con el resto de la Unión Europea. Sin embargo, existe una marcada división en la interpretación de este éxito. Por un lado, la industria tabacalera atribuye los logros a la disponibilidad del SNUS. El 20 por ciento de los varones suecos lo ha adoptado como alternativa más saludable al cigarrillo. Pero los expertos en salud enfatizan que el éxito se debe principalmente a políticas públicas pioneras: advertencias en cajetillas desde 1977, prohibiciones tempranas de fumar en espacios públicos,.

TITULO:  Al Médico - Salud -  Casas de parto en España: un modelo en peligro de extinción,.

 

Casas de parto en España: un modelo en peligro de extinción,.

Nuestro país afronta un 2025 con una sola instalación de este tipo tras el cierre, el pasado año, de las otras tres que había disponibles,.


foto / Marina Trigos atendiendo a una mujer en su casa de partos,.

El 2024 no ha sido un buen año para las casas de partos. Y es que tres de ellas han cerrado sus puertas: el Marbella Birth Center, situado en la famosa localidad malagueña; la Casa de Naixements Migjorn,de Barcelona, tras 25 años de servicio por y para las mujeres; y la Casa de partos Vidar, situada en Sevilla, que aunque va a atender en estas semanas a dos últimas parturientas, su sede ya ha sido vendida.

«Ha sido un año muy malo», reconoce a ABC Marina Trigos, matrona y CEO del Marbella Birth Center. Tras 18 meses en funcionamiento, en los que han atendido 40 partos (33 bebés nacidos sin incidencias y sólo 7 traslados), cerró sus puertas en octubre del pasado año. «Tenía alquilado el espacio a un hospital privado. Estábamos en sus instalaciones. Pero al llegar otro grupo inversor que lo compró, rescindieron el contrato para recuperar dicho espacio, pues los nuevos dueños consideraron que el servicio que dábamos a las mujeres no era necesario», explica Trigos. Hasta su centros, se han desplazado parejas de toda España. Incluso, del extranjero. «Fue una decepción total -recuerda-. Al final, es sólo cuestión de dinero porque esas habitaciones van a ser explotadas por los nuevos dueños». De esta manera, sólo una casa de partos continúa abierta en España: La casa de Isis, situada en la localidad alicantina de Orba.


En España, la mayoría de las mujeres dan a luz en el hospital. Tal y como explica Laia Casadevall, matrona, en su libro 'Parir en casa', la atención al parto y al nacimiento en nuestro país cambió radicalmente durante el siglo XX al trasladar los nacimientos a instituciones sanitarias. «A partir de entonces, dejamos de confiar en la fisiología», recuerda. Tal fue el cambio que, en el año 2000, «prácticamente ya no se veía ningún parto fisiológico en los hospitales». Así nació la violencia obstétrica, reconocida por la OMS.

Un proceso fisiológico

Las casas de partos son espacios, liderados por matronas, en los que la fisiología del parto sí tiene cabida, así como los nacimientos en casa. Son opciones que cada familia tiene que costearse pues el sistema nacional de salud no los cubre. Otras alternativas muy conocidas en nuestro país son el Centro de nacimientos Casa Laietània, en el Hospital Germans Trias (Badalona), y el Centro de Nacimientos de Martorell (Barcelona). «Son los dos únicos centros de nacimiento que funcionan ahora mismo y están cubiertos por nuestro sistema sanitario. Están también liderados por matronas pero se encuentran en hospitales y, por tanto, sujetos a sus protocolos», puntualiza Trigos. De hecho, el de Martorell cerró en 2023 durante 15 meses, no sólo por la falta de profesionales, sino por el «maltrato institucional. Falta de apoyo, respeto y compromiso al equipo y trabajo de las matronas», indicaron las comadronas en un comunicado.

La evidencia científica certifica que, en embarazos de bajo riesgo, que son la mayoría, dar a luz tu propio hogar u optar por una casa de partos, no es más peligroso. «En Inglaterra, donde me formé, las mujeres eligen dónde quieren parir -prosigue la Trigos-. Sin embargo, aquí en España hay muchos detractores que intentan hacer ver lo supuestamente peligroso que es dar a luz en otro sitio que no sea el hospital. ¡No es así! Es muy duro y más cuando los estudios indican que incluso es más saludable para la madre porque tiene menores complicaciones».

Legislación

Al desprestigio del parto fisiológico se le une una «especie de desregulación interna», añade Emilia de Sousa, abogada especializada en este tema, a la hora de analizar por qué esta alternativa al nacimiento no triunfa en nuestro país. «Las casas de nacimiento se tienen que adaptar a los Estándares Europeos para centros de nacimiento de la Midwifery Unit Network -explica-. En España, la Ley de Autonomía del Paciente no contradice en absoluto dichos estándares, ni ninguna regulación española hace inviable el establecimiento de las casas de partos, ya sea en entornos hospitalarios o extrahospitalarios, pero faltan voluntad, protección a la mujer y a los bebés y presupuesto».

Toda casa de parto, atendiendo a dichos estándares europeos, han de contemplar los traslados a un hospital «e informar a las mujeres», puntualiza De Sousa, «pero no exige en sí mismo una distancia en concreto entre la casa de nacimiento y la unidad obstétrica en cuestión a donde tenga que trasladarse la mujer en un momento dado ante una desviación de la normalidad, por ejemplo. También ha de haber acuerdos con los hospitales en los que se encuentren o a los que haya que hacer el traslado».

El Marbella Birth Center, de hecho, estaba a 7 km del hospital público más cercano. Allí derivaron en ambulancia a siete mujeres, tal y como ellas mismas pidieron expresamente. «Se les trasladó porque pidieron la epidural. No podían más y nosotras cumplimos con su deseo. Nunca hubo problemas de salud de la madre o del bebé», afirma Trigos.

La legislación tampoco contempla que las casas de partos tengan que tener una ambulancia en la puerta. «No necesariamente entiendo que tenga que haberla», dice De Sousa. «Los estándares establecen literalmente que deben darse 'acuerdos con los servicios de ambulancias locales', por lo que es menos entendible si la casa está en un centro hospitalario -continua-. De la misma manera, cada casa de parto ha de contar con una matrona gerente o líder, así como un obstetra y un neonatólogo de referencia que proporcionen apoyo al centro. También se exige mínimo una segunda matrona para las sucesivas fases del parto y auxiliares de enfermería, entre otros requisitos establecidos en dichos estándares europeos».

A pesar de que muy pocas féminas optan por esta vía, para Trigos, «el modelo de casas de partos es muy necesario. ¿Por qué no respetar la decisión de estas mujeres? Quizás no hay más madres dispuestas a dar a luz en este tipo de instalaciones por la falta de información, porque no se promociona esta alternativa desde el sistema sanitario… ¿Por qué no se entiende? ¿Por qué se cuestiona el poder de decisión de la mujer que quiere parir de esta manera?»

«Las casas de partos están pensadas para proteger al máximo la fisiología del parto así como la autonomía de la fémina, por lo que desde el mismo momento en que recortamos en servicios y posibilidades de elección, estamos vulnerando los derechos de la mujer a elegir», añade de Sousa. «Pero no solo es eso, la evidencia nos indica que el acompañamiento de mujeres sanas en partos de bajo riesgo por parte de matronas está directamente relacionado con una experiencia más positiva del parto y se obtienen mejores resultados perinatales. Por lo tanto, no hablamos sólo de que vulneramos el derecho a decidir libremente la forma en que una mujer quiere parir, sino que limitando tantísimo las opciones, estamos vulnerando derechos fundamentales tan importantes como el derecho a la protección de la salud».

Sin comadronas

A todo ello se le añade, además, la falta de matronas en nuestro país. Estas profesionales, que son enfermeras especializadas, están en peligro. La oleada de jubilaciones, falta de formación, descontento con los contratos o la escasez de plazas que se convocan para las nuevas generaciones, ponen en riesgo la seguridad y salud reproductiva de las mujeres.

«Es un problema del que hemos venido avisando desde hace años. Es algo que se sabía y se tenía que haber previsto», explica Nazareth Olivera, matrona en un hospital de la Comunidad de Madrid. A finales de los años 80', se cerraron las escuelas de matronas. «No cumplían con los estándares europeos -continúa-, así que pasaron nueve años en los que no se formaron matronas. Ahora se jubilan y no hay reemplazo».

Según la Asociación Española de Matronas, faltan más de 1.000 profesionales para alcanzar las ratios adecuadas de 25,9 matronas por cada 1.000 nacimientos que determina la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). «En las condiciones actuales, no podemos dar una asistencia adecuada en paritorio ni en ningún sitio», advierte Olivera, que denuncia cómo estas profesionales se están sustituyendo por enfermería comunitaria: «De hecho, se convocan unas 400 plazas al año para mi especialidad mientras que en enfermería mil. Sin embargo, somos las matronas las que nos especializamos en salud de la mujer».

Ellas son las únicas que, si no se desvían de la normalidad, atienden los partos. «Es una lucha social porque se tiende a pensar que se necesita a un ginecólogo -señala-. Yo trabajo en un hospital en el que tengo la suerte de poder hacer bien mi trabajo y nos llevamos muy bien con los ginecólogos y obstetras. Si se presenta algún problema, les llamamos. Trabajamos juntos. Pero en la mayoría de los hospitales no se deja trabajar a las matronas cuando somos las especialistas y sabemos si un parto evoluciona, si el bebé está bien, etc. Si nos dejasen trabajar, habría menos inducciones, cesáreas… Y ganaríamos todos: la mujer, la salud y el sistema, porque se recortarían gastos».

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